Viaje a Wuhan cinco a?os despu¨¦s: sin rastro de la pandemia en la ¡®zona cero¡¯ del coronavirus
La ciudad china registr¨® los primeros casos de la infecci¨®n y llev¨® a cabo el primer confinamiento de la poblaci¨®n para frenar los contagios
El sol asoma entre torres de viviendas y oficinas, atraviesa la bruma contaminada de la ma?ana. En el cruce, decenas de peatones, de coches, motos y bicicletas pasan de camino a sus tareas diarias. Un guardia ordena el tr¨¢fico. Unos barrenderos descansan en un bordillo. Ninguno se detiene a admirar qu¨¦ hay detr¨¢s de las vallas de color azul desva¨ªdo que rodean el edificio. Es el mercado de mariscos de Huanan. La zona cero del coronavirus convertida en un paisaje urbano cotidiano. En este lugar se detectaron los primeros casos de una neumon¨ªa desconocida a finales de diciembre de 2019. Fue clausurado el 1 de enero de 2020 para proceder a su desinfecci¨®n. Sigue cerrado. Y vac¨ªo.
Wuhan fue confinada el 23 de enero de 2020, hace exactamente cinco a?os. Y, un lustro despu¨¦s, esta ciudad de 13 millones de habitantes, atravesada por el r¨ªo Yangts¨¦, trata de pasar p¨¢gina. Aunque hay cosas que no cambian: al cabo de un rato de merodear junto al mercado, y de tomar algunas fotos, se abre una portezuela y sale un agente de seguridad lanzando gritos.
Wuhan ha recuperado el ritmo. Sus ciudadanos han retomado sus vidas. La covid ha ido desapareciendo gradualmente de las conversaciones. Carrie, nombre ingl¨¦s de una wuhanesa de 28 a?os que trabaja en una aseguradora m¨¦dica internacional, dice que ¡°la ciudad est¨¢ llena de esperanza¡±. Es lunes de esta semana, hora de la cena en un restaurante repleto. A su alrededor se ven familias, parejas, gente alegre. Se acerca el a?o nuevo chino y muchos ya est¨¢n de vacaciones. Carrie a?ade, como s¨ªmbolo de ese redespertar, que Wuhan ser¨¢ una de las sedes de la gala de la Fiesta de la Primavera, el programa m¨¢s visto de la televisi¨®n en China: lo siguen casi todos los hogares para dar la bienvenida al a?o nuevo.
¡°Wuhan es la ciudad m¨¢s grande del centro de China y capital de la provincia de Hubei¡±, dice un reciente art¨ªculo del medio estatal CGTN sobre la gala. Ni una menci¨®n a la pandemia, igual que es poco probable que el programa hable de la covid, de los primeros pacientes, de los muertos, o de las semanas en que Pek¨ªn insist¨ªa en que el virus no era transmisible entre humanos.
Un lustro despu¨¦s, en China no hay conmemoraciones oficiales, y la prensa estatal, regida por estrictas normas de propaganda, no recoge la efem¨¦ride. Tras casi tres a?os de f¨¦rrea pol¨ªtica de covid cero, de un d¨ªa para otro, el Gobierno chino pas¨® de confinar ciudades y de obligar a la poblaci¨®n a hacerse pruebas PCR cada 48 horas a declarar la ¡°victoria¡± contra el virus.
Pero hay quienes no olvidan.
¡°En la superficie, parece que no hay cambios obvios en la ciudad y en la gente de Wuhan. Sin embargo, muchas veces puedes percibir que el dolor de entonces sigue prendido del coraz¨®n de la gente¡±, dice la c¨¦lebre escritora Fang Fang (Nanjing, 69 a?os), residente en Wuhan.
Durante aquel primer confinamiento, que dur¨® 76 d¨ªas, Fang llev¨® un concienzudo registro que colgaba en Internet y le¨ªan decenas de millones de personas. Editado despu¨¦s bajo el t¨ªtulo Diario de Wuhan (Seix Barral, 2020), en el libro asegura que se podr¨ªa haber evitado un da?o ¡°devastador¡± si las autoridades no se hubieran empe?ado en ¡°contar solamente noticias positivas y ocultar las negativas, prohibir que la gente diga la verdad¡±. La escritora sigue pagando por ello.
Fang no se encuentra en la ciudad; responde a EL PA?S mediante mensaje. ?ltimamente viaja mucho. ¡°Debido al Diario de Wuhan, las autoridades prohibieron los derechos de publicaci¨®n y difusi¨®n de mis obras, y me quitaron todas las actividades sociales¡±, explica. ¡°Esto me ha dejado mucho tiempo libre. Como a¨²n no soy demasiado vieja y todav¨ªa puedo conducir, decid¨ª viajar. ¡®Leer diez mil libros y viajar diez mil millas¡¯ [cita un proverbio] es un hermoso sue?o para los literatos chinos. China es inmensa y hay muchos lugares que merece la pena visitar¡±.
Sus palabras esconden el sabor amargo de la censura. Pek¨ªn ha callado, perseguido e incluso encarcelado a personas que dieron una visi¨®n alternativa. En mayo de 2024, por poner un ejemplo reciente, la periodista china Zhang Zhan, de 40 a?os, qued¨® en libertad tras cumplir cuatro a?os de condena por documentar los primeros d¨ªas de la pandemia desde Wuhan. Relat¨® el acoso contra los familiares de las v¨ªctimas que reclamaban una investigaci¨®n, y las detenciones de otros reporteros independientes. ¡°El Gobierno ha gestionado esta ciudad por medio de intimidaci¨®n y amenazas... Esa es la aut¨¦ntica tragedia de este pa¨ªs¡±, lamentaba en el ¨²ltimo de sus v¨ªdeos desde Wuhan.
Uno de los primeros en desviarse del relato oficial fue el oftalm¨®logo Li Wenliang, que en enero de 2020 dio la voz de alarma antes de que lo hicieran las autoridades. Alert¨® a contactos cercanos de que varios pacientes ingresados en su hospital mostraban s¨ªntomas muy similares a los del SARS, el s¨ªndrome respiratorio causado por un coronavirus que en 2003 mat¨® a casi 800 personas en todo el mundo. El mensaje privado se hizo viral. Le cost¨® una amonestaci¨®n de la polic¨ªa por difundir rumores. Al poco, se infect¨® de covid y muri¨® el 7 de febrero de 2020. Unos d¨ªas antes, declar¨® en una entrevista: ¡°Creo que en una sociedad sana debe haber m¨¢s de una voz¡±. El Tribunal Supremo de China termin¨® por criticar duramente el comportamiento de la polic¨ªa de Wuhan y defendi¨® a Li y a otros m¨¦dicos reprendidos.
El oftalm¨®logo es considerado hoy un h¨¦roe de forma casi un¨¢nime. Su cuenta de la red social Weibo, la m¨¢s popular, es otro term¨®metro que indica que la gente no olvida. Cuando se aproxima el aniversario de su muerte, se llena de mensajes espont¨¢neos del tipo: ¡°Doctor Li, es 2025, espero que todo vaya bien para ti, que est¨¦s feliz y con salud¡±.
¡°Otros rememoran diversos acontecimientos de la pandemia en las redes sociales, a menudo reproduciendo v¨ªdeos y compartiendo fotos de aquella ¨¦poca¡±, a?ade Fang. Habla de una ¡°acumulaci¨®n de emociones¡± que inevitablemente ¡°transforman en silencio a la gente¡±, a pesar de que el t¨¦rmino ¡°pandemia¡± casi haya desaparecido de los ¡°art¨ªculos oficiales¡±.
En Wuhan, hay a quienes les resulta complicado olvidar. El se?or Li, un vendedor de pescado y mariscos de 60 a?os, ten¨ªa tres locales en el mercado de Huanan. Es martes, y est¨¢ sentado al sol del mediod¨ªa, frente a uno de los puestos que abri¨® hace un a?o en el nuevo emplazamiento de las afueras al que fue trasladado. Confiesa que le iba mejor antes: estaba m¨¢s c¨¦ntrico. Lleva botas de goma hasta la rodilla. Le envuelve el olor del pescado reseco mientras hace memoria sobre aquel d¨ªa en que lleg¨® personal vestido con trajes de seguridad y les dijeron que iban a cerrarlo todo y que ten¨ªan un par de horas para salir de all¨ª. Estaba ¡°un poco asustado¡±.
Un rumor muy extendido
Tiene amigos y conocidos entre los primeros infectados; unos murieron, otros se recuperaron, algunos fueron tratados en el hospital donde trabajaba el oftalm¨®logo (¡±un h¨¦roe¡±). Recibi¨® una compensaci¨®n de 30.000 yuanes (casi 4.000 euros) por las p¨¦rdidas. Asegura, como varios de los entrevistados, que la pandemia fue tra¨ªda por militares estadounidenses durante los juegos ol¨ªmpicos militares celebrados en la ciudad en octubre de 2019. Es un rumor extendid¨ªsimo en la ciudad, y en el resto de China.
Esta teor¨ªa infundada fue apuntalada en 2020 mediante una insinuaci¨®n sin pruebas de Zhao Lijian, entonces portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino. ¡°?Cu¨¢ndo empez¨® el paciente cero en EE UU? ?Cu¨¢ntas personas est¨¢n infectadas? ?C¨®mo se llaman los hospitales? Podr¨ªa ser el ej¨¦rcito de EE UU quien llev¨® la epidemia a Wuhan. [¡] EE UU nos debe una explicaci¨®n¡±.
El pescadero Li afirma que vio con sus propios ojos a un grupo de estadounidenses de visita en el mercado poco antes de la pandemia: ¡°No hay forma de que sea una coincidencia¡±, especula, tambi¨¦n sin pruebas.
Algo similar afirman dos tenderas en un puesto junto al viejo mercado de mariscos clausurado. La se?ora Liu y la se?ora Li ¨Dno dan m¨¢s se?as, son cu?adas, ¡°pasados los cincuenta a?os¡±, dice una¨D comen pipas mientras esperan a la clientela. Regentan un negocio de venta de carne congelada en un callej¨®n depauperado en la trasera del mercado. El local est¨¢ pegado a la valla azul coronada con concertinas.
A veces, cuentan, vienen turistas con sus c¨¢maras y sus preguntas. Dicen que temen que sus palabras sean tergiversadas por la prensa extranjera. En la conversaci¨®n no se apartan del relato oficial: ¡°Estamos contentas porque logramos superar un gran reto¡±. ¡°Durante la covid, los ciudadanos de Wuhan estuvieron muy unidos¡±. ¡°Ten¨ªamos mucha confianza en las medidas del Gobierno¡±. ¡°Con un pa¨ªs tan enorme, hicieron un gran trabajo¡±.
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