Mientras, en Soria
Aqu¨ª no aplaudimos en los balcones: no hacemos masa cr¨ªtica. Dos de cada tres casas est¨¢n vac¨ªas o en ruinas
Aqu¨ª no aplaudimos en los balcones: no hacemos masa cr¨ªtica. Dos de cada tres casas est¨¢n vac¨ªas o en ruinas
La distancia social transform¨® nuestros saludos, la manera de bailar, de amarnos y de reconciliarnos, la manera de celebrar los goles
Al futuro inmediato lo llaman ¡°la nueva normalidad¡±. Algo que parece sacado de una pel¨ªcula futurista de serie B. Un ox¨ªmoron
Esta ma?ana mi hijo me propuso que nos escondi¨¦ramos del virus, porque el virus, para mi hijo, est¨¢ vivo; no es visible, no habla, pero est¨¢ vivo
Desde el 14 de marzo no he vuelto a ver ning¨²n turista ni ning¨²n tuk tuk. En el barrio ya solo quedamos los supervivientes de los embates inmobiliarios, de los que muy pocos somos familias con ni?os
Nos conectamos por Zoom con mis primos y tomamos el t¨¦ todos juntos. Por una vez los que estaban cerca estaban igual de lejos que yo
Deber¨ªa estar repasando viejos cuadernos, tomando notas, investigando, decidiendo qu¨¦ incluir en la novela y qu¨¦ descartar, prepar¨¢ndome para coger un tren que me dejar¨ªa en la estaci¨®n de Hudson
Cuando aquellos seis meses pasaron, sal¨ª del lodo porque comprend¨ª los engranajes del universo que trataba de destruirme
Mi destreza o mi impericia en el ajedrez son, en realidad, mi destreza o mi impericia en general. Pierdo mucho, hasta el enojo
En la cuarentena todos pensamos escribir una nueva obra maestra para aplanar la curva y, a m¨ª, de tanto lavarme las manos, ya me sangran
Hay algo m¨¢s fuerte que la vida o la muerte. Es la no muerte
Tengo un WhatsApp de un amigo del 15 de marzo que dice: ¡°Nos vemos el 12 de abril en el Giardinetto¡±. Y, sin embargo, hoy, todos esos planes son pasado
Ahora vamos a los comestibles del otro lado de la avenida, aunque debamos caminar dos calles m¨¢s
Se me han ido de las manos los errores, pero ni yo misma puedo culparme: la culpa siempre es de las circunstancias
Nunca las condiciones f¨ªsicas de mi cuerpo y las condiciones materiales de mi casa estuvieron tan presentes todo el tiempo, constantemente
El drama sucede alrededor y dentro nuestro. Lo pienso de pronto cuando me descubro esquivando a los otros clientes en la tienda
En este texto me quiero permitir ser sincera. Porque tambi¨¦n lloro, y me desvelo, y me enojo, y cocino, y barro, y lavo, y aspiro, y me enojo y vuelvo a llorar
Sabes que el confinamiento est¨¢ haci¨¦ndote perder la raz¨®n cuando el servicio militar obligatorio empa?a tus ojos de a?oranza
En Rep¨²blica Dominicana el virus se ha ido esparciendo de manera clandestina por barrios, sectores populares y residenciales de clase media alta
Veo a Nicol¨¢s Maduro alabando mi trabajo, diciendo que vio la cuarta temporada de ¡®La Casa de Papel¡¯. Definitivamente, son d¨ªas raros
Los ni?os saben (igual que nosotros supimos, aunque olvidamos) que no hay nada sino presente
Ante mi escritorio, entonces, acepto que no podr¨¦ trabajar ni leer ni concentrarme, que no podr¨¦ quitarme este extrav¨ªo que es como traer una escafandra
Basta de ventanas aburridas que conservan la vida. Que nadie se olvide de qui¨¦n manda
Coronavirus, chiste va, meme viene, era sustituido por el severo Covid-19, cuya eufon¨ªa evoca algo mucho m¨¢s t¨¦cnico, m¨¢s fr¨ªo
Cuando los amigos me preguntan c¨®mo se siente haber quedado aqu¨ª atrapado en plena pandemia, mi referencia m¨¢s efectiva es The Dead Don¡¯t Die, la pel¨ªcula que cuenta la llegada del apocalipsis zombi
Un presente que genera distop¨ªas cuando piensa el futuro es un presente criminal
Te lo ped¨ª como recuerdo. Arrancaste la hoja y me la firmaste, ¡°para la profesora Elena¡±, la fecha con tu letra generosa. La conservo todav¨ªa hoy