El hambre sin tregua en Colombia: 28 de cada 100 hogares no tienen acceso estable a alimentos

La preocupaci¨®n que acecha a Edwin Fl¨®rez, un mototaxista de Sincelejo (Sucre) que recorre las sofocantes calles de ese municipio del Caribe con el af¨¢n de ganar, durante el d¨ªa, lo necesario para alimentar a su esposa y sus dos hijos, se repite en 28 de cada 100 hogares en Colombia. M¨¢s de una cuarta parte de las familias pasan hambre, no pueden acceder a alimentos de calidad o se saltan comidas por falta de recursos. En 5 de cada 100 hogares, la inseguridad alimentaria es grave: en el ¨²ltimo a?o afrontaron restricciones graves que los llevaron a quedarse sin alimentos en alg¨²n momento, o incluso a que alguno de sus integrantes pasara un d¨ªa entero sin comer.

Los datos se desprenden de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida 2022 del Departamento Administrativo Nacional de Estad¨ªsticas (DANE), que por primera vez incorpor¨® la Escala de Experiencia de Inseguridad Alimentaria (FIES por sus siglas en ingl¨¦s), una herramienta dise?ada por la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO) a partir de ocho preguntas concretas.

En Colombia, las respuestas a algunos de esos interrogantes muestran que el 42,7% de los hogares se preocup¨® en los ¨²ltimos 12 meses por no tener suficientes alimentos, el 38% consumi¨® poca variedad de alimentos, el 21,8% tuvo que saltarse alguna comida y el 5,4% no comi¨® en todo un d¨ªa.

Claudia R¨ªos, nutricionista y dietista de la Universidad Nacional, explica que ingerir la cantidad y calidad adecuada de alimentos es fundamental para evitar enfermedades que pueden tener consecuencias irreversibles. ¡°Si no se reciben los nutrientes esenciales, se producen enfermedades como anemia o desnutrici¨®n. La satisfacci¨®n de las necesidades de energ¨ªa y nutrientes garantiza los procesos de un crecimiento sano y de desarrollo cognitivo, as¨ª como la reparaci¨®n de los tejidos, especialmente, en los primeros a?os de vida¡±, subraya.

Los hogares monoparentales (33 de cada 100) y los de mujeres cabeza de familia (31 de cada 100) son los que m¨¢s conocen lo que se siente tener la nevera vac¨ªa. En contraste, en los hogares con jefatura masculina la falta de acceso estable a los alimentos se reduce a 26 de cada 100, una realidad que pone en evidencia el impacto de brechas de g¨¦nero estructurales, como las de acceso a oportunidades de empleo. La diferencia se acent¨²a en zonas rurales, donde el 36% de los hogares a cargo de mujeres est¨¢ bajo situaciones de inseguridad alimentaria. Esta condici¨®n tambi¨¦n golpea con m¨¢s fuerza a los hogares de cinco o m¨¢s personas.

La escasez de alimentos se agrava en hogares encabezados por miembros de poblaciones ind¨ªgenas (46,3%), seguidos de aquellos que se reconocen como negros, afrocolombianos, raizales o palenqueros (40,7%). En cambio, los hogares que no pertenecen a ning¨²n grupo ¨¦tnico tienen un 26,1% de probabilidad de inseguridad alimentaria moderada o grave. Los inmigrantes venezolanos tambi¨¦n representan uno de los grupos que m¨¢s padecen esa necesidad: casi 45 de cada 100 hogares la viven frente a 27 de cada 100 que est¨¢n en cabeza de no migrantes o de migrantes internos. Se trata de uno de los mayores niveles de prevalencia entre los grupos incluidos en el an¨¢lisis.

La ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, reconoce que la inseguridad alimentaria es inadmisible en un pa¨ªs como Colombia que se destaca por su enorme potencial agr¨ªcola. ¡°Un pa¨ªs que tiene todo para proveerse de alimentos tiene que cuestionarse sobre su agenda de desarrollo. Los instrumentos que podemos activar para resolver los problemas de inseguridad alimentaria tienen que ver no solo con la producci¨®n, sino con la disposici¨®n de alimentos y la capacidad econ¨®mica para adquirirlos. Este Gobierno apuesta por una agricultura comunitaria y familiar que hay que fomentar¡±, sostuvo luego de conocer los resultados del estudio.

La Guajira, donde el presidente Gustavo Petro acaba de declarar la emergencia econ¨®mica, social y ecol¨®gica para tratar de resolver una crisis que ha echado ra¨ªces durante a?os, es el departamento con m¨¢s altos ¨ªndices de inseguridad alimentaria, con el 59,7%, seguido de Sucre (47,9%), Atl¨¢ntico (46,1%), Magdalena (45,3%), Choc¨® (43,2%) y Cesar (41,1%). Entre tanto, Caldas (14,6%), San Andr¨¦s (17,2%), Quind¨ªo (17,3%) y Risaralda (17,5%) registran las tasas m¨¢s bajas.

Astrid C¨¢ceres, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), dice que es hora de actuar de forma m¨¢s contundente para resolver los problemas estructurales en el departamento con m¨¢s hambre y muertes por desnutrici¨®n. ¡°La Guajira marca una necesidad de cambiar la forma de actuar, es un departamento muy particular que requiere que se dispongan mecanismos nuevos de gobernanza. Por eso no se puede seguir el mismo ritmo con el que se tienen que hacer los cambios en relaci¨®n con el resto del pa¨ªs¡±, afirma.

Por su parte, Maya Takagi, representante de la FAO en Colombia, destaca que la escala de medici¨®n de inseguridad alimentaria, que ha servido a las Naciones Unidas para evaluar los avances de la meta ¡°hambre cero¡± incluida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ¡°va a ayudar al pa¨ªs a buscar respuestas diferenciadas seg¨²n las necesidades, permitir¨¢ saber d¨®nde est¨¢ m¨¢s concentrada la inseguridad alimentaria y cu¨¢les son las caracter¨ªsticas de estos hogares para tener respuestas m¨¢s enfocadas¡±.

Aunque en Colombia se han realizado otras mediciones que reflejan la gravedad de la falta de acceso seguro a los alimentos, la Escala de Experiencia de Inseguridad Alimentaria, que se estrena entre 88.328 hogares, no permite, por ahora, hacer una comparaci¨®n hist¨®rica. Sin embargo, ¡°har¨¢ posible que el pa¨ªs se compare con el resto del mundo¡±, explica la directora del DANE, Piedad Urdinola. La herramienta ya se utiliza en el 70% de los pa¨ªses a escala mundial, incluidos por lo menos 15 de Am¨¦rica Latina y el Caribe. Las cifras, m¨¢s que n¨²meros, son el reflejo de una angustia alejada de muchos ojos, pero que est¨¢ presente en la mesa sin comida de miles de familias.

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