Lina Rubiano, especialista en medicina china: ¡°La gran pandemia es la falta de autocuidado¡±
Esta m¨¦dica colombiana, autora del libro ¡®Revelaciones para sanar con Medicina china¡¯, explica c¨®mo este conocimiento milenario puede restablecer el equilibrio en medio del estr¨¦s de la vida moderna
Cuando Lina Rubiano (Bogot¨¢, 1984) viaj¨® a Tianj¨ªn para aprender medicina china debi¨® desprenderse de su formaci¨®n occidental, de l¨®gica aristot¨¦lica, y recuperar su esp¨ªritu de aprendiz ¡ªo J¨©nzh¨¥n, como lo llama en su libro¡ª. Al principio todo era confuso. No pod¨ªa entender las intrincadas conexiones que le planteaban: que el movimiento en el cuerpo se diera por la misma raz¨®n por la que se mov¨ªan las ramas de los ¨¢rboles, o que la forma en la que estos limpiaban toxinas y generaban ox¨ªgeno explicara la funci¨®n del h¨ªgado. Mucho menos entend¨ªa la afirmaci¨®n de uno de sus primeros maestros, quien sosten¨ªa que el origen del p¨¢rkinson no estaba en el cerebro. Su mente, forjada al calor de aulas y hospitales, ¡°hizo cortocircuito¡±, seg¨²n relata en su primer libro, Revelaciones para sanar con Medicina china.
Publicado por Grijalbo en noviembre de 2023, este libro va camino de convertirse en un best seller: lleg¨® en pocos meses a su cuarta edici¨®n y en junio empez¨® a ser distribuido en las librer¨ªas de Espa?a. Rubiano busca, en cerca de 400 p¨¢ginas, que el lector comprenda el perfecto dise?o del cuerpo humano, que se alinea con el cielo y la naturaleza, y que descubra c¨®mo sus cinco elementos ¡ªagua, madera, fuego, tierra y metal¡ª se manifiestan en los ¨®rganos internos. Cuando se rompe su perfecto equilibrio, tras alg¨²n tiempo gest¨¢ndose en silencio, aparece la enfermedad.
En el texto, las an¨¦cdotas de la autora cuando era estudiante en China, donde empez¨® sus estudios en Acupuntura, Moxibusti¨®n y Tuina, se entremezclan con su conocimiento como m¨¦dica de la Universidad de la Sabana, del mismo modo en que en sus consultas por un lado est¨¢n los ex¨¢menes de laboratorio y por el otro sus inusuales formas de observaci¨®n; ella se gu¨ªa por el color del p¨¢rpado inferior, de la lengua, o por la profundidad del pulso. En su consultorio, en Bogot¨¢, le explica al PA?S por qu¨¦ la medicina china, milenios despu¨¦s de su creaci¨®n, puede ayudarnos a estar sanos en medio de la vida moderna, con cuerpos sobrecargados de estr¨¦s y en constante alerta.
Pregunta. Cuando uno se acerca a la complejidad de la medicina china, se pregunta c¨®mo es posible que hace milenios se descubriera un sistema de canales energ¨¦ticos en el ser humano
Respuesta. Eso es una maravilla, porque la teor¨ªa de canales fue evolucionando, y no es nada esot¨¦rica. Hay muchas personas que piensan que fue una revelaci¨®n. En realidad, no fue as¨ª. Los primeros hallazgos se dieron por la posibilidad que ellos ten¨ªan de hacer disecciones en cuerpos. La tradici¨®n judeocristiana tiene un tema con la sacralidad del cuerpo: si no se puede tocar, profanar, despu¨¦s de la muerte, tampoco se pod¨ªa investigar. En China hicieron un estudio sistem¨¢tico con los cad¨¢veres. Se dieron cuenta que los canales eran comunicaciones de circulaci¨®n, de arterias. Empezaron a decir: si metemos un tubo por el tobillo y vamos ascendiendo, ?hasta d¨®nde llega? Los primeros estudios que se hicieron fueron hace 5.000 a?os. No sab¨ªan que hab¨ªa una divisi¨®n entre arterias y venas porque la circulaci¨®n es una descripci¨®n muy reciente de la medicina. Fue descubierta y descrita por William Harvey a finales de 1600. Ellos se dieron cuenta de esas comunicaciones: qu¨¦ pasa si lo que est¨¢ teniendo el pie es lo mismo que est¨¢ teniendo la cabeza; entonces pod¨ªan tratar un dolor de cabeza en el pie, o en la mano. La gran fortaleza que tiene la medicina china es que es el estudio observacional e intervencionista m¨¢s grande de toda la humanidad. ?Por qu¨¦? Porque llevan m¨¢s tiempo y porque han tratado a m¨¢s gente.
P. Es, adem¨¢s, una medicina preventiva¡
R. El truco de la salud no est¨¢ cuando las cosas est¨¢n ocurriendo. A todos nos gusta pensar as¨ª: eso no me va a pasar a m¨ª. Y nadie est¨¢ exento de ninguna enfermedad, como tampoco nadie est¨¢ destinado a tenerla. Los h¨¢bitos son clave, y la medicina china ha hablado de eso desde siempre. Los m¨¦dicos a los que se les pagaba en la antig¨¹edad eran aquellos cuyos pacientes no enfermaban. Al m¨¦dico le dejaban de pagar cuando el paciente se enfermaba, porque, ?cu¨¢l es la funci¨®n de la medicina? Mantener a la persona sana, y no tratarla cuando ya est¨¢ enferma.
P. Hay relaciones que ya hab¨ªa planteado la medicina china y que luego la ciencia moderna ha logrado demostrar que eran ciertas. ?Cu¨¢les recuerda?
R. Los genios del siglo XXI ahora est¨¢n diciendo que las enfermedades s¨ª se relacionan con las emociones. Hay gente que todav¨ªa no cree en eso. La medicina china siempre lo ha dicho. Recientemente se ha descrito una larga y compleja disciplina llamada psiconeuroendocrinoinmunolog¨ªa, en donde unen lo neurol¨®gico, lo psicol¨®gico, lo inmunol¨®gico y lo hormonal. Eso claro que tiene sentido, porque si el cuerpo no est¨¢ separado, por qu¨¦ una situaci¨®n hormonal no habr¨ªa de impactar en lo emocional, o por qu¨¦ algo emocional no habr¨ªa de impactar en el estado intestinal. Nosotros somos un entramado complejo de diversos aspectos que est¨¢n todos unidos. No los podemos separar.
P. En un mundo con todos en equilibrio, ?qu¨¦ pasar¨ªa con la industria farmac¨¦utica?
R. Aqu¨ª llegamos al punto: ?al sistema realmente le conviene que la gente se sane? ?Por qu¨¦ no se ha hecho tanta difusi¨®n de sistemas preventivos que puedan ayudar a las personas a largo plazo? Porque no es rentable. A nadie le da plata vender apio, remolacha, br¨®coli. Coger el br¨®coli y volverlo unas c¨¢psulas, eso s¨ª da dinero. La ¨²nica forma de salirse de ese control es aprender del propio cuerpo. El cuerpo sabe estar sano. Al cuerpo nadie se lo tiene que ense?ar. Hay que darle lo que necesita para que lo est¨¦.
P. Ha contado que mientras escrib¨ªa el libro tuvo una crisis personal. Es curioso, porque la gente espera que una m¨¦dica sepa c¨®mo sanar¡
R. Esa fue la peor parte de la historia. Yo tengo una responsabilidad profesional con las personas que me buscan, entonces yo para esas personas no puedo estar mal, pero a la larga soy un humano. Yo hice una depresi¨®n en ese momento, que me estaba limitando para poder llevar a cabo este proyecto. A m¨ª me gusta mucho escribir. Yo, cuando chiquita, escrib¨ªa poes¨ªa. Taylor Swift hubiera hecho mucha plata con esos poemas¡Ya hasta me volv¨ª swiftie. Tiene una frase que define lo que es mi libro: I can do it with a broken heart (Puedo hacerlo con el coraz¨®n roto). Y otra que dice: I cry a lot, but I¡¯m so productive (Lloro mucho, pero soy muy productiva). Mi libro, b¨¢sicamente, tiene sangre, l¨¢grimas y mucho caf¨¦...
El mayor regalo fue que a m¨ª me hubiera dado una depresi¨®n justo cuando estaba escribiendo el cap¨ªtulo del coraz¨®n; qued¨® escrito muy fuerte, muy doloroso. Ese cap¨ªtulo tiene todo de m¨ª, toda esa exposici¨®n, lo que creo que es la clave del ¨¦xito de Taylor. Hay m¨¢s fortaleza en mostrar la vulnerabilidad que en ocultarla.
P. En este tema de las depresiones, ?la medicina china ayuda?
R. Claro. Para la medicina china, el coraz¨®n y la mente est¨¢n unidos; la mente del coraz¨®n es un concepto que se conoce como el Shen. Las enfermedades mentales se tratan en el coraz¨®n, que es el centro integrador emocional, y si est¨¢ alterado, altera todas las emociones. Porque una cosa que tiene la medicina china es que las emociones est¨¢n en los ¨®rganos. No es como que t¨² tienes miedo o ansiedad y te trato con psicolog¨ªa. No, la ansiedad se trata el bazo; para el miedo se trata el ri?¨®n. Para la nostalgia, el pulm¨®n.
P. ?Cu¨¢l es la mayor causa de consulta de la gente en este momento? Hoy, ?de qu¨¦ podr¨ªa decir que estamos enfermos?
R. A m¨ª me parece que la gran pandemia es la falta de autocuidado, porque todo el mundo sabe qu¨¦ tiene que hacer. Todo el mundo sabe que hay que hacer ejercicio, que hay que comer bien, que hay que relacionarse adecuadamente. Haz una encuesta. Esto lo sabe todo el mundo. Pero entonces la pregunta es por qu¨¦ las personas no lo pueden hacer, o no lo pueden sostener en el tiempo: porque esas tres pautas requieren que la persona cuide de s¨ª misma, y para los seres humanos es mucho m¨¢s f¨¢cil cuidar del otro que cuidar de nosotros mismos.
P. Entonces no somos tan ego¨ªstas como pensamos¡
R. Yo lo veo m¨¢s como una forma de autoagredirnos. Es triste, porque en el fondo es falta de autoestima. A veces me preguntan qu¨¦ pienso del suicidio, pero entonces qu¨¦ pienso de las personas con diabetes que todos los d¨ªas se est¨¢n comiendo un dulce y saben que se est¨¢n matando. ?Qu¨¦ diferencia hay? Ambos te van a llevar a la muerte. Esa dificultad del autocuidado es una dificultad para confiar en nosotros mismos.
P. En sus redes se ve que es creyente, en un sentido religioso, y para muchos puede resultar contradictorio, si aplica t¨¦cnicas orientales
R. Lo que yo le digo a la gente es: no hay forma de que uno pueda sanar si no hay una conexi¨®n con el esp¨ªritu, porque nosotros claramente somos m¨¢s que materia. Y para m¨ª Dios est¨¢ en todo esto. Saber que la raz¨®n por la que ocurre un milagro es por la pureza de la mente de la persona que est¨¢ ah¨ª, pues entonces s¨ª tiene que existir. Entre m¨¢s purifiquemos la mente, m¨¢s sanos vamos a estar.
P. En sus publicaciones en redes es permanente el tema de la b¨²squeda del amor. Parece que uno de los principales motivos de consulta son los corazones rotos
R. Esa es una frase que o¨ªmos mucho en las mujeres y no en los hombres: ¡®Me siento rota. Siento que algo no est¨¢ bien¡¯. Todo el tiempo estamos haci¨¦ndole se?ales contradictorias a nuestro cuerpo: queremos el amor fiel, pero no podemos ser fieles a nosotros mismos. Yo veo m¨¢s personas que sufren por hacer todas las cosas al rev¨¦s. Volvemos otra vez: cuando se recupera la dignidad humana es cuando uno ve una fuerza en las personas que es como: ?de d¨®nde sacas esa fuerza! S¨ª, porque cuando t¨² recuperas tu dignidad en el autocuidado y en el amor, las cosas son diferentes.
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