Una marca argentina recicla paraguas en desuso y los convierte en prendas que ganan premios de dise?o
Romina Palma cre¨® Cazaparaguas, un proyecto comunitario que confecciona pilotos, camperas y ponchos a partir de objetos rescatados de la v¨ªa p¨²blica. Tambi¨¦n usan telas y otros materiales de descarte
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Al cruzar el umbral del taller de Romina Palma, se ven paraguas. Muchos. Hay una caja de cart¨®n con algunos destartalados: las varillas que ten¨ªan que proteger del viento se salieron de su cauce y las telas aparecen arrugadas como una cama sin hacer. Los esqueletos de objetos que alguna vez fueron ¨²tiles. Luego del pasillo, hay un cuarto con hilos, m¨¢quinas, percheros¡ Clima de producci¨®n.
En 2020, en plena pandemia, la dise?adora cre¨® Cazaparaguas, un emprendimiento dedicado a elaborar pilotos, camperas y ponchos a partir de la reutilizaci¨®n de paraguas desechados. Algunos a?os antes, comenzaron las pruebas con la fabricaci¨®n de bolsas y pilotos para mascotas. Todo surgi¨® en el trabajo comunitario del Club Social de Costura, un lugar que fund¨® dedicado a la educaci¨®n ambiental comunitaria a trav¨¦s del oficio textil.
¡°El proyecto naci¨® por un modelo que se conoce como biomim¨¦tica. Es decir, mirar el entorno, ver qu¨¦ est¨¢ disponible y qu¨¦ se puede producir para generar soluciones. Comenzamos a ver que despu¨¦s de las tormentas aparec¨ªan paraguas tirados en la calle, que muchas veces iban a parar a los vertederos o a tapar las alcantarillas. Imag¨ªnate la cantidad que pueden aparecer si esta ciudad tiene 48 barrios¡±, dice Palma, mientras prepara algunas prendas que formar¨¢n parte de la Feria Puro Dise?o, el encuentro de dise?o de autor m¨¢s importante de Argentina.
En los primeros meses del proyecto, llegaban por donaciones de particulares, a partir de una campa?a de recolecci¨®n de paraguas descartados en la v¨ªa p¨²blica. Luego, comenz¨® la coordinaci¨®n con Puntos Verdes M¨®viles, unas camionetas del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires que recogen residuos especiales como chatarra electr¨®nica, pilas y aceite vegetal usado, entre otros materiales.
¡°Ellos hacen el acopio en los distintos barrios y nos lo acercan una vez al mes. Eso alivia mucho la log¨ªstica, que durante varios a?os hicimos por nuestra cuenta. Antes de este proyecto, no exist¨ªa una instancia de reciclado de estos materiales. Es un recurso que est¨¢ a disposici¨®n y se puede transformar en otra cosa¡±, ampl¨ªa Palma.
Desde el inicio del proyecto, Cazaparaguas recicl¨® unos mil paraguas, seg¨²n el c¨¢lculo de la dise?adora. Comercializan sus productos en ferias y a trav¨¦s de su redes. Una vez que reciben el material, lo lavan, acondicionan y preparan para el corte de la tela, que servir¨¢ para las prendas. Las partes que no utilizan, como varillas y componentes pl¨¢sticos, son otorgados a los recuperadores urbanos de la ciudad. Se utilizan alrededor de tres paraguas para hacer una campera. El resto de los materiales utilizados tambi¨¦n tienen un recorrido sustentable. ¡°Las prendas est¨¢n hechas principalmente de telas de paraguas, salvo la forrer¨ªa por una cuesti¨®n de resistencia de la prenda. Buscamos proveedores sostenibles que nos brinda telas recuperadas de descartes de producci¨®n de otras marcas¡±, cont¨® sobre el proceso, que involucra a una red de descarte textil, empresas de lentes (con sus acr¨ªlicos hacen los av¨ªos) y otra de biomateriales para los envoltorios.
Una campera de Cazaparaguas tiene un precio de mercado levemente superior al de grandes marcas que est¨¢n en los centros comerciales. ¡°Siempre hago la diferencia entre lo caro y lo costoso. Lo caro es algo que no va a ning¨²n lado, que impacta en el planeta. Nuestro costo lleva detr¨¢s todo un gran proceso y una cadena de valor de mucha gente participando, principalmente, mujeres de la econom¨ªa social. Eso es valioso. No puede costar lo mismo que una campera de una f¨¢brica que compr¨® la tela en China, la mand¨® a cortar por miles, pag¨® dos centavos y contrat¨® como mano de obra a ni?os o mujeres encerradas¡±.
Como si fuese una fibra larga y multicolor, uno de los materiales que usa para sus prendas, la charla con Palma toma distintas formas. Va de las camperas a la vida ¨²til de los paraguas, que cada vez duran menos ¡°y est¨¢n hechos a prop¨®sito para que se rompan¡±. Otro punto que se?ala es la necesidad de un mayor apoyo por parte del estado en materia fiscal para este tipo de emprendimientos. ¡°No tenemos ninguna exenci¨®n fiscal. Es decir, pagamos los mismos impuestos que las personas que traen basura. Trabajamos con material local acopiado, con procesos que nosotros dise?amos e invirtiendo en otra matriz de desarrollo productivo¡±.
Mat¨ªas Prol, integrante de la C¨¢mara de Triple Impacto Argentina (CATIA), coincide con Palma y se?ala la necesidad de oportunidades de financiamiento concreta, m¨¢s a¨²n en un contexto de crisis econ¨®mica como el que vive Argentina, que acumula una inflaci¨®n del 113% interanual. ¡°Son necesarios los beneficios impositivos o de accesos a cr¨¦ditos a tasas reales, a los que pueda acceder un emprendedor. No es posible hacerlo a tasas superiores al 100%. Aunque lanza programas de Aporte No Reembolsable (ANR), el estado no tiene una pol¨ªtica de apoyo a las empresas de triple impacto, que hacen proyectos innovadores con impacto social y ambiental¡±, dijo el integrante de la c¨¢mara que tiene 41 emprendimientos asociados y realiza un mapeo de casi 200 proyectos en todo el pa¨ªs.
Carolina Theler, directora general de Pol¨ªtica y Estrategia Ambiental de la Ciudad de Buenos Aires, reconoce la tarea de Cazaparaguas y otros emprendimientos que usan materiales que no tienen un f¨¢cil destino. ¡°El material textil es complicado porque no tiene mercado para ser reciclado. Las telas deben pasar por un proceso de deshilado, pero las fibras no son de algod¨®n sino sint¨¦ticas. Entonces, terminan en la basura como descarte¡±, dijo la funcionaria.
¡°En lugar de pasar por procesos de reciclado ¡ª agrega ¡ª proyectos como Cazaparaguas reutilizan el material sin un proceso qu¨ªmico. Nosotros buscamos fortalecer el circuito de la reutilizaci¨®n de materiales y el de la econom¨ªa circular, a partir de que los emprendedores puedan acceder a su materia prima. Es una prioridad que esos residuos no terminen en la basura¡±.
Tambi¨¦n dijo que la ciudad debe mejorar en un tema importante: la circulaci¨®n de pl¨¢stico de un solo uso. ¡°Tenemos que continuar legislando y trabajando con sectores productivos para que puedan actualizarse y adaptarse¡±.
Romina Palma acomoda el perchero con las prendas que ir¨¢n a la Feria Puro Dise?o, que el a?o pasado ya la premi¨® en el rubro Mejor Producto Sustentable. Posa para la foto con uno de sus pilotos puesto y abriendo un paraguas roto en su taller. Y se r¨ªe de la superstici¨®n que sugiere no hacerlo en interiores porque trae mala suerte. Habla de todo lo que invirti¨® en Cazaparaguas. ¡°No fue s¨®lo en t¨¦rminos comerciales y de moda. Es cultura regenerativa porque con nuestras prendas revelamos y mostramos toda una gran cadena cultural del consumo de la ropa¡±, dice. Y piensa en el futuro de su proyecto y de su pa¨ªs.
Cuando le preguntan c¨®mo imagina el futuro, la emprendedora se anima a so?ar. ¡°Me gustar¨ªa que Cazaparaguas sea un camino para pensar estrategias de la econom¨ªa circular que sean verdaderas. No se trata de cuestiones individuales, comerciales y privadas sino de un valor comunitario. Quisiera un pa¨ªs que genere riqueza y empleo a trav¨¦s de un mont¨®n de oficios. Me gustar¨ªa que haya un paraguas nacional que se pueda reparar muchas veces y que sea biodegradable¡±.
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