El sue?o de la sultana
Es brutal la historia que narra Isabel Herguera en su pel¨ªcula, basada en un libro de la escritora india Begum Rokeya
Es brutal la historia que narra Isabel Herguera en su pel¨ªcula, basada en un libro de la escritora india Begum Rokeya
La ¡®Piedad¡¯ de K?the Kollwitz me escupe que a nada de lo que pueda escribir vale la pena dedicarle tiempo
He buscado durante a?os dejar de tener el control sobre lo que sucede en el lienzo y me he frustrado por lo relamido de muchas de mis im¨¢genes
Pintar es aceptar que lo pintado puede ser m¨¢s fuerte que quien pinta
Celebro que hayan existido personas capaces de reventar las estructuras m¨¢s injustas desde el mism¨ªsimo centro del dolor
La escritura del autor valenciano est¨¢ llena de pintura. Busc¨® a Caravaggio en N¨¢poles, se entreg¨® a Bacon y en Nueva York se dio un banquete con Botticelli, Vermeer, Holbein, Rembrandt y Rubens
Desde hace varias semanas aguantamos un chaparr¨®n de golpes, bulos, distorsi¨®n y miedo que se nos ha atragantado
Cuando llegu¨¦ a mi pueblo pens¨¦ en quienes me trataron sin artificios y vaciaron mi mundo de intereses disfrazados de buenas intenciones
Hace calor, pero voy tapada hasta los pies. Y en la explanada de las mezquitas de Jerusal¨¦n me dar¨¢n otra falda hasta los tobillos y me pedir¨¢n que abroche el primer bot¨®n del vestido
Tengo respeto sagrado por esa cuenta atr¨¢s que empieza a llevarme al momento en que no podr¨¦ seguir pintando con la libertad que tengo ahora
Una acaba la lectura de ¡®Memoria por correspondencia¡¯, de la escritora Emma Reyes, sin aliento, y se pregunta c¨®mo aquella ni?a pudo continuar viviendo
Hay algo en Celia Paul que siempre se me escapa, que me molesta y me incomoda, y creo que es algo bueno, a veces pienso que es mejor no tratar de entenderlo
Paso de sentir que Delhy Tejero habla como mi yo joven habr¨ªa hablado, a querer dialogar con ella
Sobre la tela, he visto a una mujer agarrar el cabello de su agresor y a dos se?oras que comparten ba?era realizar un curioso juego er¨®tico. Qu¨¦ curioso que pocas de estas obras se impriman despu¨¦s en las gu¨ªas oficiales
La luz de una casa de Pompeya es la luz de nuestra infancia en casa de la abuela, esa luz familiar que se me sigue escapando en la paleta
Escribo despu¨¦s de disfrutar de la expresi¨®n de los rostros de mujeres rotundas que tomaron literalmente las riendas de su vida
Las pel¨ªculas de Elena L¨®pez Riera son una mirada tierna y a la vez cr¨ªtica a nuestras creencias m¨¢s profundas
Los libros del escritor alimentan en m¨ª la idea de buscar un local devastado, empu?ar un mazo y derribar tabiques para poder grapar al bastidor una gran tela en la que pintar con las manos y descubrir qui¨¦n soy mirando ese tejido
A los 23 a?os me hice con un piso peque?o de baldosas hidr¨¢ulicas y conoc¨ª al t¨ªpico m¨²sico que cree rebosar talento y merecerlo todo
En ocasiones, una quiere llegar a ver con claridad d¨®nde est¨¢ la l¨ªnea para contar y contarse sin dejar al yo expuesto
Record¨¦ mi ritmo card¨ªaco, elevado de golpe unos d¨ªas antes al contemplar una tablilla de madera en el Museo Egipcio de El Cairo, uno de los retratos de El Fayum
Los actos que cambian el mundo son los que, en principio, parecen los m¨¢s peque?os
El servilismo al trabajo y la gratuidad con la que las mujeres cuidamos a los dem¨¢s son algunas de las trampas m¨¢s peligrosas de este sistema
Hay m¨¢s verdad en un ¨®leo de Joan Mitchell que en la mayor¨ªa de las obras que se esfuerzan en reproducir cada grano de arena
Por un momento olvidamos que la vida tambi¨¦n es muchas cosas que suelen dejarnos sin tiempo para la poes¨ªa o la pintura
A menudo las mujeres autoras estuvimos mudas. Fuimos, recuperando al personaje de Hustvedt, solitarias e incomprendidas
¡®Corp¨®rea¡¯, de Marta Sanz, hincha vientres, y no por un estado de buena esperanza, sino porque comprime el tiempo que pasa y deja su huella en nosotras, que al acabar de leer somos un poco m¨¢s viejas
Annie Ernaux se aleja de lo rancio y pone nuestros cuerpos y nuestros derechos sobre la mesa
Hace 20 a?os, me impresion¨® con su pelo color fuego y su facilidad para mezclar colores en la paleta. Me costaba mirarla mientras hablaba porque sent¨ªa que no hab¨ªa pasado el tiempo
Al principio del aprendizaje se suele vincular el blanco con la luz, pero el blanco tiene la habilidad de dejar todo como si se hubiera derramado un vaso de leche sobre lo pintado
?Qu¨¦ sucede con la muerte de las personas que no hemos llegado a conocer?
Dejo un Chile que esta vez me ha ense?ado m¨¢s que nunca, dec¨ªa, porque es muy probable que, mientras me le¨¦is, el pueblo chileno est¨¦ realizando una haza?a hist¨®rica
Una no se despierta cada ma?ana sobre una cama desde la que se ven arrayanes, el mar y una cordillera nevada
Escribo desde el taller de grabado que compartimos con Roser Bru y en el que ahora 14 mujeres trabajan inspiradas por sus panes, sus granadas y sus sand¨ªas atravesadas por cuchillos. Escribo desde el lugar en el que, escuch¨¢ndola, supe que yo misma empezaba a ser
?Para qu¨¦ pintamos? ?Para qui¨¦n lo hacemos?, pienso despu¨¦s de intentar entender la relaci¨®n que Rosa Bonheur estableci¨® con su obra
Sylvia Sleigh quiso retratar a ambos sexos ¡°con dignidad y humanismo¡±. Para ella era necesario hacerlo porque las mujeres hab¨ªan sido pintadas como objetos de deseo, en poses humillantes
Paula Modersohn-Becker no adopt¨® la mirada que la habr¨ªa convertido en alguien respetado por sus contempor¨¢neos, y aliment¨® la mirada propia, atendi¨® a lo sencillo y nos mostr¨® el mundo con toda su crudeza
Hilma af Klint pintaba con el cuerpo grandes formatos que si una tiene la suerte de poder contemplar en directo pueden fulminarla por su riqueza en formas, colores, emoci¨®n y potencia
La misoginia nos devuelve a las sabinas. Muchas de nosotras despertamos en el feminismo al observar la cara de terror de una de ellas: intentaba huir de su violador. Aquella mujer esculpida por Juan de Bolonia nos salv¨® la vida
Recuerdo aquello que escribi¨® hace poco una autora en Twitter: un editor de una gran editorial espa?ola le confes¨® que lo que m¨¢s les interesa ahora son nuestras voces. Se dan prisa por publicar escrituras ¡°femeninas¡± antes de que pierdan inter¨¦s para el mercado