¡®Palabra de Pritzker¡¯, los arquitectos hablan, la arquitectura cambia
El periodista Ll¨¤tzer Moix analiza la relevancia de los Premios Pritzker como canon de la historia moderna de la disciplina a la vez que da voz a sus principales protagonistas galardonados
Un hist¨®rico del periodismo cultural (m¨ªtico jefe de cultura de La Vanguardia, hoy subdirector del diario barcelon¨¦s) ha recorrido el mundo para hablar con los art¨ªfices m¨¢s reconocidos de la arquitectura de los ¨²ltimos tiempos. El resultado es un retrato del cambio: de la arquitectura de finales del siglo XX a la que asienta un siglo XXI transformador. Palabra de Pritzker resume buena parte de esa arquitectura. Digamos que son todos los que est¨¢n, pero no est¨¢n todos ...
Un hist¨®rico del periodismo cultural (m¨ªtico jefe de cultura de La Vanguardia, hoy subdirector del diario barcelon¨¦s) ha recorrido el mundo para hablar con los art¨ªfices m¨¢s reconocidos de la arquitectura de los ¨²ltimos tiempos. El resultado es un retrato del cambio: de la arquitectura de finales del siglo XX a la que asienta un siglo XXI transformador. Palabra de Pritzker resume buena parte de esa arquitectura. Digamos que son todos los que est¨¢n, pero no est¨¢n todos los que son. En parte por muertes entre los galardonados (Zaha Hadid, Sverre Fehn, Robert Venturi, Aldo Rossi o Fumihiko Maki), por car¨¢cter o falta de inter¨¦s (el escurridizo Koolhaas o el ?sobredimensionado? Thom Mayne). Y en parte por lagunas del propio Pritzker. Como periodista, lo que Ll¨¤tzer Moix se pregunta tras contar la historia del tan sagaz como machaconamente publicitado como ¡°el Nobel de la arquitectura¡± es hasta qu¨¦ punto un premio puede representar el canon oficioso. ?Se pueden construir lugares inolvidables y ayudar al progreso de la sociedad? ?C¨®mo hacer esto ¨²ltimo sin mejorar la relaci¨®n entre la mayor¨ªa de esa sociedad y la arquitectura?
Que la sociedad ha valorado la arquitectura lo demuestra lo que uno visita cuando puede viajar. Que conocer la buena arquitectura requiera cultura o dinero tambi¨¦n da una pista de los cambios que esa disciplina necesita si, de verdad, quiere exprimir su repercusi¨®n social. Moix explica que un emprendedor, Robert Carleton Smith, ide¨® un reconocimiento mundial para una disciplina que se hab¨ªa quedado fuera de los premios suecos. La ofreci¨® a John Paul Getty. Pero fue la familia Pritzker, jud¨ªos ucranios establecidos en Chicago en 1957, la que ¡ª?con su cadena hotelera Hyatt y una fortuna de 30.000 millones de d¨®lares¡ª decidi¨® responsabilizarse del premio. La arquitectura ¡ªlos atrios de gran altura de sus establecimientos¡ª se lo hab¨ªa dado todo, ?c¨®mo devolverlo a la sociedad? Moix recoge esa historia y plantea: ¡°?En qu¨¦ medida suscribir¨¢n los j¨®venes el criterio de unos premios a cuyas ceremonias ¡ªcamareros sirviendo ostras y champ¨¢n¡ª acude el presidente de EE UU o el emperador de Jap¨®n?
La respuesta est¨¢ en su libro. Su objetivo es dar la palabra. Y la da con los riesgos que implica dejar hablar. C¨®mo hablan o qu¨¦ deciden callar retrata a quien toma la palabra. As¨ª, un Frank Gehry poco generoso critica la inspiraci¨®n de otro Pritzker, Oscar Niemeyer, en las curvas femeninas. Mendes da Rocha, en cambio, compara el auditorio de Niemeyer en Niteroi con Santa Maria del Fiore de Brunelleschi ¡°por la com¨²n indeformabilidad¡±. Pero habla de las contradicciones de la italiana asentada en Brasil Lina Bo Bardi, ¡°famosa¡±, dice, ¡°gracias al ingeniero Figueiredo Ferraz, que calcul¨® la aparente levedad del MASP¡±, que Mendes, paulista como el edificio, ve grosera. Puede ser. Puede tambi¨¦n que, habiendo reconsiderado lo aut¨®ctono y humanizado la arquitectura moderna, Bo Bardi tuviera hoy el Pritzker. A no ser que la relaci¨®n entre su marido y Mussolini hubiera aflorado. ?Qui¨¦n dijo que la arquitectura es un arte desconectado de la sociedad?
El Pritzker australiano Glenn Murcutt habla de su padre cri¨¢ndolo rifle en mano mientras asegura que ¡°la t¨¦cnica est¨¢ en la naturaleza¡±. Aravena explica que aprendi¨® de arquitectura siendo camarero. Y desvela que llora cuando escucha una canci¨®n o, ay, cuando le telefonearon para decirle que hab¨ªa ganado el Pritzker.
El indio Balkrishna Doshi dice que la profesi¨®n de arquitecto no era frecuente en su clase social, ¡°durante a?os, la arquitectura ignor¨® las necesidades reales de la sociedad¡±. Para quien trabaj¨® con Le Corbusier o Louis Kahn antes de tener nombre profesional propio, lo importante es la voz interior. Cita a Tagore, que tambi¨¦n era bailar¨ªn. Y recuerda a Corbu: ¡°Si no eres un acr¨®bata, si no aceptas romperte los huesos en alguna ca¨ªda, no ser¨¢s arquitecto¡±.
Este libro contiene tres tesoros. Uno es la mezcla de t¨¦cnica, espiritualidad y traumas infantiles. Otro, la historia del premio. Finalmente, est¨¢ la entrevista a Rafael Moneo. Moix logra que el primer Pritzker espa?ol hable, ?sin preguntarle!, sobre su adolescencia de ¡°futbolista voluntarioso pero no h¨¢bil¡± o sobre Utzon: ¡°Me ofreci¨® un sueldo importante que me permiti¨® pagarme el psicoan¨¢lisis, por entonces un lujo intelectual grande¡±. Creo que esta es mi frase favorita del libro: habla de dinero, de justicia, de intelectualidad y de s¨ª mismo.
Moix es un profesional elegante, un tipo que cuando alguien contesta: ¡°Es dif¨ªcil de explicar¡±, insiste sin despeinarse: ¡°Int¨¦ntelo¡±
Ante semejante material, un periodista menos flem¨¢tico que Moix podr¨ªa plantearse no esquivar la tentaci¨®n de saber qu¨¦ aprendi¨® Moneo con el psicoan¨¢lisis. ??l ha abierto el mel¨®n! Pero eso ser¨ªa no entender qui¨¦n es Moix, un profesional elegante, un tipo que cuando alguien contesta: ¡°Es dif¨ªcil de explicar¡±, insiste sin despeinarse: ¡°Int¨¦ntelo¡±. Moix no busca contradicciones, busca respuestas. Por eso deja que Norman Foster se retrate solo: ¡°La realidad de hoy es la ciencia ficci¨®n de mi juventud¡±.
Entre las pocas arquitectas galardonadas con un Pritzker, Anne Lacaton tiene voz. ¡°Para nosotros, ?frica fue una segunda escuela. Descubrimos que la gente es capaz de definir espacios prescindiendo casi por completo de los materiales¡±. A los j¨®venes, el ¨²ltimo premiado, Di¨¦b¨¦do Francis K¨¦r¨¦, el ¨²nico africano galardonado, les advierte con un discurso metaarquitect¨®nico: ¡°Si dejas a alguien atr¨¢s tendr¨¢s que volver a por ¨¦l en alg¨²n momento¡±. Por eso, las ausencias contribuyen, parad¨®jicamente, al retrato que consigue el libro: un ejercicio de periodismo con una conclusi¨®n ineludible que Moix no dedica ni a los arquitectos ni a sus palabras. Se la concede al premio: ¡°Entre seguir y abrir camino, el galard¨®n que destaca lo m¨¢s importante debe alumbrar¡±. Lo que significa alumbrar est¨¢ en boca de los entrevistados.
Palabra de Pritzker?
Autor: Ll¨¤tzer Moix.
Editorial: Anagrama, 2022.
Formato: tapa blanda (544 p¨¢ginas. 24,90 euros) y e-book (12,99 euros).
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