Contra el imperdonable sacrilegio de tirar la grasa del jam¨®n: ?¡°Es para meterte en la c¨¢rcel!¡±
Cuando se dice que del cerdo se aprovecha todo, es por algo...
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Entre un 60% y un 70% de todos los jamones que se venden al a?o se despachan en Navidad, seg¨²n la Asociaci¨®n Interprofesional del Cerdo Ib¨¦rico. Ah¨ª donde la econom¨ªa lo permite, no falta en la mesa un plato de este manjar nacional, pues comer jam¨®n en Navidad tiene algo de simb¨®lico, de ritual que, no cabe duda, empieza con la ceremonia de cortado. En ella, el violinista que se enfrenta la pierna de cerdo apunta, cuchillo en mano, a lo que cree m¨¢s suculento y, en ocasiones, desprecia el resto sin m¨¢s. A veces acaba tirando largas y gruesas tiras de lo que los ni?os y algunos adultos denominan ¡°lo blanco del jam¨®n¡±, en un error may¨²sculo. Una aut¨¦ntica atrocidad, para quienes saben de cocina.
El jam¨®n (tanto su parte magra como la grasa) es un alimento ¨²nico en el que ¡°pueden percibirse, con mayor o menor intensidad, los sabores salado, dulce y amargo¡±, describen investigadores de la Universidad de Navarra en un art¨ªculo de 2005. Y a?aden: ¡°Los altos niveles de ¨¢cido glut¨¢mico encontrados tanto en jam¨®n curado de cerdo blanco como ib¨¦rico podr¨ªan ser los responsables de notas umami, que normalmente tienen implicaciones positivas sobre el sabor y flavor de los alimentos¡±. El umami es el un¨¢nimemente aceptado quinto sabor, una sabrosa caracter¨ªstica que cuesta encontrar m¨¢s all¨¢ de la cocina oriental y el jam¨®n... especialmente en ¡°lo blanco¡±.
¡°Es un producto extraordinario¡±, resume Paco P¨¦rez, chef con cinco estrellas Michelin repartidas entre sus restaurantes Miramar (Llan?a, Girona), Enoteca (Hotel Arts, Barcelona) y Cinco (Berl¨ªn). ¡°Una vez limpia, quitando la parte oxidada, contiene unos valores y unos aromas umami maravillosos. Es en la grasa, y no en el magro, donde est¨¢ toda la dehesa, esa es la magia del jam¨®n ib¨¦rico: la infiltraci¨®n de la grasa. Y nos brinda un abanico de posibilidades enorme¡±, promete el cocinero.
Luis Alberto Lera, director y cocinero del restaurante Lera (Castroverde de Campos, Zamora), con dos Soles Repsol en su escaparate, coincide plenamente: ¡°La grasa del cerdo ayuda a muchas cosas ¡ªapunta especialmente la del cerdo ib¨¦rico, que es mucho m¨¢s ligera. Aporta algo que, aunque parezca incre¨ªble, me gusta mucho: ese toque rancio, que en el caso del jam¨®n es un rancio sano, no amargo. Estoy recordando una base que hicimos para una pintada con salsa de jam¨®n, para la cual emple¨¢bamos el tocino como base de la salsa. El aporte que tiene es, primero, un sabor inigualable a ib¨¦rico, y luego, un toque graso muy brillante¡±.
Por eso a?ade, casi como un ruego: ¡°El tocino, por favor, que nunca lo tiren. Cuando abres un jam¨®n y ves que tiene una parte grasa bastante amplia (el jam¨®n ib¨¦rico posee bastante tocino) hay que guardarlo bien, incluso se puede congelar (algo que conviene aprender a hacer correctamente tambi¨¦n con los alimentos frescos). Siempre las partes limpias; las partes externas, que est¨¢n oscuras, que han estado en contacto con el aire y pueden tener humedad, habr¨ªa que desecharlas. Pero el interior es buen¨ªsimo¡±.
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Nunca comprar¨¢s un jam¨®n tan barato pero, ?sabes qu¨¦ hay que mirar para elegir la pieza perfecta?
Antes de que estos dos maestros nos sugieran algunas ideas culinarias que implican la concurrencia de grasa de cerdo, conviene distinguir entre el tocino y la manteca. Lo explica Lera: ¡°La manteca es la grasa que est¨¢ cerca de los ri?ones del cerdo, y lo que hace es fundirse, resultando una materia transparente que, cuando se enfr¨ªa, se vuelve blanca. Siempre ha sido un sustento: cuando no hab¨ªa aceite, la manteca era la base de muchas salsas y se echaba por ejemplo a una sopa de ajo, a?adiendo calor¨ªas necesarias en los duros inviernos¡±.
Obviamente, tambi¨¦n era un conservante: para los torreznos, para el lomo, para las costillas que se hac¨ªan en ollas de barro¡ El tocino es la grasa que recubre las extremidades y funde mucho menos, pero tambi¨¦n viene bien, entre otras cosas para bases de salsas; de hecho, hacemos una salsa de ancas de rana para la que creamos su propio unto a partir de tocino de cerdo ib¨¦rico, papada, jam¨®n y un poquit¨ªn de cecina de vaca¡±.
Con la manteca pueden elaborarse incluso dulces. En Miramar ofrec¨ªan su propia versi¨®n de nutella, con manteca de cerdo ib¨¦rico en vez de aceite de palma (¡°nos da ese toque umami espl¨¦ndido que queda en boca y es muy agradable¡±, dice Paco P¨¦rez), y en Lera tientan al comensal con unas pastas de manteca de cerdo con canela. ¡°Para dulces se ha utilizado mucho en nuestra zona, Tierra de Campos, porque antes no hab¨ªa mantequilla ni aceite¡±, explica su cocinero.
¡°Quien se deshace de la grasa¡ ?es para meterlo en la c¨¢rcel!¡±
No hace falta estrujarse la cabeza pensando en elaboraciones complicadas para usar el tocino del jam¨®n. Hasta para las recetas m¨¢s sencillas resulta muy socorrido. Por ejemplo, un plato de pasta con todo el sabor ib¨¦rico. ¡°Cogemos pasta fresca, unos ?oquis o cualquier otra variedad que nos apetezca, y en vez de utilizar beicon vamos a saltear esa grasa ib¨¦rica cortada a dados. Lo ¨²nico que vamos a hacer despu¨¦s es simplemente a?adir un poquito de nata fresca; espolvoreamos unas vueltas de pimienta y acto seguido le pondremos la pasta; saltearemos y, para acabar, a?adiremos unas l¨¢minas del propio jam¨®n ib¨¦rico. Lograremos as¨ª aportar la textura y el sabor del ib¨¦rico a esa pasta¡±, propone Paco P¨¦rez.
O a un caldo, que el tocino convierte una sopa ramplona en un elixir lleno de matices. ¡°Para hacer una sopa de ajo podemos preparar un caldo a base de huesos de jam¨®n, puntas y bastante tocino de cerdo ib¨¦rico ¡ªexpone Lera¡ª. Lo reducimos bastante y, con esa reducci¨®n, hacemos una tosta; el caldo lo destinamos a ponerlo en la base¡±. Tambi¨¦n eleva a otro nivel un cocido o una sopita de verduras. ¡°Con un poco de tocino se va a aromatizar ese caldo¡±, a?ade Lera. Por su parte, los granos de arroz recibir¨¢n sus aromas con alborozo. ¡°Se puede preparar la base con un poco de aceite de oliva y unos 50 u 80 gramos de tocino blanco, bien limpio y bien picado, en dados peque?os; dejamos que todo eso sude, y sale una base de salsa fant¨¢stica para arroces. En ese aceite yo dorar¨ªa a continuaci¨®n unos ajos. Despu¨¦s echar¨ªa el arroz y, por ¨²ltimo, el caldo¡±.
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De una vez por todas, ?se puede o no se puede comer jam¨®n serrano en el embarazo?
Los m¨¢s sofisticados quiz¨¢ quieran atreverse con la sopa dashi de Paco P¨¦rez: ¡°Cuando hemos hervido el ¡®combo¡¯, en vez de incorporar at¨²n a?adimos unas l¨¢minas finas de esa grasa para que infusione en el caldo, lo que va a dejar un aroma maravilloso para a?adir a unas setas secas¡ Dejamos infusionar las setas junto con la grasa, luego colamos al cabo de 10 o 15 minutos y tendremos una sopa estupenda con la que podemos hacer las variantes que queramos¡±.
Los menos modernos quiz¨¢ prefieran confeccionar unos chicharrones caseros, otra de las salidas que pueden darse a este vers¨¢til producto. ¡°No busques el chicharr¨®n cl¨¢sico ¡ªadvierte P¨¦rez¡ª, pero si limpias la grasa, la cortas y la pones en una paellita, dejando que se vaya friendo, obtendr¨¢s un chicharroncito que lo cortas a daditos y puedes ponerlo encima de un huevo frito, con un puntito de sal y de pimienta encima, y queda en boca espectacular¡±.
El umami del tocino tambi¨¦n viene de perlas para aromatizar un aceite (este tambi¨¦n se puede congelar). ¡°Podemos hacer un aceite de tomillo ¡ªplantea P¨¦rez¡ª, a partir de aceite de oliva e incorporando grasa del cerdo ib¨¦rico. Nos saldr¨¢ una mezcla deliciosa a la que vamos a a?adir despu¨¦s unas ramitas de tomillo. Dejamos que se vayan macerando y habremos conseguido un aceite con un matiz que descoloca, ideal para ali?ar una ensalada o un br¨®coli hervido¡±.
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Quince alimentos que es bueno comer aunque sean pura grasa
Como suele decirse, del cerdo se aprovecha todo, y no por ser un lema conocido hay que dejar de repetirlo. ¡°Menos la pezu?a, que puedes ponerla de decoraci¨®n, los huesos, el magro y la grasa son muy valiosos; en nuestra casa, la grasa es un producto obligado¡±, dice Paco P¨¦rez, quien a?ade, en tono de broma pero con un punto de justificada indignaci¨®n: ¡°Quien se deshace de la grasa¡ ?es para meterlo en la c¨¢rcel!¡±.
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