Cuestionados y con m¨¢s grasas: el negro futuro de los batidos y barritas para perder peso
Dicen que una nueva regulaci¨®n los encarecer¨¢ al tiempo que les quita sabor. ?De verdad se le est¨¢ dando la puntilla a estos productos?
En un pa¨ªs donde en torno a la mitad de las mujeres y mucho m¨¢s del 50% de los hombres tiene sobrepeso u obesidad, seg¨²n una encuesta de 2017 del INE, los batidos y barritas para adelgazar pueden entenderse de dos maneras: como una valiosa ayuda para la salud o como un boyante negocio de futuro. La primera opci¨®n es dif¨ªcil de defender con an¨¢lisis como el que la OCU hizo en 2017, en el que le dieron a probar 8 barritas sustitutivas de una comida a 200 personas: su conclusi¨®n fue que las mejor valoradas en la degustaci¨®n estuvieron entre las menos aconsejables desde el punto de vista nutricional. El sabor manda y las de chocolate triunfan... Y precisamente por eso, por el sabor, quiz¨¢ el negocio de este tipo de f¨®rmulas para el control de peso, que lleva m¨¢s de tres d¨¦cadas en las estanter¨ªas de parafarmacias, supermercados y un m¨¢s que prol¨ªfico mercado de venta piramidal, ya no tenga tanto futuro. Por no hablar de una posible subida de precio.
La Uni¨®n Europea aplicar¨¢ en 2022 un nuevo reglamento por el que los batidos y las barritas para adelgazar ser¨¢n m¨¢s caros y menos sabrosos, seg¨²n un estudio presentado en el Congreso Europeo e Internacional sobre Obesidad, celebrado el mes pasado a trav¨¦s de internet. Kelly Johnston, profesora visitante del King¡¯s College de Londres y directora de investigaci¨®n de una empresa brit¨¢nica de programas de p¨¦rdida de peso, interpret¨® as¨ª los efectos que tendr¨¢n los cambios legislativos bas¨¢ndose en el experimento que ella misma dirigi¨®. Lo que hizo fue elaborar 10 productos de acuerdo a la regulaci¨®n actual, la que entrar¨¢ en vigor dentro de dos a?os y supuestos intermedios, para luego d¨¢rselos a probar a un panel de expertos. As¨ª resumi¨® su conclusi¨®n en el congreso: ¡°Es probable que las propiedades sensoriales de la nueva formulaci¨®n incomoden a los consumidores. Adem¨¢s, la vida ¨²til de algunos productos podr¨ªa verse disminuida o, simplemente, har¨¢ que su venta sea inviable¡±. No derroch¨® esperanza, pero, ?de verdad est¨¢n estos productos heridos de muerte?
Presupuesto para m¨¢s prote¨ªnas
Para perder peso hace falta un d¨¦ficit cal¨®rico. O sea, ingerir menos calor¨ªas de las que se queman. Otra cosa es c¨®mo. La directiva 96/8/CE de la Comisi¨®n, que es la que marca la pauta de los batidos y barritas para adelgazar que hoy mismo puedes encontrar en cualquier comercio, establece que el aporte energ¨¦tico diario de estos sustitutivos debe estar entre unas escasas 800 y 1.200 kilocalor¨ªas. Teniendo en cuenta que un adulto consume por t¨¦rmino medio unas 2.000 cada d¨ªa, supone ahorrarse la mitad de carburante en cada jornada. ?C¨®mo? Sustituyendo cada comida por un batido (en torno a 200 calor¨ªas) o dos barritas (en torno a 125 calor¨ªas cada una). En total, habr¨ªa que tomar al d¨ªa al menos cuatro de los primeros u ocho de las segundas para llegar al aporte energ¨¦tico recomendado por la normativa. Pero, fuera del papel, se da por hecho que se cambian solo por tres comidas: el desayuno, la comida y la cena.
Adem¨¢s, esta directiva es la que dice cu¨¢nto hay que poner de cada macro y micronutriente. Por ejemplo, las prote¨ªnas ¡ªese nutriente necesario para perder peso a costa de michelines y no de la masa muscular¡ª deben suponer actualmente entre el 25% y 50% del valor energ¨¦tico total del producto. Con el nuevo reglamento, el contenido no podr¨¢ ser inferior a 75 gramos ni superior a 105 gramos por raci¨®n diaria total. Teniendo en cuenta que cada batido (en s¨®lido) viene a pesar 180 gramos por d¨ªa (dividido en tres raciones de 60 gramos para cada una las tres comidas), la nueva normativa significa de facto que casi la mitad sean prote¨ªnas. Aumentar la cantidad de este macronutriente en cada batido y barrita podr¨ªa descuadrar los presupuestos de los fabricantes; Johnston asegur¨® que puede encarecer hasta un 38% el precio final y temen que los consumidores no est¨¦n dispuestos a pagar de m¨¢s para pesar menos.
¡°Efectivamente, la prote¨ªna es m¨¢s cara que los az¨²cares y que ciertas grasas, pero hay fuentes m¨¢s baratas como las vegetales que provienen de los garbanzos, los guisantes y la soja", aclara el dietista-nutricionista ?lex P¨¦rez Caballero, autor del blog El Piscolabis. Sin embargo, la prote¨ªna l¨¢ctea sigue siendo la favorita. Mientras el gremio l¨¢cteo europeo (Euromilk) aplaude esta decisi¨®n, Jos¨¦ Mar¨ªa Puya, dietista deportivo, tecn¨®logo alimentario especializado en suplementos y director de Alimentolog¨ªa, advierte de que los fabricantes tienen margen para cuadrar precios reduciendo la calidad de la prote¨ªna l¨¢ctea: ¡°Existen distintos proveedores. Algunos son de muy buena calidad. Pero tambi¨¦n hay low cost procedentes de Polonia o China. No descartemos la tentaci¨®n de que los fabricantes se tiren a la m¨¢s barata para no tener que repercutirlo en el precio o recortar sus beneficios. Y eso que estos productos trabajan con m¨¢rgenes de beneficio bastante amplios¡±.
?Adelgazar a costa del gusto?
Otro gran problema est¨¢ en las grasas. Seg¨²n la legislaci¨®n vigente no deben superar el 30% del valor energ¨¦tico total diario, con un m¨ªnimo de 4,5 gramos para el ¨¢cido linoleico (un omega 6). La nueva norma impondr¨¢ un m¨ªnimo de 11 gramos y 1,4 gramos de alfa linol¨¦nico (los omega 3). Es decir, m¨¢s del doble. Aqu¨ª Johnston tambi¨¦n se quej¨®, por considerar que cambiar¨¢ el sabor del producto. Seg¨²n test que hizo con batidos que se ajustan a la nueva normativa, el aumento de grasa disminuye considerablemente la palatabilidad del producto. Por si fuera poco, tambi¨¦n reduce el tiempo que aguanta sin perder sus propiedades. No es ninguna sorpresa: la grasa aporta sabor y textura a los alimentos, pero tambi¨¦n se enrancia en contacto con el ox¨ªgeno o por las altas temperaturas. Y esto es un problema cuando uno quiere producir en cantidad y distribuir lo m¨¢s lejos posible. La objeci¨®n en este caso ser¨ªa que no hay evidencias para a?adir tanta grasa a la comida de alguien que, precisamente, lo que busca es eliminar grasas.
Pero hay grasas y grasas, y de las que habla la nueva legislaci¨®n son de las buenas, explica el tecn¨®logo de los alimentos: ¡°Hablamos de ¨¢cidos grasos esenciales necesarios para muchas funciones vitales. Si alguien solo se alimenta con esos batidos, tendr¨¢n que llevarlos. Entiendo que puede afectar al sabor, pero la Agencia Europea para la Seguridad Alimentaria est¨¢ primando la salud de los consumidores. El ejemplo lo tenemos en los suplementos de aceite de pescado que, aunque se intenten disimular, siempre tienen esas caracter¨ªsticas organol¨¦pticas. Por lo que respecta a la duraci¨®n, tendr¨¢n que a?adir m¨¢s antioxidantes u otros aditivos, aunque me temo que tambi¨¦n deban acortar la fecha de consumo preferente¡±. El nutricionista coincide y recuerda la importancia de determinadas grasas en la dieta: ¡°No podemos aspirar a comer sano eliminando la grasa porque es f¨¢cil tener d¨¦ficit de alguna vitamina asociada a ella o de alg¨²n ¨¢cido graso esencial¡±. P¨¦rez Caballero a?ade que estas no tienen porque empeorar el sabor, salvo que ¡°los se?ores de la industria usen unas de mala calidad o procesos poco refinados en la elaboraci¨®n¡±.
?Y qu¨¦ pasa con el az¨²car?
El dietista-nutricionista y el tecn¨®logo critican un gran agujero en la nueva normativa: no se especifica cu¨¢nto de az¨²cares libres pueden llevar. Las autoridades sanitarias sugieren que en una alimentaci¨®n saludable estos az¨²cares no deben superar el 5% de las calor¨ªas totales. Sin embargo, en algunos productos se dispara hasta el 36%. Este porcentaje es especialmente elevado en las barritas, convirti¨¦ndolas en aut¨¦nticas chocolatinas. ¡°Es incre¨ªble que haya gente que no repare en eso. Si solo comes barritas, en un d¨ªa te has metido unos 60 gramos de az¨²car. La gente no se lo plantea porque, aun as¨ª, pierden peso debido al d¨¦ficit cal¨®rico. Pero no significa que est¨¦n comiendo bien. Si solo comes una pizza de 1.000 calor¨ªas al d¨ªa tambi¨¦n vas a adelgazar y est¨¢ muy lejos de ser una dieta saludable¡±, advierte Puya.
El tiempo corre y a dos a?os de la entrada en vigor de la nueva regulaci¨®n la industria sigue moviendo sus hilos para no tener que aplicarla. Desde comunicados en prensa procedentes de asociaciones como Specialized Nutrition Europe (SNE) y Very Low Calorie Diet Industry Group (VLCDIG) alertando de que podr¨ªa ser un desastre en el control de la diabetes tipo 2 y la obesidad hasta apelaciones a la ciudadan¨ªa a presionar a los europarlamentarios para que la detengan. La evidencia cient¨ªfica, en cambio, revela que estos productos solo suponen un parche temporal en el tratamiento de esas patolog¨ªas. La soluci¨®n no est¨¢ en alimentarse a base de batidos, sino en implementar pautas de alimentaci¨®n saludables y duraderas. Y esa podr¨ªa ser la aut¨¦ntica puntilla a largo plazo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.