Razones por las que, aunque se vacune, no podr¨¢ quitarse la mascarilla
Aunque el final de esta pesadilla parezca cada vez m¨¢s cerca, todav¨ªa queda recorrido

Los tiempos en los que llevar mascarilla era patrimonio (casi) exclusivo del personal sanitario parecen muy lejanos. Hace ya meses que, a pesar de las incontables incomodidades (se empa?an las gafas, las gomas molestan en las orejas...), nos hicimos a la idea de que no pod¨ªamos dar un paso m¨¢s all¨¢ de la puerta de casa sin llevarla puesta. Ese peque?o trozo de tela (o celulosa) es una de las mejores maneras de protegernos frente al virus que ha puesto patas arriba nuestras vidas. Pero que reconozcamos su valor, no quiere decir que no estemos deseando quit¨¢rnosla. Y con el inicio de la vacunaci¨®n, parece que acariciamos ese momento. No tan r¨¢pido: ¡°Aunque tengamos la enfermedad controlada, la mascarilla habr¨¢ que llevarla por mucho m¨¢s tiempo¡±, sentencia Francisco ?lvarez, coordinador del Comit¨¦ Asesor de Vacunas de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa (CAV-AEP).
Hay m¨¢s de una raz¨®n para no poder colgar de una vez por todas esta prenda. La primera es que la vacuna de BioNTech y Pfizer que ha empezado a administrarse requiere dos dosis, entre las que transcurren 21 d¨ªas. ¡°Entre una y otra a¨²n tenemos riesgo de adquirir la infecci¨®n¡±, explica Ruth Figueroa, portavoz del grupo de vacunas de la Sociedad Espa?ola de Enfermedades Infecciosas y Microbiolog¨ªa Cl¨ªnica (SEIMC). Y, a¨²n con los dos pinchazos, el efecto no es inmediato. ¡°La vacuna tiene que trabajar, como el resto de vacunas que conocemos, y eso lleva un tiempo¡±, recuerda. Se calcula que deben pasar siete d¨ªas desde la segunda dosis para que sea efectiva. En total, desde la primera puesta, pasa un mes en el que seguimos desprotegidos.
La cosa no acaba ah¨ª. Despu¨¦s de ese mes tampoco podremos dejar de usarla porque, aunque el porcentaje de efectividad de esta vacuna sea muy alto, no alcanza el 100%. As¨ª que, seg¨²n Figueroa, no se puede bajar la guardia: ¡°Sabemos que la vacuna nos va a proteger much¨ªsimo, al menos un 95%, pero no un 100%¡±, afirma y recuerda que no hay manera de saber qui¨¦n se encontrar¨¢ en ese 5%. As¨ª que hay que seguir poniendo en pr¨¢ctica las medidas de prevenci¨®n: lavarse las manos con frecuencia, mantener la distancia social y, s¨ª, la dichosa mascarilla.
Hay una tercera raz¨®n para no confiarnos en exceso. La vacunaci¨®n que comenz¨® el pasado domingo en Espa?a pasar¨¢ a la historia de la humanidad por ser la vacunaci¨®n masiva m¨¢s grande y r¨¢pida conocida jam¨¢s. Todo un reto con el que se evitar¨¢n muchas muertes. Sin embargo, no se llegar¨¢ a vacunar a los 7.700 millones de personas del planeta. Y mientras haya personas no vacunadas, hay riesgo de que el virus siga movi¨¦ndose libremente.
Seguimos. Tampoco se sabe si los vacunados podr¨¢n contagiar en caso de que entren en contacto con el virus. ¡°Existe la posibilidad. El objetivo es que no se transmita y que si sufrimos la enfermedad seamos lo menos transmisores posible. A lo mejor lo pasamos como un resfriado tan sencillo que ni nos damos cuenta, precisamente porque estamos vacunados, pero existe la incertidumbre de si contagiar¨ªamos¡±, explica Figueroa.
Esta inquietud viene de c¨®mo funciona la vacuna. Se trata de un pinchazo en el m¨²sculo deltoides que incluye 30 millon¨¦simas de gramo de tozinamer¨¢n, una mol¨¦cula con informaci¨®n gen¨¦tica del nuevo coronavirus. Una vez entra en nuestro cuerpo, es nuestro organismo el encargado de fabricar la aut¨¦ntica vacuna a trav¨¦s de un fragmento inofensivo del virus, su prote¨ªna de la esp¨ªcula, con el que se entrenan las defensas del organismo. As¨ª se previenen las formas graves de la enfermedad. Lo que no se sabe es ¡°si previene la infecci¨®n, es decir, si acaba con el virus en la nasofaringe¡±, afirma el coordinador del CAV-AEP.
Las infecciones virales ¡°acaban siendo una carrera entre la velocidad de propagaci¨®n del virus y la rapidez de la respuesta inmunitaria. En una persona vacunada esa respuesta deber¨ªa ser lo suficientemente r¨¢pida y potente como para frenar la replicaci¨®n del virus, limitando tanto la cantidad de virus como el tiempo en que este se localizar¨¢ en la nariz¡±, explica Luis P¨¦rez Garc¨ªa-Esta?, profesor de Virolog¨ªa de la Universidad Miguel Hern¨¢ndez, Sin embargo, si la respuesta no es muy r¨¢pida ni muy potente, el virus s¨ª puede alojarse en la nariz y seguir infectando a otros. ¡°Por desgracia, hasta que no tengamos m¨¢s datos, habr¨¢ que extremar precauciones incluso si uno est¨¢ vacunado¡±, afirma la inmun¨®loga e investigadora del CSIC Matilde Ca?elles, del Departamento de Ciencia, Tecnolog¨ªa y Sociedad del Instituto de Filosof¨ªa (IFS-CSIC).
La forma de asegurarse de que los vacunados tampoco contagian es, seg¨²n los expertos, una vacuna intranasal. ¡°Trat¨¢ndose de una infecci¨®n respiratoria, pueden ser m¨¢s efectivas contra el contagio y la transmisi¨®n de la enfermedad. Tambi¨¦n pueden ser mejores para los ni?os, que al tener un sistema inmune m¨¢s rudimentario, dependen m¨¢s de la ¡®inmunidad de mucosa¡¯ que predomina en la nariz y garganta. Por eso en ellos potencialmente las vacunas orales o nasales podr¨ªan funcionar mejor que las inyectables¡±, explica la inmun¨®loga del CSIC Matilde Ca?elles. Y, aunque a¨²n no la tengamos, es posible que no estemos lejos.
En un tiempo r¨¦cord (menos de un a?o), hemos sido capaces de desarrollar las tres fases cl¨ªnicas de una vacuna, aprobarla y empezar a administrarla. Algo que esperanza a los expertos, que no ven como una utop¨ªa la llegada de las versiones orales y nasales. ¡°No hay que irse al futuro, ya existe alguna de administraci¨®n intranasal. Por ejemplo, para la gripe. Y a lo largo de este a?o ha habido alg¨²n proyecto de desarrollo de vacuna de este tipo para el SARS-CoV-2¡±, afirma P¨¦rez Garc¨ªa-Esta?.
En cualquier caso, despojarse de la mascarilla tampoco ser¨ªa inmediato. ¡°No podemos confiar en la inmunidad de reba?o, ya que no sabemos a¨²n cu¨¢nto tiempo durar¨¢ la inmunidad proporcionada por la vacuna, o si el virus ir¨¢ mutando [algo que ya ha hecho: hace tan solo unos d¨ªas, el Reino Unido notificaba una nueva cepa a¨²n m¨¢s contagiosa] y tendremos que vacunarnos cada a?o, como ocurre con la gripe. Por tanto, debemos seguir desarrollando vacunas de varios tipos que alcancen a todos los segmentos de la poblaci¨®n, y tomando medidas¡±, recuerda Ca?elles. Y cuando nos toque, ponernos el pinchazo. Cuantos m¨¢s lo tengamos, m¨¢s seguros estaremos.
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