Cr¨®nica visual de posguerra
El cineasta Carlos Saura expone en el museo Cerralbo las fotograf¨ªas en las que inmortaliz¨® la Espa?a de Franco
Tres ni?os andaluces extienden su mano para pedir limosna en una calle sin asfaltar. Visten con harapos y sus miradas tristes se clavan en la c¨¢mara. Como no, en blanco y negro. Es la met¨¢fora perfecta de la miseria y la represi¨®n que vivi¨® Espa?a tras la Guerra Civil. La imagen es una de las fotograf¨ªas con las que el cineasta Carlos Saura (Huesca, 1932) retrat¨® la posguerra. Forma parte de la exposici¨®n Espa?a. A?os 50 que organiza PHotoEspa?a y que puede visitarse gratis hasta el 3 de septiembre en el Museo Cerralbo (calle de Ventura Rodr¨ªguez, 17).
La muestra, una selecci¨®n de 90 fotograf¨ªas repartidas en tres salas, ha pasado ya por Zamora, Segovia y Cuenca. Son algunos de los lugares que inmortaliz¨® Saura con su Leica M3 tras abandonar sus estudios de ingenier¨ªa. ¡°Todos deber¨ªamos verla para que no se olvide lo dura que fue esa ¨¦poca¡±, aconseja una visitante. Las im¨¢genes son la cr¨®nica de una sociedad hundida. ¡°Quer¨ªa mostrar que, al margen de la Espa?a oficial, la pobreza y el abandono en los pueblos y en los campos era manifiesta. En algunas zonas, como en Sanabria, uno cre¨ªa hallarse todav¨ªa en el Medievo¡±, subraya el autor. El hilo conductor son los pueblos y las gentes que Saura fue descubriendo en sus viajes por un pa¨ªs analfabeto y preminentemente rural.
El cineasta comenz¨® a disparar la ICA 6X9 de su padre a los nueve a?os. Hizo su primera foto a una ni?a de la que estaba enamorado. ¡°Entonces descubr¨ª el valor de la fotograf¨ªa como testimonio y los fr¨¢giles que son los sentimientos¡±, se?ala. Expuso por primera vez con 19 a?os, se dedic¨® profesionalmente a la fotograf¨ªa y estuvo cerca de trabajar para la revista Paris Match. El cine se cruz¨® entonces en su camino. ¡°No dorm¨ª aquella noche, pero nunca me he arrepentido de la decisi¨®n. Llevo m¨¢s de 40 pel¨ªculas, pero jam¨¢s abandon¨¦ la fotograf¨ªa¡±. Siempre ha sido la gran pasi¨®n de Saura, que atesora una colecci¨®n de m¨¢s de mil c¨¢maras.
Paisajes y fiestas
Antes de dedicarse al cine, Saura inmortaliz¨® los paisajes y las fiestas de Cuenca. Gracias a sus fotos podemos descubrir las cosas que han desaparecido y aquellas que a¨²n permanecen, como las celebraciones de San Mateo, con sus gigantes y cabezudos. Retrat¨® Sanabria (Zamora) y a muchos de los 144 vecinos que perecieron en 1959, cuando se rompi¨® la presa de Vega Tera. Tambi¨¦n a Madrid, con sus salas de baile, sus barrenderos y sus vendedoras de peri¨®dicos, o los olivares de Andaluc¨ªa, una tierra de casas encaladas y paisajes rom¨¢nticos.
¡°La fotograf¨ªa es la faceta m¨¢s desconocida de Saura. Sus im¨¢genes son un testimonio gr¨¢fico que denota mucha humanidad¡±, explica Carmen Sanz, conservadora del Museo Cerralbo. Sus fotos reflejan la cotidianidad, congelan la vida misma: una mujer amamantando a su beb¨¦, ni?os jugando en la calle o carretas tiradas por burros en una ¨¦poca en la que los coches escaseaban. Durante el franquismo, la mayor¨ªa de los espa?oles viv¨ªan sumidos en la pobreza. Sin embargo, sus gentes eran abiertas y trabajadoras, como revelan esas mujeres que sonr¨ªen al objetivo de Saura mientras recolectan la cosecha bajo un sol de justicia.
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