Los linces se multiplican por 10 en 20 a?os y superan los 1.000 ejemplares, pero siguen en riesgo de extinci¨®n
En 2020 nacieron 414 cachorros, un 30% m¨¢s que el a?o anterior. Los expertos advierten de que es urgente crear nuevos n¨²cleos y conectar las poblaciones existentes
En 2002 la situaci¨®n del lince ib¨¦rico (Lynx pardinus) era cr¨ªtica, con tan solo 94 ejemplares en Andaluc¨ªa. Los programas de cr¨ªa en cautividad y creaci¨®n de diferentes n¨²cleos han logrado que esa exigua poblaci¨®n se haya multiplicado por m¨¢s de 10 en dos d¨¦cadas. El a?o pasado la especie super¨® la barrera del millar en Espa?a y Portugal llegando a los 1.111 individuos entre adultos y cachorros. El crecimiento fue del 30% con respecto al a?o anterior: nacieron 414 cr¨ªas de 239 hembras reproductoras, indica el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica y el Reto Demogr¨¢fico. El objetivo, asegura la ONG conservacionista WWF, es llegar a las 750 reproductoras en 2040.
La situaci¨®n permite ser optimista, pero con cautela, porque el felino, que dej¨® atr¨¢s su momento m¨¢s cr¨ªtico en 2015, contin¨²a clasificado como especie en peligro de extinci¨®n en el Cat¨¢logo Espa?ol de Especies Amenazadas. La gran mayor¨ªa de los ejemplares (87,5%) se distribuye por el cuadrante suroccidental de la Pen¨ªnsula, sobre todo en los cinco n¨²cleos de Andaluc¨ªa, en los que viven la mitad de los linces espa?oles. Le sigue Castilla-La Mancha con un tercio de la poblaci¨®n y Extremadura, con 141 ejemplares. En Portugal habitan 140 felinos en el ¨¢rea del valle del Guadiana.
Tambi¨¦n se han comenzado a detectar nuevas poblaciones que se han formado de manera natural, sin haber sido reintroducidas, como en la sierra Norte de Sevilla o en Extremadura. Una buena noticia, porque eso implica que cuando los animales se dispersan encuentran a otros para aparearse y no necesitan continuar dispers¨¢ndose cuando llega la ¨¦poca de celo. Un ¨¦xito al que han contribuido las sueltas de linces nacidos en cautividad. La ministra Teresa Ribera ha recordado que desde 2011 ¡°se han reintroducido 305 ejemplares, superando las expectativas iniciales¡±.
¡°Se nota que cada vez hay m¨¢s cachorros y lo importante es que siguen teniendo suficiente territorio en las zonas donde se reintrodujeron y pueden continuar la expansi¨®n¡±, explica Ram¨®n P¨¦rez de Ayala, responsable del programa del lince en la organizaci¨®n conservacionista WWF. El problema es que con el crecimiento exponencial actual se puede llegar a una saturaci¨®n de esas ¨¢reas linceras. ¡°Como no empecemos a crear las nuevas poblaciones y a conectar las que ya existen, se llenar¨¢n las actuales y la diversidad gen¨¦tica se podr¨ªa perder poniendo en peligro lo conseguido¡±, a?ade P¨¦rez de Ayala.
Es el reto al que hace frente el nuevo programa europeo Life Lynx Connect, dotado con 18,7 millones de euros. El proyecto pretende crear otros dos nuevas poblaciones, una en Lorca (Murcia) y otra en Sierra Arana (Granada). Los planes para comenzar a establecer esas nuevas colonias apuntan al a?o que viene, aunque, de momento, los expertos est¨¢n centrados en crear poblaciones puente entre las que ya existen que permitan a los linces conectarse. Como son m¨¢s reducidas, con unas cuatro hembras en vez de las 15 o 20 de los n¨²cleos actuales, el territorio que se necesita para estos n¨²cleos es menor.
Cada hembra utiliza entre 500 y 1.000 hect¨¢reas, dependiendo de la abundancia de conejo, vital en su dieta. Tambi¨¦n el n¨²mero de cr¨ªas por camada depende de la disponibilidad de comida. La media de 1,7 cachorros por hembra reproductora var¨ªa mucho dependiendo del lugar donde viven los felinos: en And¨²jar y Do?ana, donde hay poco conejo, las hembras paren entre uno y dos cachorros, mientras que en los Montes de Toledo la media est¨¢ en 3-4.
El crecimiento poblacional lleva aparejado un incremento de los atropellos, el mayor peligro al que se enfrenta la especie en sus movimientos. Durante el confinamiento, aunque parezca contradictorio, los choques con veh¨ªculos aumentaron. ¡°Como hab¨ªa menos tr¨¢fico, los animales se asustaban menos de las carreteras y los coches iban m¨¢s r¨¢pido¡±, describe el conservacionista de WWF.
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