EE UU y Europa presionan a China y Rusia para que apoyen la protecci¨®n marina de la Ant¨¢rtida

John Kerry, el enviado especial de Estados Unidos para el Clima, ha mostrado este lunes su esperanza en que la diplomacia internacional haya alcanzado ya un momento suficientemente ¡°maduro¡± para que se puedan establecer nuevas ¨¢reas marinas protegidas en la Ant¨¢rtida, algo que se intenta desde hace a?os sin ¨¦xito. En estos momentos, hay sobre la mesa de negociaci¨®n internacional la creaci¨®n de tres zonas nuevas de protecci¨®n en aguas ant¨¢rticas, algo que apoyan la Uni¨®n Europea y Estados Unidos. Pero se necesita que los 26 pa¨ªses del mundo con capacidad de voto sobre las medidas que afectan a la Ant¨¢rtida apoyen la iniciativa. Kerry ha reconocido que ¡°desgraciadamente¡± todav¨ªa hay naciones que muestran reticencias sobres esas tres ¨¢reas. Y en concreto ha citado a China y Rusia. ¡°Si consigui¨¦ramos el apoyo de China y de Rusia muchos m¨¢s se unir¨ªan¡±, ha se?alado. Estas dos potencias ya impidieron en 2018 la creaci¨®n de una nueva ¨¢rea protegida en la misma zona.

Kerry ha participado por videoconferencia en el acto de celebraci¨®n del 30 aniversario del Protocolo del Tratado Ant¨¢rtico, que protege medioambientalmente este continente y veta, por ejemplo, la miner¨ªa que no est¨¦ destinada a fines cient¨ªficos. Pero este acuerdo, que se cerr¨® en Madrid en 1991, solo se centra en el territorio continental. Y las principales amenazas de la Ant¨¢rtida ahora est¨¢n en el mar que rodea a este continente. Por ejemplo, a trav¨¦s la pesca indiscriminada del krill, el alimento de la mayor¨ªa de las especies en esta remota zona del planeta. Este peque?o crust¨¢ceo se pesca en grandes cantidades en las aguas ant¨¢rticas para destinarlo a la industria de los cosm¨¦ticos o la alimentaci¨®n, seg¨²n ha denunciado este lunes la bi¨®loga y ocean¨®grafa estadounidense Sylvia Earle, que tambi¨¦n ha participado en el acto de celebraci¨®n de los 30 a?os del Protocolo del Tratado Ant¨¢rtico.

Pedro S¨¢nchez, el presidente de Espa?a, ha sido uno de los dirigentes que ha abierto este acto sobre el tambi¨¦n conocido como Protocolo de Madrid. El socialista ha recordado que solo el 5% del oc¨¦ano ant¨¢rtico est¨¢ en estos momentos protegido y ha defendido el establecimiento de las tres nuevas reservas en discusi¨®n como algo ¡°crucial¡± para preservar las ¨¢reas marinas.

Este mes de octubre est¨¢ previsto que se re¨²na la Comisi¨®n para la Conservaci¨®n de los Recursos Vivos Marinos Ant¨¢rticos (CCRVMA, las siglas en ingl¨¦s de este ¨®rgano en el que 26 pa¨ªses tienen derecho a voto, entre ellos Rusia, China, Estados Unidos y algunos Estados europeos como Espa?a). En la agenda de esta reuni¨®n de octubre est¨¢n las propuestas de creaci¨®n de las reservas marinas para la Ant¨¢rtida Oriental, el Mar de Weddell y la Pen¨ªnsula Ant¨¢rtica. ¡°Treinta a?os despu¨¦s, necesitamos una protecci¨®n de los oc¨¦anos adicional¡±, ha pedido por su parte la vicepresidenta espa?ola para la Transici¨®n Ecol¨®gica, Teresa Ribera.

La ¨²ltima zona marina protegida que se implant¨® en la Ant¨¢rtida dada de 2016 y fue la del Mar de Ross. Se logr¨® proteger m¨¢s de un mill¨®n y medio de kil¨®metros cuadrados de oc¨¦ano, que quedaron a salvo de la pesca. Kerry fue uno de los dirigentes encargados de aquella negociaci¨®n y, como ha recordado este lunes, fue un proceso complicado en el que Rusia tambi¨¦n mostr¨® reticencias para aprobar la que en ese momento fue la mayor reserva marina del mundo. ¡°Nos encontramos con resistencia otra vez¡±, ha reconocido Kerry, pero ¡°debemos trabajar juntos de nuevo¡± para poner aprobar las nuevas protecciones. ¡°Lamentablemente, desde 2016 no se ha conseguido proteger m¨¢s zonas marinas en la Ant¨¢rtida y es casi imposible porque las decisiones se deben tomar por consenso¡±, explica Pilar Marcos, de Greenpeace.

El acto de celebraci¨®n de los 30 a?os del Protocolo de Madrid, organizado por el Gobierno de Espa?a, ha concluido con una declaraci¨®n conjunta firmada por 30 pa¨ªses en la que se resalta ¡°la necesidad de incrementar la iniciativas de protecci¨®n de la biodiversidad¡± en la Ant¨¢rtida. Adem¨¢s, en el texto se reconoce que ¡°las ¨¢reas marinas protegidas¡± pueden ¡°servir como una poderosa herramienta para proteger ecosistemas sensibles¡±. La declaraci¨®n est¨¢ firmada por la mayor¨ªa de pa¨ªses europeos, adem¨¢s de por EE UU, Argentina, Chile, Nueva Zelanda, Australia, India y tambi¨¦n China (aunque no Rusia).

Sin embargo, el escrito no contiene una referencia concreta ni un apoyo abierto a las tres ¨¢reas que est¨¢n en discusi¨®n, lo que ha decepcionado a los grupos conservacionistas que luchan por incrementar las reservas en la Ant¨¢rtida. ¡°Las palabras y las intenciones no son suficientes, como nos ha recordado Greta Thunberg la semana pasada¡±, ha sostenido Claire Christian, Directora Ejecutiva de la Coalici¨®n para la Ant¨¢rtida y el Oc¨¦ano Austral. ¡°Durante la reuni¨®n hemos escuchado declaraciones de casi todos lo representantes y expertos sobre la urgencia de proteger la Ant¨¢rtida. Ahora los pa¨ªses que han asistido a esta conferencia deben convertir estas declaraciones en acciones inmediatas¡±, ha a?adido declar¨® Christian, cuya organizaci¨®n ha sido una de las que ha recabado casi 1,5 millones de firmas de todo el mundo para instar a los l¨ªderes mundiales a que refuercen sustancialmente la protecci¨®n de las aguas de la Ant¨¢rtida.

La declaraci¨®n cerrada este lunes en Madrid tambi¨¦n defiende la Ant¨¢rtida como ¡°una reserva natural dedicada a la paz y la ciencia, donde se proh¨ªben las medidas de car¨¢cter militar, y el personal militar¡±. ¡°El equipo solo se puede utilizar para investigaciones cient¨ªficas u otros fines pac¨ªficos¡±, a?ade el escrito. Adem¨¢s, se apuesta por el conocimiento cient¨ªfico compartido. Y se insta a ¡°combatir el cambio clim¨¢tico¡±. ¡°Dada nuestra preocupaci¨®n por los profundos y a menudo irreversibles impactos del cambio clim¨¢tico, hacemos hincapi¨¦ en la necesidad de trabajar en de manera activa y coordinada para emprender iniciativas destinadas a mitigar y adaptarse¡± a los impactos del calentamiento global en la Ant¨¢rtida, remacha esta declaraci¨®n.

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