El Gobierno descarta construir un ¨²nico cementerio nuclear y cada central guardar¨¢ sus residuos

Tras a?os de incertidumbres sobre el destino de los residuos radiactivos, cuya gesti¨®n es uno de los grandes problemas de la energ¨ªa nuclear, el Gobierno por fin ha tomado la decisi¨®n sobre d¨®nde guardarlos a medida que las centrales vayan cerrando. Y, ante la falta de consenso con las comunidades para poner en pie un ¨²nico almac¨¦n centralizado (conocido por las siglas ATC), habr¨¢ siete. Es decir, cada una de las siete nucleares deber¨¢ quedarse con sus residuos una vez cese la actividad y se desmantelen. As¨ª se fija en el proyecto del s¨¦ptimo plan general de residuos radiactivos que el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica y el Reto Demogr¨¢fico ha enviado al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y a las autonom¨ªas.

Hasta el martes, el departamento de la vicepresidenta Teresa Ribera hab¨ªa dejado abierta la puerta en los distintos borradores de este plan a que hubiera un solo almac¨¦n centralizado, que era la opci¨®n por la que se hab¨ªan decantado los anteriores gobiernos, tanto del PP como del PSOE. Con esa intenci¨®n hab¨ªa sometido a exposici¨®n p¨²blica un documento en el que se hablaba de la posibilidad de que Espa?a contara con uno solo o con siete de estos silos. Las comunidades aut¨®nomas se pod¨ªan haber pronunciado durante esa fase y haberse ofrecido a que en su territorio se construyera esta pol¨¦mica instalaci¨®n. Pero fuentes conocedoras de todo el proceso explican que ninguna lo ha hecho. ¡°Ha habido ayuntamientos interesados, ha habido una voluntad de los gobiernos centrales por tener un ATC, pero un ATC no se puede designar contra una comunidad aut¨®noma¡±, explicaba en mayo a EL PA?S Jos¨¦ Luis Navarro, presidente de Enresa, la empresa p¨²blica encargada de la gesti¨®n de los residuos radiactivos en Espa?a.

Te¨®ricamente, esos siete almacenes ser¨¢n temporales. Porque la soluci¨®n a largo plazo ser¨ªa un ¡°almac¨¦n geol¨®gico profundo¡±, que entrar¨ªa supuestamente en funcionamiento a partir de 2073. Pero, ante lo incierto de esa infraestructura, lo cierto es que cada una de las siete localidades en las que ahora hay centrales nucleares deber¨¢ quedarse con los residuos debido a la imposibilidad de conseguir el suficiente consenso para centralizar todos los desechos en una sola instalaci¨®n en Espa?a.

El paso dado ahora por el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica supone la confirmaci¨®n del cambio de rumbo respecto a la gesti¨®n de estos residuos de alta intensidad. Durante el segundo mandato del socialista Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero se abri¨® el proceso para decidir el emplazamiento para la construcci¨®n de un solo ATC. Pero fue el Ejecutivo de Mariano Rajoy el que finalmente design¨®, nada m¨¢s llegar a La Moncloa, a Villar de Ca?as, en Cuenca, como el lugar en el que se levantar¨ªa esta infraestructura. Esta ubicaci¨®n ¡ªque no era la mejor, seg¨²n diferentes voces¡ª fue la elegida en gran parte por las gestiones que realiz¨® la popular Mar¨ªa Dolores de Cospedal, entonces presidenta de Castilla-La Mancha.

Comenz¨® entonces la tramitaci¨®n del proyecto y surgieron dudas sobre la idoneidad de los terrenos elegidos. En 2015, Cospedal perdi¨® las elecciones y cuando el PSOE volvi¨® a gobernar esta comunidad emprendi¨® una verdadera guerra contra el ATC que lo dej¨® en un punto muerto. Finalmente, cuando el PSOE volvi¨® a La Moncloa en 2018 paraliz¨® definitivamente el proyecto, en el que se llegaron a gastar 90 millones de euros.

Pero el problema de los residuos nucleares segu¨ªa ah¨ª y Espa?a estaba obligada a aprobar un plan de gesti¨®n de estos desechos porque el anterior, que data de 2006, llevaba a?os caducado y Bruselas apremiaba. Y en ese documento era inevitable que el ministerio ofreciera una hoja de ruta clara sobre lo que se debe hacer con la basura de alta actividad de las centrales nucleares. Es decir, ten¨ªa que aclarar si se sigue adelante con un ATC, independientemente de que fuera en Villar de Ca?as o en otro lugar, o si cada central tendr¨¢ que quedarse con los suyos. Hay ayuntamientos que est¨¢n dispuestos a quedarse con una infraestructura centralizada para todos ellos, pero no hay ninguna comunidad que quiera quedarse con la basura de las centrales que hay en las otras autonom¨ªas. Por eso la soluci¨®n salom¨®nica a la que se llega son esos siete almacenes.

El texto que ha enviado el ministerio al CSN y a las comunidades tiene todav¨ªa que continuar con su tramitaci¨®n. Falta el imprescindible informe ambiental. Pero fuentes de Enresa aseguran que los plazos son ajustados pero suficientes para que se apruebe durante esta legislatura el plan nacional.

El informe confirma el calendario de cierre de todas las centrales, un proceso que empezar¨¢ en 2027 y que culminar¨¢ en 2035. Sigue as¨ª las directrices marcadas ya en el vigente plan nacional integrado de energ¨ªa y clima. Ese calendario de cierre fue pactado en marzo de 2019 entre Enresa y las propietarias de las nucleares, que son las tres principales el¨¦ctricas del pa¨ªs: Iberdrola, Endesa y Naturgy.

Espa?a cuenta ya con un almac¨¦n para los residuos de baja y media actividad: el Cabril, ubicado en la provincia de C¨®rdoba. El problema lo tiene el pa¨ªs con los desechos radiactivos de alta actividad, principalmente el combustible gastado de las centrales y los restos muy contaminados de los desmantelamientos de estas instalaciones. Al no contar con unas instalaciones centralizadas para guardarlos, parte de esos residuos fueron enviados a Francia.

Otra parte importante, las barras de combustible gastado, se han ido almacenando en las piscinas de las centrales y, posteriormente, se han sacado y guardado en las propias instalaciones que siguen en operaci¨®n. El plan nacional de residuos vigente establec¨ªa que luego ser¨ªan trasladas al malogrado almac¨¦n temporal centralizado. Pero, ahora, una vez que se clausuren las instalaciones y se terminen de desmantelar, los residuos continuar¨¢n all¨ª.

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