La pugna por el modelo de desarrollo de las energ¨ªas renovables se tensa a escala local
La revoluci¨®n de las energ¨ªas limpias choca entre los que quieren ir m¨¢s deprisa y los que prefieren frenar. ¡°No hay tiempo¡±, advierte Greenpeace
Hay pocas dudas de la necesidad de expandir las energ¨ªas renovables en Espa?a, ya sea para reducir las emisiones que causan el calentamiento del planeta o para abaratar la factura energ¨¦tica. Sin embargo, c¨®mo hacerlo est¨¢ provocando una creciente pugna a escala local. En los ¨²ltimos d¨ªas, se han producido movimientos relevantes en el tira y afloja entre dos visiones muy distintas. En Catalu?a, el lunes se present¨® un manifiesto apoyado por expertos de muy distintos ¨¢mbitos que reclama una aceleraci¨®n del desarrollo de las renovables en esta comunidad: ¡°Centrales fotovoltaicas y parques e¨®licos ¡ªterrestres y marinos¡ª tienen que pasar a formar parte de nuestro paisaje¡±, se?ala el texto apoyado por cient¨ªficos de prestigio como el explorador de National Geographic Enric Sala, el ec¨®logo marino del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB- CSIC) Kike Ballesteros o el director ejecutivo del consorcio internacional Global Carbon Project, Pep Canadell. Casi al mismo tiempo, en la Comunidad Valenciana, solo unos d¨ªas antes era destituido el director general de Transici¨®n Ecol¨®gica, Pedro Fresco, justamente una de las voces que defienden la necesidad de acelerar la construcci¨®n de centrales fotovoltaicas y e¨®licas en Espa?a, en medio de fuertes discrepancias con Comprom¨ªs, partido que aboga por empezar por proyectos solares m¨¢s peque?os en los tejados.
Frente a los que piden acelerar, otros prefieren pisar el freno. ¡°Nosotros creemos que una parte de ese manifiesto [en Catalu?a] est¨¢ mal enfocado, porque las renovables tienen que ir sobre espacios antropizados y fundamentalmente en proyectos peque?os, hay cient¨ªficos que apoyan ese texto, pero tambi¨¦n hay un mont¨®n de cient¨ªficos que dicen que parte de sus conclusiones no son correctas¡±, se?ala Montserrat Cober¨® Farr¨¦s, de la Xarxa Catalana per una Transici¨® Energ¨¨tica Justa, una organizaci¨®n muy cr¨ªtica con la instalaci¨®n de centrales fotovoltaicas en actuales terrenos de regad¨ªo. Si bien Catalu?a es de las comunidades que menos megavatios renovables est¨¢ incorporando a su territorio (en 2021 gener¨® solo un 17,5% de la electricidad con fuentes renovables, frente al 46,7% del conjunto de Espa?a), Cober¨® Farr¨¦s no cree que sea el momento de pensar a lo grande, sino todo lo contrario. ¡°Evidentemente, todos queremos avanzar hacia las renovables, pero estamos convencidos de que es mucho m¨¢s sostenible y resiliente basar las renovables sobre todo en proyectos de autoconsumo, en familias, industrias, instalaciones agrarias, y en comunidades energ¨¦ticas, con peque?os proyectos que surjan, si es posible, desde las iniciativas del propio territorio¡±, incide la catalana.
Los que reclaman darse m¨¢s prisa ante la gravedad de la amenaza clim¨¢tica tambi¨¦n apoyan instalaciones de peque?o tama?o en el tejado, pero consideran que esto no es suficiente para reducir de forma r¨¢pida las emisiones que causan el cambio clim¨¢tico. El propio Fresco calific¨® de ¡°barbaridad¡± la propuesta de parte del Gobierno valenciano de empezar el despliegue de las fotovoltaicas cubriendo los edificios con placas solares. ¡°Es un debate irreal¡±, asegura el ya ex director general de Transici¨®n Ecol¨®gica, quien entiende que este enfoque solo busca desviar la atenci¨®n porque se tardar¨ªa m¨¢s de 40 a?os en llenar todos los tejados para conseguir menos de un 10% de la energ¨ªa que precisamos. ¡°La emergencia clim¨¢tica requiere que se haga todo a la vez¡±, esgrime Fresco, que asegura que construir 20 peque?as plantas requiere mucho m¨¢s trabajo y tiempo que construir una que genere la misma cantidad de energ¨ªa.
Aparte del tama?o de las instalaciones, las discrepancias tambi¨¦n surgen sobre la titularidad de las plantas y su ubicaci¨®n. Fernando Prieto, director del Observatorio de Sostenibilidad, es partidario de dar prioridad al autoconsumo y las comunidades energ¨¦ticas m¨¢s all¨¢ de las grandes compa?¨ªas y defiende que California o pa¨ªses como Australia han optado por cubrir los edificios. ¡°Tambi¨¦n hay estadios de f¨²tbol y estaciones de tren¡±, se?ala. Adem¨¢s, alega que la propia Hoja de Ruta del Autoconsumo del Ministerio de Transici¨®n habla de un importante potencial t¨¦cnico (169 GW) y que esta ser¨ªa la mejor opci¨®n para territorios muy poblados como Madrid, que est¨¢ en la cola en la generaci¨®n de renovables, por la escasa superficie libre de la que dispone. Asimismo, este profesor de Ecolog¨ªa considera que primero se han de utilizar superficies artificiales como vertederos, escombreras o invernaderos.
Pedro Fresco no descarta acudir a los suelos degradados, pero aparte de las barreras normativas existentes, advierte de los efectos colaterales de este planteamiento: ¡°Estos pueden estar lejos de las subestaciones en las que se ha de verter la energ¨ªa y, entonces, lo que hace es llenar el territorio de tendidos de alta tensi¨®n para llegar a la estaci¨®n m¨¢s pr¨®xima¡±. Aunque Fernando Prieto admite este problema, considera que hay casos como Teruel en los que hay escombreras que ya tienen las v¨ªas de evacuaci¨®n por la existencia de la central t¨¦rmica de Andorra.
Catalu?a y la Comunidad Valenciana son, entre las grandes comunidades, de las m¨¢s retrasadas en la generaci¨®n de energ¨ªa renovable. En sus manos est¨¢ la aprobaci¨®n de parques peque?os y medianos, de hasta 50 MW. En ambas administraciones auton¨®micas, los promotores est¨¢n encontrando, adem¨¢s, trabas para sacar adelante sus planes, con lo que en el caso de Catalu?a se ha optado por unir varios proyectos para sortear a la administraci¨®n auton¨®mica y dirigirse directamente a la estatal, que es la que ha de aprobar los grandes planes. El perfil minifundista de estos territorios hace que las empresas tengan que gestionar los alquileres o compras de suelo con decenas, cuando no centenares, de propietarios. ¡°Cuanto m¨¢s grande es la planta, menos posibles actores pueden aspirar a hacerla¡±, advierte Pedro Fresco, que dibuja la paradoja en el intento de proteger el paisaje. Fernando Prieto aboga por la proliferaci¨®n de comunidades energ¨¦ticas ¡°porque la energ¨ªa no va de grandes compa?¨ªas, es una cosa de todos¡±.
Entre unos y otros, Greenpeace defiende la energ¨ªa ciudadana y tambi¨¦n las plantas grandes, pero en lo que no est¨¢ de acuerdo es que sea el momento de frenar. ¡°Evidentemente, d¨®nde m¨¢s hace falta impulsar y apoyar es en la energ¨ªa ciudadana, para que est¨¦ en manos de la gente, sea cual sea el tama?o. Y, por supuesto, tambi¨¦n hay que seguir con el autoconsumo, en la parte que menos desarrollada est¨¢, que es el compartido¡±, comenta Jos¨¦ Luis Garc¨ªa, experto en energ¨ªa de la organizaci¨®n ecologista. ¡°Pero no hay tiempo, a la velocidad que va el cambio clim¨¢tico la necesidad de sustituir los combustibles f¨®siles es de m¨¢xima urgencia, con lo cual hacen falta renovables a todas las escalas¡±.
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