Pasos renovados para el baile de mujer
Siete bailaoras j¨®venes representan la continuidad de la danza con propuestas que van desde el clasicismo a la innovaci¨®n
La programaci¨®n de la XX Bienal de Flamenco de Sevilla ofrece m¨¢s de una docena de espect¨¢culos en los que las bailaoras son cabeza de cartel. No es algo nuevo en este arte, que parece tener una inagotable fuerza de renovaci¨®n en ellas. A los nombres consagrados de Mar¨ªa Pag¨¦s, Eva Yerbabuena, Isabel Bay¨®n, Rafaela Carrasco o Roc¨ªo Molina, se unen en esta edici¨®n una n¨®mina de artistas que protagonizan una suerte de relevo pac¨ªfico en la disciplina, pues, si algo hay que las identifica es el respeto y la admiraci¨®n hacia las figuras a cuya sombra han crecido. Se trata de un grupo muy heterog¨¦neo, con tanta variedad como riqueza, pero que comparte unos pocos elementos comunes. El primero y m¨¢s inmediato es que todas est¨¢n estrenando durante este mes obras que, en m¨¢s de un caso, pueden suponer un punto de inflexi¨®n en sus carreras.
La primera en presentar su nueva creaci¨®n fue Patricia Guerrero (Granada, 1990). Rodeada de una cierta expectaci¨®n y todas las localidades vendidas, trajo a la Bienal Distop¨ªa, una obra que ella califica como "un reto danc¨ªstico", tras las satisfacciones que le aport¨® su anterior trabajo, Catedral, Giraldillo al Mejor Espect¨¢culo en la pasada edici¨®n del ciclo. La ¨²ltima en hacerlo ser¨¢ Ana Morales (Barcelona, 1982), que el pr¨®ximo jueves 28 (Teatro Lope de Vega) traer¨¢ Sin permiso (Canciones para el silencio), resultado de una gestaci¨®n de nueve meses que la ha llevado en calidad de artista residente a varios festivales espa?oles y europeos.
Entre una y otra han estado o estar¨¢n: Mercedes Ruiz (Jerez, 1980), que ha puesto coreograf¨ªas a Tauromagia, la aclamada grabaci¨®n del guitarrista Manolo Sanl¨²car (Teatro Central, lunes 17); Pastora Galv¨¢n (Sevilla, 1980), con una revisi¨®n de La edad de oro, obra emblem¨¢tica en la carrera de su hermano Israel (Lope de Vega, mi¨¦rcoles, 19); Leonor Leal (Jerez, 1980) que, con Nocturno, ofrecer¨¢ ?un di¨¢logo nuevo entre el cuerpo, la escena y el sonido? (Central, domingo 23); Mar¨ªa Moreno (C¨¢diz, 1986), que presentar¨¢ su segundo espect¨¢culo De la Concepci¨®n, con la direcci¨®n art¨ªstica de Eva Yerbabuena y la musical de Andr¨¦s Mar¨ªn (Central, martes 25); y La Moneta (Granada, 1984), que ha elegido un verso de Lorca para titular su creaci¨®n Granada solo tiene salida por las estrellas (Central, jueves 27).
Una de estas artistas, Mar¨ªa Moreno, apenas inicia su carrera en solitario, pero hay otras con una s¨®lida trayectoria de compa?¨ªa propia y un buen n¨²mero de obras presentadas y premiadas en no pocos casos. No suelen ser, sin embargo, demasiado conocidas entre el gran p¨²blico, y s¨ª que gozan de mucho cr¨¦dito en el extranjero y, especialmente, en la profesi¨®n y entre los especialistas. Otro rasgo que las identifica es que la mayor¨ªa ha cursado estudios oficiales de danza, sobre todo de espa?ola, pero tambi¨¦n hay casos de cl¨¢sica y hasta de contempor¨¢nea. Y quien no ha pasado por el conservatorio ha gozado de la ense?anza directa de los m¨¢s importantes maestros, a trav¨¦s de cursos o formando parte de sus compa?¨ªas. Agrupaciones como las de Eva Yerbabuena, Andr¨¦s Mar¨ªn o Javier Latorre son las que m¨¢s se repiten en sus curr¨ªculos.
"Una bailaora se forma en un tablao"
?Cu¨¢l ha sido para ellas la mejor escuela? M¨¢s all¨¢ del conservatorio ¡ª"te da herramientas", afirma Ana Morales¡ª o de las compa?¨ªas, que destacan por su disciplina o por el aprendizaje coreogr¨¢fico y de escena, la totalidad de ellas coinciden en subrayar la importancia de los tablaos, que consideran fundamentales en su formaci¨®n. "Una bailaora se forma en un tablao", apunta concluyente Pastora Galv¨¢n. "Es verte sola, improvisar, sacar el espect¨¢culo adelante cada noche", a?ade Mercedes Ruiz. "Un tablao es una cita a ciegas", simboliza Mar¨ªa Moreno. Patricia Guerrero recuerda c¨®mo hasta cuatro de ellas coincidieron muy j¨®venes en Los Gallos: "Aquella concentraci¨®n de arte y fuerza creci¨® entre nosotras".
Esos locales, en ocasiones denostados, fueron fundamentales para obtener las armas con las que afrontar sus posteriores carreras en solitario, una necesidad que, antes o despu¨¦s, todas han sentido. Leonor Leal confiesa que fue algo que percibi¨® muy pronto: "No he aguantado mucho en compa?¨ªas. No me sent¨ªa libre, no eran para m¨ª". La Moneta tambi¨¦n recuerda haber escuchado esa llamada desde muy pronto: "Siempre fui un poco solista, quiz¨¢s por el ambiente que me rodeaba, desde los 10 a?os en las Cuevas del Sacromonte". Tambi¨¦n precoz en su salida fue Mercedes Ruiz, en tanto que Ana Morales altern¨® sus primeros trabajos propios con permanencias en compa?¨ªas como bailarina solista. Tras su ¨²ltima etapa en el Ballet Flamenco de Andaluc¨ªa, con la direcci¨®n de Rafaela Carrasco, reconoce que se vio con mucha fuerza y con la urgencia de probar con una formaci¨®n y proyecto propios.
Tenemos cosas que contar, cada una en su estilo"
"No nos parecemos entre nosotras", afirma Mercedes Ruiz, expresando una opini¨®n compartida. Ellas se saben distintas, pero est¨¢n convencidas de lo que pueden aportar: "Tenemos cosas que contar, cada una en su estilo y en su forma", piensa Patricia Guerrero. ¡°Hemos vivido otra ¨¦poca, tenemos herramientas que antes no hab¨ªa y eso tiene que influir¡±, destaca Mar¨ªa Moreno. "Todas tenemos inquietudes personales que expresamos a veces de una forma m¨¢s t¨¦cnica, y otras con un lenguaje m¨¢s libre", piensa Leonor Leal. Se sienten, adem¨¢s, carentes de tics que han podido marcar a la anterior generaci¨®n: "Antes hab¨ªa m¨¢s rivalidad y mucho egocentrismo en el arte, que tambi¨¦n es necesario, pero creo que nosotras estamos educadas de otra forma, somos m¨¢s terrenales, compartimos, salimos¡", reflexiona Ana Morales, que es una de las que subraya el compa?erismo y la amistad que las une. "Creo que todas estamos conectadas", concluye La Moneta.
Con m¨¢s y nuevas herramientas, entre el viejo y el nuevo discurso, estas bailaoras mantienen una insobornable e inequ¨ªvoca vocaci¨®n por el flamenco, por bailarle a su m¨²sica o a sus cantes a?ejos, aunque sea de otra forma o con otros envoltorios. En todas sus respuestas trasladan una exacerbada conciencia del arte que ejercen y, de paso, destilan un contrastado talento. Con ellas y con otras m¨¢s, el esplendor de la danza y el baile flamenco est¨¢n m¨¢s que garantizados.
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