The Strokes: una fiesta de rock de guitarra
El grupo neoyorquino ofrece en el festival bilba¨ªno un jolgorio sencillo, sin fuegos artificiales
Lo f¨¢cil era no esperar nada de los Strokes, una banda que, a decir verdad, y por mucho que duela a sus fans, nunca inventaron nada. Es m¨¢s: lo copiaron tanto que para cualquiera con dos o¨ªdos bien puestos no colaba como rompedor, por mucho que la prensa los elevase a los altares. En esta tesitura, lo dif¨ªcil era ver en un concierto de esta banda neoyorquina, que a?os atr¨¢s hab¨ªa dado actuaciones sonrojantes, algo que mereciese la pena, en lo que creer. Pues bien, cambiaron el paso y lo hicieron. Descargaron el cartucho de tal manera que, por un momento, parec¨ªa que no eran unos tipos consagrados, sino m¨¢s bien el grupo que empieza en un garito de Nueva York con ganas de comerse el mundo.
Es bueno para la m¨²sica cuando el combo liderado por Julian Casablancas, que no ha sacado nada nuevo desde el Ep Comedown Machine de 2013 y se ha vuelto a reunir para llenar bolsillos y cumplir en estos tiempos de nostalgia constante, todav¨ªa tiene un hambre extra?o, casi primerizo, en un festival como el BBK Live de Bilbao. Salieron con 10 minutos de retraso, aquello ya ol¨ªa a chamusquina, pero termin¨® por ser una forma m¨¢s de hacerse valer. Simple pose estudiada o a saber qu¨¦, pero lo ¨²nico importante era lo que suced¨ªa en el escenario, un lugar que nunca admite medias verdades. The Strokes pusieron la directa y, sin inventar el fuego, dieron tanto y de una forma tan sencilla que su m¨²sica son¨® verdadera, como esas cosas que pasan al final de la noche cuando todos los gatos son pardos.
Fue una buena fiesta de rock de guitarra, ese instrumento que pierde terreno en este siglo XXI. Un jolgorio directo, al grano, sin medias tintas, tan bien pensado que se agradeci¨®. En su propia m¨²sica, como en canciones como You Only Live Once, The Modern Age o Meet Me in the Bathroom, The Strokes repasaron a todos esos referentes que les abrieron camino y les llevaron a ser lo que son: una banda muy importante para entender el pop-rock del siglo XXI.
Repasaron a los Ramones, a Television, a Blondie e incluso Johnny Thunders y sus Heartbreakers. Es la c¨¦lebre escena del Nueva York de los setenta, que rompi¨® barreras, que ocasion¨® el punk y que abri¨® una v¨ªa musical tan visceral y viva que todav¨ªa estremece al que la conoce. The Strokes, que al comienzo del siglo XXI rompieron la c¨¢scara como unos nuevos referentes del indie internacional a los que siguieron Interpol, LCD Soundsystem, Yeah Yeah Yeah y hasta Arctic Monkeys, la conocen y han hecho de ella un modo de tocar y ser. No son mejores, tampoco peores, pero, siendo un suced¨¢neo, son algo.
Y anoche en Bilbao fue una ocasi¨®n para celebrar aquello que son: ni?os ricos, bien criados al amparo de una prensa ¨¢vida de nuevas estrellas en el nuevo siglo, pero suficientemente listos como para aprovecharlo. Lo hicieron entonces y ayer lo volvieron a hacer. Se divirtieron e hicieron divertirse al personal, sobre todo, cuando tocaron su mayor cl¨¢sico Last nite. Sin acrobacias, sin locuras, sin efectos especiales. Simplemente, con m¨²sica de bar, aunque a veces sonase un poco tosca y Casablancas hablase m¨¢s de la cuenta.
Viendo a los Strokes, fue bueno tambi¨¦n recordar de d¨®nde vienen. Pensar en la grandeza de Television, a los que m¨¢s se deben, pero tambi¨¦n en Ramones o Talking Heads. O un tipo como David Byrne, cuya ¨²ltima fant¨¢stica gira da motivos m¨¢s que suficientes para que se le reivindique. The Strokes, a fin de cuentas, es la culminaci¨®n f¨¢cil, primorosa, medi¨¢tica, de un sonido neoyorquino que jam¨¢s deber¨ªa desaparecer y que ayer congreg¨® a much¨ªsima gente expectante, tanta como Rosal¨ªa, que, en plena cresta de la ola, puso a todo el mundo a bailar sus canciones de trap, reguet¨®n y flamenco mezclados con una soltura imponente.
Como tampoco deber¨ªa desaparecer el sonido efusivo de pop de Suede, que ayer y antes que de Strokes animaron el certamen bilba¨ªno desde que saltaron con As one. Tanto o m¨¢s que Liam Gallagher el d¨ªa anterior, los brit¨¢nicos llegaron a ser una buena excusa para evadirse con su m¨²sica directa y trenzada como un rodillo de buenas vibraciones. Europe is Our Playground, Can't Get Enough, Trash y Animal Nitrate pusieron un broche tan bueno que, muchos se sintieron en el mejor momento de la noche. Una noche que adquiri¨® un tono futurista y absorbente con The Blaze. Cercanas a las 3.00 de la ma?ana, su electr¨®nica expansiva tom¨® la madrugada con una aplastante sutileza.
Hoy el BBK Live se cierra con Weezer, Hot Chip, Cut Copy, Vince Staples y The Good, the Bad and the Queen. Cerca de 45.000 personas han acudido a cada jornada del festival desde empez¨® el pasado jueves, aunque ayer viernes y con la presencia de Rosal¨ªa se llen¨® el recinto.
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