La vigencia centenaria del Mariachi Vargas de Tecalitl¨¢n
La agrupaci¨®n musical m¨¢s longeva de M¨¦xico repasa sus 122 a?os de vida que atraviesan la historia y la m¨²sica del pa¨ªs norteamericano
A sus 39 a?os, Carlos Mart¨ªnez admite que es dif¨ªcil, en la ¨¦poca del reguet¨®n, de la bachata, y con la salsa como siempre haciendo competencia, que el mariachi suene en una discoteca. Pero que a¨²n as¨ª, cada vez que pisa una, escucha las canciones de su grupo: el Vargas de Tecalitl¨¢n. Y los j¨®venes las cantan, las bailan sin saber que ¨¦l ¡ªsu l¨ªder actual¡ª est¨¢ ah¨ª y que le pertenecen. Cuando lo cuenta, Mart¨ªnez se emociona, mueve las manos al son de una trompeta imaginaria y, con su potente voz de mariachi, tambi¨¦n canta: ¡°?Sabes una cosa? Tengo algo que decirte¡ Y no s¨¦ c¨®mo empezar a explicar, ?lo que te quiero contar!¡±.
¡°Nuestra m¨²sica est¨¢ viva¡±, dice cuando termina. ¡°Y no me importa que hasta mi sobrina piense que esa canci¨®n es de Luis Miguel¡±. La canci¨®n, Sabes una cosa, popularizada por Luis Miguel en 2005 ¨Cy que el a?o pasado tuvo una suerte de segundo boom por la serie sobre su vida¨C en realidad es obra del compositor nonagenario Rub¨¦n Fuentes que, all¨¢ por los a?os cuarenta, tambi¨¦n integr¨® el Mariachi Vargas de Tecalitl¨¢n, una agrupaci¨®n que cumple 122 a?os de historia con seis generaciones de m¨²sicos. Cuando Luis Miguel la grab¨®, el Vargas son¨® de fondo como hizo con gran parte de las grandes canciones mexicanas del Siglo XX.
La agrupaci¨®n fue fundada en 1898 gracias al llamado del alcalde de Tecalitl¨¢n ¡ªun peque?o pueblo campesino del Estado de Jalisco¡ª a Gaspar Vargas y al grupo con el que improvisaba sones, porque le urg¨ªa un conjunto para amenizar las fiestas patrias. As¨ª se form¨® el Vargas de Tecalitl¨¢n, que sali¨® del pueblo para dejar su huella en la m¨²sica mexicana reconocida en todo el mundo. De Rub¨¦n Fuentes, que a sus 93 a?os sigue en la agrupaci¨®n como director general, tambi¨¦n son algunos temas ic¨®nicos como La Bikina, Como si nada y El son de la negra. El Vargas ha sido la banda que acompa?¨® a Pedro Infante, en su papel actoral de compositor devenido en ch¨®fer, a cantarle en su balc¨®n Cucurrucuc¨² Paloma a Miroslava Stern en la pel¨ªcula de 1954?Escuela de Vagabundos. Tambi¨¦n acompa?¨® a Jos¨¦ Alfredo Jim¨¦nez en 1976 para grabar la versi¨®n original de Si nos dejan, y fue el mariachi de cabecera para Lola Beltr¨¢n, Juan Gabriel o Alejandro Fern¨¢ndez, entre muchos otros m¨²sicos del pa¨ªs. Sin el Vargas, presente tras los telones de gran parte de la m¨²sica mexicana del siglo pasado, la educaci¨®n sentimental de todo el M¨¦xico posrevolucionario ser¨ªa distinta.
¡°El Vargas es M¨¦xico en su m¨²sica¡±, sostiene Jonathan Palomar, guitarrista de la agrupaci¨®n desde 2017. Palomar afirma que su mariachi es troncal para M¨¦xico, sobre todo, porque nunca se desentiende la conexi¨®n con el p¨²blico. Lo ejemplifica con la recepci¨®n que tuvieron el a?o pasado, cuando salieron de gira por los Estados Unidos acompa?ados de la banda El Recodo. ¡°Juntos hacemos 200 a?os de m¨²sica mexicana, y la recepci¨®n en todas las ciudades fue incre¨ªble¡±, dice sobre ese 15% de la poblaci¨®n estadounidense ¡ªalrededor de 36 millones de personas¡ª que son mexicanos y por los que fueron al encuentro. ¡°Ahora estamos trabajando para adaptar temas del musical de Broadway West Side Story¡±, sigue Palomar, ¡°ser¨¢ la primera vez que un tema de mariachi se grabe mitad en espa?ol y mitad en ingl¨¦s. Y ya era tiempo¡±.
Porque el Vargas nunca ha sido indiferente a la historia de M¨¦xico. Fue la banda que acompa?¨® al general L¨¢zaro C¨¢rdenas por Jalisco cuando recorri¨® el pa¨ªs con el lema ¡°Trabajadores de M¨¦xico un¨ªos¡± en campa?a para acceder a la presidencia en 1934 y nacionalizar la industria petrolera, fundar el Instituto Nacional de Antropolog¨ªa para la preservaci¨®n del patrimonio arqueol¨®gico mexicano y recibir a los exiliados republicanos de la Guerra Civil espa?ola. Tambi¨¦n fueron contratados como los promotores internacionales de los Juegos Ol¨ªmpicos en Ciudad de M¨¦xico de 1968 por el Gobierno de Gustavo D¨ªaz Ordaz, que d¨ªas antes del inicio del evento orden¨® la represi¨®n del movimiento estudiantil que quiso manifestarse durante la ocasi¨®n para evidenciar los abusos institucionales de un gobierno autoritario. El Vargas tambi¨¦n fue la primera agrupaci¨®n mexicana en tocar en el Palacio de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, en julio de 2018: un mes despu¨¦s de que Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos admitiera que separ¨® a 1.995 ni?os de sus padres en la frontera mexicana entre abril y mayo de ese a?o.
Para Gonzalo Camacho, antrop¨®logo, etnomusic¨®logo e investigador de la Facultad de M¨²sica de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico, el Vargas de Tecalitl¨¢n es el gran s¨ªmbolo del mariachi desarrollado durante el nacionalismo mexicano y por eso tiene un gran reconocimiento mundial. ¡°El Vargas y ese estilo de mariachi ¡ªque incluye trompetas, violines y una gran puesta en escena¡ª gana una gran proyecci¨®n a partir de la victoria del presidente L¨¢zaro C¨¢rdenas, de quien son un s¨ªmbolo de popularidad¡±, dice el investigador, aunque aclara que el estilo de Vargas es ¡°solo uno¡± entre varias expresiones del mariachi que quedaron relegadas por las pol¨ªticas culturales que promovieron el estilo m¨¢s pomposo del Vargas dejando de lado otros m¨¢s regionales.
Agust¨ªn Sandoval, trompetista y ¨²ltimo miembro en integrarse al grupo este mismo a?o, afirma que lograr ser parte del grupo es su sue?o hecho realidad. ¡°Todos crecimos escuchando al Vargas¡±, sostiene, y sonr¨ªe al recordar que a sus 11 a?os, mientras aprend¨ªa a tocar, esperaba con ilusi¨®n sus conciertos. Ahora, cumplidos los 29, cuenta: ¡°Una vez logr¨¦ que los miembros de entonces me firmaran un mo?o que conservo perfectamente bien cuidado. Mi profesor de trompeta dec¨ªa que yo lo iba a firmar alg¨²n d¨ªa, pero no le quer¨ªa creer¡±.
El sue?o cumplido es algo que todos los integrantes tienen en com¨²n. Hoy, ya lejos de Tecalitl¨¢n, y con sus integrantes desperdigados entre Ciudad de M¨¦xico, Guadalajara y Los ?ngeles (EE UU), las semanas que pueden encontrarse para ensayar en una casa al sur de la Ciudad de M¨¦xico, donde solo caben ellos y sus instrumentos, son sagradas. ¡°El que quiere estar en el Vargas tiene que estar a la orden del d¨ªa en el tel¨¦fono¡±, resume Sandoval.
Mart¨ªnez afina: ¡°Hay un perfil que se basa en los estudios y la adaptaci¨®n a estar siempre disponible. El Vargas es la selecci¨®n mexicana del mariachi: por eso habr¨¢ grandes m¨²sicos que nunca podr¨¢n integrar la familia porque lo m¨¢s importante es esa entrega y la cercan¨ªa, muchos nos conocemos desde ni?os¡±. Por eso, cuando la idea de una mariachi en el grupo entra en la conversaci¨®n, los tres dudan. En 122 a?os, el Vargas lo han integrado ¨²nicamente hombres. ¡°Nunca hay que decir nunca¡±, dice Mart¨ªnez, que piensa un momento en silencio y zanja: ¡°He escuchado grupos de mujeres incre¨ªbles, pero creo que ellas no se plantean entrar al Vargas, sino cantar y tocar por su cuenta. Pero si alg¨²n d¨ªa llega a suceder¡ a ver qu¨¦ tendr¨¢ Dios preparado¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.