El c¨®mic del posconflicto en Colombia
La tragedia de la guerra en Colombia y las dificultades de la posguerra han encontrado un nuevo nicho narrativo para ser contados a un p¨²blico m¨¢s amplio: la novela gr¨¢fica
Una mujer colombiana busca enterrar el cad¨¢ver de su padre en su pueblo, pero encuentra que el cementerio es un campo minado. Unas familias campesinas buscan reconstruir su vida en la tierra de la que fueron desplazadas por la violencia, pero encuentran sus casas tomadas por la maleza o rodeadas de monocultivos de palma. Una mujer guerrillera pensaba que ya no ten¨ªa familia, pero descubre al desmovilizarse que uno de sus compa?eros de guerra era su primo. Una chica en Burdeos pensaba que su madre le hab¨ªa abandonado, pero se entera d¨¦cadas despu¨¦s que esta desapareci¨® en un centro de tortura.
Historias como estas, que ha dejado la guerra en Colombia, abundan en la vida cotidiana, pero no siempre encuentran la mejor v¨ªa para ser contadas. Los reportes acad¨¦micos sobre lo ocurrido en m¨¢s de medio siglo de conflicto armado tienen pocos lectores, al igual que las sentencias judiciales, aunque sean aportes fundamentales para la verdad. Pero en los ¨²ltimos a?os, en el mundo de las letras, estas complejas historias de vida han encontrado un nuevo nicho para hacerse escuchar ante un p¨²blico m¨¢s amplio: la novela gr¨¢fica o c¨®mic.
¡°Lo que el c¨®mic te da es una lectura r¨¢pida, f¨¢cil, atractiva¡±, dice el ilustrador espa?ol Javier de Isusi, quien public¨® Transparentes en 2021, una conmovedora novela gr¨¢fica sobre una mujer en Burdeos que busca la verdad sobre su madre y otras historias de colombianos exiliados. ¡°Las personas siempre necesitamos contarnos historias para entender la realidad y el c¨®mic es una manera que aprovecha el veh¨ªculo de los dibujos¡±, a?ade Isusi. ¡°El texto te puede aportar los hechos, pero el dibujo entra por otro lugar distinto al cerebro: no entra por un lugar tan cognitivo como es la letra sino por un lugar m¨¢s sensorial. Los dibujos siempre permiten entrar por el lado de la emoci¨®n¡±.
Isusi public¨® Transparentes en 2021 tras ser contactado por la Comisi¨®n de la Verdad, una instituci¨®n de justicia transicional que fue creada tras los acuerdos de paz entre la guerrilla de las FARC y el Gobierno en 2016, y que busca que el debate por la memoria colectiva de la guerra sea lo m¨¢s amplio posible. ¡°Quienes nos fuimos de Colombia nos volvimos transparentes a los ojos de los que se quedaron¡±, dice uno de los personajes en la novela. ¡°Como que no contamos ya¡±. De acuerdo a cifras de la ACNUR, entre 2000 y 2012, al menos 400.000 colombianos se vieron forzados al exilio.
Uno de los principales representantes de la Comisi¨®n de la Verdad, Carlos Beristain, le permiti¨® al ilustrador tener acceso a documentos, testimonios y lo invit¨® a reuniones con hijos de exiliados cuyas historias inspiran esta novela. ¡°De todos los guiones de c¨®mic que he escrito, este es uno de los m¨¢s dif¨ªciles que he hecho¡±, cuenta Isusi, quien gan¨® el Premio Nacional de C¨®mic en Espa?a en 2020.
¡°El c¨®mic siempre ha estado muy asociado a lo urbano, a fantas¨ªas, al humor y aventuras, pero para nosotros era interesante como grupo poder sacar nuestro oficio de la ciudad y de nuestra zona de confort¡±, cuenta el colombiano Pablo Guerra, fundador de Cohete Comics, uno de los pocos sellos editoriales en el pa¨ªs que se dedican a la novela gr¨¢fica, desde 2016.
Guerra es coautor de Caminos Condenados, una novela de 2016 que ¨¦l describe como c¨®mic documental y que se bas¨® en un estudio acad¨¦mico sobre el desplazamiento forzado de campesinos en una zona rural del caribe colombiano llamada Montes de Mar¨ªa. All¨ª, empresas madereras de teca y de palma se tomaron los terrenos abandonados por campesinos durante los peores a?os de la violencia. ¡°Nos est¨¢n enterrando en nuestra propia casa¡±, dice uno de los campesinos en la novela.
En el c¨®mic documental, explica Guerra, es evidente que lo que se reporta sobre el conflicto armado est¨¢ mediado por el ilustrador: es imposible ignorar que se trata de un dibujo, una caricatura, y no una foto. Pero precisamente por eso es un g¨¦nero que tiene el potencial de volver a recordar visualmente, trabajando junto a las personas que vivieron la guerra, aquello que ocurri¨® y que ninguna c¨¢mara pudo registrar. Eso que solo registr¨® la memoria.
¡°Un c¨®mic est¨¢ hecho de vi?etas en secuencia, pero tenemos el reto de, a partir de esas vi?etas, reconstruir un territorio, y cada vi?eta era una ventana a c¨®mo ese territorio es recordado por alguien¡±, cuenta Guerra. Adem¨¢s de dirigir Cohete Comics, tambi¨¦n fue coautor de La Paliz¨²a y Sin Mascar Palabra, dos novelas gr¨¢ficas del Centro de Memoria Hist¨®rica ¡ªotra instituci¨®n de justicia transicional¡ª sobre dos comunidades campesinas que fueron desplazadas por grupos armados. ¡°Las comunidades tienen distintas maneras de c¨®mo quieren hacer su proceso de reparaci¨®n y estas dos en espec¨ªfico pidieron que como parte del proceso hubiera una narrativa gr¨¢fica que contara lo sucedido all¨ª¡±, cuenta Guerra. De acuerdo con cifras oficiales, al menos seis millones de personas fueron desplazadas de sus hogares durante el conflicto de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Comete C¨®mics es un sello que forma parte de Laguna, una editorial independiente que en 2021 gan¨® el premio nacional de poes¨ªa en Colombia por un libro que, si bien no es una novela gr¨¢fica, tambi¨¦n combina de forma muy innovadora la poes¨ªa con las ilustraciones. La Mata, un poemario de Eliana Hern¨¢ndez e ilustrado por Mar¨ªa Isabel Rueda, es un libro sobre una dolorosa e ic¨®nica masacre que llevaron a cabo grupos paramilitares en el a?o 2000 contra otro pueblo de el caribe, El Salado, y de la que fueron v¨ªctimas al menos 105 personas. El pueblo qued¨® casi desierto.
¡°?En qu¨¦ piensa la mata, son¨¢mbula, luego de verlo todo?¡±, se pregunta el poema, que cuenta la masacre desde distintas voces mientras dibujos de las plantas se toman una casa del pueblo abandonada. Para su investigaci¨®n Hern¨¢ndez se bas¨® en el primer informe de la Comisi¨®n de Memoria Hist¨®rica sobre El Salado, junto con reportes de prensa, pero tambi¨¦n fuentes que explicaran la flora en esta regi¨®n del caribe colombiano.
¡°El dibujo de Mar¨ªa Isabel crea un efecto an¨¢logo a lo que hacen los poemas, pero desde un lugar quiz¨¢s menos consciente¡±, cuenta Hern¨¢ndez. ¡°Sugiere una violencia que va abarcando el espacio, tom¨¢ndose las voces, y al final da cuenta tambi¨¦n de una transformaci¨®n. Me parece que le aporta al libro una oscuridad que necesitaba¡±.
En otra esquina, los victimarios de la guerra, no solo las v¨ªctimas, tambi¨¦n han llegado a las vi?etas del c¨®mic. A finales del 2020, las espa?olas Gala Rocabert Navarro y Anna-Lina Mattar ganaron el Premio Internacional de Novela Gr¨¢fica Fnac-Salamandra Graphic por un libro sobre los desmovilizados de las FARC titulado En el ombligo. Publicado en diciembre en Espa?a (llegar¨¢ a finales de enero a Colombia), esta novela tambi¨¦n est¨¢ inspirada en hechos reales y cuenta la historia de una estudiante de ciencias sociales que viaja como voluntaria a uno de los territorios transitorios donde se conglomeran 248 guerrilleros para su proceso de desmovilizaci¨®n y reintegraci¨®n. En 2016, se estima que cerca de 13.000 guerrilleros accedieron a dejar las armas en el proceso de paz.
¡°Despu¨¦s de tantos meses aqu¨ª, noto que hay quienes todav¨ªa no conf¨ªan en m¨ª¡±, dice la estudiante, Gala, inspirada en la autora del libro, quien vivi¨® en este campamento entre abril del 2017 y septiembre del 2019. ¡°Lo he ido entendiendo¡±, a?ade el personaje. ¡°La experiencia de la guerra deja miedos, recelos, desconfianzas¡ tanto con la gente con la que compartieron como con la nueva¡±.
¡°El formato de este libro es como un diario de campo: no tiene vi?etas cerradas y tiene algunos trozos de texto¡±, explica Anna-Lina Mattar, quien ilustr¨® la novela usando el diario de campo de Navarro. ¡°Si se trata de retratar temas muy ¨ªntimos, como estos, si lo dibujas es menos invasivo para la gente¡±, dice Mattar, comparando este g¨¦nero con el documental o el ensayo fotogr¨¢fico. Una c¨¢mara puede ser tan intimidante que puede silenciar al entrevistado. Un dibujante, en cambio, es m¨¢s silencioso: escucha con calma y luego dibuja.
¡°Yo he visto la novela gr¨¢fica como una oportunidad para llegar a un p¨²blico m¨¢s amplio y que no fuera s¨®lo acad¨¦mico¡±, dice Navarro, que estudi¨® antropolog¨ªa y sociolog¨ªa pero decidi¨® mudarse al formato gr¨¢fico para poder compartir su experiencia en una sociedad donde la desmovilizaci¨®n de las FARC sigue siendo un tema polarizante en Colombia. ¡°Lo que he intentado en el libro es trascender esa polarizaci¨®n, he intentado ir m¨¢s all¨¢¡±, dice Navarro. ¡°Por ejemplo, todos los personajes que salen son personajes cotidianos de la base, no hay personajes pol¨ªticos ni destacados, y veo que es lo que pasa en el d¨ªa a d¨ªa de la gente, porque creo que es desde ah¨ª es como se construye la paz. Quisiera superar ese discurso de la guerra que separa v¨ªctimas y victimarios¡±.
Las novelas gr¨¢ficas del posconflicto muestran que la paz, como la prometen los discursos pol¨ªticos o los acuerdos legales, es mucho m¨¢s dif¨ªcil de cumplir. Los exiliados temen regresar. Los desplazados no consiguen, entre la palma, reconstruir la vida que tuvieron. Los guerrilleros desmovilizados no siempre reciben los apoyos que les prometieron. Desde finales del 2016, se considera que casi 300 excombatientes han sido asesinados en Colombia. El posconflicto es un proceso m¨¢s dif¨ªcil de lo que se ve¨ªa en 2016.
Natalia Jim¨¦nez es miembro de una organizaci¨®n no gubernamental llamada Somos CaPAZes y que hace pedagog¨ªa sobre construcci¨®n de paz y que hace poco decidi¨® incursionar en el c¨®mic. En el primer semestre de este a?o publicar¨¢n Tierra Removida, una novela gr¨¢fica escrita por el cineasta Tanilo Errazuriz sobre una mujer que viaja con el cad¨¢ver de su padre a su pueblo natal para enterrarlo all¨ª, pero se encuentra con que el cementerio est¨¢ lleno de minas puestas ah¨ª durante el conflicto. El Gobierno, muestra el c¨®mic, ha sido lento e ineficaz en el proceso de desminar el cementerio.
¡°Hace 15 a?os que no enterramos a nadie¡±, cuenta el alcalde del pueblo en esta novela gr¨¢fica en la que un polic¨ªa, un desmovilizado de las FARC y otro de los paramilitares logran trabajar juntos a pesar de haber sido enemigos a muerte. Los personajes, como en los otros c¨®mics, est¨¢n basados en historias reales. ¡°Es hora de revolver la tierra y resembrar¡±, responde otro personaje m¨¢s adelante.
¡°Este c¨®mic lo hicimos despu¨¦s de que ACDI/VOCA ¨Cuna organizaci¨®n de USAID¨C hizo un estudio que revelaba que, en los municipios especialmente golpeados por el conflicto armado, el 85% de los j¨®venes pensaban que no hab¨ªa habido ning¨²n avance en t¨¦rminos del acuerdo de paz del 2016¡å, cuenta Jim¨¦nez. Se refiere a una encuesta en 170 municipios que tienen unos programas especiales de desarrollo desde 2016. ¡°Y s¨ª hay muchos problemas, es cierto, tambi¨¦n es cierto que s¨ª ha habido avances. Nosotros quer¨ªamos llegar a estos j¨®venes, pero no quer¨ªamos que ellos sintieran que les est¨¢bamos dando c¨¢tedra¡±.
El ilustrador de esta novela gr¨¢fica es Miguel Vallejo, conocido como Gusanillo, que prefiere usar la palabra historietas para hablar de c¨®mic, y que considera que el pa¨ªs vive un renacimiento del g¨¦nero. Recuerda un ¨²nico esfuerzo en el mundo de la historieta colombiana, en los a?os setenta, cuando un reconocido soci¨®logo colombiano llamado Orlando Fals Borda intent¨® hacer c¨®mics sobre la historia de movimientos campesinos que reclamaban su derecho a la tierra en el caribe.
¡°Lo que hizo Fals Borda fue un referente importante, pero creo que lastimosamente ¨¦l no estaba tan articulado editorialmente¡±, cuenta Vallejo. ¡°Ahora s¨ª siento que tenemos una oportunidad para volver a contar esa historia, nuestra historia, en nuestros propios t¨¦rminos. Y es genial hacerlo en un pa¨ªs donde el c¨®mic no es algo tan estructurado como lo es en Francia o Estados Unidos: nosotros podemos beber de cualquier parte, es decir, de distintas estructuras. En otras partes buscan autores o editores que tengan las mismas l¨ªneas, que sean sobre todo lo que quiere Marvel o DC Comics¡±.
La historia de la guerra puede contarse de distintas maneras: sentencias, libros acad¨¦micos, pel¨ªculas, novelas, canciones, grafitis. Nadie tiene, afortunadamente, el monopolio. Ahora se suma la novela gr¨¢fica, que, como dice Vallejo, ¡°era antes vista como algo para ni?os¡±. Cuando se public¨® la novela Transparentes, Francisco de Roux, un reconocido sacerdote jesuita que preside la Comisi¨®n de la Verdad, escribi¨® un pr¨®logo en el que dice que el c¨®mic ¡°no es un panfleto para ojear ni un texto para leer a la carrera¡±. Es un libro para escuchar, de otra forma, a quienes vivieron la guerra. ¡°Es una convocatoria a caminar con otros caminos que contin¨²an¡±, dice. ¡°T¨®menlo en serio¡±.
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