El regreso de Isabelle Adjani, la altiva musa francesa que ahora ha aprendido a re¨ªrse de s¨ª misma
La musa francesa vuelve al cine con aire autopar¨®dico en ¡®Peter Von Kant¡¯ y Filmin recupera su obra maestra de hace 40 a?os, ¡®Posesi¨®n¡¯, en la que la dio una de las interpretaciones m¨¢s sobrecogedoras de la historia del cine europeo
Hay un di¨¢logo en Peter Von Kant, la ¨²ltima pel¨ªcula del director franc¨¦s Fran?ois Ozon que acaba de estrenarse en Francia, en el que alguien dice que las personas con fama y ¨¦xito suelen tener una edad avanzada, y entonces el personaje de Isabelle Adjani (Par¨ªs, 67 a?os), una diva decadente, apostilla: ¡°Yo soy la excepci¨®n que confirma la regla¡±. Es un gui?o de metaficci¨®n entre la actriz y su personaje, pero el asunto no se agota en un mero chiste. En este remake del drama Las amargas l¨¢grimas de Petra Von Kant, de Reiner Werner Fassbinder, Adjani ejecuta lo que podr¨ªa entenderse como una autoparodia. Lo que sugiere que, contradiciendo su imagen p¨²blica, no le falta sentido del humor.
Este estreno coincide con la llegada a la plataforma Filmin de la versi¨®n restaurada en 4K de La Posesi¨®n (1981), de Andrej Zulawski, en la que, hace m¨¢s de 40 a?os, la misma int¨¦rprete ofrec¨ªa la cara opuesta de su talento. ¡°Es una pel¨ªcula que arriesga y acierta, que desconcierta, seduce e incomoda, y ha marcado el camino a seguir a muchos creadores que hoy est¨¢n presentes en nuestro cat¨¢logo¡±, razona Jaume Ripoll, cofundador y director editorial de Filmin. ¡°Sin ella no existir¨ªa Under my skin (2013), por poner un ejemplo¡±. Para Adjani aquel fue un trabajo extremo y temerario que le report¨® numerosos premios, pero a cambio de aquel otro regalo tuvo que sufrir durante el rodaje una experiencia traum¨¢tica que contribuy¨® a forjar su personalidad dentro y fuera de la pantalla.
Isabelle Adjani es una especie en peligro de extinci¨®n, una de las ¨²ltimas representantes su estirpe. Personaje de s¨ª misma, encarna un tipo de actriz, inaccesible y m¨¢s grande que la vida, que el cine norteamericano fue abandonando progresivamente a partir de los a?os sesenta del pasado siglo, y que hoy solo pervive en Francia, donde de todos modos tampoco parece encontrar relevo en las siguientes generaciones. Ni siquiera otras estrellas de su pa¨ªs como Juliette Binoche o Marion Cotillard irradian esa presencia en la que el misterio lo es todo y cualquier cosa que huela a natural u ordinario est¨¢ descartada.
El periodista cultural Alex Vicente, editor de Babelia y antiguo corresponsal cultural de EL PA?S en Par¨ªs, resume as¨ª su trayectoria: ¡°De las tres grandes actrices que despuntaron en el cine franc¨¦s posterior a la nouvelle vague, Isabelle Huppert, Juliette Binoche e Isabelle Adjani, es esta ¨²ltima quien ha tenido una carrera m¨¢s impredecible y tortuosa. Lo tuvo todo: fue la nominada m¨¢s joven al Oscar a la mejor actriz protagonista hasta entonces, gan¨® cinco premios C¨¦sar y tuvo estatus de hero¨ªna nacional en Francia, que llegar¨ªa a su c¨¦nit con La reina Margot (1994). Pero despu¨¦s dilapid¨® esa fortuna en tiempo r¨¦cord y se acab¨® convirtiendo en una caricatura de s¨ª misma, hasta el punto de encarnar el estereotipo mis¨®gino de la diva trastornada¡±.
En 1981, cuando protagoniz¨® La posesi¨®n, ya era una joven actriz muy respetada y popular. El papel le vali¨® el premio de interpretaci¨®n en el festival de Cannes (obtenido tambi¨¦n ese mismo a?o por su labor en Quartet, de James Ivory), y su primer C¨¦sar, entre otros muchos galardones, pero supuso tambi¨¦n el descubrimiento de un camino que no deseaba seguir transitando. En esta alegor¨ªa de la brutalidad que implica toda ruptura de una pareja, contada en clave de ciencia-ficci¨®n, Adjani ejecutaba cosas que ella misma calificar¨ªa despu¨¦s como ¡°irrealizables¡±. Entre ellas mantener relaciones sexuales con un monstruo en forma de calamar gigante o sufrir un arrebato que se iniciaba con carcajadas hist¨¦ricas, prosegu¨ªa con alaridos y convulsiones y terminaba con ella desparramada por el suelo, supurando sangre y un fluido blancuzco por sus orificios.
Pero, sobre todo, durante la filmaci¨®n tuvo que someterse a los discutibles m¨¦todos del director, conocido por poner a sus int¨¦rpretes al borde del abismo. ¡°Nunca volver¨ªa a hacerlo. Hay que ser extremadamente joven o antifeminista para creer que una saca algo de hacerse manipular y martirizar¡±, declar¨® en una entrevista a Ia revista Inrocks en 2018 sin especificar m¨¢s. Por su parte, exhibiendo una frivolidad que hoy resulta tan dif¨ªcil de contemplar como aquellas escenas, el propio Zulawski asegurar¨ªa en otra entrevista que Adjani hab¨ªa intentado suicidarse cort¨¢ndose las mu?ecas con una cuchilla de afeitar tras verse a s¨ª misma en el estreno.
El director atribu¨ªa su desesperaci¨®n a que la pel¨ªcula contradec¨ªa con demasiada violencia la imagen que ella estaba empezando forjarse de s¨ª misma, la de una criatura perfecta e intocable, que con el tiempo la habr¨ªa llevado a convertirse, a golpe de cirug¨ªa est¨¦tica, en una nueva versi¨®n del retrato de Dorian Gray. ¡°Quiere parecer m¨¢s joven que sus hijos¡±, conclu¨ªa.
Adem¨¢s de ilustrar la exigencia de juventud eterna que sigue aplic¨¢ndose a las actrices, todo esto habla del control al que Adjani someter¨ªa a partir de entonces los distintos aspectos de su vida, desde la exposici¨®n de su f¨ªsico (el director de fotograf¨ªa Philippe Rousselot rememor¨® en la edici¨®n francesa de Vanity Fair los tiras y aflojas por esta cuesti¨®n durante el rodaje de La reina Margot) hasta sus elecciones profesionales.
Hay dos rasgos que han caracterizado la carrera de Isabelle Adjani, al menos hasta la pasada d¨¦cada. Uno es la exigencia con sus papeles: mujeres de fuerte temperamento, a menudo hero¨ªnas tr¨¢gicas inmersas en crisis de salud mental, que ella ha interpretado con un innegociable sentido del compromiso. Marc¨® la pauta con su primer gran ¨¦xito, Diario ¨ªntimo de Ad¨¨le H (1975), de Fran?ois Truffaut, donde encarnaba al personaje real de la hija de Victor Hugo, conducida a la locura por el rechazo del hombre al que amaba. Gracias a aquella pel¨ªcula fue, con solo 19 a?os, nominada por primera vez a un C¨¦sar (que fue para la Romy Schneider de Lo importante es amar, curiosamente dirigida por Zulawski) y tambi¨¦n a un Oscar.
Suele contarse que el rodaje result¨® algo tormentoso porque Truffaut se obsesion¨® con ella, como le hab¨ªa ocurrido otras veces con sus actrices (Jeanne Moreau, Fran?oise Dorl¨¦ac, Claude Jade, Catherine Deneuve o Fanny Ardant), solo que en este caso interven¨ªa en la ecuaci¨®n una diferencia de edad de 23 a?os. ¡°Debo de ser la ¨²nica actriz con la que rod¨® que le dijo que no¡±, declar¨® en una entrevista publicada en Paris-Match en 2013. ¡°Pero cuando no est¨¢s preparada, no est¨¢s preparada¡±. Otros de sus mejores papeles en esta l¨ªnea ser¨ªan Nosferatu de Herzog (1979), El verano asesino de Becker (1983), Mortelle randonn¨¦e de Miller (1983), Camille Claudel de Nuytten (1988) y La reina Margot de Ch¨¦reau, quiz¨¢ la cumbre de su filmograf¨ªa.
El segundo factor que condiciona su trayectoria es la tendencia a tomarse periodos m¨¢s o menos largos de inactividad, generando con cada uno de sus regresos a la pantalla cierto clima de expectaci¨®n. Es un patr¨®n que se ha achacado a un supuesto car¨¢cter dif¨ªcil, pero tambi¨¦n puede responder a una estrategia basada en la tensi¨®n entre presencia y ausencia, lo que se ve y lo que se oculta, t¨ªpica en las carreras de algunas de las grandes del Hollywood cl¨¢sico al estilo de Greta Garbo e Ingrid Bergman.
Como una nueva Garbo o Bergman se la lanz¨® en sus inicios en los Estados Unidos, donde debut¨® en 1978 con Driver, junto a Ryan O¡¯Neal. A pesar del respeto de sus colegas norteamericanos ¨Cha sido nominada al Oscar dos veces, por Ad¨¨le H y Camille Claudel¨C, da la impresi¨®n de que el Hollywood contempor¨¢neo no encaja con su personalidad, y sus pocas incursiones all¨ª se saldaron con fracasos comerciales y art¨ªsticos, caso de Ishtar (1987) y Diab¨®licas (1996).
En la primera de ellas se embarc¨® junto a quien entonces era su pareja, Warren Beatty. Varios de sus compa?eros sentimentales han pertenecido al sector del espect¨¢culo, como los actores franceses Andr¨¦ Dussolier y Francis Huster (con los que coincidi¨® en sus inicios en la Com¨¦die-Fran?aise), el director de fotograf¨ªa y realizador Bruno Nuytten (con quien en 1979 tuvo a su primer hijo, Barnab¨¦ Sa?d-Nuytten), el int¨¦rprete brit¨¢nico Daniel Day-Lewis (padre de su segundo v¨¢stago, Gabriel-Kane, que naci¨® en 1995, poco despu¨¦s de su separaci¨®n), o el compositor Jean-Michel Jarre. Ella hizo p¨²blica esta ¨²ltima ruptura en una portada de la revista Paris-Match, explicando que Jarre la hab¨ªa enga?ado con la tambi¨¦n actriz Anne Parillaud: ¡°Le cre¨ª y me traicion¨®¡±, dec¨ªa el titular.
Con la prensa ha mantenido una relaci¨®n ambivalente que tambi¨¦n ha contribuido a su leyenda. Esto ha incluido desencuentros como el que se produjo en el festival de Cannes de 1983, donde los fot¨®grafos le dieron la espalda y depositaron sus c¨¢maras en el suelo en se?al de protesta despu¨¦s de que ella cancelara el habitual posado para los medios para conceder una exclusiva. De un signo muy diferente fue su aparici¨®n en un informativo televisivo en 1987, a lo que se vio obligada para negar el rumor de que hab¨ªa contra¨ªdo el sida. Muchas veces se ha insinuado que su comportamiento en los rodajes ha sido problem¨¢tico, lo que en el caso de Las hermanas Bront? (1979), de Andr¨¦ T¨¦chin¨¦, le habr¨ªa supuesto una rivalidad vitalicia con la otra grande de su generaci¨®n, Isabelle Huppert. Adjani declar¨® en 2014, durante una entrevista al diario Lib¨¦ration, que si en los ochenta Huppert acapar¨® los mejores papeles del cine franc¨¦s fue gracias a su relaci¨®n sentimental con el productor Daniel Toscan du Plantier. Dos a?os m¨¢s tarde, sin embargo, zanj¨® la cuesti¨®n en otra entrevista con L¡¯Express asegurando que el supuesto pique era una invenci¨®n de los medios que solo se sustentaba en que las dos compart¨ªan nombre de pila.
En los ¨²ltimos a?os, sin embargo, ha ofrecido una imagen algo menos altiva. Ha tratado con iron¨ªa su imagen p¨²blica en pel¨ªculas como Bon voyage, de Rappeneau (2003), Mascarade de Nicolas Bedos (2022) o la propia Peter Von Kant. Pero tambi¨¦n se ha manifestado acerca de su infancia y or¨ªgenes familiares, temas sobre los que en otros tiempos sol¨ªa pasar de puntillas. Hija de inmigrantes, creci¨® en la banlieue (el extrarradio) parisina. Su padre, Mohammed-Ch¨¦rif Adjani, era un mec¨¢nico de coches nacido en Argelia (¡°guapo como Marlon Brando¡±, en palabras de Isabelle), y su madre la alemana Augusta Schweinberger. Como ella misma ha contado en varias entrevistas, la relaci¨®n familiar siempre fue conflictiva, marcada por el car¨¢cter autoritario del padre y la frialdad de la madre. En 1983 ella acompa?¨® a Mohammed en el hospital durante sus ¨²ltimos d¨ªas, para lo que abandon¨® precipitadamente el rodaje de la pel¨ªcula Pr¨¦nom: Carmen de Godard (1983), donde la sustituy¨® otra actriz.
Su hermano, el fot¨®grafo Eric Adjani, falleci¨® en 2010 debido a una crisis cardiaca tras un largo historial de abuso de alcohol y drogas. ¡°Estaba atrapado¡±, declar¨® ella en L¡¯Illustr¨¦ hace cuatro a?os. ¡°Fui su enfermera desde muy temprano, a pesar de que solo nos llev¨¢bamos dos a?os. Es un fracaso terrible no poder ayudar a alguien que amas a salir de esto¡±.
No es casual que estos d¨ªas Isabelle Adjani est¨¦ en un teatro parisino interpretando a Marilyn Monroe, con quien comparte unos or¨ªgenes dif¨ªciles y una relaci¨®n tortuosa con la propia imagen: ¡°Era otro ¨¢ngel ca¨ªdo al que el star system corrompi¨®¡±, apunta Vicente. ¡°Adjani sigue siendo una estrella, aunque a ratos parece que siga esperando su ¨²ltimo gran papel. Me fascina su ¨²ltima metamorfosis en actriz camp, que asume su condici¨®n de estrella venida a menos, en la pel¨ªcula de Fran?ois Ozon¡±. Como ocurre con toda su filmograf¨ªa, surcada de altos y bajos, ver esta pel¨ªcula es una oportunidad para asistir a un fen¨®meno ¨²nico e irrepetible. Ya no quedan divas como Isabelle Adjani.
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