La muerte de Hans Magnus Enzensberger y el cisma que deja en la literatura alemana
El enfrentamiento entre los autores alemanes sigue pareciendo motivado, en ¨²ltima instancia, por la confrontaci¨®n entre las realidades de un mundo ambiguo y multipolar
No ten¨ªa ning¨²n inter¨¦s en dirigir ¡°un puesto de salchichas asadas¡±, dijo Deniz Y¨¹cel al renunciar a la presidencia del Centro PEN de Alemania (la asociaci¨®n nacional de escritores integrada en el Pen Club Internacional) en mayo pasado; el malestar ven¨ªa de algunos meses atr¨¢s, cuando este periodista alem¨¢n de origen turco de 49 a?os de edad apoy¨® p¨²blicamente la intervenci¨®n de la OTAN y el cierre del espacio a¨¦reo europeo tras la invasi¨®n rusa de Ucrania pese a que los miembros del Centro abogaban por la neutralidad: para Y¨¹cel solo eran ¡°unos eg¨®latras deseosos de protagonismo¡± para quienes ¡°los autores perseguidos son algo accesorio¡±, y su lugar fue ocupado de inmediato, interinamente, por el escritor austriaco Josef Haslinger, de 67 a?os.
Una diferencia de edad relevante puede hacer que ciertas cosas se vean de manera distinta: entre los actores principales del drama del ¡°puesto de salchichas asadas¡± hay 18 a?os de distancia, de modo que el malestar en el Centro PEN alem¨¢n puede ser visto, en primer lugar, como resultado de un conflicto entre generaciones, algo que este mes admiti¨® t¨¢citamente la escritora austriaca Eva Menasse cuando declar¨® a la prensa que el nuevo PEN Berl¨ªn ¡ªuna escisi¨®n del anterior entre cuyos quinientos miembros est¨¢ Y¨¹cel¡ª es ¡°m¨¢s joven, m¨¢s femenino y m¨¢s inmigrante¡±; en los hechos, sin embargo, pese a que el nuevo gremio tiene entre sus miembros a una considerable cantidad de escritores y escritoras de origen inmigrante y es posible que cuente con un mayor n¨²mero de mujeres en sus filas que su contraparte, el enfrentamiento entre los autores alemanes sigue pareciendo motivado, en ¨²ltima instancia, por la confrontaci¨®n entre las realidades de un mundo ambiguo y multipolar que demanda de los intelectuales cierto relativismo moral y una extraordinaria flexibilidad y las de un mundo m¨¢s ordenado, que se aleja en el horizonte con la desaparici¨®n de sus principales actores.
La muerte de Hans Magnus Enzensberger a finales del mes pasado ¡ªque se sum¨® a las, algo menos recientes, de Friedrich Christian Delius, Klaus Wagenbach, Wilhelm Genazino, Peter H?rtling, Ilse Aichinger, Siegfried Lenz, Joachim Kaiser y otros¨D es la manifestaci¨®n m¨¢s evidente del cambio de guardia; con ¨¦l desapareci¨® un protagonista fundamental de los v¨ªnculos entre literatura y pol¨ªtica en los ¨²ltimos setenta a?os de vida intelectual en Alemania. La biograf¨ªa del autor de El diablo de los n¨²meros es, en ese sentido, ejemplar: particip¨® del Gruppe 47, el think tank que dio forma a una literatura alemana de posguerra e hizo su principal tema la revisi¨®n del periodo nacionalsocialista ¡ªo de lo que quienes participaron en ¨¦l deseaban recordar, un asunto especialmente espinoso que acapar¨® portadas cuando G¨¹nter Grass mencion¨® al final de su vida, en una entrevista promocional de su autobiograf¨ªa Pelando la cebolla, que con 17 a?os hab¨ªa pertenecido a las Waffen-SS¡ª; pero tambi¨¦n fue parte del movimiento juvenil en torno al Mayo franc¨¦s, que en Alemania se manifest¨® como una oposici¨®n extraparlamentaria ¡ªde la que salieron, por cierto, tendencias y organizaciones pol¨ªticas por completo distintas, como la Fracci¨®n del Ej¨¦rcito Rojo y los Verdes¡ª, se acomod¨® al papel otorgado al mercado como fuerza hegem¨®nica en asuntos literarios, public¨® varios best sellers y su autoridad moral se volvi¨® incuestionable, en especial ¡ªpor comparaci¨®n¡ª tras las defecciones de Peter Handke, el rechazo producido por ciertos posicionamientos de J¨¹rgen Habermas y la publicaci¨®n de Lo que hay que decir, el poema con el que Grass denunci¨® en 2012 que ¡°Israel, potencia nuclear, pone en peligro / una paz mundial ya de por s¨ª quebradiza¡±, algo que, pese a no dirigirse ni contra los jud¨ªos ni contra su cultura, le vali¨® acusaciones de antisemitismo. El desencanto l¨²cido de Enzensberger, la sofisticaci¨®n de Alexander Kluge y el, relativamente, bajo perfil de otros escritores de su promoci¨®n como Peter Bichsel, Michael Kr¨¹ger, Botho Strauss, Rolf Schneider, Martin Walser y J¨¹rgen Becker los protegi¨® ¡ªy contin¨²a haci¨¦ndolo¡ª de una sociedad cada vez m¨¢s fragmentada.
¡°En un lado¡±, record¨® Enzensberger en Tumulto, sus memorias de la d¨¦cada de 1960, ¡°la tibia Rep¨²blica Federal; en el otro, la ¡®zona¡¯, sobre la cual abrigaba yo pocas ilusiones, vacunado como estaba por mi propia inspecci¨®n del terreno y por lecturas tempranas tales como Los or¨ªgenes del totalitarismo de Hannah Arendt, Homenaje a Catalu?a de Orwell y El pensamiento cautivo de Czes?aw Mi?osz¡±. Hasta la ca¨ªda de cierto muro en Berl¨ªn, s¨®lo se necesitaba escoger un bando; despu¨¦s, simplemente, adherir al consenso en torno a asuntos como la libertad de expresi¨®n, la solidaridad, el pacifismo, la democracia, la autonom¨ªa de la obra de arte, el libre mercado: de pronto, el liberalismo econ¨®mico y el conservadurismo pol¨ªtico eran parte de un ¡°sentido com¨²n¡± sin alternativa que, sin embargo, ser¨ªa puesto en cuesti¨®n pocas d¨¦cadas despu¨¦s por las est¨¦ticas poscoloniales, los feminismos, la irrupci¨®n de una concepci¨®n ¡°posaut¨®noma¡± del arte en cuyo marco quienes lo practican son ¡ªen primer y, a menudo, excluyente lugar¡ª activistas, las pol¨ªticas de la identidad, el secuestro de la libertad de expresi¨®n y la visibilidad cada vez mayor de los efectos disruptivos sobre el medio ambiente y la sociedad de un capitalismo tard¨ªo incapaz de generar riqueza y en absoluto deseoso de distribuirla.
Estos y otros cambios acontecidos en la sociedad en las ¨²ltimas d¨¦cadas, y las diferentes interpretaciones que suscitan, est¨¢n detr¨¢s de la escisi¨®n entre los escritores alemanes en igual o mayor medida que el conflicto intergeneracional y unos rasgos de car¨¢cter que parecen ser irreprimibles. (Y¨¹cel aprovech¨® el primer congreso del PEN berlin¨¦s para denunciar que, al hablar de ¡°diversidad¡±, muchos solo estaban hablando de s¨ª mismos.) Antes incluso de que el colectivo pudiese celebrar su primer encuentro ya hab¨ªan renunciado tres de sus miembros, y otros estaban considerando dar ese paso, seg¨²n la prensa, debido a las ¡°tendencias peligrosas¡± de algunos. Pocas veces la desaparici¨®n de una generaci¨®n de escritores coincidi¨® tan claramente con un cambio de paradigma como el que se produce en Alemania en estos momentos; sin embargo, el cambio no s¨®lo tiene lugar en ese pa¨ªs, y ya explica algunas discusiones que tienen lugar en la sociedad literaria espa?ola, la que es y la que quiere ser: los malentendidos que resultan a menudo de los intentos de distinguir entre est¨¦ticas ¡°de derecha¡± y ¡°de izquierda¡±, la frivolizaci¨®n de las formas actuales de censura solo porque estas no son producidas por el Estado, el restablecimiento del v¨ªnculo entre literatura y ejemplaridad y entre la simpat¨ªa que despiertan ciertos autores y la valoraci¨®n de su obra, la incomprensi¨®n del hecho manifiesto de que un filme, un libro, un art¨ªculo, un chiste no est¨¢n jam¨¢s dirigidos contra un sujeto individual y s¨®lo en raras ocasiones contra un colectivo...
Qu¨¦ suceder¨¢ con la literatura en alem¨¢n en los pr¨®ximos a?os depende en buena medida, al parecer, del modo en que los autores de la generaci¨®n ¡°intermedia¡± ¡ªUwe Tellkamp, Herta M¨¹ller, Marlene Streeruwitz, Durs Gr¨¹nbein, Ilija Trojanow, Andreas Maier, Clemens Meyer, Christian Kracht, Feridun Zaimoglu, Ter¨¦zia Mora, David Wagner, Martin Mosebach, Sibylle Lewitscharoff, la propia Menasse, siete de ellos ya parte del nuevo PEN Berl¨ªn¡ª se las arreglen para navegar las demandas contradictorias de dos generaciones, la suya y la siguiente, as¨ª como del modo en que respondan a la pregunta de si la libertad de expresi¨®n contin¨²a siendo un derecho fundamental de las personas ¡ªde absolutamente todas ellas¡ª o no. Mientras tanto, y pese a todo, el PEN de Berl¨ªn ya puede presumir de dos logros importantes: el reconocimiento a Ursula Krechel por su trabajo como escritora, en el que la continuidad del fascismo en la sociedad alemana de posguerra ocupa un lugar central, y la llegada al pa¨ªs de la escritora kurda Meral ?im?ek, perseguida por las autoridades turcas desde junio de 2021.
Babelia
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