Chantal Akerman en todas las mujeres: el viaje de una maestra del cine en busca de su madre

En su ¨²ltima pel¨ªcula, No Home Movie, Chantal Akerman recuerda que cuando su madre iba a recogerla al jard¨ªn de infancia agarraba con fuerza su mano para reafirmarse ante los otros ni?os. ¡°Esta es mi madre¡±, proclamaba con orgullo sobre una mujer ¡°muy guapa¡± que ¡°siempre se re¨ªa de nada, pero ese nada lo era todo¡±. Natalia (Nelly) Akerman, una jud¨ªa polaca superviviente de Auschwitz, falleci¨® a los 86 a?os, poco despu¨¦s de prestarse al ¨²ltimo experimento que desde una pantalla le brindaba su hija.

La ausencia de Nelly, una mujer cuyo insondable trauma se convirti¨® en un poderoso v¨ªnculo maternofilial, sumi¨® a Chantal Akerman en una honda fractura personal. Aquella ama de casa sonriente encerraba el misterio de su identidad y de su cine. De forma tr¨¢gica, tambi¨¦n le daba sentido. Diez d¨ªas despu¨¦s de recibir el alta por depresi¨®n, encontraron muerta a la cineasta en su apartamento parisiense. Nacida en Bruselas el 6 de junio de 1950, Akerman se suicid¨® en Par¨ªs el 5 de octubre de 2015, d¨ªas antes del estreno de No Home Movie en Nueva York, la ciudad que m¨¢s la ayud¨® a encontrarse a s¨ª misma.

La losa del destino cerraba el c¨ªrculo vital de una cineasta cuya influencia alcanza a autores como Gus Van Sant, Todd Haynes, Kelly Reichardt o Sofia Coppola, que se escapa a las etiquetas ¡ª¡°Soy mujer, soy jud¨ªa, soy directora y soy escritora, as¨ª que no puedes meterme en una sola caja¡±¡ª y que con solo 25 a?os dirigi¨® su obra m¨¢s reconocida, Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles, la mejor pel¨ªcula de la historia seg¨²n los ¨²ltimos resultados de la encuesta can¨®nica realizada cada d¨¦cada por la revista Sight & Sound. Se reestrena en salas el 8 de marzo, pero puede verse ya en Espa?a, junto a una selecci¨®n de su casi medio centenar de pel¨ªculas, en Filmin.

Presentada en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes de 1975, Jeanne Dielman se convirti¨® desde su primera proyecci¨®n en un extra?o acontecimiento. Rodada con un equipo en su mayor¨ªa de mujeres, algo muy complicado hace no tanto, recog¨ªa al detalle la rutina y los rituales dom¨¦sticos durante tres jornadas en la vida de un ama de casa interpretada por Delphine Seyrig. M¨¢s de tres horas de metraje que rompieron los esquemas de los espectadores que desertaban iracundos de la sala o de personalidades como Marguerite Duras, que grit¨®: ¡°?Esta mujer est¨¢ loca!¡±, en medio de la proyecci¨®n. Al d¨ªa siguiente del enfado de Duras, medio centenar de festivales de todo el mundo mostraron su inter¨¦s por una pel¨ªcula bajo cuya g¨¦lida y morosa forma escond¨ªa una bomba feminista y un punto de inflexi¨®n en la historia del cine.

Jeanne Dielman, como gran parte de la obra de Akerman, bebe de su propio paisaje familiar y de ese anhelo y melancol¨ªa que atraviesa su mejor filmograf¨ªa, un cine dedicado a escuchar el silencio y a observar el vac¨ªo. ¡°A m¨ª me interesa todo lo que los dem¨¢s descartan¡±, dec¨ªa esta precoz creadora que se fascin¨® de adolescente con el Pierrot le fou de Godard y que a los 18 a?os ya estaba estudiando cine. No dur¨® ni un a?o en la escuela y, en 1968, rod¨® con sus propios ahorros un cortometraje protagonizado por ella misma. Saute ma ville es premonitoria: ocurre en una cocina donde los rituales dom¨¦sticos acaban en un delirio destructivo y suicida.

Gracias a un premio obtenido con este cortometraje, Akerman se traslad¨® entre 1971 y 1972 a Nueva York, ciudad en la que encontr¨® la respuesta al cine que persegu¨ªa gracias al Anthology Film Archives de Jonas Mekas y a otros cineastas experimentales y de vanguardia como Andy Warhol y, sobre todo, Michael Snow. Mekas le mostr¨® el camino del cine como registro de la propia vida y la influencia de Snow se deja ver en su primer largometraje, Hotel Monterey (1972), una pel¨ªcula sin palabras que recorre con enorme sigilo los espacios de este hotel neoyorquino. Ah¨ª tambi¨¦n comenz¨® su larga relaci¨®n profesional y personal con la directora de fotograf¨ªa Babette Mangolte.

Akerman volver¨ªa a Nueva York despu¨¦s del estreno de Jeanne Dielman para rodar con Mangolte en las calles y el metro de Manhattan una de sus pel¨ªculas m¨¢s importantes, News from Home (1976), un documental que recoge los sonidos y la vida de la ciudad mientras la cineasta lee las cartas que su madre le enviaba, reproch¨¢ndole muchas veces la distancia, durante su primera estancia en la ciudad.

Entre su regreso a Nueva York y Jeanne Dielman, Akerman film¨® su segundo largometraje, Yo, t¨², ¨¦l, ella (1974), que ofrece bastantes pistas sobre el profundo sentimiento de soledad que la acompa?aba. Rodada en blanco y negro y protagonizada por la propia cineasta, Yo, t¨², ¨¦l, ella se cierra con una secuencia de sexo l¨¦sbico cuya impetuosidad remite a ese mismo vac¨ªo.

Una de las etapas m¨¢s interesantes de su filmograf¨ªa es la dedicada a sus viajes, en los que explora su propio desarraigo. En Del Este (1993), recorre Rusia, Ucrania y Polonia tras la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn; en Sur (1999), el racista sur de Estados Unidos; en Del otro lado (2002), la frontera con M¨¦xico: y en All¨¢ (2006), viaja a Israel para encerrarse en un piso de Tel Aviv. Los largu¨ªsimos travellings de Del Este, por los que vemos pasar paisajes y rostros cargados de terrible memoria, se repiten en Sur, en la que Akerman logra uno de los momentos m¨¢s sobrecogedores de su cine con el atroz relato del asesinato de un hombre negro por tres supremacistas blancos que lo ataron con cadenas a su camioneta para arrastrarlo por los cinco kil¨®metros de una carretera secundaria hasta desmembrarlo. El final de la pel¨ªcula es la filmaci¨®n a tiempo real de aquel espeluznante trayecto. Akerman coloca su c¨¢mara en la trasera de una camioneta y desde ah¨ª se recorre, mientras cae la noche, la misma carretera por la que destrozaron el cuerpo de aquel hombre.

Chantal Akerman naci¨® herida. Sus padres y abuelos hab¨ªan emigrado desde Polonia a B¨¦lgica en los a?os treinta. Mientras su padre, Jacob Akerman, se salv¨® del nazismo escondido durante dos a?os en un piso de Bruselas, su madre tuvo peor suerte. Deportada a Auschwitz-Birkenau junto a su familia en 1943, solo sobrevivi¨® ella. Fue liberada con 15 a?os y las secuelas alcanzar¨¢n a su hija. Nelly Leibel, su nombre de soltera, era culta e inteligente, pero qued¨® de por vida atrapada en un mortal silencio sobre su pasado que su hija intent¨® romper hasta su muerte. Indagar en ese mutismo fue el principal motor de la obra ¡ªtambi¨¦n la literaria, con textos como Mi madre se r¨ªe o Una familia en Bruselas¡ª, de una cineasta que busc¨® a su madre en s¨ª misma y en todas las mujeres.