El metraje de las pel¨ªculas rompe las costuras de Cannes
La larga duraci¨®n de algunos de los filmes, como ¡®Occupied City¡¯, de Steve McQueen, o ¡®Youth (Spring)¡¯, de Wang Bing, reabre el debate sobre los nuevos modos de distribuci¨®n y consumo de cine
Steve McQueen, cuatro horas y 22 minutos. Wang Bing, tres horas y 32 minutos. Scorsese, 3h26¡ä. Nuri Bilge Ceylan, 3h17¡ä; V¨ªctor Erice, 2h49¡ä, y as¨ª un, nunca mejor dicho, largo etc¨¦tera de pel¨ªculas que no temen al desaf¨ªo de su extensi¨®n y que abarca a todas las secciones del festival de Cannes.
Todo esto en un a?o en el que el cineasta portugu¨¦s Pedro Costa presenta un cortometraje de nueve minutos, Las hijas del fuego, y el espa?ol Pedro Almod¨®var un mediometraje, Extra?a forma de vida, de 31 minutos. La duraci¨®n de las pel¨ªculas se dinamita y para muchos esto es una tendencia que acabar¨¢ por imponerse permitiendo convivir en una secci¨®n oficial a concurso, como ya ocurre en otros festivales, a pel¨ªculas de toda condici¨®n. Adem¨¢s, abre un importante debate sobre los nuevos desaf¨ªos de la distribuci¨®n de cine, que cada vez m¨¢s se enfrenta a pel¨ªculas que desbordan el metraje convencional.
En Cannes ya se han podido ver algunas de las pel¨ªculas m¨¢s largas y a la vez m¨¢s destacables de su programaci¨®n. Una de las decisiones m¨¢s valientes del equipo directivo ha sido incluir en el concurso el ¨²ltimo filme del cineasta chino Wang Bing, una de las figuras m¨¢s relevantes del documental contempor¨¢neo, que en Youth (Spring) nos introduce en la rutina de las f¨¢bricas textiles de la ciudad de Zhili, un lugar a 150 kil¨®metros de Shangh¨¢i de donde sale la ropa que se consume en el resto del mundo. Observar de cerca la vida de las personas que visten al planeta provoca en el espectador una toma de conciencia que solo se comprende despu¨¦s de enfrentarse a su minucioso metraje.
Otro ejemplo es la impresionante Occupied City, fuera del concurso, en la que el cineasta brit¨¢nico Steve McQueen narra la vida de ?msterdam durante la ocupaci¨®n nazi. Sin material de archivo, siguiendo el camino que Claude Lanzmann abri¨® con Shoah, McQueen filma el pasado desde el presente mientras una voz en off despliega un inventario de pavorosos cr¨ªmenes al ritmo del callejero actual de la capital de Pa¨ªses Bajos. Aqu¨ª ya no quedan testimonios directos, solo imperceptibles huellas en una ciudad en la que durante a?os anid¨® el terror nazi. Cada calle esconde una memoria que el presente parece obstinado en pisotear y que McQueen persigue con su depurado sentido de la imagen y del sonido y guiado por el guion de su mujer, Bianca Stigter, directora de la joya documental Tres minutos y autora del libro en el que se basa Occupied City.
Enfrentarse a este tipo de pel¨ªculas puede parecer agotador, pero su inmersi¨®n provoca todo lo contrario, la sensaci¨®n incomparable de respirar hasta el fondo y al comp¨¢s de las im¨¢genes.
Este mismo a?o, una pel¨ªcula como la brasile?a A longa viagem do ?nibus amarelo, de siete horas, sobre el viaje de seis meses entre Venecia y Katmand¨² a bordo de un Volkswagen descapotable que en los a?os 70 emprendi¨® el cineasta y escritor J¨²lio Bressane con su mujer Rosa Dias y su amigo Andrea Tonacci, ha sido de las m¨¢s celebradas en festivales como el de Rotterdam y el Bafici. Como ya ocurri¨® con La flor, pel¨ªcula de culto del argentino Mariano Llin¨¢s, de 14 horas, que rompi¨® moldes con su desmesura.
¡°Los festivales, sobre todo los m¨¢s peque?os y audaces, es decir, los que no tienen nada que perder, entre los que no se encuentra Cannes, que en estas cosas va a remolque, han decidido que las duraciones de las pel¨ªculas ya no son una delimitaci¨®n y vale igual una pieza experimental de minutos a casos extremos como las tres horas de Inside the Yellow Cocoon Shell, la pel¨ªcula del vietnamita Tien An Pham incluida en la Quincena de Realizadores¡±, explica ?lvaro Arroba, programador en esa secci¨®n de Cannes, quien recuerda c¨®mo el cortometraje Mi ¨²ltima aventura, de Ramiro Sonzini y Ezequiel Salinas, sali¨® triunfador en la edici¨®n de 2021 del Bafici por encima de los largometrajes que concursaban ese a?o.
Los metrajes desmesurados no son, por otro lado, nada nuevo en el cine. De hecho, su historia es la de un arte mutilado. De las nueve horas de Avaricia, del incomprendido visionario Eric Von Stroheim, a El cuarto mandamiento, de Orson Welles, o El Sur, de V¨ªctor Erice, cuya trayectoria ha estado marcada por su lucha contra los l¨ªmites marcados por el sistema de producci¨®n.
Lo que ha cambiado en las ¨²ltimas d¨¦cadas es, entre otras cosas, la laxitud que permite el digital y la cada vez m¨¢s asumida contaminaci¨®n del g¨¦nero documental en la ficci¨®n, ¡°aunque distinguir entre uno y otro sea a estas alturas un debate cansino y est¨¦ril¡±, a?ade Arroba.
La cuesti¨®n m¨¢s importante hoy en d¨ªa es c¨®mo se enfrenta la distribuci¨®n a pel¨ªculas cada vez m¨¢s largas. Preguntas sin resolver pero que ahora mismo est¨¢n sobre la mesa ante los inminentes estrenos de pel¨ªculas como Trenque Lauquen, de Laura Citarella, en el Cine Estudio Bellas Artes de Madrid o el Out 1, de Jacques Rivette, en la Filmoteca Espa?ola, donde tienen previsto proyectar el pr¨®ximo 17 de junio las m¨¢s de 13 horas de este hito, dentro de la retrospectiva dedicada al cineasta franc¨¦s desde el pasado abril. ¡°Es la primera vez que la pel¨ªcula podr¨¢ verse completa en Espa?a, y no es algo sencillo¡±, afirma Carlos Reviriego, director adjunto y de programaci¨®n de Filmoteca Espa?ola. ¡°A nivel log¨ªstico es muy complicado, de hecho nunca se ha hecho un pase as¨ª en el Dor¨¦. Si lo hemos logrado sacar adelante es gracias a la pasi¨®n de nuestro equipo, Natalia Mar¨ªn y Pablo L¨®pez, y al proyeccionista, Ignacio Estrada. Obviamente se trata de una sesi¨®n deficitaria econ¨®micamente, enmarcada dentro de una iniciativa cultural sin ¨¢nimo de lucro¡±.
Por sus extremas condiciones, la pel¨ªcula, de 1971, se ha proyectado muy poco, ¡°aunque una figura como ?ric Rohmer asegur¨® al verla que era una suerte de Santo Grial de la modernidad cinematogr¨¢fica¡±. Ya en los a?os noventa, con toda su posproducci¨®n terminada, se proyect¨® en algunos festivales y en Par¨ªs, dividida en ocho episodios y cuatro partes, como m¨¢s tarde ocurri¨® en Nueva York. ¡°La del Dor¨¦ ser¨¢ una sesi¨®n hist¨®rica que durar¨¢ todo el d¨ªa. Veremos c¨®mo se le da a los audaces que se atrevan con esta experiencia tan extraordinaria¡±.
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