La dulce venganza del arte amerindio: de menospreciado a protagonista de los museos
Dos exposiciones en Madrid y una en Bogot¨¢ dan cuenta de la valorizaci¨®n de las expresiones ind¨ªgenas latinoamericanas que hist¨®ricamente fueron consideradas inferiores
Artes menores, artesan¨ªa o arte primitivo son algunas de las denominaciones peyorativas que han tenido a lo largo de la historia expresiones creativas de la Am¨¦rica ind¨ªgena como la cer¨¢mica, el textil o la t¨¦cnica plumaria. Formas de representaci¨®n que ahora no faltan en museos insignia del arte contempor¨¢neo como el Tate o el Macba, o que llevaron a la artista chilena Cecilia Vicu?a a recibir el Le¨®n de Oro a la Trayector¨ªa en la Bienal de Venecia de 2022. Las exposiciones Antes de Am¨¦rica, en la Fundacion Juan March, y Am¨¦rica: breve historia natural y pol¨ªtica, del Archivo Arkh¨¦, ambas en Madrid, proponen un recorrido hist¨®rico por estas formas prehisp¨¢nicas, desde su reducci¨®n al campo arqueol¨®gico en el siglo XIX a su actual protagonismo internacional.
El Premio Nacional de Artes Pl¨¢sticas a la espa?ola Teresa Lanceta, quien trabaja algunos de sus tejidos sobre dise?os de la cultura peruana Paracas, o la Medalla Goethe a la aymara Elvira Espejo prueban un reconocimiento por parte de occidente a pr¨¢cticas que tradicionalmente margin¨®. ¡°Esperemos que no sea una moda¡±, anhela Rodrigo Guti¨¦rrez, comisario de la muestra Antes de Am¨¦rica. La exposici¨®n, abierta hasta el 10 de marzo de 2024, rastrea las influencias amerindias en el arte moderno y contempor¨¢neo, a trav¨¦s de 630 piezas de 143 prestadores. Empieza con las reproducciones estereotipadas de los viajeros europeos y termina con un muro dedicado a la cer¨¢mica y otro al arte textil. ¡°No es un final centrado en pintura y escultura, estamos venciendo un tipo de hegemon¨ªa¡±, sostiene Guti¨¦rrez, catedr¨¢tico de Historia del Arte en la Universidad de Granada.
Am¨¦rica: breve historia natural y pol¨ªtica, abierta hasta el 20 de noviembre, tambi¨¦n comienza en el siglo XIX, con las estampas decimon¨®nicas de los aventureros extranjeros. Despu¨¦s da paso a fotograf¨ªas, pinturas, esculturas, revistas y carteles que cuentan c¨®mo lo aut¨®ctono ha ido ganando terreno de forma gradual y lenta en territorio americano. ¡°Hay muchos artistas contempor¨¢neos que ven en la cuesti¨®n india, en su po¨¦tica, pol¨ªtica y luchas una fuente fundamental para crear. Existen autores propiamente ind¨ªgenas como Abel Rodr¨ªguez o Delcy Morelos que hacen arte desde su propio lugar¡±, cuenta Halim Badawi, codirector del Archivo Arkh¨¦ junto a Pedro Hinostrosa. El fondo se instal¨® en Madrid a principios de este a?o y alberga 80.000 documentos divididos en un archivo queer y otro de arte latinoamericano.
La historiadora de arte colombiana Mar¨ªa Wills cree que el auge de las manifestaciones vern¨¢culas es una moda en Europa, pero una necesidad antigua en Latinoam¨¦rica. Es una de las tres comisarias, junto a Sigrid Casta?eda y Julien Petit, de Sembrar la duda, una muestra del Museo de Arte Miguel Urrutia de Bogot¨¢ con caracter¨ªsticas similares a las que se dan en la capital espa?ola. La exposici¨®n exhibe 800 obras que fueron elegidas junto a comunidades originarias y reflexionen sobre lo ind¨ªgena desde la ¨¦poca colonial.
Los comisarios aclaran que, para ocupar espacios en el arte, los pueblos aut¨®ctonos tuvieron que ganarse antes un lugar en la pol¨ªtica y agenda social contempor¨¢nea. Las nuevas constituciones de Colombia (1991), Ecuador (2008) y Bolivia (2009) reconocieron sus pluralidades ¨¦tnicas y las identidades ind¨ªgenas existieron por primera vez frente los ojos del Estado. ¡°Es un sentir en Am¨¦rica Latina en conjunto. Durante mucho tiempo el cient¨ªfico, el religioso hablaban por el ind¨ªgena; hoy una voz aut¨¦ntica se ha hecho posible, lo vimos en la revoluci¨®n maya de 1994 en Chiapas (M¨¦xico), en la reivindicaci¨®n de las tierras de los yanomamis¡±, defiende Casta?eda.
La conexi¨®n espiritual de las comunidades indoamericanas con la naturaleza es otra de las causas de la fijaci¨®n de occidente con estas culturas, seg¨²n Petit. La crisis clim¨¢tica obliga a mirar con atenci¨®n la relaci¨®n de respeto y convivencia con el entorno, propio de las filosof¨ªas precolombinas. ¡°Zonas que hab¨ªan sido tildadas de salvajes por occidente terminan aportando respuestas que el mundo requiere m¨¢s que nunca¡±, asegura Petit.
Siglo XIX: el indio como atractivo ex¨®tico
La interpretaci¨®n de las formas abor¨ªgenes por parte de terceros es particularmente evidente en el siglo XIX. Viajeros europeos, motivados por la comprensi¨®n de lo desconocido, registraron con dibujos, grabados y fotograf¨ªas las manifestaciones culturales que redujeron a un componente etnol¨®gico. Forman parte de esta tendencia una serie de acuarelas an¨®nimas tituladas Costumbres peruanas donde se reproducen quehaceres cotidianos o las fotograf¨ªas tomadas a nativos en Guatemala en 1895 por el c¨®nsul belga Edouard Lowes. Ambas series, pertenecientes al Archivo Arkh¨¦, se convirtieron en el imaginario visual predominante sobre el continente, fueron reproducidas una y otra vez y devinieron en clich¨¦ y prejuicio.
¡°Estos viajeros tend¨ªan a ver a los ind¨ªgenas como un grupo homog¨¦neo y ex¨®tico. Igualaban sus gestos, rasgos faciales, simplificando y homogeneizando a grupos que en realidad eran muy diversos¡±, sostiene Casta?eda. En su intento por complacer a la academia europea, los gobiernos latinoamericanos se inclinaron a finales del siglo XIX a combinar simbolog¨ªas aztecas, incas o mayas con la arquitectura y y as¨ª conectar lo precolombino con las ¡°bellas artes¡±. Antes de Am¨¦rica incluye varios dise?os de pabellones en exposiciones universales de pa¨ªses iberoamericanos que son reflejo de ello, como el de M¨¦xico en Par¨ªs en 1889.
En el siglo XX, los centenarios de las naciones americanas y la Primera Guerra Mundial pusieron en tela de juicio los valores del canon occidental que hasta ese momento eran incuestionables. Ello, sumado a la desigual repartici¨®n de la tierra y el racismo estructural, oblig¨® a repensar el rol del indio. En ese contexto, surge el movimiento indigenista en las primeras d¨¦cadas del siglo pasado con referentes como el peruano Jos¨¦ Mar¨ªa Arguedas; se crean centros de ense?anza de oficios manuales como la Escuela de Cer¨¢mica en Popay¨¢n (Colombia) o la Escuela de Warisata (Bolivia); y aparecen publicaciones especializadas como la revista Amauta.
De esa ¨¦poca es el ¨®leo Reposo (1925) del ecuatoriano Camilo Egas que se expone en el Archivo Arkh¨¦. Muestra el cambio de la representaci¨®n del ind¨ªgena, de la versi¨®n estereotipada del siglo XIX a una m¨¢s poli¨¦drica. ¡°Hay rabia pero tambi¨¦n sufrimiento en el cuadro. Egas rechaza la categorizaci¨®n y confunde los indicadores de lugar y origen: el paisaje es ¨¢rido, pero los personajes est¨¢n descalzos, hay un cerro en el fondo, pero las marcas negras en sus caras indican que podr¨ªan pertenecer a la jungla¡±, analiza Badawi. Otro ejemplo disponible en Arkh¨¦ es Violencia en el campo (1948-1950), del manizale?o Alipio Jaramillo, en el que retrata a un guerrillero con vestimenta t¨ªpica de los Andes. Los indios fueron el combustible recurrente de las diversas insurrecciones populares ocurridas lo largo de Am¨¦rica Latina durante el siglo XX.
Si America: breve historia pol¨ªtica y natural resalta un componente social en el siglo XX, Antes de Am¨¦rica pone principal ¨¦nfasis en la influencia de los signos y la ornamentaci¨®n prehisp¨¢nica en su uso popular. La simbolog¨ªa amerindia se utiliz¨® para dise?ar joyas, collares, muebles, alfombras, escenograf¨ªas de obras de teatro como Ollantay e incluso juego de naipes. El inter¨¦s por lo ¡°primitivo¡± que atrajo en Par¨ªs a Gauguin y Picasso tambi¨¦n influy¨® a artistas latinoamericanos que resid¨ªan en la capital francesa. As¨ª la producci¨®n de la regi¨®n en los a?os centrales del siglo XX (1940-1960) se caracteriz¨® por un intento de unir la herencia precolombina con los lenguajes de la vanguardia. De esa manera la abstracci¨®n geom¨¦trica emergi¨® en el continente. En la Fundaci¨®n March se pueden ver piezas de esa corriente, como Composici¨®n (1934) de Joaqu¨ªn Torres Garc¨ªa, Abstracto verde (1936) de Augusto Torres o Sin t¨ªtulo o Los indios (1948) de Carmelo Arden Quin.
Badawi cree que esta combinaci¨®n entre la simbolog¨ªa amerindia y las influencias abstractas ofrece ¡°formas bellas pero importadas¡± que sacan del contexto la realidad de las comunidades abor¨ªgenes. Esa fue la principal cr¨ªtica hacia el indigenismo del siglo pasado: autores blancos o mestizos que hablan por el indio. Y ese cambio de paradigma en la actualidad es la principal cualidad de las expresiones ind¨ªgenas contempor¨¢neas. Son los mismos sujetos lo que cuentan sus propias pr¨¢cticas.
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