Shakespeare no est¨¢ en los huesos de John Adams
El estreno europeo de ¡®Antony & Cleopatra¡¯ en el Liceo de Barcelona bajo la direcci¨®n del compositor ha sido un evento para el recuerdo, aunque a nivel dram¨¢tico y musical quede por debajo de otras ¨®peras anteriores suyas
Cabezas alzadas y aplausos efusivos precedieron el arranque del estreno europeo de Antony & Cleopatra, en el Liceo de Barcelona. Todo el mundo quer¨ªa ver al compositor norteamericano John Adams (Worcester, Massachusetts, 76 a?os) al frente de la orquesta para dirigir su ¨²ltima ¨®pera. No lo hizo en su premiere absoluta, en septiembre de 2022, con motivo del centenario de la ?pera de San Francisco. Y tampoco lo har¨¢, pr¨®ximamente, en la Metropolitan ?pera de Nueva York.
El evento, que se alargar¨¢ hasta el 8 de noviembre en un total de seis representaciones, permite evocar veladas hist¨®ricas en el teatro de las Ramblas. Recordemos que, en los conciertos de Cuaresma de las primeras d¨¦cadas del siglo XX, grandes compositores como Richard Strauss, Manuel de Falla e Igor Stravinski dirigieron aqu¨ª su propia m¨²sica.
Y no es un aspecto menor en el caso de Adams, pues sus cinco ¨®peras anteriores parten de un nutrido aparato sinf¨®nico. Lo reconoce en el programa de mano: ¡°Primero escribo para la orquesta entera, para acabar pas¨¢ndolo luego a la versi¨®n reducida de canto y piano. Siempre he trabajado as¨ª. El sonido de la orquesta est¨¢ en mis huesos¡±.
Su incursi¨®n en el mundo de la ¨®pera lleg¨®, en 1987, de la mano del director teatral Peter Sellars con Nixon in China, que estren¨® el Teatro Real el pasado abril. Un t¨ªtulo que ha contado con tres nuevas producciones m¨¢s en varios teatros alemanes junto a otra en la ?pera de Par¨ªs, en lo que llevamos de 2023. De las cuatro ¨®peras siguientes del compositor norteamericano, todas con Sellars, tan solo se ha visto en Espa?a Doctor Atomic (2005), que estren¨® hace ocho a?os el Maestranza de Sevilla.
Antony & Cleopatra plantea tres retos para Adams. Se trata de su primera ¨®pera al margen de Sellars. La primera donde tambi¨¦n abandona la conexi¨®n con la actualidad de otros t¨ªtulos anteriores, para enfrentarse a una adaptaci¨®n de Shakespeare. Y, por si fuera poco, el ¨²ltimo precedente oper¨ªstico que existe de esta tragedia shakesperiana, que Samuel Barber escribi¨® en 1966 para la inauguraci¨®n de la nueva sede de la Metropolitan Opera en el Lincoln Center, fue un rotundo fracaso.
Para el libreto ha contado con la colaboraci¨®n de la directora de escena Elkhanah Pulitzer y de la dramaturga Lucia Scheckner. Pero se trata de un curioso collage. Una sustancial reducci¨®n del texto original con h¨¢biles interpolaciones de traducciones de Plutarco y Virgilio. Un modelo m¨¢s cercano a la proeza de Benjamin Britten, en El sue?o de una noche de verano (1960), que a la inteligente apropiaci¨®n moderna de Meredith Oakes para La tempestad (2004), de Thomas Ad¨¨s. No obstante, Adams ha reconocido que el modelo que m¨¢s se acerca a sus objetivos es Pell¨¦as et M¨¦lisande, de Debussy.
Trama sonora post-minimalista
La primera escena de la ¨®pera deja bien claras las cosas. La personalidad de Adams es inconfundible en el din¨¢mico inicio que aparece indicado prestissimo en la partitura, que la editorial Boosey & Hawkes ha cedido a EL PA?S para la redacci¨®n de esta cr¨ªtica. Una habitual trama sonora post-minimalista, que combina el ostinato d¨¢ctilo de las violas y el parloteo de la madera con armon¨ªas posrrom¨¢nticas que evocan en el metal ecos de Salom¨¦, de Strauss. Y todo ello entretejido por un estilo dialogado muy atento a las inflexiones del texto.
Pero falta qu¨ªmica en la pareja que forman Antonio y Cleopatra. Y, por mucho que se interpole un divertido fragmento shakesperiano de La fierecilla domada, apenas encontramos el humor e imaginaci¨®n dram¨¢tica de sus anteriores colaboraciones con Sellars. Todo se soluciona desde el foso con pasajes orquestales e interludios extraordinarios al estilo de Britten.
El paso de los aposentos privados de Cleopatra en Alejandr¨ªa a las dependencias oficiales de C¨¦sar en Roma, de la escena 2, se resuelve con aires fren¨¦ticos que recuerdan a Nixon in China. Pero en esa misma escena, Enobardo narra el primer encuentro entre Antonio y Cleopatra acompa?ado por instrumentos ex¨®ticos a los que se une el cimbal¨®n, que en adelante tendr¨¢ un protagonismo quiz¨¢ excesivo en esta partitura.
Entre los interludios, llama la atenci¨®n el atractivo gui?o a El oro del Rin, de Wagner, en el inicio de la quinta escena que acontece en la batalla de Accio. Pero el dificil¨ªsimo interludio que inicia la cuarta escena, titulado Noticiario, con oleadas en la cuerda y el metal junto al ostinato de la madera, es una de las mejores p¨¢ginas de esta partitura. La Orquesta Sinf¨®nica del Gran Teatre del Liceu son¨® muy ordenada y ¨¢gil bajo la direcci¨®n de Adams, pero ello no impidi¨® algunos desajustes, como sucedi¨® en el referido Noticiario.
En ese interludio vemos im¨¢genes del noticiario de 1930, de la boda de Edda, la hija del dictador Benito Mussolini, que se funden con el enlace en la ¨®pera entre Antonio y Octavia. Queda claro que la puesta en escena de Elkhanah Pulitzer traslada la acci¨®n a los inicios de los a?os treinta del siglo XX, al transformar a C¨¦sar en un sosias del Duce y el ambiente de Cleopatra en un remedo de la pel¨ªcula ¨¦pica de Cecil B. de Mille.
Un gran Antonio, fresco y colorista
La propuesta funciona mejor en el segundo acto. Aqu¨ª, la efectiva escenograf¨ªa de Mimi Lien, el elegante vestuario de Constance Hoffman, la tenue iluminaci¨®n de David Finn y el virtuoso dise?o de v¨ªdeo de Bill Morrison elevan dos de los momentos m¨¢s impactantes de la ¨®pera: el discurso de C¨¦sar donde se proclama emperador, de la segunda escena, y el mon¨®logo, suicidio y muerte de Antonio, de la tercera.
Esos dos momentos fueron tambi¨¦n lo mejor de los tres protagonistas de la ¨®pera, a pesar de que sus voces fueran amplificadas por Mark Grey siguiendo las instrucciones del compositor. En la escena de C¨¦sar escuchamos el planteamiento musical m¨¢s brutal y minimalista de la ¨®pera para representar el fascismo, ayudado aqu¨ª por el Coro del Gran Teatre del Liceu, un discurso que Adams extrae de la Eneida en la traducci¨®n de John Dryden.
El tenor norteamericano Paul Appleby hizo un C¨¦sar cre¨ªble y resolvi¨® con solvencia este dif¨ªcil mon¨®logo lleno de saltos al registro agudo. No obstante, el mejor cantante sobre el escenario fue el bar¨ªtono canadiense Gerald Finley, como Antonio, que super¨® su frialdad inicial y logr¨® elevar su mon¨®logo final con voz fresca y colorista.
Otro de los atractivos del estreno europeo de Antony & Cleopatra, adem¨¢s de la direcci¨®n del compositor, fue la interpretaci¨®n de Julia Bullock. Adams escribi¨® para ella el papel de Cleopatra, aunque en el estreno lo tuvo que cantar la soprano egipcia-neozelandesa Amina Edris debido al embarazo de Bullock.
Es un personaje de gran intensidad f¨ªsica y musical que la vers¨¢til cantante de Misuri dot¨® en Barcelona de una impronta dram¨¢tica personal. Lo mismo hizo con la protagonista de The Indian Queen, de Purcell, hace diez a?os en el Teatro Real. En ese tiempo, esta soprano se ha convertido en una referencia para Adams. Una voz de centro bello y poderoso, agudos un punto tirantes y graves intensos y ahumados, que en la funci¨®n del estreno lleg¨® algo cansada a la escena final de su suicidio con la picadura de un ¨¢spid.
Del resto destac¨® el imponente Enobardo del bajo-bar¨ªtono Alfred Walker, la elegante soprano Elizabeth DeShong como Octavia y la profunda Charmian de la mezzo Adriana Bignagni Lesca. Brillantes actuaciones vocales y actorales del tenor Brenton Ryan, como Eros, y del bar¨ªtono ?neas Humm, como Agripa. Y, entre el elenco mayoritariamente norteamericano, destacaron dos cantantes habituales en el teatro barcelon¨¦s: el bar¨ªtono Toni Marsol, como Mecenas, y la Iras de la mezzosoprano Marta Infante.
A pesar de leves mejoras con respecto al estreno en San Francisco y de la direcci¨®n flexible y fluida del compositor, Antony & Cleopatra no alcanza las cotas dram¨¢ticas y musicales de otras ¨®peras anteriores de John Adams, como Nixon in China, The Death of Klinghoffer y Doctor Atomic. Shakespeare no est¨¢ en los huesos de Adams, a diferencia del sonido de su maravillosa orquesta. Eso no quiere decir que este estreno europeo en Barcelona no sea un evento para el recuerdo.
¡®Antony & Cleopatra¡¯
Música y libreto de John Adams. Julia Bullock, soprano (Cleopatra), Gerald Finley, barítono (Antony), Paul Appleby, tenor (Caesar), Adriana Bignagni Lesca, mezzosoprano (Charmian), Alfred Walker, bajo-barítono (Enobarbus), Brenton Ryan, tenor (Eros), Milan Perišic, barítono (Scarus), Guillem Batllori, barítono (Lepidus), Äneas Humm, barítono (Agrippa), Toni Marsol, barítono (Maecenas), Elizabeth DeShong, mezzosoprano (Octavia), Marta Infante, mezzosoprano (Iras). Coro y Orquesta Sinfónica del Gran Teatre del Liceu. Dirección musical: John Adams. Dirección de escena: Elkhanah Pulitzer. Gran Teatro del Liceo, 28 de octubre. Hasta el 8 de noviembre.
Babelia
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