Nadal invoca a Nadal
Despu¨¦s de ceder el primer parcial, el n¨²mero uno se repone y desembarca en los octavos (Basilashvili) con un vendaje en la rodilla, tras un pulso de alta exigencia ante Khachanov: 5-7, 7-5, 7-6 y 7-6 (4h 23m)
La pel¨ªcula ya se ha visto infinidad de veces, pero no por ello pierde el atractivo, y m¨¢s si el desenlace es el de pr¨¢cticamente siempre, que no es otro que ver a Rafael Nadal brazos en alto, con los b¨ªceps marcados y bramando despu¨¦s de escapar de un buen l¨ªo. Pas¨® un mal trago el n¨²mero uno, exigido por un joven que viene y empuja, que todav¨ªa no ha podido con ¨¦l pero que cada d¨ªa se acerca un poco m¨¢s, y que le oblig¨® a redimirse antes de aterrizar en los octavos de Nueva York, en los que aguarda el georgiano Nikoloz Basilashvili (6-3, 6-4, 1-6 y 7-6 a Guido Pella). Al final, Karen Khachanov se inclin¨®, rendido, pero est¨¢ claro que va pidiendo sitio. No obstante, la jerarqu¨ªa la marc¨® Nadal, que ofreci¨® una reposici¨®n de viernes-noche y sigue progresando: 5-7, 7-5, 7-6 y 7-6, tras 4h 23m.
En cualquier caso, Khachanov fue un incordio desde el principio. El ruso, de 22 a?os y 26 del mundo, una de las cabezas m¨¢s visibles de la nueva generaci¨®n, nunca le ha planteado un choque pl¨¢cido a Nadal. En los cuatro pulsos previos ¨CWimbledon y Pek¨ªn, el curso pasado, y Montecarlo y Montreal en este¨C siempre le incomod¨® con la potencia de su derecha y esa bola profunda que conforme coge metros va peg¨¢ndose a la superficie y se convierte en una trampa. El de Manacor siempre ha desconfiado de ¨¦l, tallo de 1,98 y una aceptable movilidad, y esta vez se top¨® con una versi¨®n m¨¢s desacomplejada que plante¨® el cuerpo a cuerpo desde el principio.
Como si estuviera en Texas en lugar de Nueva York, sali¨® a la central neoyorquina como como el caballo enjaulado al que la acaban de dar v¨ªa libre, desbocado, coceando y trazando tiros definitivos. Percuti¨® y percuti¨®, porque era la ¨²nica manera de quitarle terreno a Nadal. A diferencia de los dos encuentros previos, contra Ferrer y Pospisil, el de Manacor perdi¨® pista y tuvo que recular metros porque la pelota le atropellaba constantemente, devolviendo todo el rato forzado y exigido, desde lej¨ªsimos o bien escorado, sin una sola tregua ni respiro. As¨ª cedi¨® el primer parcial, sellado por el ruso al cuarto intento, con 23 golpes ganadores (66 en total) y 14 aproximaciones a la red. Un asedio.
Y el receso todav¨ªa propuso un escenario peor, m¨¢s feo, porque la asistencia m¨¦dica se aproxim¨® al banquillo y comenz¨® a vendar el tend¨®n rotuliano (rodilla derecha) de Nadal, el mismo que le trab¨® en la recta final del curso pasado, retirada del Masters de Londres incluida. Molesto en los apoyos y los desplazamientos, el terreno se inclin¨® un poco m¨¢s y el balear miraba de reojo hacia el box de su equipo, con el gesto seriamente torcido. Mientras, Khachanov sigui¨® a lo suyo, reventando la pelota y escondiendo los golpes hasta l¨ªmites insospechados, y en el tenis de hoy esa virtud vale oro.
Punto de giro: agua, techo y llamada a la ¨¦pica
A los dos breaks de la primera manga (con una r¨¦plica del espa?ol) a?adi¨® otros dos en la segunda, el segundo de ellos situ¨¢ndolo en una posici¨®n de privilegio, con 5-4 y servicio a su favor. Ocurre que Nadal no volvi¨® la cara, le devolvi¨® las bofetadas (para 4-4 y 5-5) y del cielo de Nueva York empez¨® a caer una lluvia fina que detuvo el partido en un momento clave, cuando el moscovita a¨²n manten¨ªa la derecha caliente y el punto de ebullici¨®n. Se orden¨® el cierre de la cubierta y al mallorqu¨ªn le sent¨® de f¨¢bula el paso por el vestuario, donde ya antes de comenzar hab¨ªa testeado la articulaci¨®n con su fisio, Rafa Maym¨®, y proces¨® las directrices de Carlos Moy¨¤ mientras su agente, Carlos Costa, observaba a lomos de una bicicleta est¨¢tica.
A partir de ah¨ª, punto de giro. Nadal en modo Nadal, llamando a su amiga la heroica, certero con el saque y tambi¨¦n en la devoluci¨®n, equilibrando la balanza cuando poco antes hab¨ªa estado muy cerca de las llamas, mucho m¨¢s de lo imaginado. As¨ª que sac¨® el librillo y aplic¨® la f¨®rmula, hurgando en la mente de Khachanov, anul¨¢ndole tres opciones de rotura de entrada y avis¨¢ndole de por d¨®nde iban a ir los tiros otra vez. El joven (22 aces) pod¨ªa haberse derruido, pero mantuvo el tipo. An¨ªmicamente no se descompuso, de modo que con las fuerzas parejas el tercer set deriv¨® en el tie-break. Y, ah¨ª s¨ª, ya no aguant¨® el tir¨®n.
Rara vez se le ve a Nadal desperdiciar tres puntos de ventaja (6-3), habiendo guiado antes a su rival al terreno pantanoso que pretend¨ªa (un intercambio de 39 tiros, entre otras cosas), pero fall¨®, fue penalizado por demorarse con el saque y le dio un ¨²ltimo cr¨¦dito a Khachanov. Sin embargo, despu¨¦s de haber conseguido lo m¨¢s complicado, de haber remado a contracorriente para corregir el rumbo, este se descomprimi¨® y se entreg¨® a la quinta oportunidad. Entr¨® el ruso en una circunstancia muy adversa, m¨¢s cuando Nadal quebr¨® en el tercer juego, pero no perdi¨® el temple. Se reenganch¨® (5-5) y se sostuvo, pero se llev¨® un empell¨®n tremendo cuando el n¨²mero uno abort¨® un set point. Ah¨ª s¨ª, previo paso por la muerte s¨²bita, resuelta esta vez sin suspense por Nadal, se derrumb¨®.
RESULTADOS DE LA 3? RONDA
CUADRO MASCULINO: Rafael Nadal, 5-7, 7-5, 7-6 y 7-6 a Karen Khachanov; Juan Mart¨ªn del Potro, 7-5, 7-6 y 6-3 a Fernando Verdasco; John Isner, 7-6, 6-7, 6-3 y 7-5 a Dusan Lajovic; Borna Coric, 6-3, 7-5 y 6-2; Milos Raonic; 7-6, 6-4 y 6-3 a Stan Wawrinka; Kevin Anderson, 4-6, 6-3, 6-4, 4-6 y 6-4 a Denis Shapovalov; Dominic Thiem, 3-6, 6-3, 7-6 y 6-4 a Taylor Fritz; Nikoloz Basilashvili, 6-3, 6-4, 1-6 y 7-6 a Guido Pella.
CUADRO FEMENINO: Serena Williams, 6-1 y 6-2 a Venus Williams; Ashleigh Barty, 6-3 y 6-2 a Karolina Muchova; Karolina Pliskova, 6-4 y 7-6 a Sofia Kenin; Sloane Stephens, 6-3 y 6-4 a Victoria Azarenka; Elisa Svitolina, doble 6-4 a Qiang Wang; Elise Mertens, 6-3 y 7-6 a Barbora Strycova; Anastasija Sevastova, 4-6, 6-1 y 6-2 a Ekaterina Makarova; Kaia Kanepi, 6-3 y 7-6 a Rebecca Peterson.
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