La pir¨¢mide del ¨¦xito del balonmano espa?ol

Cuando Talant Dujshebaev entr¨® en el vestuario despu¨¦s de que Espa?a cayera en la semifinal ol¨ªmpica de 1996 contra Suecia (25-20), el torneo hab¨ªa perdido todo el inter¨¦s para ¨¦l. En su educaci¨®n sovi¨¦tica (es originario de Kirguist¨¢n), el bronce no exist¨ªa. Entonces se le acerc¨® el portero Jaume Fort y le pidi¨®, por favor, que se levantara, que lo necesitaban para lograr una medalla que ser¨ªa un ¨¦xito para ellos. Y as¨ª fue, en la lucha por el tercer puesto vencieron a Francia (27-25). La escena contrasta con la vivida hace medio a?o en Tokio. All¨ª, tras ser derrotados en semifinales por Dinamarca (23-27), un gigant¨®n de dos metros como Gede¨®n Guardiola se derrumb¨® como un cr¨ªo tras quedarse sin final, la que llevaba persiguiendo cinco a?os. La frustraci¨®n del resto de veteranos al verse definitivamente sin el oro result¨® indisimulable y solo encontraron consuelo dos d¨ªas despu¨¦s con otro bronce.

Ambos episodios retratan bien el gran salto del balonmano espa?ol en este cuarto de siglo. En los Juegos de Atlanta se consider¨® un triunfo colgarse un metal -el primero ol¨ªmpico y el segundo de su historia tras la plata europea de dos meses antes-; mientras en la cita japonesa de 2021, pese al dulce desenlace, qued¨® un punto de amargura por no alcanzar la final ol¨ªmpica, la ¨²nica cota vedada para los Hispanos en los ¨²ltimos 26 a?os de ¨¦xitos.

Desde que Espa?a se subi¨® por primera vez al podio en 1996, las buenas noticias se han multiplicado. De los siguientes 34 grandes campeonatos, ha disputado 21 semifinales y ha ganado 17 medallas. Y de los 15 torneos m¨¢s recientes, nueve preseas en 11 semifinales. Se hundi¨® la Liga, fueron pasando generaciones y ah¨ª sigue la selecci¨®n instalada en la ¨¦lite.

¡°A Espa?a le ocurre lo contrario que al Barcelona con Messi: da igual qui¨¦n se retire, que nadie es imprescindible¡± se arranca Albert Rocas (Palafrugell, Girona; 39 a?os), doble campe¨®n del mundo en 2005 y 2013. ¡°Se march¨® Rolando Ur¨ªos y entr¨® Julen Aginagalde, se fue Alberto Entrerr¨ªos y lleg¨® Joan Ca?ellas¡­ Los cambios se realizan sin estridencias ni bajones porque toda la base juega igual y los nuevos se adaptan sin problemas al subir a la absoluta. Suecia era temible en los noventa y le ha costado volver. Rusia lleva 20 a?os en el desierto. Tiene mucho m¨¦rito mantener el nivel pasada la gran ¨¦poca de Francia, cuando Dinamarca no ha estado o con el baj¨®n de Croacia¡±, explica el extremo diestro de los Hispanos entre 2003 y 2015.

¡°Los cambios de jugadores se hacen sin bajones porque toda la base practica el mismo balonmano. El que llega se adapta f¨¢cil¡±

Albert Rocas

Todos los an¨¢lisis coinciden en el buen funcionamiento de una pir¨¢mide dirigida por el seleccionador con una norma innegociable hace tiempo: el sistema de juego es el mismo en toda la cadena para evitar saltos al vac¨ªo. ¡°Tengo un sobrino en la selecci¨®n promesas [el tercer escal¨®n de las inferiores], me acerqu¨¦ a Toledo a ver un partido y ah¨ª andaba Jordi Ribera con su libreta. Los conoce a todos y a algunos los va colocando en clubes de cantera. A esos jugadores que est¨¢n en un pueblo, con unas medidas antropom¨¦tricas diferenciales y que igual luego valen para la ¨¦lite, porque no todos explotan a la vez. Ese seguimiento siempre ha existido, pero Jordi lo ha elevado a la m¨¢xima expresi¨®n. Esto hace que Espa?a haya podido ir sacando jugadores de garant¨ªas pese a la crisis de la Liga. Y si a eso a?ades el gen competitivo¡­¡±, explica Rocas, autor de 599 goles con la selecci¨®n.

Pocos conocen mejor las entra?as de la base que el veterano t¨¦cnico Alberto Su¨¢rez, que ha acunado a pr¨¢cticamente todos los actuales Hispanos. El asturiano puede recitar de carrerilla, y lo hace, la generaci¨®n de cada uno, desde la 82-83 de Dani Sarmiento hasta de la 98-99 de Ian Tarrafeta. ¡°De cada una llegan en la ¨®rbita de la absoluta cuatro, cinco y hasta seis. Y lo hacen con el culo pelado de competir. La del 92-93, con Aitor Ari?o, Ferran Sol¨¦ y ?lex Dujshebaev, disputaron las cuatro finales posibles, dos Europeos y dos Mundiales. Ah¨ª empezaron a cre¨¦rselo y, desde entonces, todos los que van a un torneo lo hacen para ganar¡±, subraya.

¡°Ahora hay m¨¢s medios y, cuando se consigue un ¨¦xito en la absoluta, se nota en toda la pir¨¢mide. Quedas campe¨®n de Europa y te dejan ir al CAR de Sierra Nevada con 100 personas en febrero, y encima te cobran menos. Es una cadena. Se hacen muchas concentraciones y en ellas se busca aplicar el mismo sistema para que un jugador, al llegar arriba, ya sepa de qu¨¦ va la historia. Todo esto se lleva ejecutando, con matices, hace muchos a?os. Jordi ha cambiado algo, aunque a esas generaciones a¨²n no les ha tocado por tiempos el turno de la absoluta¡±, desarrolla Alberto Su¨¢rez.

¡°Ahora hay m¨¢s medios. Un ¨¦xito en la absoluta se nota en las inferiores. Ganas el Europeo y te dejan ir a Sierra Nevada con 100 personas¡±

Alberto Su¨¢rez, entrenador de base

A juicio de este experimentado preparador de base, la lista de virtudes es amplia. ¡°Posiblemente, tenemos los mejores entrenadores del mundo, que no son los que salen en la tele, sino los de los clubes y colegios. Hemos sabido hacer un balonmano acorde a nuestro f¨ªsico para suplir las carencias [cuerpos menos potentes que franceses, alemanes y n¨®rdicos] y muy t¨¢ctico. En eso somos punteros y la tendencia es a copiarnos. Y tambi¨¦n nos adaptamos mejor a las diferentes situaciones de partido¡± desgrana.

La preparaci¨®n de los t¨¦cnicos, la r¨¢pida integraci¨®n de los nuevos y la unificaci¨®n del estilo de abajo a arriba son tres apuntes que repiten todos los que han formado parte de esta crecida. Ese modelo de juego del que tanto se habla ahora y que tantos equipos extranjeros tratan de implantar con entrenadores espa?oles ya viene de lejos, y uno de los que se benefici¨® de ¨¦l fue Juan¨ªn Garc¨ªa (Le¨®n, 44 a?os), el m¨¢ximo goleador de la historia de la selecci¨®n (822 tantos entre 2002 y 2013). ¡°Jugamos r¨¢pido, en defensa nos adaptamos porque no somos tan fuertes, corremos el contraataque, y somos m¨¢s ordenados y colectivos en ataque. Espa?a depende del conjunto porque nunca ha tenido grandes estrellas. Siempre se nos ha respetado mucho, aunque antes igual no nos ve¨ªan tan peligrosos porque no ten¨ªamos ese punto de haber ganado tanto como ahora¡±, explica.

¡°Siempre se nos respet¨® mucho, aunque antes igual no nos ve¨ªan tan peligrosos¡±

Juan¨ªn Garc¨ªa

Para Albert Rocas, su compa?ero durante tantos a?os de selecci¨®n, el primer vestuario que derrib¨® el muro de los cuartos -el balonmano tambi¨¦n lo tuvo- reuni¨® a la mayor concentraci¨®n de talento. ¡°Talant, Masip, Garralda, Urgangar¨ªn, Barrufet, Demetrio Lozano¡­ Es dif¨ªcil juntar a tanta estrella. Fueron los primeros en sacar medalla, pero no remataron el trabajo, no lograron el oro. Hasta que no fuimos campeones del mundo en 2005 no nos quitamos ese clich¨¦¡±. Etapas de un ascenso sostenido y fiable en esta historia de ¨¦xito que este domingo se colg¨® otra medalla entre la satisfacci¨®n por una plata imprevista y el dolor por un desenlace ante Suecia muy amargo.

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