Sinner reafirma su ¨®rdago en Miami y desbanca a Alcaraz

El tenis, ya se sabe, es un deporte tan mec¨¢nico como mental. Y en ese segundo terreno, Jannik Sinner tiene mucho que ganar. Aunque su pasaporte se?ala 22 a?os, se desenvuelve con la seguridad de los veteranos, dominando la escena y dictando en el intercambio, sobre todo en este presente que en su caso se traduce pr¨¢cticamente en un recital. Otro t¨ªtulo a su cartilla, el tercero esta temporada, el decimotercero de una carrera que pinta de maravilla. Acontece el ¨²ltimo ¨¦xito en Miami, donde previamente se hab¨ªa inclinado en dos finales; pero aun as¨ª, no hay este domingo el m¨¢s m¨ªnimo rastro de dudas, de miedos ni de indecisiones. Todo lo contrario. Como una segadora que va abri¨¦ndose paso, fulmina a Grigor Dimitrov (6-3 y 6-1, en 1h 13m) y redefine el estatus mundial. El premio en Florida viene acompa?ado de un significativo salto en el ranking y lo paga Carlos Alcaraz, ahora tercero. Sigue al frente Novak Djokovic, pero este 2024 es indiscutiblemente del italiano, que se estrena en el segundo pelda?o de la ATP.

Si hace unos d¨ªas fue el espa?ol el que se sinti¨® desbordado por el b¨²lgaro, esta vez fue este ¨²ltimo el que termin¨® mentalmente vac¨ªo. Fabuloso en el trazado hacia la final, renacido tras unos cuantos a?os en la sombra, Dimitrov acab¨® frustrado. Le anul¨® Sinner con ese ejercer rob¨®tico y demoledor, y la que se presupon¨ªa como una final sustanciosa qued¨® en un mero paseo del italiano, contundente en el ¨®rdago: se?oras y se?ores, aqu¨ª estoy yo. A la dentellada de Alcaraz en Indian Wells, replica ¨¦l con otro aceler¨®n. Sube y sube, intimida m¨¢s y m¨¢s: 22 victorias en 23 partidos. Solo el murciano ha podido con ¨¦l. La clave, dice, ¡°es estar concentrado en el presente, disfrutar del momento¡±. Y as¨ª atrapa ahora su segundo Masters 1000 ¡ªen verano festej¨® en Toronto¡ª y se reafirma en el mensaje de que hoy por hoy, ¨¦l es el hombre a batir. Ven¨ªa el b¨²lgaro a lomos de una ola fant¨¢stica, pero se top¨® con un verdadero muro de hormig¨®n. No pudo con Hurkacz (2021) ni con Medvedev (2023), pero s¨ª esta vez con Dimitrov. El peso de la l¨®gica.

Supo a poquito un duelo que empez¨® a decantarse en el quinto juego, cuando un par de errores al invertirse le costaron al de Jaskovo el break. A partir de ah¨ª, un Mortirolo para ¨¦l, cuesta arriba todo el rato y sin capacidad para demarrar. La ¨²nica vez que lo intent¨®, Sinner respondi¨® contundente. El pelirrojo evit¨® cualquier fantas¨ªa y condujo el pulso por la v¨ªa de la erosi¨®n, como a ¨¦l le gusta, haciendo f¨¢cil lo dif¨ªcil, con una autoridad que recuerda al tir¨¢nico procedimiento de Nole. Elevado una vez m¨¢s, refuerza su dominio actual, mientras que a Dimitrov le queda el consuelo de su regreso al top-10 (noveno), el lugar que tal vez nunca debi¨® abandonar.

Suma y sigue Sinner, una m¨¢quina de ganar. Una figura emergente que crece y crece respetando los tiempos, sin prisas pero tampoco sin dilaciones. Conforme va ech¨¢ndose a un lado la vieja guardia y Djokovic descubre alguna que otra rendija, ¨¦l aprieta con determinaci¨®n y sigue construyendo una base muy s¨®lida. En su tenis se perciben hambre, pegada, variables y buenos cimientos, y en su discurso sensatez a la par que ambici¨®n. Es un todo, bien rodeado adem¨¢s; el d¨²o Cahill-Vagnozzi le ha aportado un plus desde el banquillo y ha compensado el d¨¦ficit f¨ªsico con horas extra en el gimnasio. Paciente cuando deb¨ªa serlo, durante esa franja en la que ¨¦l no terminaba de romper y Alcaraz hac¨ªa cumbre y acaparaba titulares en los grandes torneos, hizo un clic a partir del oto?o, puso la directa y desde entonces se quita a los rivales de encima a manotazos. ?l es la rueda a seguir.

Tiene Sinner el trazo de los grandes tenistas, de aquellos que marcan ¨¦poca. A su estupenda propuesta, ritmo y m¨¢s ritmo desde la trinchera, le acompa?a una estabilidad emocional impropia de su edad. Hasta la fecha, nunca ha transitado por los extremos, siempre comedido y prudente, a gusto en ese terreno intermedio en el que no se exageran los ¨¦xitos ni hay derrumbes cuando vienen mal dadas. Firme ante cualquier circunstancia, consume a los adversarios en los peloteos y percute desde los dos ¨¢ngulos: tan bueno es con la derecha como con el rev¨¦s. Controla el timing. Puestos a la comparaci¨®n, se le adivinan gui?os de Djokovic en ese martilleo constante que ejerce cuando alcanza el punto ¨®ptimo, capaz de mecer al de enfrente de un lado a otro sin pesta?ear. Su servicio es notable ¡ª88% de recompensa con los primeros en la final¡ª y pese a su envergadura ¡ª1,88, de extremidades finas y largas¡ª ofrece una magn¨ªfica movilidad.

A todos estos componentes le a?ade una virtud fundamental, pues sabe sacar los partidos adelante independientemente de la inspiraci¨®n. Sirvan de muestra estas dos ¨²ltimas semanas, en las que sin haber desprendido excesivos brillos ha resuelto sin titubeos; solo Tallon Griekspoor, en la segunda estaci¨®n, ha podido ara?arle un set. No hay lagunas en un tenista que parte de la sobriedad, ya sea dentro o fuera de la pista. No se le conocen estridencias ni episodios fuera de tono, sino buen talante y reconocimiento hacia sus rivales. Ahora que el tenis pasa de p¨¢gina, encuentra en ¨¦l un magn¨ªfico estandarte, mucho m¨¢s cercano a la vieja escuela n¨®rdica que a los perfiles volc¨¢nicos. Sinner es sin¨®nimo de silencio y buen hacer, de regularidad y de evoluci¨®n, porque desde que asom¨® por la ¨¦lite, 2020, no ha dejado de mejorar. Ah¨ª est¨¢n los resultados, la extraordinaria ascensi¨®n del ¨²ltimo medio a?o. Pero, cauto, en su l¨ªnea, remarca: ¡°Lo ¨²nico que me importa es mejorar d¨ªa tras d¨ªa¡±, Y cumple consigo mismo. Vaya que si cumple.

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