La crisis de GM marca el fin de una era en el autom¨®vil
El gigante de Detroit presenta la mayor suspensi¨®n de pagos industrial de EE UU, con 122.500 millones de deuda
General Motors, una de las grandes compa?¨ªas del planeta, se vio forzada ayer a declarar la mayor suspensi¨®n de pagos en la historia industrial de EE UU para sobrevivir. Cae as¨ª, en apenas un mes, el segundo s¨ªmbolo de la supremac¨ªa estadounidense en un sector, el del autom¨®vil, que domin¨® durante casi un siglo, hasta que en 2008 la japonesa Toyota le arrebat¨® el cetro. La crisis de General Motors simboliza el inicio de una nueva etapa para Detroit.
Hace un a?o bastaba con decir "bancarrota" para hablar de cataclismo. Ayer el Dow Jones subi¨® un 2,6%. Tanto la Administraci¨®n que preside Barack Obama como la propia GM prepararon el terreno los ¨²ltimos tres meses para que no hubiera sorpresas desagradables y, sobre todo, hacer calar en Wall Street la idea de que la suspensi¨®n de pagos era un paso inevitable para reconstruir la compa?¨ªa y hacerla viable. Es el mismo camino que tom¨® hace un mes Chrysler.
General Motors espera salir del t¨²nel en el plazo de tres meses
El colapso de GM y de Chrysler son un reflejo de la compleja realidad a la que se enfrenta Estados Unidos, transformada en una econom¨ªa que depende de los servicios y en la que ya no hay vacas sagradas entre sus gigantes industriales. El modelo de negocio seguido en Motown estaba, adem¨¢s, roto desde hace a?os y sin el apoyo p¨²blico, GM tendr¨ªa que haber sido liquidada hace tiempo.
Esta vez no hab¨ªa conejos en la chistera. Obama, que asume un importante riesgo pol¨ªtico con esta maniobra, defendi¨® su intervenci¨®n, que se produce en medio de una severa recesi¨®n econ¨®mica. La suspensi¨®n de pagos, dijo, tiene como objetivo reestructurar GM, para hacerla m¨¢s peque?a -con menos empleados, plantas, marcas y concesionarios-, reducir su deuda y garantizar que sea competitiva, vendiendo coches eficientes.
"La ic¨®nica compa?¨ªa tendr¨¢ otra oportunidad para emerger", reiter¨® en un tono no tan agresivo como el utilizado cuando anunci¨® hace un mes la suspensi¨®n de pagos de Chrysler. Ahora se trata de asegurar que GM sobrevivir¨¢, que el proceso ser¨¢ r¨¢pido y que GM ser¨¢ "otra vez un s¨ªmbolo del ¨¦xito". Algo que, seg¨²n Obama, la compa?¨ªa no puede hacer por s¨ª sola. "Cuando eso pase, podremos decir que lo que es bueno para GM es bueno para EE UU".
General Motors entr¨® en suspensi¨®n de pagos con unos activos valorados en 82.300 millones de d¨®lares (58.000 millones de euros) y una deuda de 172.800 millones de d¨®lares (122.500 millones de euros). La reorganizaci¨®n se har¨¢ seg¨²n la secci¨®n 363 del cap¨ªtulo 11 de la Ley de Bancarrotas, la misma a la que se acogi¨® Chrysler. La vieja GM se partir¨¢ en dos. El plan de reflote incluye adem¨¢s el cierre permanente de otras nueve plantas de ensamblaje, y la suspensi¨®n temporal de tres, para recortar producci¨®n y costes.
Los activos de la "nueva GM" se transferir¨¢n a una compa?¨ªa controlada por los Gobiernos estadounidense y canadiense, y que estar¨¢ integrada por las cuatro marcas que dan dinero (Cadillac, GMC, Chevrolet y Buick). Se espera que emerja de la crisis en dos o tres meses. Los malos activos (Saturn, Hummer, Saab y Pontiac) quedar¨¢n bajo la tutela del juez mientras se venden o liquidan, un proceso que podr¨ªa durar varios a?os y traducirse en nuevos despidos, cierres de plantas y m¨¢s costes para el contribuyente.
El Tesoro inyectar¨¢ 30.100 millones de d¨®lares para acompa?ar el proceso, que se sumar¨¢n a los 19.400 millones movilizados desde diciembre para mantenerla a flote y otros 7.600 millones que necesita en junio. Por su parte, Canad¨¢ y Ontario pondr¨¢n 9.500 millones. Washington controlar¨¢ as¨ª el 60% de la compa?¨ªa, mientras que los canadienses tendr¨¢n un 12%. El resto estar¨¢ en manos de empleados y acreedores.
Sea en fabricantes de coches, grandes bancos o gigantes aseguradores, el grado de control p¨²blico de empresas privadas no tiene precedentes en EE UU. Timothy Geithner, secretario del Tesoro, de viaje oficial en China, dej¨® claro la pasada madrugada que el Gobierno saldr¨¢ del sector de la automoci¨®n tan pronto como GM y Chrysler sean capaces de sobrevivir por s¨ª solas.
Pero los analistas del sector de la automoci¨®n recuerdan que no hay garant¨ªas de que este masivo desembolso de ayudas para acompa?ar la reconstrucci¨®n sea suficiente para salvar a GM. Y si las cosas no se tuercen en los tribunales durante los pr¨®ximos dos o tres meses, advierten que salir de la suspensi¨®n de pagos es s¨®lo la mitad del camino. El reto llegar¨¢ despu¨¦s: la nueva GM debe vender coches de calidad que atraigan a las nuevas generaciones.
La clave est¨¢ en un n¨²mero: 10 millones de unidades. Detroit necesita reinventarse para ser competitiva y rentable en un mercado en el que se venden seis millones de coches menos que hace dos a?os. El ¨²nico fabricante estadounidense que se mantiene por su propio pie es Ford, que adem¨¢s habla de elevar la producci¨®n en un 10% en el tercer trimestre.
GM necesita adem¨¢s introducir un cambio radical en su gesti¨®n. Se acabaron las excusas, y eso qued¨® evidente cuando Rick Wagoner fue forzado a dimitir hace tres meses. Fritz Herderson seguir¨¢ al mando de la compa?¨ªa. "La ¨²nica manera de convencer a la gente es con resultados", dijo. La Administraci¨®n de Obama reiter¨® que su papel ser¨¢ limitado en y que no tiene intenci¨®n de interferir en las operaciones diarias del grupo. Tras 83 a?os, GM qued¨® excluida ayer del ¨ªndice Dow Jones por la suspensi¨®n de pagos. Ser¨¢ sustituida por la tecnol¨®gica Cisco Systems, que entra acompa?ada por la financiera Travelers, que reemplaza a su antigua matriz Citigroup, tambi¨¦n en crisis.
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