"Estuvieron a punto de matarles. Cre¨ªmos que era una causa perdida"
El mediador Mustaf¨¢ Chafi rememora los momentos m¨¢s duros del secuestro
Inmediatamente despu¨¦s del ataque franco-mauritano contra Al Qaeda para liberar al reh¨¦n franc¨¦s Michel Germaneau , el 22 de julio, los terroristas que manten¨ªan secuestrados a Albert Vilalta y Roque Pascual "estuvieron a punto de matarles", relata desde Burkina Faso Mustaf¨¢ Ould Liman Chafi , el mediador con los secuestradores. "Los d¨¢bamos casi por muertos. Cre¨ªmos que era una causa perdida. Fue el momento m¨¢s dif¨ªcil de mi labor".
Nada m¨¢s entrar en Burkina Faso, procedente de Mal¨ª, el helic¨®ptero en el que Chafi viajaba con Pascual y Vilalta hizo escala en Gorom, en el noreste del pa¨ªs. Este peri¨®dico convers¨® a media tarde de ayer con el mediador antes de que reanudase el viaje hasta la capital, Uagadug¨².
"Hab¨ªa grupos malienses deseosos de hacer fracasar la puesta en libertad"
"Hubo gente que trat¨® de sacar tajada de este asunto hasta el ¨²ltimo momento"
"Algunos quer¨ªan vengarse del ataque de los franceses y los mauritanos"
"Les expliqu¨¦ que Espa?a desaprobaba la operaci¨®n militar"
De nacionalidad mauritana, Chafi, de 51 a?os, es consejero del presidente de Burkina Faso, Blaise Compaor¨¦. El domingo a mediod¨ªa se reuni¨® con los dos cautivos en un punto del desierto maliense donde le hab¨ªa dado cita la rama magreb¨ª de Al Qaeda (AQMI ) , comunic¨¢ndole por sms unas coordenadas GPS.
A veces dud¨® de que llegase ese momento. "Tras la incursi¨®n [franco-mauritana] contra Al Qaeda", que se sald¨® con siete terroristas muertos, "pasamos un gran susto", reconoce. "Algunos de ellos presionaban para que les matasen" como al reh¨¦n franc¨¦s de 78 a?os, decapitado el 24 de julio en "venganza" por el ataque .
"Fue el peor momento" de la mediaci¨®n, "y de ah¨ª saco tambi¨¦n mi principal motivo de orgullo", recalca Chafi. "Supe hacerles ver que hab¨ªa que disociar ambos casos [el del franc¨¦s y el de los espa?oles]. Les expliqu¨¦ largo y tendido que no solo Espa?a no estaba involucrada en la operaci¨®n militar, sino que la desaprobaba. Me cost¨®, pero acab¨¦ convenci¨¦ndoles".
El Gobierno espa?ol fue informado por Par¨ªs de la intervenci¨®n, cuyo objetivo era liberar a Germaneau, pero no consultado, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas.
Los dos voluntarios de la ONG Barcelona Acci¨® Solid¨¤ria estaban en manos del argelino Mokhtar Belmokhtar, jefe de una katiba (c¨¦lula m¨®vil) de Al Qaeda en el Sahel, mientras que Germaneau estaba en poder de otro argelino, Abdelhamid Abu Zeid, con fama de m¨¢s radical e intransigente porque en mayo de 2009 asesin¨® el reh¨¦n brit¨¢nico Edwin Dyer.
A mediados de este mes la agencia AFP se?al¨® que Abu Zeid presionaba a su correligionario para hacer frente com¨²n "ante los agresores" y que la vida de Pascual y Vilalta estaba en serio peligro. Esa situaci¨®n se dio, seg¨²n fuentes conocedoras del desarrollo del secuestro, a finales de julio, pero estaba ya superada en agosto, cuando salt¨® la noticia.
En el lugar de la cita que le fij¨® Al Qaeda, Chafi encontr¨® a los rehenes "con la moral alta. Tampoco les he visto en mala forma f¨ªsica", a?ade, pese a los casi nueve meses de cautiverio transcurridos desde que fueron apresados, el 29 de noviembre.
"Albert camina con una muleta", precisa, a causa de los tres disparos que recibi¨® en una pierna cuando fue capturado. "Durante el trayecto habl¨¦ sobre todo con ¨¦l, porque se maneja muy bien en franc¨¦s, y ¨¦l, a su vez, traduc¨ªa a Roque".
?Le contaron como transcurri¨® el secuestro? "Estoy seguro de que han sufrido mucho, pero yo no quise hablar de aquello", responde Chafi. "Me esforc¨¦ sobre todo en tranquilizarles, apaciguar sus miedos, dejarles claro que se hab¨ªa acabado su calvario", insiste. Ya lo hizo, el 8 y 9 de marzo, con Alicia G¨¢mez, la mujer capturada junto con Pascual y Vilalta y liberada cinco meses antes. Los cambios de veh¨ªculos, las discusiones entre sus acompa?antes, le hicieron temer, en un primer momento, que fuese a ser ejecutada o vendida como esclava.
El viaje hacia la liberaci¨®n no ha sido una sinecura. Primero por el desierto y despu¨¦s por la sabana de Mal¨ª, "hemos recorrido cientos de kil¨®metros por lugares donde no hay carreteras y, muchas veces, ni siquiera pistas" para circular, rememora Chafi. "No voy a entrar en detalles, pero digamos que hab¨ªa algunos grupos malienses deseosos de hacer fracasar la puesta en libertad, lo que incrementaba a¨²n m¨¢s el riesgo. Hubo gentes empe?adas en sacar tajada hasta el ¨²ltimo momento".
Un helic¨®ptero oficial de Burkina Faso recogi¨® ayer a las 13.30 (hora peninsular espa?ola) a Chafi, Pascual y Vilalta en alg¨²n punto de la regi¨®n de Menaka, en el sureste de Mal¨ª, y de ah¨ª les traslad¨® a Gorom antes de continuar hasta Uagadug¨². Ni siquiera a bordo el mediador se sent¨ªa del todo seguro, porque "para m¨ª los helic¨®pteros son fr¨¢giles y vulnerables".
Una vez a bordo, Chafi envi¨® un sms a este corresponsal: "Tout se passe tr¨¨s bien" (todo transcurre muy bien). Tambi¨¦n le fij¨® una cita telef¨®nica. "Estoy m¨¢s contento a¨²n que los rehenes", fue lo primero que dijo cuando descolg¨® el tel¨¦fono. Despu¨¦s dio un poco marchas atr¨¢s: "Bueno, comparto plenamente su alegr¨ªa".
Pero Chafi no quiere medallas. "Esto es ante todo m¨¦rito del presidente de Burkina Faso con la colaboraci¨®n del presidente de Mal¨ª [Amadou Toumani Tour¨¦]", insiste una y otra vez. Despu¨¦s de Alicia G¨¢mez, Pascual y Vilalta son los primeros ex rehenes que no pasan por el palacio presidencial de Bamako para hacerse la foto con Tour¨¦ y agradecerle sus gestiones.
En Gorom, durante la escala, Pascual y Vilalta "comieron algo y por fin se lavaron", seg¨²n Chafi. Probablemente no hab¨ªan podido asearse durante todo su cautiverio. ?Puedo hablar con ellos? "Yo se los pasar¨ªa, pero hay aqu¨ª unos se?ores estrictos que no desean que tengan contactos" con la prensa, responde. Son agentes del Centro Nacional de Inteligencia que se han desplazado hasta ese remoto lugar de Burkina Faso para acogerles.
En los secuestros del Sahel son los terroristas los que eligen a los mediadores y no los Estados cuyos ciudadanos son capturados. El argelino Belmokhtar opt¨® por Chafi porque le dio ya buen resultado en 2009 al negociar el rescate de los diplom¨¢ticos canadienses Robert Fowler y Louis Guay, canjeados, seg¨²n la prensa de Canad¨¢, por 3,7 millones de euros, y la libertad de cuatro islamistas encarcelados en la prisi¨®n de Kati (Bamako).
Abu Zeid, el jefe de la otra gran katiba terrorista del Sahel, ha preferido, en cambio, recurrir a los servicios de un ¨¢rabe maliense, Baba Ould Cheikh, alcalde de un peque?o pueblo del noreste del pa¨ªs.
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