Las claves del conflicto con los controladores

El anuncio de huelga de los controladores amenaza con enturbiar el tr¨¢fico en los aeropuertos durante el mes de agosto, el periodo de mayor tr¨¢nsito del a?o, si finalmente sale adelante la propuesta. El colectivo, en el centro de la pol¨¦mica por la pugna abierta con Fomento, protesta contra el decreto ley aprobado recientemente por el Gobierno que cambia la computaci¨®n de las horas extras. Pero, ?cu¨¢les son los puntos claves del conflicto?

?De qu¨¦ se quejan los controladores?

El Gobierno aprob¨® el pasado febrero un decreto (luego ratificado como ley en el Congreso) por el que cambiaba radicalmente las condiciones laborales de este colectivo: grosso modo, su jornada laboral ordinaria ha pasado de 1.200 (m¨¢s hasta 600 extraordinarias) a 1.670 horas (m¨¢s 80 extraordinarias). Al aumentar las horas b¨¢sicas y bajar sustancialmente las adicionales (que se pagaban al triple que la normal), los ingresos medios de los controladores ha ca¨ªdo de golpe un 40%: de unos 350.000 euros anuales a unos 200.000. Adem¨¢s, la carga de trabajo extraordinaria ha dejado de ser voluntaria, con lo que para mucha gente ha aumentado su jornada laboral. Los periodos de descanso tambi¨¦n se redujeron con aquel decreto (del 33% del tiempo al 25% en turno de d¨ªa y del 50% al 33% en turno de noche).

?De qu¨¦ se queja el Gobierno?

AENA, el ente p¨²blico que gestiona los aeropuertos, acumula una deuda de unos 15.000 millones de euros y, dentro del fuerte ajuste de gasto p¨²blico que afronta Espa?a, el Ministerio de Fomento se ha visto cargado de razones para el tijeretazo a los controladores, que, asegura, eran hasta ahora los m¨¢s ineficientes. Seg¨²n AENA, su productividad es de 0,55 horas de vuelos por hora de trabajo de un controlador, un 27,5% inferior a la media europea. El dato, para el sindicato de los controladores (USCA), es sesgado, dado que las estad¨ªsticas de unos pa¨ªses y otros no son uniformes.

?Ha habido una protesta encubierta hasta ahora?

Lo que s¨ª ha pasado es que sus bajas m¨¦dicas se han triplicado desde el endurecimiento de sus condiciones: mientras los controladores lo atribuyen al estr¨¦s, AENA y el Gobierno ven una forma de protesta encubierta. El absentismo en Barcelona lleg¨® hace dos semanas a picos del 40%, aunque otros controladores suplieron a sus compa?eros y el tr¨¢fico no se vio demasiado afectado. AENA reclam¨® una inspecci¨®n a la Seguridad Social y los resultados alimentan la sospecha: de los 205 casos controlados por la Inspecci¨®n M¨¦dica de la Seguridad Social y los Servicios P¨²blicos de Salud, 136 han pasado a alta m¨¦dica. Son casi siete de cada 10.

?Va a haber huelga?

Los controladores lo decidir¨¢n ma?ana en asamblea y, si deciden convocarla, ser¨¢ hist¨®rico, porque este colectivo nunca ha convocado en Espa?a un paro oficial. Se trata, no obstante, de un sector con el margen para la huelga legal limitado, por motivos de seguridad. ?Por qu¨¦ ahora?AENA y el sindicato USCA est¨¢n negociando un nuevo convenio colectivo (el ¨²ltimo expir¨® en 2004) que regule sus condiciones pero, tal y como reitera la empresa p¨²blica, los l¨ªmites de esta negociaci¨®n se encuentran en la ley de febrero. El pasado viernes el Gobierno aprob¨® un ¨²ltimo decreto que el que concreta aun m¨¢s las jornadas y descansos de los controladores a¨¦reos y que para el colectivo es la gota que colma el vaso: fija un descanso de 30 minutos cada dos horas y mantiene el l¨ªmite de actividad anual en 1.670 horas, m¨¢s las 80 extraordinarias. Establece un paro de 12 horas entre turnos de entre 48 y 60 horas semanales y de al menos 184 horas al mes divididas en un m¨ªnimo de tres periodos.

?Pueden los militares sustituir a los controladores a¨¦reos civiles?

Todav¨ªa no est¨¢n preparados. El Gobierno ha anunciado que va a formarles para que puedan reemplazar a los civiles en casos "excepcionales" en los que un aeropuerto pueda quedarse paralizado por las ausencias, pero una huelga no es uno de estos casos. No se puede utilizar a soldado para reemplazar a personas que ejercen su derecho a huelga, s¨ª para aquellos que est¨¦n de baja.