?Sabes de d¨®nde viene lo que comes? A la mesa de Navidad le falta etiqueta
El sector avisa de etiquetados confusos sobre el origen y la calidad de algunos productos t¨ªpicos para las fiestas como el cordero, el jam¨®n o el marisco
Si le dicen que la gamba es de Huelva, o el langostino de Sanl¨²car, desconf¨ªe: en estas fechas, lo m¨¢s probable es que vengan de Marruecos o Mauritania. El cordero que cree castellano, a veces se cr¨ªa en Francia o en Grecia. Averiguar si un cerdo ib¨¦rico se aliment¨® alguna vez con bellota exige conocer las nuevas normas de etiquetado. Y, no, la denominaci¨®n oficial "pollo de corral" no existe. Con las fiestas navide?as, el precio de algunos alimentos se dispara. Y, advierte el sector, la informaci¨®n sobre su origen y calidad se vuelve m¨¢s confusa.
En el r¨ªo revuelto de las compras compulsivas de Navidad, la oferta se cubre en muchas ocasiones con alimentos etiquetados de una forma que no permite constatar su origen o calidad, a pesar de todas las normas comunitarias sobre trazabilidad. Es un riesgo sobre el que alertan varias organizaciones interprofesionales agroalimentarias. Las comunidades aut¨®nomas son las responsables de unos controles que no se han caracterizado por su eficiencia.
Las fiestas navide?as traen un desajuste entre oferta y demanda que provoca subidas de precios y un aumento de las importaciones. Entre los productos cuyas ventas se multiplican en estas fechas, dulces o vinos aparte, y que se hallan sujetos a esos riesgos, desde el sector se destacan media docena de habituales en la cesta de la compra: cordero, jamones, embutidos, pollos diferenciados y varios productos de la pesca como gamba y langostinos.
Importaciones de cordero barato
En el cordero, anualmente se sacrifican m¨¢s de 10 millones de cabezas seg¨²n datos de la interprofesional Interovic. Tom¨¢s Rodr¨ªguez, director de la organizaci¨®n estima que m¨¢s de una cuarta parte de la demanda se concentra en estas fechas. Ante la insuficiencia de la oferta nacional, entre noviembre y diciembre de 2016 se importaron 3.000 toneladas de carne equivalentes a unos 400.000 corderos a un precio medio de solo entre 6 y 7 euros kilo. Es un precio m¨¢s bajo que el del cordero espa?ol, porque en Espa?a el animal se cr¨ªa para producir carne, mientras en otros pa¨ªses, como Francia, el ganadero obtiene la renta por la venta de leche y el cordero es un ingreso complementario, por lo que no defiende el precio. Los principales pa¨ªses de origen de esa carne son Francia, Italia y Grecia (en la UE), junto a Nueva Zelanda, y en el caso del cabrito, Holanda.
Organizaciones agrarias de Castilla y Le¨®n advierten sobre la necesidad de intensificar los controles para evitar que carnes que entran del exterior se vendan con la etiqueta ¡°Tierra de Sabor¡±, una marca lanzadas por el Gobierno auton¨®mico para garantizar el origen y la autenticidad de alimentos de la comunidad. Los animales importados tienen un peso similar a los consumidos en Espa?a, entre los cinco y los siete kilos canal para un tipo lechal. Sobre el sabor, depende de los gustos. Las normas de etiquetado comunitario exigen para la carne una total trazabilidad, informaci¨®n sobre el origen, cr¨ªa y sacrificio del animal. Esta informaci¨®n es obligatoria cuando se vende en bandejas, pero no cuando se compran animales enteros o por medios. Desde la interprofesional se est¨¢ realizando una campa?a en todo el territorio informando para que el consumidor exija saber lo que est¨¢ comprando.
Ni de corral, ni de pueblo, "campero"
El pollo diferenciado, frente al de oferta intensivo, es otro de los productos cuya demanda crece por estas fechas y donde los etiquetados pueden llevar a confusi¨®n al consumidor. Oficialmente, seg¨²n las normas comunitarias, se?alan desde la interprofesional Propollo, solo se pueden comercializar con la denominaci¨®n de ¡°camperos¡± aquellas aves criadas bajo sistemas espec¨ªficos (naves cubiertas con acceso a parques exteriores para campear) y para las que se especifique claramente el cereal con el que ha sido engordado. Es optativo poner su edad pero, se halla fuera de norma la comercializaci¨®n de pollos bajo la denominaci¨®n de ¡°pollos de corral¡± o de ¡°pollos de pueblo¡±. En muchos casos, su color amarillo se debe a que ha sido alimentado con ma¨ªz.
Colores para seguir la pista al jam¨®n ib¨¦rico
En el periodo navide?o la venta de jamones ib¨¦ricos supone m¨¢s del 70% de todo el a?o. La producci¨®n de ib¨¦rico ha pasado de una situaci¨®n claramente excedentaria hace una d¨¦cada con una oferta de ocho millones de piezas, a un periodo de cierta estabilidad con una cifra anual de unos 6,1 millones de jamones de los que 514.000 corresponder¨ªan a bellota 100%, 622.000 a bellota con menos porcentaje de raza o simplemente ib¨¦ricos, 1.241.000 a animales de cebo de campo y 3,7 millones a animales de cebo. No faltan jamones ib¨¦ricos y la oferta supera a la demanda.
Actualmente la norma en vigor para los productos ib¨¦ricos data de enero de 2014 y contemplaba un periodo transitorio para la adaptaci¨®n del sector a la misma de dos y tres a?os, por lo que los productos que se comercialicen en estas fechas ya solo deben cumplir lo dispuesto en ese real decreto. De acuerdo con el mismo, la clasificaci¨®n de los productos ib¨¦ricos ha sido establecida, bien por el tipo de manejo y alimentaci¨®n o por el porcentaje de raza.
Por el manejo y la alimentaci¨®n de los animales, los jamones y paletas tienen su identificaci¨®n en los colores del precinto o la brida. El negro corresponde a un producto 100% ib¨¦rico y de bellota que haya estado en la dehesa un m¨ªnimo de 60 d¨ªas comiendo una media de ocho kilos de bellota para engordar un m¨ªnimo de 46 kilos hasta un peso en canal de 108 kilos. Solo se puede denominar ¡°pata negra¡± a un ib¨¦rico 100% de bellota y se ha eliminado la denominaci¨®n de ¡°ib¨¦rico puro¡±. La brida es de color rojo para un cerdo de bellota, pero no 100% de raza ib¨¦rica. La verde identifica a un cerdo de campo ib¨¦rico que haya pastado en el campo, alimentado tambi¨¦n con piensos. Finalmente, la brida blanca es para el cerdo ib¨¦rico de cebo o de granja.
Las piezas con la denominaci¨®n ib¨¦rico deben llevar en su precinto el logo de la interprofesional Asici o de una de las cuatro denominaciones de origen, Guijuelo, Dehesa de Extremadura, Jabugo o Pedroches. Cada pieza debe llevar igualmente la correspondiente etiqueta donde, entre otros conceptos, figure el registro sanitario, la empresa calificadora, la marca, ingredientes y el grado de pureza de raza, con un m¨ªnimo del 50%. Algunos industriales no se acogen a la norma para una o para todas sus marcas, por lo que en la pieza no figura la palabra ib¨¦rico. Sin embargo, ya son identificados como ib¨¦ricos por los consumidores. Es una pol¨ªtica que lleva a cabo, por ejemplo la empresa Beher con su marca Etiqueta Negra. En el caso de Joselito, sus segundas marcas, como ¡°Jabu¡±, s¨ª se acogen a las normas, pero no su producto estrella ¡°Joselito¡±, lo que no le impide ser calificado como el mejor jam¨®n ib¨¦rico del mundo.
Gambas y langostinos, de fuera
En mariscos, destaca sobre todo el aumento en el consumo de gambas, gambones y langostinos cuya venta en estas fechas, seg¨²n el director general de Eurofish Comercio y Servicios, Manuel Pablos, supone casi una cuarta parte de las ventas de todo el a?o estimadas en unas 100.000 toneladas en los hogares, seg¨²n el panel de Agricultura. La mayor parte de esa oferta procede de la importaci¨®n desde empresas de otros pa¨ªses o desde sociedades mixtas, siempre bajo la normativa comunitaria que debe se?alar origen y tipo de pesca. La gamba procede b¨¢sicamente de pa¨ªses mediterr¨¢neos como T¨²nez, Marruecos, Grecia o Italia, mientras langostinos o carabineros tiene su origen en Marruecos, Mauritania o Mozambique.
La oferta espa?ola de m¨¢s calidad procede del Levante o la zona del Golfo de C¨¢diz y Huelva y es insignificante para la demanda interior por lo que, en el etiquetado de los productos comercializados desde esos puntos, para evitar enga?os, debe quedar muy claro el pa¨ªs de origen y el punto donde se ha desarrollado su elaboraci¨®n, cocci¨®n, congelado y envasado. Manuel Pablos se?ala la necesidad de que los productos de la pesca congelados no hayan roto la cadena de fr¨ªo hasta su llegada a la distribuci¨®n, algo que se nota cuando en el envase existe como una escarcha o polvillo procedente de un proceso leve de deshielo y vuelta a congelar.
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