Los aranceles traen demonios
Las guerras comerciales son malas y f¨¢ciles de perder, contra lo que alega Donald Trump
Las guerras comerciales son malas y f¨¢ciles de perder, contra lo que alega Donald Trump. La reciente decisi¨®n de la (min¨²scula, pero m¨ªtica) f¨¢brica de motos Harley Davidson de trasladar parte de su producci¨®n estadounidense a sus plantas de India, Brasil y Tailandia para sortear las selectivas represalias de la UE por los aranceles trumpistas sobre el acero y el aluminio demuestra que los mini-desquites de Bruselas est¨¢n bien tirados y hacen da?o.
Y simboliza que si un David tan modesto puede desafiar al Goliat de la Casa Blanca y romperle el discurso de repatriar fabricaci¨®n exterior (American first), es que este tiene los pies de barro. Otros, como Fiat-Chrysler, exploran seguir su camino.
Empieza el efecto bumer¨¢n. Un arancel genera su contrario, la escalada. Washington ha anunciado una segunda ronda tarifaria, contra la industria del autom¨®vil europea: de un arancel del 2,5%, al 25%. Aunque la escuda falsamente en la finalidad de "salvaguardar la seguridad nacional", excepci¨®n (falsa) al libre comercio que (si es verdadera) autoriza la OMC.
La huida de Harley ("rendici¨®n" o "traici¨®n", en boca del tycoon belicista), ilustra el inmediato rebote contra EE UU, que ser¨¢ creciente a medida que se agrave la guerra comercial. Como sus industrias absorben componentes extranjeros, sus propios coches subir¨¢n de precio. Se disparar¨¢ la inflaci¨®n ya alimentada por una pol¨ªtica presupuestaria descabellada (en situaci¨®n de desempleo friccional, o sea, casi irrelevante), la Fed puede apretar m¨¢s a¨²n la subida de tipos, y esta, un indeseado enfriamiento econ¨®mico.
Tambi¨¦n Europa sufrir¨¢, sobre todo Alemania, Reino Unido e Italia. BMW podr¨ªa recortar beneficios un 14%, seg¨²n Merril Lynch; Daimler, un 5%, y VW, un 2%. El PIB de la UE llegar¨ªa a rebanarse tres d¨¦cimas. ?Poco? Mucho, por concentrado: el autom¨®vil es el primer sector europeo exportador a EEUU. Y la p¨¦rdida de empleos llegar¨ªa hasta 130.000, de los 600.000 puestos de trabajo europeos vinculados al comercio automovil¨ªstico bilateral con los EE UU, calcula el Instituto de Viena para estudios de econom¨ªa Internacional comparada.
Y Espa?a, m¨¢s de lo que parece. EE UU es un socio comercial mediano: exportamos el 4,5%% del total de las ventas exteriores; de ese porcentaje, el 11,5% corresponde a automoci¨®n. Pero indirectamente es mucho m¨¢s, por las ventas de componentes a otros pa¨ªses europeos, integradas en veh¨ªculos alemanes o franceses luego vendidos all¨¢. Y es un sector sensible: el segundo de las industrias exportadoras, claves en la recuperaci¨®n desde la Gran Recesi¨®n.
En la anterior, el comercio mundial se redujo a un tercio, entre 1929 y 1934. "Los aranceles acarrean conocidos demonios", escribi¨® la gran economista Joan Robinson en 1937: estancamiento, desempleo masivo, el vergel de los fascismos.
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