Expulsados de la empresa por edad cueste lo que cueste

La edad no perdona. As¨ª de crudo es el mercado laboral espa?ol, del que los mayores de 50 a?os son expulsados sin piedad, aumentando las cifras del paro de larga duraci¨®n. Aunque en los ¨²ltimos tiempos el colectivo de m¨¢s de 45 a?os ha reducido su peso en el desempleo de 1,9 a 1,6 millones de personas, lo cierto es que su evoluci¨®n sigue siendo mucho peor que la del conjunto de la poblaci¨®n (mejora el 14,7% frente al 23,3% nacional) y se deja notar en la ocupaci¨®n. Ahora la situaci¨®n pinta peor que hace unos meses porque vuelven los expedientes de regulaci¨®n de empleo (ERE), las prejubilaciones, desvincu?laciones y bajas incentivadas, que tienen como claro foco a los m¨¢s veteranos de las plantillas. De hecho, Gonzalo Pino, secretario de pol¨ªtica sindical de UGT, est¨¢ seguro de que 2019 registrar¨¢ un aumento de las cifras del a?o precedente.

Banco Santander anunci¨® la semana pasada que despedir¨ªa a 3.713 empleados a trav¨¦s de un ERE, un par de semanas despu¨¦s de que Caixabank presentase el suyo para 2.023 personas, o de que Dia, Nissan, Supersol, Vodafone, Bayer o Adolfo Dom¨ªnguez hiciesen lo propio, sum¨¢ndose as¨ª a organizaciones como Iberia que mantienen abiertos los suyos. Otras empresas, como Naturgy, El Corte Ingl¨¦s, las farmac¨¦uticas Merck o Pfizer, o Inditex, prefieren poner en marcha despidos voluntarios negociados individualmente. Son solo algunos ejemplos de unos mecanismos que cobran fuerza a medida que las empresas ganan dinero, pueden invertir en reestructuraciones y las ponen sobre la mesa.

El esc¨¢ndalo social que levant¨® el ERE de Coca-Cola en 2014, con boicoteo a la marca incluido y la anulaci¨®n del Tribunal Supremo, marc¨® un antes y un despu¨¦s en los despidos de las empresas con beneficios, sostiene Mart¨ªn Godino, socio director del bufete Sagardoy Abogados, encargado de acometerlo, al igual que la mayor¨ªa de los ajustes del sector bancario. Bajaron los expedientes de regulaci¨®n de empleo y se activaron las bajas voluntarias, indica. Las empresas encontraron otro camino, apoya Braulio Molina, socio de Garrigues: ¡°Las salidas de mutuo acuerdo, donde las indemnizaciones de los trabajadores tributan desde el primer euro, en vez de estar exentos los 180.000 primeros euros como ocurre con los expedientes. No hay desempleo ni se usan fondos p¨²blicos y no alertas de que est¨¢s haciendo un ERE encubierto¡±.

Ya sucedi¨® durante el ¨²ltimo ERE de Telef¨®nica, en 2011, que motiv¨® que el Gobierno introdujese un cambio en la normativa para que las compa?¨ªas que obtienen ganancias y acometen regulaciones de personal se hagan cargo de las prestaciones del desempleo durante los dos a?os preceptivos, la denominada enmienda Telef¨®nica (la cual propici¨® tambi¨¦n que el siguiente plan de ajuste de la operadora, de 2016 a 2018, se efectuase a trav¨¦s de bajas voluntarias, un total de 4.875). Sin embargo, ahora, una vez superados estos efectos disuasorios, las empresas vuelven a decantarse por los ERE porque son m¨¢s seguros jur¨ªdicamente, seg¨²n Godino. ¡°Est¨¢n aumentando los expedientes, pero la causa no es econ¨®mica. Son recortes para mejorar la productividad. Se sustituye a trabajadores veteranos con sueldos altos por j¨®venes m¨¢s preparados para hacer frente a la digitalizaci¨®n de las empresas y con salarios mucho m¨¢s bajos¡±, explica Rom¨¢n Merino, responsable de la consultora de dise?o de reestructuraciones Reinforce Consulting.

Pero para evitar la mala imagen p¨²blica que castig¨® a Coca-Cola, est¨¢n dispuestos a hacerlos ¡°voluntarios¡± y pagar ingentes cantidades de dinero. El ejemplo m¨¢s palpable es el de Caixabank, que ha calculado que destinar¨¢ 890 millones de euros para desprenderse de 2.023 trabajadores fundamentalmente v¨ªa prejubilaciones con una edad de corte fijada ¡°en 1965 o antes¡±. Las fuentes consultadas coinciden en que se trata de un importe alt¨ªsimo, nunca visto hasta ahora, que supondr¨¢ un gasto por persona de 438.000 euros. Para los nacidos despu¨¦s de 1967, es decir, menores de 52 a?os, la ¡°extinci¨®n indemnizada¡± es de 45 d¨ªas por a?o con un m¨ªnimo de 3 anualidades y un m¨¢ximo de 3,5. Otra cantidad tambi¨¦n extraordinaria.

En el caso de Banco Santander, el coste por persona se estima en torno a 300.000 euros, es decir, un 30% por debajo del de Caixabank. La entidad presidida por Ana Bot¨ªn ha ofrecido a los trabajadores afectados un plan de recolocaci¨®n sine die al que puede incorporarse todo el que quiera. En su ERE anterior, de febrero de 2018, se recolocaron el 73% de los apuntados, presume la entidad. Porque cada vez es m¨¢s habitual que los despedidos de entre 52 y 57 a?os deseen seguir en activo. De hecho, el banco que dirige Gonzalo Gort¨¢zar retirar¨¢ incentivos, como el plan de pensiones, a los mayores de 52 a?os que presten servicios para su competencia.

La banca es el sector que ofrece indemnizaciones m¨¢s generosas para desprenderse de su personal. Aunque las jubilaciones doradas de los a?os ochenta y, sobre todo, noventa hayan pasado a mejor vida, estas entidades pagan los finiquitos m¨¢s jugosos (solo comparables con multinacionales del tama?o de Telef¨®nica, Iberdrola, Endesa, Repsol¡­). Una forma de acallar las cr¨ªticas al contentar al personal. Porque, no nos olvidemos, pese a que cada d¨ªa las grandes empresas dan boleto a sus empleados a una edad m¨¢s temprana, muchos de sus trabajadores esperan este retiro como agua de mayo dadas sus ventajosas condiciones (perciben entre un 70% y un 100% de su ¨²ltimo salario en la mayor¨ªa de las ocasiones).

Sin embargo, estas son solo las condiciones de unos pocos, advierte Carlos Bravo, secretario confederal de protecci¨®n social y pol¨ªticas p¨²blicas de CC OO: los que trabajan en las macroempresas del pa¨ªs. ¡°La mayor¨ªa de los trabajadores de m¨¢s de 50 a?os son expulsados por las compa?¨ªas, en el mejor de los casos con una indemnizaci¨®n por despido improcedente. No suelen encontrar trabajo, con lo que enganchan la prestaci¨®n por desempleo con el subsidio para mayores de 52 a?os, que ahora ha subido y permite una cotizaci¨®n m¨¢s alta y, por tanto, que la pensi¨®n se resienta menos¡±.

Estas diferencias producen una Espa?a de dos velocidades. Un pa¨ªs desigual que lo mismo que ofrece mayores oportunidades a las familias de rentas altas, tambi¨¦n trata mejor a los trabajadores y extrabajadores de las grandes empresas.

En los expedientes de regulaci¨®n de empleo, las multinacionales se hacen cargo del pago de las prestaciones del paro impuesto por la enmienda Telef¨®nica y del convenio especial con la Seguridad Social con el que el veterano despedido cotizar¨¢ hasta llegar a la jubilaci¨®n anticipada (61-63 a?os). Unos convenios que el Gobierno ha tenido que reforzar recientemente porque las empresas se los saltaban, dejando este puente a la jubilaci¨®n en manos del particular, que ahora puede denunciar directamente este incumplimiento. Seg¨²n Braulio Molina, socio del departamento laboral de Garrigues, el convenio puede costar entre 12.000 y 13.000 euros para una base m¨¢xima de cotizaci¨®n.

Con los planes de bajas incentivadas, desvinculados de los ERE, las empresas no dan acceso al desempleo y, por tanto, no lo sufragan (en todo caso, lo incluyen en la indemnizaci¨®n) y pueden hacerse cargo (o no) del convenio especial con la Seguridad Social cuando son de mutuo acuerdo. Son sistemas de ajuste de plantilla mucho m¨¢s caros para las compa?¨ªas, entre un 30% y un 40% m¨¢s, seg¨²n el abogado de Garrigues. Y tambi¨¦n para el trabajador, ya que, al ser un despido acordado, no dispone de exenci¨®n fiscal. Otro de los motivos por los que muchas empresas han sido denunciadas, al igual que sus exempleados, teniendo que pagar las cantidades detra¨ªdas al fisco y la multa correspondiente, explica David D¨ªaz, director del departamento laboral de Baker McKenzie, quien tambi¨¦n alude a las irregularidades en las prestaciones por desempleo que cometen las organizaciones tratando de que el Estado asuma unos gastos que les corresponden, una infracci¨®n grave tanto para ellas como para el trabajador. El coste medio del paro se sit¨²a en unos 80.000 euros, seg¨²n CC OO.

¡°La tendencia de las grandes empresas a expulsar gente mayor de sus plantillas es estructural. Su pol¨ªtica no es razonable en una sociedad envejecida, pero suelen pagar el desempleo y las cotizaciones; otra cosa es cuando utilizan los resortes de la Seguridad Social y del Estado. Tenemos que estar atentos a que no consuman recursos p¨²blicos¡±, se?ala Carlos Bravo.

Porque estos despidos de mayores de 50 a?os son incompatibles con un sistema de pensiones deficitario, que precisa entre 10.000 y 15.000 euros adicionales cada a?o, recuerda el profesor de Econom¨ªa de IESE Business School Javier D¨ªaz-Gim¨¦nez, como consecuencia del envejecimiento de la poblaci¨®n y del aumento de la esperanza de vida.

Es insostenible para Espa?a un sistema de pensiones en el que los contribuyentes cada vez son menos y los jubilados m¨¢s. ¡°Las prejubilaciones y jubilaciones anticipadas ponen en cuesti¨®n el mantenimiento del sistema de reparto, en el que cada persona que se retira es un cotizante menos¡±, agrega D¨ªaz-Gim¨¦nez. De las altas de jubilaci¨®n que llegaron a la Seguridad Social en 2018, que crecieron un 6%, el 43% correspondieron a jubilaciones anticipadas. Y durante el primer trimestre de este a?o ese porcentaje ha subido hasta el 48%.

En el Ministerio de Trabajo carecen de estad¨ªsticas sobre prejubilaciones, al ser una figura sin car¨¢cter legal, pero UGT calcu?la que al menos 600.000 personas viven en Espa?a de estas rentas mensuales que habitualmente estructura una compa?¨ªa de seguros.

Unos datos que dejan al descubierto el desacoplamiento que existe entre la edad de retiro legal (que este a?o se sit¨²a en 65,8 a?os, siguiendo el camino ascendente que la llevar¨¢ a colocarse en 67 a?os en 2027), en tanto que la edad real no llega a los 63. ¡°Hay que acercar la edad legal y la edad efectiva de jubilaci¨®n¡±, sostiene Ignacio Zubiri, catedr¨¢tico de Hacienda P¨²blica de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, consciente de la urgencia de la reforma de las pensiones.

Insostenible y desigual

Zubiri considera que si aumenta la esperanza de vida (hoy, en 83 a?os de media), envejece la poblaci¨®n ocupada (el Instituto Nacional de Estad¨ªstica estima que dentro de 15 a?os habr¨¢ 12,3 millones de mayores de 64 a?os, 3,4 millones m¨¢s que en la actualidad) y hay menos cotizantes para pagar las pensiones, no es razonable que la gente se retire anticipadamente para disfrutar de su ocio. El catedr¨¢tico es partidario de eliminar, o cuando menos limitar, las jubilaciones anteriores a la edad legal. Y cree que las prejubilaciones deben seguir el mismo camino, ya que ¡°se usan para abaratar los costes de los despidos utilizando mecanismos de sostenibilidad p¨²blica. Suponen que se destruya empleo a costa del contribuyente¡±, advierte. Aunque se piense que es un negocio con el que aparentemente nadie pierde, no es verdad, el saldo neto es negativo para la sociedad, prosigue. ¡°La edad de jubilaci¨®n deber¨ªa ser igual para todos. ?Por qu¨¦ vamos a permitir que la gente se retire antes en un sistema de reparto?¡±, se pregunta. Y alude a la inequidad de estos mecanismos que permiten a algunos elegidos beneficiarse de una pensi¨®n m¨¢s alta de una forma m¨¢s barata.

Ninguna de las fuentes consultadas piensa que el pa¨ªs pueda permitirse jubilaciones tan tempranas. De hecho, es uno de los caballos de batalla con los que la OCDE y la Comisi¨®n Europea critican sistem¨¢ticamente a Espa?a, cuyos ¨²ltimos Gobiernos han tratado de elevar la edad de jubilaci¨®n a 67 a?os, al tiempo que permit¨ªan las retiradas anticipadas, que tambi¨¦n intentan desincentivar sin demasiado ¨¦xito. ¡°Debi¨¦ramos ser capaces de construir esquemas que no desanimen a la gente a seguir activa con 52 o 55 a?os, unos cortes de edad que me inquietan. Poder extinguir la prejubilaci¨®n temporalmente mientras se trabaja para luego poder reengancharse a ella¡±, propone Ignacio Garc¨ªa-Perrote, director del departamento laboral de Ur¨ªa Men¨¦ndez, consciente de que los despidos de los veteranos no han contribuido a generar empleo entre los j¨®venes como se planteaba.

¡°No se puede sorber y soplar al mismo tiempo¡±, dice Jos¨¦ Mar¨ªa Mart¨ªnez, secretario general de la Federaci¨®n de Servicios de CC OO. ¡°Queremos que la gente trabaje hasta los 67 a?os, pero las empresas no la aguantan hasta esas edades. Un sistema de reparto no se sostiene as¨ª, sino invirtiendo en el Estado de bienestar, al que Espa?a destina un 11% del PIB frente al 14% europeo¡±.

Aunque es el propio Mart¨ªnez quien advierte de que las reestructuraciones de plantilla que desde 2008 han destruido cerca de 125.000 trabajos en el sector bancario (que ha hecho muchos despidos y poco por generar empleabilidad entre sus empleados, seg¨²n Susana Marcos, socia de la consultora de recursos humanos PeopleMatters), ahora van a llegar al sector servicios, que no ha tenido expedientes de regulaci¨®n de empleo derivados de la digitalizaci¨®n.

Entre los pr¨®ximos dos y cuatro a?os se producir¨¢n con intensidad, prev¨¦ el representante sindical, mientras recuerda que las cadenas de supermercados y grandes superficies no cuentan ni con los mismos recursos de la banca ni ofrecen los mismos sueldos. Es decir, tienen menos posibilidades de despedir a sus plantillas veteranas con las medidas menos traum¨¢ticas que representan prejubilaciones y bajas incentivadas. Ya se ve en el ERE de Dia. De los 1.708 afectados, solo 40 saldr¨¢n v¨ªa prejubilaciones. Y en Supersol, con cerca de 300 afectados, no ha habido ninguna.

Mientras todo esto sucede, en esa Espa?a de dos velocidades en la que se benefician siempre los mismos, seg¨²n Marcos, surgen iniciativas para ofrecer salidas a los veteranos despedidos que necesitan completar su indemnizaci¨®n como 50Pro, una organizaci¨®n que forma en emprendimiento a este colectivo en un curso expr¨¦s de tres meses del que buena parte de los alumnos salen como aut¨®nomos o con una empresa bajo el brazo.

Reengancharse

¡°Las multinacionales ofrecen salidas econ¨®micas razonablemente buenas a los mayores de 50, pero los expulsados de otras empresas o complementan sus indemnizaciones, o lo pasan francamente mal porque no encuentran trabajo¡±, explica su responsable, Carlos Molina, quien acaba de ser contratado por Vodafone para impartir este curso entre 400 de sus 1.000 despedidos.

Cada vez hay menos miedo a dar el paso de trabajar por cuenta propia, apoya Rom¨¢n Merino, sobre todo entre quienes tienen entre 50 y 58 a?os. Antonio Miranda, prejubilado de Repsol y alumno de 50Pro, lo ha hecho. Es consultor. Y es otra de las personas consultadas que considera que el sistema espa?ol de retiros tempranos es absurdo. ¡°En realidad, mi ERE no lo paga Repsol, que hace una provisi¨®n de fondos un a?o, con lo que obtiene menos resultados y, por tanto, paga menos a Hacienda. Y rebaja sus costes fijos con gente m¨¢s barata por la que abona cotizaciones inferiores. No tiene sentido. No puede ser que la gente se vaya tan joven a la calle, y menos ahora que no hay obras para visitar y distraerse como un jubilado¡±, dice con iron¨ªa.

"No volver¨ªa a trabajar ni aunque me nombrasen directora general"

Asunci¨®n Larrinaga

Asun Larrinaga sali¨® hace seis a?os de Telef¨®nica. La pill¨® por sorpresa. A los 54 a?os, fue llamada por recursos humanos para apuntarse a un plan de desvinculaciones voluntarias. Y pens¨® que era el momento de hacer algo diferente con su vida tras 24 a?os en la compa?¨ªa. ¡°Al principio fue traum¨¢tico. Te sientes mayor, fuera del sistema¡­ Tuve un par de a?os raros¡±, recuerda. Entonces le encargaron un proyecto mal pagado que le permiti¨® salir del horror vacui que sent¨ªa, acostumbrada a una intensa vida laboral en un equipo en el que estaba a gusto y con un buen sueldo. Luego se anim¨® a emprender, dedicando tiempo y dinero a un portal de Internet que le hizo verse tan metida en el trabajo, enviando correos electr¨®nicos por la noche, que le devolvi¨® a sus tiempos de Telef¨®nica y pens¨® que se estaba equivocando, que hab¨ªa decidido cambiar de vida. Tuvo que echar cuentas, pues los incentivos anuales de Telef¨®nica ya no llegaban y le tocaba hacerse cargo de gastos como el seguro m¨¦dico o el plan de pensiones que antes sufragaba la operadora. ¡°Entonces piensas en vivir de otra manera. Y te acuerdas de que en alg¨²n momento quisiste estudiar Filosof¨ªa¡±, explica. Se apunt¨® por la UNED y ahora cree que es la mejor decisi¨®n que ha tomado en la vida. Hace deporte, cuida de su madre y de vez en cuando se puede permitir ayudar a gente que lo necesita. ¡°He estado en Per¨², he hecho el Camino de Santiago¡­ y ahora no volver¨ªa a trabajar en una empresa ni aunque me nombrasen directora general. La libertad y la capacidad de pensar que tengo no la cambio por nada¡±. Larrinaga dice que no tiene tiempo para aburrirse, y aunque sali¨® conservando el 60% de su sueldo, ¡°hay cosas en las que no tienes que invertir, como la ropa, y aprendes a vivir con menos¡±. Ella paga su cotizaci¨®n a la Seguridad Social y se ha comprado un pisito en Badajoz, donde naci¨®, que tiene alquilado. Y hace una oda a la filosof¨ªa, que es muy terap¨¦utica, mucho m¨¢s que el yoga, dice.

"No puedes pedirles esfuerzo a tus hijos si t¨² solo te dedicas a pasear"

Antonio Miranda

Ocurri¨® en 2017. Con el ERE de Repsol. A sus 56 a?os reci¨¦n cumplidos, Antonio Miranda se top¨® con el corte de edad que hab¨ªa decidido la petrolera para las prejubilaciones. ¡°No quer¨ªa irme, pero habr¨ªa sido injusto quedarme. Las condiciones que ofrece una empresa grande son excepcionales, un privilegio¡±, sostiene. Era el 80% del sueldo neto hasta la jubilaci¨®n anticipada como jefe de un departamento con 25 personas. ¡°Al principio tienes mucho dinero, pero luego piensas que no puedes decirles a tus hijos, de 16 y 18 a?os, que se esfuercen mientras ven c¨®mo su padre se dedica a pasear¡±. Sinti¨¦ndose joven y con ganas de seguir haciendo tareas que le gustan, Miranda decidi¨® ofrecer sus servicios expertos, pidi¨® garant¨ªas de que pod¨ªa seguir trabajando ante las miradas extra?adas de los sindicatos o de los empleados de la Seguridad Social, rememora. Como muchos otros prejubilados, opt¨® por la consultor¨ªa. Sabe de gesti¨®n de proyectos, de riesgos y de presupuestos. ¡°Llevo toda la vida trabajando en eso y puedo ayudar a las empresas a decidir cu¨¢l es el proyecto correcto¡±. Su planteamiento, como buen planificador, es conseguir en cuatro o cinco a?os como aut¨®nomo el 35% o 40% del salario que hubiera cobrado hasta la jubilaci¨®n con 65 de haber seguido en Repsol. ¡°El objetivo inicial era material; sin embargo, ahora lo m¨¢s importante es ver que puedo seguir aportando en el terreno profesional¡±, explica. Miranda ha conseguido desde entonces cinco proyectos y se queja de que ¡°la carga de trabajo, cuando funcionas de esta manera, no es previsible ni se puede controlar, con lo que te das atracones de septiembre a febrero y luego paras¡±. Tiene la oficina en su casa y en el primer a?o super¨® los objetivos de facturaci¨®n que se hab¨ªa propuesto. ¡°Este a?o va peor¡±, dice. Pero no se rinde y se ha embarcado en otra iniciativa con otros cuatro veteranos en similar situaci¨®n: montar una agrupaci¨®n para asistir y formar a medianas empresas en gesti¨®n de proyectos. De los 1.034 ¡°desvinculados¡± en Espa?a de la petrolera al mismo tiempo que ¨¦l, estima que una cuarta parte quer¨ªa trabajar.

"Con 50 a?os es dif¨ªcil que te contraten. He emprendido por necesidad"

Carlos Rodr¨ªguez

Carlos Rodr¨ªguez, de 53 a?os, sali¨® hace casi dos de Ges Seguros, donde era director financiero. Destin¨® tres meses a recobrar fuerzas. No pod¨ªa permitirse el lujo de dejar de trabajar con cuatro hijos. Mand¨® curr¨ªculos, tir¨® de contactos. Pero nada. La edad pesaba. ¡°Entonces decid¨ª que ten¨ªa que articular un plan alternativo porque a partir de los 50 es dif¨ªcil que te contraten¡±, se?ala. Encontr¨® 50Pro, una firma que imparte formaci¨®n para el emprendimiento de mayores de 50 a?os, y se lanz¨® de cabeza. ¡°Ten¨ªa claro que el curso, eminentemente pr¨¢ctico, era una soluci¨®n real para m¨ª. Que la idea de negocio que dise?ara en ¨¦l ser¨ªa para ponerla en pr¨¢ctica¡±. Rodr¨ªguez conoci¨® a un emprendedor con 20 a?os de experiencia, Ra¨²l Mata, y se lanz¨® a poner en marcha la idea que ten¨ªa en mente: Truekeling, una plataforma de trueque multilateral, lo llama. Una web de intercambio de bienes y servicios entre empresas. ¡°El punto cr¨ªtico de las pymes es la gesti¨®n de tesorer¨ªa. Con esta red de empresas y aut¨®nomos, que sometemos a filtros, les ayudamos a cerrar sus operaciones pagando mediante trueque y con una parte de dinero, con lo que la liquidez apenas se toca¡±, explica. La empresa puede dar desde soporte contable hasta proveer de suministros, servicios de mensajer¨ªa, gesti¨®n de viajes, marketing digital y un largo etc¨¦tera. Truekeling cobra un 3% del intercambio repartido a partes iguales entre pyme y proveedor. La herramienta estar¨¢ disponible este mes. Rodr¨ªguez y Mata han invertido 100.000 euros para ponerla en marcha, cifra que esperan rentabilizar a finales de este a?o o principios de 2020. La facturaci¨®n que proyectan para 2019 superar¨¢ los 70.000 euros, que se multiplicar¨¢n por tres al siguiente ejercicio. ¡°La desaceleraci¨®n econ¨®mica actual puede ser un trampol¨ªn para nuestro negocio¡±, dice este exdirectivo, que por ahora tendr¨¢ que conformarse con ganar la mitad del sueldo que percib¨ªa en 2017. Y posiblemente en dos ejercicios pueda alcanzar su punto de partida como ¡°emprendedor por necesidad¡±.