El rentable negocio de guardar crudo en el mar
Las empresas que operan superpetroleros en los que se almacenan hasta dos millones de barriles hacen su agosto en primavera por el desplome de los precios
Con el sector petrolero inmerso en una monta?a rusa con muchas m¨¢s bajadas ¡ªy m¨¢s acentuadas¡ª que subidas, y el mundo paralizado por la covid-19, disparar los beneficios parece una tarea al alcance de pocos. Los superpetroleros lo han conseguido. Mientras los pa¨ªses petroleros y las empresas extractivas se echaban las manos a la cabeza al ver el precio del barril entrar en territorio negativo por primera vez en la historia, estas barcazas han hecho el agosto en abril y parte de mayo. Con la capacidad de almacenamiento tradicional ¡ªen dep¨®sitos asentados sobre tierra firme¡ª al l¨ªmite, se han convertido en la ¨²nica alternativa para evitar desperdiciar todo el crudo que se bombea sin encontrar comprador. La situaci¨®n no durar¨¢ mucho: la demanda ya ha empezado a despertar al calor de la desescalada sanitaria.
A simple vista, el negocio del transporte ser¨ªa uno de los nichos que m¨¢s sufrir¨ªa ante un declive de la demanda tan acentuado como el que se ha vivido en las ¨²ltimas semanas: sin clientes, no tiene mucho sentido desplazar crudo de un lado a otro. Pero el sector ha salido airoso, y de qu¨¦ manera. Ante el aumento del inter¨¦s por sus servicios y siendo el ¨²nico actor del mercado capaz de responder a la pregunta clave estos d¨ªas ¡ª?d¨®nde metemos el petr¨®leo que sobra?¡ª, los operadores de estos buques han podido subir unas tarifas que ven¨ªan de una aton¨ªa prolongada. Una quimera en tiempos de deflaci¨®n generalizada y desplome econ¨®mico en los que almacenar bienes ¡ªya sea petr¨®leo o aviones, como bien ha dado cuenta el aeropuerto de Teruel, convertido en un gran aerop¨¢rking a cielo abierto¡ª es mucho mejor negocio que vender.
Con el transporte a¨²n a medio gas y las cadenas globales de valor recomponi¨¦ndose, la cuarentena ha hundido la demanda mundial de carburantes. Tras varios tiras y afloja, la respuesta de los amos del mercado petrolero, EE UU, Rusia y la OPEP, fue un recorte coordinado de la oferta, una acci¨®n que servir¨¢ de soporte a medio y largo plazo que result¨® a todas luces insuficiente para contener en lo m¨¢s inmediato un desplome de la demanda. Todo apunta a que las fuerzas se reequilibrar¨¢n a finales de a?o, seg¨²n la consultora Eurasia, pero en este annus horribilis para la industria, el peor de su historia, seg¨²n la Agencia Internacional de la Energ¨ªa, los superpetroleros han sacado tajada aumentando el n¨²mero de barcos dedicados al almacenaje en vez de al transporte. ?Ganadores de la pandemia? ¡°No lo dir¨ªa as¨ª. El virus ha causado una crisis que nos ha beneficiado: si no hubiera habido desacuerdos en los productores, no habr¨ªamos ganado tanto¡±, afirma Hugo de Stoop, consejero delegado de la firma belga Euronav, propietaria de una de las mayores flotas del mundo: 72 embarcaciones.
La negativa rusa al tijeretazo que propon¨ªa Arabia Saud¨ª en un primer momento desat¨® una fugaz pero profunda guerra de precios que hundi¨® la cotizaci¨®n del crudo. As¨ª naci¨® una paradoja que catapult¨® a las navieras: durante d¨ªas hubo quien pag¨® por deshacerse del crudo que iba a recibir. Guardar era sin¨®nimo de ganar. ¡°Un supertanque puede almacenar hasta dos millones de barriles, por lo que si hay una diferencia de seis d¨®lares entre lo que se paga por cada uno ahora y lo que se abonar¨¢ en el futuro, ganan 12 millones esperando¡±, explica De Stoop. El negocio marcha a toda vela, con los barcos haciendo menos kil¨®metros y sufriendo menos desgaste que nunca. Miel sobre hojuelas para Euronav, pero tambi¨¦n para Frontline y DHT (ambas con sede en las Bermudas), las japonesas Mitsui y NYK y la canadiense Teekay.
Los propietarios de estas barcazas admiten que la demanda de transporte ha ca¨ªdo dr¨¢sticamente. Pero el almacenamiento ha cubierto con creces ese vac¨ªo. As¨ª lo atestiguan los favorables resultados del primer trimestre, que se espera contin¨²en en el segundo. Sin embargo, algunos analistas estiman que los buenos tiempos pueden estar llegando a su fin: los precios del crudo ya han regresado a la situaci¨®n preconfinamiento, a golpe de una reactivaci¨®n de la demanda mucho m¨¢s temprana de lo que muchos analistas ten¨ªan en su radar. Los valores negativos son historia, y eso desincentivar¨¢ el almacenaje en el mar a medida que se vaya abriendo hueco ¡ªalgo que justo ahora empieza a producirse, seg¨²n Bloomberg¡ª en los dep¨®sitos terrestres, construidos exprofeso para esta actividad.
Pero hasta entonces, al negocio a¨²n le quedan d¨ªas de vino y rosas. Las tarifas diarias por guardar crudo han llegado a rondar los 250.000 d¨®lares en el caso de las de gran tama?o, m¨¢s de veinte veces m¨¢s que en otros a?os, y esa atractiva retribuci¨®n ha hecho que en torno al 13% de los m¨¢s de mil petroleros que operan en todo el mundo est¨¦n dedicados hoy al almacenaje cuando lo normal es que solo se emplee un 2% o 3% de la flota a esas labores. Seg¨²n una reciente encuesta de Bloomberg, el incremento de las tarifas podr¨ªa ser de hasta el 73% en casi todos los tipos de barcos ante las ¡°opciones limitadas¡± de almacenaje en tierra. Pero ese crecimiento fulgurante, inimaginable a principios de a?o, inevitablemente ir¨¢ decayendo con el paso de los meses. ¡°Las comparaciones empezar¨¢n a ser m¨¢s dif¨ªciles en el cuarto trimestre¡±, apuntan Lee Klaskow y Adam Roszkowski, analistas de la firma estadounidense.
Las buenas nuevas para las tanqueras llegan cuando m¨¢s lo necesitaban: el incremento de la producci¨®n de crudo fracking, que ha llevado a EE UU ¡ªprimer consumidor global de petr¨®leo¡ª a ser tambi¨¦n el primer productor, ha acercado el producto al primer mercado mundial. Y eso ha provocado un descenso en la demanda de este tipo de servicios de flete: de Texas a Nueva York o a California el crudo no va en barco sino en tren. Adem¨¢s, las armadoras, como el resto de actores de la industria, se enfrentan a un futuro nada halag¨¹e?o dado el r¨¢pido cambio en la matriz energ¨¦tica que se espera: aviones cada vez m¨¢s eficientes y un parque automovil¨ªstico cada vez m¨¢s electrificado asestar¨¢n una potente dentellada al consumo en las dos pr¨®ximas d¨¦cadas, con efectos de segunda ronda muy nocivos para quienes viven de transportarlo. El reciente movimiento de varios gigantes petroleros, que van abandonando poco a poco su actividad principal para entrar en el promisorio negocio de las renovables, es muy significativo.
Incluso los objetivos de reducci¨®n de emisiones pactados para 2030 y 2050 como ¨²nica v¨ªa posible de mitigaci¨®n del cambio clim¨¢tico, tienen su env¨¦s: la falta de certidumbres sobre cu¨¢l ser¨¢ la tecnolog¨ªa limpia que finalmente se imponga para impulsar los barcos ha provocado un recorte en los pedidos de nuevos buques petroleros, algo que puede favorecer a las compa?¨ªas de transporte. Sin muchas entregas en el horizonte, los barcos de m¨¢s edad ¡ªy, tambi¨¦n, m¨¢s contaminantes¡ª ir¨¢n al desguace una vez acabada su vida ¨²til, de unos 20 a?os, lo que reducir¨¢ la oferta global de fletes y posibilitar¨¢ un aumento de las tarifas diarias para empezar un nuevo ciclo de bonanza. En esa direcci¨®n apuntan todos los modelos, aunque habr¨¢ que esperar: Joakim Hannisdahl, experto de Cleaves Securities, no espera que suceda hasta 2023. Se abre, por tanto, la posibilidad de una traves¨ªa del desierto en la que los ganadores a corto plazo pasar¨ªan a ser perdedores a medio y, quiz¨¢, nuevamente ganadores a largo.
La demanda vuelve poco a poco a la vida
¡°El mercado est¨¢ regresando al equilibrio antes de lo previsto¡±, deslizan los t¨¦cnicos de la firma especializada Cleaves Securities en un reciente informe. El documento pinta una segunda parte del a?o complicada para el sector por la ca¨ªda de la demanda de transporte de crudo y porque con las reservas llenas, se tardar¨¢ tiempo hasta gastar ese inventario y formular nuevos pedidos. ¡°Lo ¨²nico que puede salvarles del peor ciclo bajista en d¨¦cadas es que el n¨²mero de barcos en construcci¨®n est¨¢ en su nivel m¨¢s bajo desde 1996¡±, a?ade. De nuevo, producto de unas din¨¢micas de largo plazo nada favorables: la industria m¨¢s contaminante del mundo est¨¢ en claro retroceso. Seguir¨¢ dando coletazos, pero las din¨¢micas de fondo son muy claras. El futuro est¨¢ en las renovables y, en menor medida, en el gas. No en el carb¨®n ni en el petr¨®leo.
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