Los peajes en Europa: de la gratuidad alemana al pago forzoso en Portugal
Los socios comunitarios eligen f¨®rmulas diferentes para financiar el uso de autopistas, autov¨ªas y carreteras
Un conductor que efectuara un largo viaje por Europa descubrir¨ªa que por muchas leyes comunes que compartan los Veintisiete, la gesti¨®n de las carreteras sigue siendo una cuesti¨®n profundamente nacional. Podr¨ªa atravesar las autopistas alemanas sin rascarse el bolsillo, y toparse con solo dos peajes en Holanda y uno en B¨¦lgica, pero al llegar a las autopistas de los pa¨ªses m¨¢s al sur, como Francia, Italia, Espa?a y Portugal, no tardar¨ªa en darse cuenta de que los pagos son mucho m¨¢s comunes. El debate sobre el cobro vuelve de forma recurrente en el continente, generando una fuerte controversia.
Alemania: solo pagan los camiones
En Alemania no hay peajes, salvo para veh¨ªculos pesados. Coches y motos no pagan nada por circular por la red de autopistas ni por las carreteras generales del pa¨ªs, aunque ha habido intentos de establecer pagos por uso que hasta ahora no han salido adelante. El m¨¢s pol¨¦mico lo tumb¨® por discriminatorio el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea (TJUE) en 2019. Berl¨ªn intent¨® poner en marcha un peaje que en la pr¨¢ctica solo afectaba a los extranjeros que circularan por las autopistas del pa¨ªs. Se le cobrar¨ªa a todo el mundo, con un sistema de vi?eta como el que existe en Austria, pero posteriormente a los alemanes se les deducir¨ªa el importe en el impuesto de circulaci¨®n anual. La medida, tildada de populista por sus detractores, era una exigencia del partido b¨¢varo hermano de los conservadores, la CSU, que pretend¨ªa que los veh¨ªculos con matr¨ªcula extranjera que circulan por Alemania contribuyeran al mantenimiento de las carreteras.
El resto de los socios del Ejecutivo de Angela Merkel (CDU y SPD) no estaban de acuerdo. Austria, donde viven miles de trabajadores transfronterizos, denunci¨® a Alemania ante el TJUE, que declar¨® la medida ilegal. Cada cierto tiempo cobra protagonismo el debate sobre los peajes y la contribuci¨®n a los costes de la infraestructura, pero por ahora, y desde 2005, solo los camiones pagan por usar las autopistas (y desde 2018, tambi¨¦n las carreteras generales). El precio depende de la longitud del tramo sujeto a peaje, el peso y n¨²mero de ejes y las emisiones.
Un tema delicado en la Francia de los chalecos amarillos
Francia no tiene peajes en las carreteras nacionales o locales. S¨ª los tiene en las autopistas. De los cerca de 12.000 kil¨®metros de autopistas, 9.184 kil¨®metros est¨¢n, por un periodo determinado, en manos de concesionarias privadas que cobran peaje.
Seg¨²n el C¨®digo de las v¨ªas de transporte, el peaje sirve para ¡°garantizar la cobertura total o parcial de los gastos de toda naturaleza ligados a la construcci¨®n, la explotaci¨®n, el mantenimiento y la mejora o extensi¨®n de la infraestructura¡±, adem¨¢s de la ¡°remuneraci¨®n y la amortizaci¨®n de los capitales invertidos por la concesionaria¡±.
Un decreto de agosto de 2020 llev¨® a pol¨ªticos de la oposici¨®n a denunciar que el Gobierno planeaba imponer peajes en las carreteras. ¡°Las carreteras nacionales no ser¨¢n de pago¡±, terci¨® el ministro de Transportes, Jean-Baptiste Djebbari, para atajar la pol¨¦mica, pol¨ªticamente explosiva en el pa¨ªs de los chalecos amarillos, cuya revuelta empez¨® como una protesta de automovilistas contra el aumento de los precios del carburante y el coste de los desplazamientos por carretera.
El decreto, en realidad, establec¨ªa que ¡°podr¨ªan clasificarse en la categor¨ªa de autopistas¡± algunos kil¨®metros de carretera. La condici¨®n era que estos tramos conectasen con autopistas en zonas ¡°con impedimentos topogr¨¢ficos¡±, donde el mantenimiento resultase ¡°anormalmente costoso¡± para el Estado. Las concesionarias asumir¨ªan la gesti¨®n, pero sin cobrar peaje. A cambio, seg¨²n Le Monde, las empresas privadas podr¨ªan alargar la duraci¨®n de sus concesiones.
La troika impuso el pago en las autov¨ªas de Portugal en 2010
En Portugal pr¨¢cticamente todas las v¨ªas de alta capacidad son de pago desde hace una d¨¦cada por imposici¨®n de la troika (Comisi¨®n Europea, BCE, FMI). En 2010 se establecieron peajes en las autov¨ªas gratuitas que, a diferencia de las espa?olas, hab¨ªan sido construidas y gestionadas por empresas privadas a las que el Estado luso abonaba un canon. La controversia y el malestar por el golpe que supuso la medida para el bolsillo de empresas y trabajadores a¨²n perviven. Hace solo unos meses la oposici¨®n logr¨® sacar adelante en el Parlamento una rebaja del 50% en los precios, en contra del criterio del Gobierno socialista.
Lu¨ªs Garra, representante de la plataforma que la patronal y los sindicatos han creado en los distritos de Guarda y Castelo Branco para reclamar la vuelta a la gratuidad de sus autov¨ªas, asegura que ¡°los datos del propio Ministerio de Finanzas dicen que los ayuntamientos atravesados por las v¨ªas en las que se impusieron peajes han sufrido m¨¢s quiebras de empresas, m¨¢s aumento del paro y m¨¢s despoblaci¨®n¡±. Las consecuencias negativas, a?ade, se extienden a las carreteras convencionales que usan los conductores que no quieren o no pueden pagar, donde ¡°la siniestralidad y los gastos de mantenimiento han crecido¡±.
La implantaci¨®n del peaje arranc¨® con problemas t¨¦cnicos que castigaron a las ¨¢reas fronterizas con Espa?a. Se instalaron arcos de cobro autom¨¢tico equipados con c¨¢maras que leen la matr¨ªcula y cargan el cobro a una cuenta bancaria asociada al veh¨ªculo, para lo cual el conductor necesita vincular antes la tarjeta de cr¨¦dito a la matr¨ªcula. Pueden hacerlo online o sin tener que salir del coche: introducen la tarjeta bancaria en un terminal de pago colocado al inicio de algunas autopistas y el sistema asocia autom¨¢ticamente la matr¨ªcula del veh¨ªculo a la tarjeta bancaria.
Al comenzar a aplicarse este sistema (que convive con el cobro manual tradicional), el tr¨¢fico de veh¨ªculos extranjeros por estas v¨ªas se desplom¨® por los problemas con el m¨¦todo de pago, arrastrando consigo al turismo y el comercio. Aunque la accesibilidad del pago para los automovilistas for¨¢neos acab¨® solvent¨¢ndose, Xo¨¢n V¨¢zquez Mao, secretario general del Eixo Atl¨¢ntico, la entidad que agrupa a los ayuntamientos de la Eurorregi¨®n Galicia-Norte de Portugal, cree que el impacto de los peajes ¡°sigue siendo muy negativo¡±. ¡°Es un coste que minora los beneficios y la competitividad. Perjudica a los trabajadores transfronterizos, al transporte y al comercio¡±, esgrime.
Gratis para coches y motos en B¨¦lgica
B¨¦lgica puso en marcha hace cinco a?os un sistema impositivo por kil¨®metro para los veh¨ªculos de transporte de mercanc¨ªas autorizados a portar m¨¢s de 3,5 toneladas. Estos camiones deben llevar un aparato inteligente ¡ªllamado On board unit (unidad a bordo)¡ª que calcula el peaje que deben abonar en funci¨®n del n¨²mero de kil¨®metros recorrido (controlado a trav¨¦s de una se?al de sat¨¦lite) y el tipo de ruta y de veh¨ªculo. El impuesto, no obstante, depende tambi¨¦n de las disposiciones adoptadas en Valonia, Flandes y Bruselas. Las infracciones por no llevar ese dispositivo alcanzan los 1.000 euros. Al margen de ese impuesto, la red de autov¨ªas belga es gratuita para motocicletas y turismos. Los coches solo deben abonar algo al paso por un t¨²nel al oeste de Amberes, cuya traves¨ªa tiene un coste de seis euros. El resto de los impuestos tiene que ver con el medio ambiente. Varias ciudades, como Bruselas o Amberes, se han configurado como zonas de bajas emisiones, en las que los veh¨ªculos que no cumplen con los est¨¢ndares fijados deben pagar 35 euros al d¨ªa ¡ªun m¨¢ximo de ocho jornadas¡ª si quieren acceder a la ciudad.
Dos peajes en Holanda
Los peajes municipales eran frecuentes en las carreteras de Pa¨ªses Bajos hasta el siglo XX para sufragar la construcci¨®n o mantenimiento de v¨ªas que no eran financiadas por completo con fondos p¨²blicos. El cobro se aplicaba a veh¨ªculos, y a veces tambi¨¦n a peatones o por el traslado de ganado. Abolidos en los a?os cincuenta, el pago ¨Dahora a escala nacional¨D se mantiene en un t¨²nel y en un tramo de autopista. Situados, respectivamente, en la provincia de Zelanda y en el ¨¢rea de R¨®terdam, en ambos casos se trata de una medida temporal. El t¨²nel (Westerscheldetunnel) tiene 6,6 kil¨®metros de longitud y el peaje expira en 2033. La suma a pagar por el viajero asciende a 5 euros para los coches y 7,45 euros para los camiones.
El de la autopista (Blankenburgtunnel) finalizar¨¢ dentro de 25 a?os, y cuesta 1,18 euros para los coches y 7 euros para los camiones. Hay 38 autopistas en el pa¨ªs, y seg¨²n portavoces del ministerio de Infraestructura y Gesti¨®n de Agua, la ausencia de peajes se debe al uso dado a los impuestos por la propiedad y disfrute de un veh¨ªculo. ¡°La tasa por la gasolina es recaudada por el Gobierno central, mientras que el canon pagado en funci¨®n del peso del auto llega a las autoridades provinciales. Dichas sumas revierten luego en el mantenimiento de la red vial¡±, explican por tel¨¦fono.
Casi todo de pago en Italia
Italia tiene un sistema de autopistas construido a partir de mediados de los a?os 60 y que hoy tiene una extensi¨®n de unos 7.000 kil¨®metros. Todos los tramos son de pago, excepto una parte de los que discurren por el sur. Reggio Calabria y Salerno tienen como concesionaria Anas, una empresa p¨²blica que no cobra a los usuarios. El resto de tramos est¨¢n gestionados por empresas privadas.
La ca¨ªda del puente Morandi en G¨¦nova en agosto de 2018, gestionado por Atlantia, abri¨® un profundo debate en Italia sobre su red de autopistas y la relaci¨®n entre el precio que pagan los usuarios y el mantenimiento que reciben. De hecho, tras el accidente, los precios pasaron a estar controlados por la Autoridad de Regulaci¨®n del Transporte, como recuerda el experto en infraestructuras del transporte, Andrea Giuricin. ¡°Ha cambiado mucho. Y es justo tener a un regulador de este tipo en estos monopolios naturales. El nivel es bueno, hay infraestructuras. Los precios no son tan elevados como en otros pa¨ªses, pero es un sistema muy distinto a Alemania o Espa?a. Se parece m¨¢s a Francia¡±, apunta.
Con informaci¨®n de Elena G. Sevillano (Berl¨ªn), Marc Bassets (Par¨ªs), Daniel Verd¨² (Roma), Isabel Ferrer (PA?SES BAJOS), Sonia Vizoso (A CORU?A)
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