El arranque del fondo de recuperaci¨®n abre una nueva era fiscal en Europa a rebufo del acuerdo del G-7
La UE inicia este mes la mayor emisi¨®n de deuda conjunta de toda su historia, un hito que puede desencadenar un proceso de integraci¨®n y armonizaci¨®n de impuestos sin precedentes
Junio de 2021 figurar¨¢ en los anales de la UE como uno de los momentos cruciales para la historia presupuestaria y fiscal del club comunitario. Bruselas espera realizar este mes la primera emisi¨®n de deuda conjunta para financiar el fondo de recuperaci¨®n, un paso que marca un antes y un despu¨¦s en el dise?o y ejecuci¨®n del presupuesto com¨²n. La UE tambi¨¦n ha puesto en marcha este mes la primera fiscal¨ªa europea, encargada de perseguir los delitos contra los intereses financieros del club. Y el Parlamento Europeo ultima la aprobaci¨®n de una directiva que obligar¨¢ a las grandes empresas a detallar su factura fiscal pa¨ªs por pa¨ªs, un ejercicio de transparencia con el que se espera cerrar los agujeros legales por los que se escapan decenas de millones de euros en impuestos. Los expertos discrepan sobre las consecuencias a largo plazo de todos estos cambios. Pero coinciden en que Europa se est¨¢ adentrando en una nueva era fiscal.
La Uni¨®n Europea se adentra en esa nueva etapa a rebufo de la puesta en marcha del fondo de recuperaci¨®n y del impulso de EE UU y del G-7 a favor de un impuesto de sociedades que acabe con los para¨ªsos fiscales. Las expectativas ante la revoluci¨®n en marcha son enormes en todas las capitales, tanto en las partidarias de aprovechar el fondo de recuperaci¨®n para crear un instrumento de reequilibrio fiscal permanente como en las que temen ese tremendo salto y pugnan por evitarlo. El acuerdo del G-7 para proponer a nivel global una tasa como m¨ªnimo del 15% en el impuesto de sociedades tambi¨¦n levanta inquietud en los socios de la UE con una fiscalidad m¨¢s baja.
El departamento de Paschal Donohoe, ministro de Finanzas irland¨¦s y presidente del Eurogrupo, parece consciente de la batalla en ciernes y el jueves pasado publicaba un estudio independiente sobre el futuro de la econom¨ªa europea y de la zona euro despu¨¦s de la covid-19. El informe, que no refleja la posici¨®n de su gobierno ni del Eurogrupo, concluye que las medidas sin precedentes adoptadas para paliar la crisis de la pandemia ¡°marcar¨¢n el futuro de la integraci¨®n europea durante a?os¡±.
Federico Fabbrini, profesor de derecho europeo en la Dublin City University y autor del informe encargado por Donohoe, se muestra convencido de que ¡°el fondo de recuperaci¨®n NGEU [Next Generation EU] constituye un cambio de paradigma para la Uni¨®n Monetaria europea porque sienta las bases para una aut¨¦ntica capacidad fiscal europea¡±. Fabbrini cree que aunque el fondo se ha dise?ado con un car¨¢cter temporal ¡°habr¨¢ una gran presi¨®n para mantenerlo m¨¢s all¨¢ de la pandemia¡±.
Desde este mes de junio y hasta finales de 2026, la Comisi¨®n Europea va a emitir deuda por valor de unos 150.000 millones de euros al a?o para financiar el fondo. Bruselas ya ha seleccionado una primera tanda de 39 bancos (Santander y BBVA entre ellos) para facilitar las subastas de bonos y buscar una red de inversores lo m¨¢s amplia posible. Este mismo martes, la Comisi¨®n organiza una teleconferencia con potenciales inversores para presentar las futuras emisiones y hacer valer sus credenciales crediticias (triple A con la agencia de calificaci¨®n Fitch; Aaa con Moody¡¯s, y AA con Standard&Poor¡¯s).
La incursi¨®n sin precedentes de la Comisi¨®n en los mercados financieros generar¨¢ una inmensa bolsa de deuda compartida por los 27 Estados miembros de la UE, que dispondr¨¢n de plazo hasta 2058 para amortizarla. Guntram Wolf, director del instituto de estudios Bruegel en Bruselas, considera que el nuevo fondo ¡°supone un gran paso para la Uni¨®n porque sienta un precedente¡±. Pero Wolf advierte que es ¡°un instrumento puntual, creado solo para esta crisis, tanto en t¨¦rminos legales como pol¨ªticos¡±. Eulalia Rubio, investigadora s¨¦nior del centro de estudios Jacques Delors en Par¨ªs, se?ala que ¡°marcar¨¢ un antes y un despu¨¦s, pero todav¨ªa no se puede decir si ser¨¢ el embri¨®n o no de un futuro Tesoro europeo¡±.
El director de Bruegel recuerda que su base legal es el art¨ªculo 122 del Tratado de la Uni¨®n, que permite la ayuda financiera de la UE en caso de ¡°cat¨¢strofes naturales o acontecimientos excepcionales¡±. Wolf cree que desde el punto de vista pol¨ªtico el fondo tambi¨¦n es flor de un d¨ªa, porque la resistencia de los socios contrarios a su creaci¨®n solo se pudo superar ¡°porque est¨¢bamos ante la mayor recesi¨®n de los ¨²ltimos 100 a?os¡±. Una vez que se supere la crisis, la posibilidad de que los 27 acepten por unanimidad ampliar o prolongar las ayudas se reduce considerablemente.
Los analistas coinciden, sin embargo, en que el instrumento marcar¨¢ la pauta para la intervenci¨®n de la UE en futuras crisis. ¡°Si se convierte en una experiencia positiva, que contribuya a reformar, modernizar y revitalizar las econom¨ªas de los socios europeos, en el futuro la clase pol¨ªtica recuperar¨¢ esta herramienta si se produce otro shock econ¨®mico¡±, pronostica Guntram Wolf. El director de Bruegel considera que ese instrumento anticrisis es m¨¢s conveniente que una transferencia permanente de recursos, ¡°que no ser¨ªa viable ni deseable, ni desde el punto de vista pol¨ªtico ni del econ¨®mico¡±.
Rubio a?ade que si tiene ¨¦xito ¡°las repercusiones se dejar¨¢n sentir tambi¨¦n en los fondos estructurales, cuya gesti¨®n evolucionar¨¢ hacia el modelo del Next Generation EU, basado en el incentivo a reformas e inversiones¡±. La investigadora del Jacques Delors tambi¨¦n augura que la amortizaci¨®n del fondo reabrir¨¢ el debate sobre la fiscalidad de las empresas, ya puesto sobre la mesa a nivel internacional por la administraci¨®n estadounidense de Joe Biden con una propuesta de una tasa m¨ªnima del 15% en el impuesto de sociedades que fue avalada el pasado s¨¢bado por los ministros de finanzas del G-7.
En principio, los 27 gobiernos se han comprometido a crear nuevos impuestos para amortizar el fondo y evitar as¨ª que el plan de recuperaci¨®n provoque una merma de los presupuestos comunitarios. Desde enero de este a?o ya se aplica una tasa que obligar¨¢ a cada Estado a contribuir a las arcas europeas a raz¨®n de 0,80 euros por kilogramo de residuos pl¨¢sticos no reciclado. En cuesti¨®n de d¨ªas o de semanas, la Comisi¨®n tambi¨¦n va a presentar un proyecto de tasa a las importaciones de acero, aluminio, cemento o electricidad procedente de pa¨ªses donde la producci¨®n genera un exceso de emisiones de CO?. Y en 2024 se podr¨ªa introducir un impuesto para el sector financiero.
Rubio pronostica que esas tasas, incluso si se aprobaran todas, no generar¨¢n recursos suficientes para el tama?o de la deuda que dejar¨¢ el fondo. ¡°Se tendr¨¢ que plantear el debate sobre el impuesto de sociedades, que es donde est¨¢ el dinero, y probablemente habr¨¢ que avanzar en la armonizaci¨®n y en el combate contra la competencia desleal¡±, se?ala la investigadora.
Bruselas ya est¨¢ dando un primer paso con el acuerdo alcanzado la semana pasada entre el Consejo y el Parlamento para una directiva que obligar¨¢ a las grandes empresas que operan en el mercado ¨²nico, sean europeas o no, a detallar su facturaci¨®n y factura fiscal en cada pa¨ªs de la Uni¨®n, as¨ª como sus cuentas en las jurisdicciones calificadas como ¡°no cooperadoras¡±, es decir, los para¨ªsos fiscales.
Pero los cambios futuros podr¨ªan ser de tal calado que el informe de Federico Fabbrini augura que ¡°el respaldo de los nuevos poderes fiscales de la UE requerir¨¢ ajustes constitucionales adecuados¡±. En juego, avisa el profesor de Dubl¨ªn, estar¨¢ la legitimidad democr¨¢tica una nueva arquitectura de la zona euro que empieza a incluir decisiones sobre deuda e impuestos. Fabbrini cree que la reci¨¦n inaugurada Conferencia sobre el futuro de Europa ofrece el marco para iniciar unas deliberaciones que podr¨ªan desembocar en una profunda reforma del Tratado europeo.
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