Atlas de perdedores y ganadores del gran pulso energ¨¦tico
La coyuntura alcista ofrece un alivio puntual a exportadores para los que la transici¨®n ecol¨®gica es un desaf¨ªo existencial
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La energ¨ªa es un factor insoslayable en los equilibrios de poder internacionales desde la revoluci¨®n industrial. La actual escalada de precios representa la en¨¦sima sacudida en un sector agitado recientemente por una fuerte volatilidad coyuntural (primero la depresi¨®n de la demanda por la pandemia, ahora un acentuado calentamiento del mercado determinado por m¨²ltiples factores); y por una profunda transformaci¨®n estructural (la transici¨®n ecol¨®gica). El cuadro actual representa un significativo beneficio para grandes productores y exportadores, como Rusia, y un momento de seria dificultad para importadores como China o la Uni¨®n Europea.
M¨¢s complejo es el an¨¢lisis del impacto de la transformaci¨®n estructural del sector espoleada por el calentamiento global. Hay inc¨®gnitas que ser¨¢n relevantes para trazar el balance ¡ªvelocidad del cambio, capacidad de reacci¨®n de los actores, etc¨¦tera¡ª. Pero quedan claros grandes rasgos: el impacto ser¨¢ trascendental, modificando las relaciones internacionales; pondr¨¢ en dificultad a los exportadores de combustibles f¨®siles y otorgar¨¢ mayor autonom¨ªa a otros pa¨ªses ahora muy dependientes; colocar¨¢ el acento en la tecnolog¨ªa m¨¢s que en los recursos primarios; en mercados regionales (de energ¨ªa el¨¦ctrica) m¨¢s que en globales (de petr¨®leo o de gas natural licuado, GNL). Como se?ala Isidoro Tapia, experto en la materia, en un ensayo incluido en la publicaci¨®n Energ¨ªa y Geoestrategia 2020, (Ministerio de Defensa de Espa?a, Instituto Espa?ol de Estudios Estrat¨¦gicos), los desaf¨ªos se transformar¨¢n, pero no necesariamente se simplificar¨¢n. Habr¨¢ menos dependencia de hidrocarburos, pero m¨¢s de otros materiales necesarios para las nuevas tecnolog¨ªas; y menos exposici¨®n a problemas en puntos de paso sensibles del transporte mar¨ªtimo, pero m¨¢s vulnerabilidad en las redes el¨¦ctricas, por ejemplo v¨ªa ciberataques.
A continuaci¨®n, una radiograf¨ªa sint¨¦tica de c¨®mo algunas grandes potencias afrontan tanto el reto coyuntural como el estructural:
Rusia. Como primer exportador mundial de gas y segundo de petr¨®leo, Mosc¨² es posiblemente el mayor beneficiario de la actual escalada. El incremento de ingresos es puro ox¨ªgeno para un Vlad¨ªmir Putin que no atraviesa precisamente su momento de mayor popularidad. Algunos actores sospechan que Rusia est¨¢ evitando aumentar sus suministros de gas a Europa como elemento de presi¨®n para obtener una r¨¢pida autorizaci¨®n para la puesta en marcha del nuevo gasoducto NordStream 2, ya completado, que la conecta con Alemania puenteando los pa¨ªses del Este. La Agencia Internacional para la Energ¨ªa ha exhortado a Rusia a suministrar m¨¢s, y el Gobierno de EE UU ha hecho referencias indirectas a la cuesti¨®n. Pero no es evidente que Gazprom est¨¦ voluntariamente evitando incrementar los env¨ªos.
Mike Fulwood, experto del Instituto de Oxford para Estudios sobre la Energ¨ªa, se?ala por videoconferncia que ¡°la producci¨®n rusa est¨¢ en niveles r¨¦cord: ha crecido un 12% respecto a 2020 ¡ªun a?o marcado de principio a fin por la pandemia¡ª y un 6% m¨¢s que en 2019. En cambio, las exportaciones, pese a haber aumentado con respecto a 2020, est¨¢n debajo de las cifras de dos a?os atr¨¢s. Hay que tener en cuenta que Rusia tuvo un invierno muy fr¨ªo y est¨¢n rellenando sus dep¨®sitos¡±, agrega. Fulwood se?ala que las v¨ªas de suministro Nord Stream 1 (hacia Alemania) y Yamal (v¨ªa Bielorrusia) se han mantenido hasta ahora en niveles id¨¦nticos a los de 2019. Sin embargo, Rusia ha reservado derechos de tr¨¢nsito de solo un tercio de la capacidad disponible en la v¨ªa Yamal para el mes de octubre. En cambio, la v¨ªa que atraviesa Ucrania ya ha registrado una contracci¨®n en lo que va de a?o, y la perspectiva es todav¨ªa peor. El viernes se ha activado un acuerdo de suministro de gas a Hungr¨ªa que puentea a Ucrania, que ha pedido a EEUU y Alemania sanciones al Kremlin. El deseo de Mosc¨² de reducir derechos de paso y debilitar a Kiev es evidente en el contexto geopol¨ªtico de la anexi¨®n de Crimea y la ocupaci¨®n del Donb¨¢s. Por otra parte, desde hace a?os, Rusia intenta amarrar con China la construcci¨®n de un segundo gasoducto que se sume al ya existente entre ambos pa¨ªses. Probablemente espera que las turbulencias actuales puedan animar a Pek¨ªn a atarse a un nuevo contrato en ese sentido.
Los beneficios de la actual coyuntura son sustanciales para el Kremlin, pero el reto de largo plazo sigue siendo descomunal. Las rentas del crudo y del gas supon¨ªan en 2019 el 12% del PIB del pa¨ªs euroasi¨¢tico. Es el pilar fundamental de la econom¨ªa rusa y un progresivo deterioro de la demanda internacional representa un desaf¨ªo trascendental, considerando que su econom¨ªa no da s¨ªntomas vigorosos de diversificaci¨®n. Precisamente este viernes el presidente Putin ha dado mandato al Gobierno de reconsiderar los criterios de administraci¨®n del fondo soberano que sirve como colch¨®n para crisis. Seg¨²n las reglas actuales, el Ejecutivo puede utilizar el excedente que supera el umbral del 7% del PIB. Putin ha sugerido que se eleve el umbral al 10%, precisamente en previsi¨®n de un futuro colapso de ingresos de exportaciones petroleras y gas¨ªsticas. El ministerio de Finanzas ha alertado recientemente de que en el plazo de tan solo una d¨¦cada el impacto de esa ca¨ªda sobre las cuentas rusas ser¨¢ muy duro.
La urgencia rusa se ha trasladado, tambi¨¦n, al seno de la OPEP+ (el ente que agrupa a los principales exportadores del mundo), en el que ha abogado repetidamente por levantar m¨¢s r¨¢pido las limitaciones artificiales que los socios llevan a?os aplicando sobre la producci¨®n de crudo para mantener los precios altos. Mosc¨² mantuvo con Riad una brutal guerra de precios en los primeros compases del colapso pand¨¦mico. En las actuales circunstancias, su posici¨®n adquiere un sentido y una relevancia mayor.
China. El gigante asi¨¢tico, gran importador de gas y crudo, es uno de los principales protagonistas de la convulsa coyuntura energ¨¦tica. Su hambre de GNL es uno de los factores que ha tensionado el mercado. Seg¨²n Fulwood, en los primeros ocho meses del a?o ha comprado un 30% m¨¢s que en 2019, tanto por un deseo de reducir en lo posible su dependencia del carb¨®n como por el fuerte impulso de recuperaci¨®n de la econom¨ªa. Al recibir limitadas cantidades de suministro por gasoducto (Turkmenist¨¢n destaca como proveedor), Pek¨ªn es muy activa en el mercado GNL, donde empresas australianas y estadounidenses figuran como principales socios (curiosamente, dos de los tres pa¨ªses ¡ªjunto al Reino Unido¡ª de la flamante alianza Aukus en el Pac¨ªfico). Pese al aumento de las importaciones, China est¨¢ entre los grandes damnificados por la coyuntura actual. Sufre deficiencias de suministro el¨¦ctrico que est¨¢n provocando apagones inusitados y Goldman Sachs ha rebajado cuatro d¨¦cimas su previsi¨®n de crecimiento para este a?o (del 8,2% al 7,8%).
Las tribulaciones de la actualidad no impiden que Pek¨ªn disponga de importantes activos para el futuro. Pek¨ªn se sit¨²a en una posici¨®n de liderazgo de tecnolog¨ªas renovables el¨¦ctricas, tanto en t¨¦rminos de capacidad ya operativa como en investigaci¨®n, patentes y capacidad manufacturera.
Uni¨®n Europea. Los Veintisiete son otro de los perdedores de la situaci¨®n actual en su condici¨®n de grandes importadores de gas y crudo. El bloque est¨¢ teniendo dificultades para reponer las reservas de gas en niveles adecuados tras recurrir con intensidad a ellas en un invierno exigente como el pasado. La dependencia de Rusia, principal suministrador, es objeto de un viejo pulso entre europeos. Alemania ha optado por consolidar ese v¨ªnculo con el NordStream 2, pese a la vibrante oposici¨®n de los pa¨ªses del Este y de EE UU. La Comisi¨®n, que por lo general predica el verbo de la diversificaci¨®n, no quiso encararse con Berl¨ªn. La Administraci¨®n de Joe Biden, que asumi¨® el poder cuando el proyecto estaba ya muy avanzado, decidi¨® aflojar el pulso, en el marco de su deseo de reiniciar las relaciones con Europa y, en este caso, su principal potencia.
La sacudida en los precios de la electricidad es material especialmente inflamable en el panorama pol¨ªtico y social del continente. Varios gobiernos han actuado ya ¨Dentre ellos el espa?ol, el franc¨¦s y el italiano¨D con medidas nacionales para contener los efectos regresivos de la crisis, que impacta con especial intensidad en los hogares m¨¢s vulnerables. Sobre la mesa est¨¢ el debate del papel que las instituciones comunitarias pueden jugar en el mercado de la energ¨ªa. La idea es interesante, pero el camino para llegar a soluciones reales est¨¢ repleto de serios obst¨¢culos. Fulwood se manifiesta esc¨¦ptico sobre la posibilidad de avanzar por ese camino.
En el medio y largo plazo, la UE mantiene su posici¨®n de potencia de vanguardia en el camino de la transici¨®n ecol¨®gica, con objetivos m¨¢s ambiciosos que sus pares, con una fuerte concienciaci¨®n social y un cuadro pol¨ªtico que asume con creciente determinaci¨®n la misi¨®n. La parte de los fondos de recuperaci¨®n vinculados a esta materia podr¨¢n dar un renovado impulso. Las grandes compa?¨ªas petroleras muestran, bajo presi¨®n social, una creciente sensibilidad verde, que habr¨¢ que comprobar, pero que, de entrada, seg¨²n varios analistas, resulta m¨¢s intensa que la de sus hom¨®logas en EE UU. El reto, en sociedades que priman la cohesi¨®n social como las europeas, es dise?ar un camino que permita avanzar paliando de manera eficaz los efectos colaterales regresivos de la revoluci¨®n verde.
Estados Unidos. La principal potencia mundial es un caso sui generis. No sufre la coyuntura como China y es un destacado productor de crudo y de gas, del que exporta cantidades significativas. Esta situaci¨®n le resguarda en gran medida del tsunami de precios, aunque no del todo. Precisamente por su papel exportador de GNL, se?ala Fulwood, tiene una conexi¨®n con el mercado global que hace que el suyo no resulte del todo aislado. La crisis pand¨¦mica impact¨® en el sector, sacando del mercado a empresas que extra¨ªan gas de esquisto. Pese a la subida de precios, el sector parece permanecer prudente, de momento: a diferencia de en el pasado, esta vez las empresas productoras han optado por preservar su cuenta de resultados en lugar de lanzarse a bombear desaforadamente. Con todo, EE UU ha casi doblado su capacidad de exportaci¨®n de GNL, seg¨²n Fulwood, gracias a la mejora de infraestructuras ferroviarias cr¨ªticas.
En cuanto al crudo, a¨²n tiene una dependencia del resto del mundo, aunque ni mucho menos tan fuerte como la china o la europea: no obstante, el pa¨ªs norteamericano es el mayor productor global de petr¨®leo, a finales de 2015 levant¨® la prohibici¨®n de exportar que puso en marcha en la crisis de 1973 y hace dos a?os logr¨® el hito de convertirse en exportador neto, algo que no hab¨ªa conseguido en cuatro d¨¦cadas. Biden, consciente de la importancia de la gasolina para un pa¨ªs en el que las cuatro ruedas son casi un asunto de Estado, ha exhortado a los miembros de la OPEP+ a poner m¨¢s barriles en el mercado. El cartel ampliado, sin embargo, ha dise?ado una hoja de ruta de incremento muy tibia tras el colapso pand¨¦mico. La petici¨®n de Biden tiene un punto contradictorio con sus pol¨ªticas de orientaci¨®n verde y su decisi¨®n de no llevar a cabo el oleoducto Keystone XL, que habr¨ªa aumentado la capacidad de importar de Canad¨¢.
A medio y largo plazo, EE UU dispone de un potencial tecnol¨®gico que la har¨¢ muy competitiva. Est¨¢ por ver que en el futuro permanezca la determinaci¨®n pol¨ªtica del apoyo a la transici¨®n, a la vista de posiciones esc¨¦pticas, a veces retr¨®gradas, muy enquistadas en el Partido Republicano. De enorme impacto ser¨¢ la transici¨®n en el plano de las relaciones internacionales, donde la cuesti¨®n del aprovisionamiento estrat¨¦gico de hidrocarburos ha sido un factor de m¨¢xima relevancia, especialmente hasta la expansi¨®n de la producci¨®n nacional gracias a las nuevas tecnolog¨ªas. Los v¨ªnculos con ciertos pa¨ªses productores ¨Dv¨¦ase la estrecha alianza con Arabia Saud¨ª¨D tendr¨¢n cada vez menos sentido.
El mundo musulm¨¢n. El arco isl¨¢mico abarca un n¨²mero de importantes productores de gas y crudo ¡ªel mayor exportador del segundo sigue siendo Arabia Saud¨ª¡ª, que naturalmente cogen aliento en las circunstancias actuales. Destacan algunas cuestiones estrat¨¦gicas: un alivio generalizado para reg¨ªmenes autoritarios que dispondr¨¢n de ¨²tiles ingresos para consolidar sus posiciones; un Ir¨¢n todav¨ªa sometido a sanciones relacionadas al programa nuclear que sufre, por tanto, dificultades para aprovechar el tir¨®n del mercado, y la creciente tensi¨®n entre Argelia y Marruecos, que cuestiona la posibilidad de prolongar el uso del gasoducto que, desde el primer pa¨ªs y pasando por el segundo, suministra a Espa?a. El ministro de Exteriores, Jos¨¦ Manuel Albares, precisamente viaj¨® esta semana a Argel para garantizar ese abastecimiento. El acuerdo caduca a finales de mes. Hay una ruta alternativa directa hasta Espa?a, pero un eventual cierre de la otra provocar¨ªa una reducci¨®n de capacidad y no pueden descartarse complicaciones. De cara al futuro, muchos ¡ªespecialmente en la pen¨ªnsula Ar¨¢biga¡ª impulsan con intensidad estrategias de diversificaci¨®n para superar la inexorable ca¨ªda de ingresos. El tiempo dir¨¢.
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