Los bancos centrales avisan del peligro de estanflaci¨®n pero ven ¡°improbable¡± una crisis como la de los setenta
El BIS ve prioritario reencauzar los precios minimizando el impacto sobre la actividad econ¨®mica, aunque recuerda que los ¡°aterrizajes suaves¡± han sido muy dif¨ªciles en el pasado
Con los Gobiernos y las instituciones econ¨®micas de todo pelaje afan¨¢ndose en reducir la inflaci¨®n por todos los medios posibles, la estanflaci¨®n ha dejado de ser anatema. Tras la alerta emitida por el Banco Mundial hace solo dos semanas, este domingo es el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en ingl¨¦s) el que alerta ante uno de los procesos m¨¢s dolorosos a los que se puede enfrentar una econom¨ªa: una combinaci¨®n de aumento de precios y estancamiento. ¡°Hay riesgo de estanflaci¨®n: las persistentes interrupciones por la pandemia, la guerra en Ucrania, el fuerte encarecimiento de las materias primas y las vulnerabilidades financieras ensombrecen las perspectivas¡±, enfatiza en su ic¨®nico informe anual, que destila un cambio de tono radical respecto al optimismo contenido del verano pasado.
La buena noticia es que el coordinador de los bancos centrales ve lejana una crisis equiparable a la de los a?os setenta del siglo pasado, cuando la subida del petr¨®leo desat¨® una espiral inflacionista que se alarg¨® en el tiempo y acab¨® por tumbar la econom¨ªa: ¡°Es improbable, gracias a los marcos macroprudenciales, las mejoras en la pol¨ªtica monetaria y la menor dependencia energ¨¦tica¡±. La mala, que los desaf¨ªos son tan ¡°abrumadores¡± que obligan a ¡°actuar con prontitud y determinaci¨®n antes de que la inflaci¨®n se afiance¡±, en palabras del jefe del organismo con sede en Basilea, Agust¨ªn Carstens. ¡°De arraigar¡±, avisa el economista mexicano, ¡°los costes de reconducirla y controlarla ser¨ªan mayores. Las ventajas de salvaguardar la estabilidad para hogares y empresas superan a m¨¢s largo plazo cualquier coste en que se incurra a corto plazo¡±.
Hace poco m¨¢s de un a?o, cuando los precios empezaban a picar t¨ªmidamente al alza, la consigna general era clara: tras a?os aletargada, la inflaci¨®n, aunque sorprendente, ser¨ªa transitoria. Hoy, ese episodio pasajero se ha convertido en un animal diferente: incluso si, como todo parece apuntar, el escenario de pesadilla como el de los setenta acaba evit¨¢ndose , el grado de incertidumbre es enorme. ¡°La econom¨ªa mundial corre el peligro de entrar en una nueva era de alta inflaci¨®n¡±, expone el ente con sede en Basilea (Suiza).
Llegado este punto, la prioridad es evitar que el c¨ªrculo vicioso se retroalimente: que los aumentos en el coste de la vida no den lugar a aumentos desproporcionados de m¨¢rgenes y salarios ¡ªy que estos se difieran en el tiempo¡ª y viceversa: ¡°El sem¨¢foro est¨¢ en rojo: los sueldos ya est¨¢n siguiendo una trayectoria al alza en algunos pa¨ªses, y las reclamaciones de compensaci¨®n de p¨¦rdidas pasadas, indexaci¨®n [a los precios] y retorno a una negociaci¨®n centralizada han empezado a emerger. Igualmente, a las empresas les est¨¢ resultando sencillo subir los precios¡±, subraya Carstens. ¡°Las perspectivas son inciertas. Pero lo m¨¢s probable es que la inflaci¨®n supere los objetivos de la mayor¨ªa de las jurisdicciones durante alg¨²n tiempo. Para evitar el riesgo de un cambio de r¨¦gimen, los bancos centrales tienen que comunicar de manera clara su meta final: bajar la inflaci¨®n r¨¢pidamente al rango objetivo¡±.
De la pandemia a la crisis de precios
Tras la crisis financiera global, el mayor reto de los bancos centrales ¡ªy, muy particularmente, del BCE¡ª ha sido revivir la inflaci¨®n y devolverla al rango objetivo. Eso ha cambiado radicalmente con la pandemia. La mayor recesi¨®n mundial en casi un siglo ¡ªen 2020, producto de la covid-19¡ª dio paso en 2021 al mayor crecimiento en cinco d¨¦cadas. Y este, a su vez, dej¨® el testigo a un 2022 marcado por la invasi¨®n rusa de Ucrania ¡ªque el BIS califica como el acontecimiento geopol¨ªtico ¡°m¨¢s significativo¡± desde la ca¨ªda del tel¨®n de acero, hace 33 a?os¡ª y unos precios que no dan tregua: en tres de cada cuatro pa¨ªses analizados por el BIS, el IPC sube a un ritmo superior al 5% anual.
En buena medida, ese repentino repunte responde al brutal incremento en el coste de las materias primas por la guerra. Pero no solo: tanto la crisis sanitaria como la invasi¨®n rusa de Ucrania han alentado ¡°nuevos modelos de producci¨®n, una reorganizaci¨®n de las cadenas globales de valor¡± y hasta una cierta tendencia a la ¡°desglobalizaci¨®n¡±. Todas ellas son fuerzas inflacionarias en el medio y largo plazo. Los d¨¦ficits fiscales, especialmente significativos en los pa¨ªses ricos, tambi¨¦n reman esa direcci¨®n.
¡°La inflaci¨®n est¨¢ de vuelta, no como un amigo largamente buscado, sino como un enemigo amenazante¡±, apuntan los t¨¦cnicos del BIS, que reconocen que la realidad ha pulverizado todas sus previsiones, incluso las m¨¢s pesimistas, con un resultado ¡°claramente contractivo¡± para la econom¨ªa global. ¡°Es solo una demostraci¨®n de c¨®mo de r¨¢pido puede cambiar el mundo: tras muchos a?os intentando elevar los precios hasta el objetivo, ahora vuelven a encarar el familiar y doloroso reto de reducirla¡±, esboza el jefe de an¨¢lisis econ¨®mico y monetario del organismo, Claudio Borio.
Aterrizaje suave o aterrizaje brusco, he ah¨ª la cuesti¨®n. El primer escenario ser¨ªa, de largo, el m¨¢s deseable: las presiones inflacionarias aflojar¨ªan de manera ¡°espont¨¢nea¡±, a medida que se deshacen los cuellos de botella formados en diversos sectores en la salida de la pandemia y los precios de las materias primas ¡ªdisparados por la guerra en Ucrania¡ª caen. La necesidad de subir los tipos de inter¨¦s y replegar las compras de deuda ¡ªen los pa¨ªses o bloques en los que todav¨ªa est¨¢n en marcha¡ª ser¨ªa menor. Y, por tanto, el golpe sobre la sala de m¨¢quinas de la econom¨ªa real, ser¨ªan menores.
Sin embargo, en este nuevo ecosistema ¡ªdesconocido para varias generaciones¡ª tambi¨¦n hay razones para pensar en un escenario ¡°menos benigno¡±, en el que los precios no diesen tregua y obligasen a una reacci¨®n a¨²n m¨¢s contundente de los bancos centrales. ¡°Esto podr¨ªa desencadenar una recesi¨®n, un aumento del estr¨¦s financiero y un aterrizaje brusco estanflacionario¡±, apostillan los t¨¦cnicos del BIS. Evitarlo, zanjan, no ser¨¢ f¨¢cil: ¡°Fue complicado en el pasado y las condiciones actuales de partida lo convierten en todo un reto¡±. Ah¨ª s¨ª, los fantasmas de los setenta estar¨ªan al acecho.
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