Los municipios disparan sus ahorros hasta un r¨¦cord de 37.000 millones
Las r¨ªgidas normas de gasto provocan un nuevo m¨¢ximo de liquidez en las corporaciones locales, pese al golpe de la pandemia y a cerrar 2022 con su primer d¨¦ficit en una d¨¦cada
Tener dinero y no poder usarlo. Una paradoja que tiene atrapados a los municipios desde hace a?os y que se retroalimenta por s¨ª misma, porque menos gasto se traduce en m¨¢s ahorro. Los ¨²ltimos datos del Banco de Espa?a lo relatan con elocuencia. Las corporaciones locales ¡ªque incluyen a ayuntamientos, cabildos, consejos insulares y diputaciones forales o provinciales, entre otras¡ª atesoraban a cierre de 2022 m¨¢s de 37.300 millones de euros en efectivo y dep¨®sitos. Un r¨¦cord absoluto que supera en casi 9.000 millones la cifra prepandemia, cuando ya se hab¨ªa alcanzado un m¨¢ximo hist¨®rico. Los remanentes no han parado de crecer en los ¨²ltimos tres a?os pese al lastre econ¨®mico causado por la covid y la guerra en Ucrania, la suspensi¨®n de las reglas fiscales, el gasto p¨²blico disparado, la inflaci¨®n galopante y el primer d¨¦ficit contable de las entidades locales en una d¨¦cada.
La cifra es casi m¨¢s llamativa por el contexto que por el resultado en s¨ª mismo, porque la hucha de las corporaciones locales lleva 10 a?os engordando a tasas sostenidas. Los municipios fueron acumulando dinero a golpe de super¨¢vits desde 2012: cada ejercicio ingresaban m¨¢s de lo que gastaban, mientras que las comunidades aut¨®nomas ve¨ªan enquistarse sus n¨²meros rojos. La explicaci¨®n no hay que buscarla tanto en una gesti¨®n m¨¢s virtuosa de las cuentas, como en unas reglas presupuestarias estrictas y r¨ªgidas junto con unos recursos y desembolsos muy estables.
En 2012 entr¨® en vigor la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, que proh¨ªbe a las entidades municipales incurrir en d¨¦ficit y les impone una estricta regla de gasto, cuyo cumplimiento es revisado de manera severa por parte de la intervenci¨®n local. Adem¨¢s, prev¨¦ que el dinero de los super¨¢vits ¡ªel llamado remanente de tesorer¨ªa, que no coincide exactamente con los datos de dep¨®sitos y efectivo del Banco de Espa?a, pero refleja el colch¨®n disponible¡ª no se pueda gastar libremente en los en ejercicios siguientes, estableciendo limitaciones en cuanto a cantidades y destino (b¨¢sicamente, amortizar la deuda).
¡°Las corporaciones locales fueron acumulando super¨¢vits, pero no pod¨ªan usarlos¡±, resume Diego Mart¨ªnez L¨®pez, profesor de Econom¨ªa en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla e investigador de Fedea. ¡°No tiene sentido tener el dinero parado, menos a¨²n si supone un coste. Antes eran las comisiones y ahora se lo come la inflaci¨®n¡±.
A este apretado cors¨¦ se suman unos ingresos fiscales poco sensibles al ciclo econ¨®mico y muy estables, la mayor¨ªa de ellos vinculados a los bienes inmuebles. Dos tercios de la recaudaci¨®n de la hacienda local proceden del IBI, que tiene un comportamiento inel¨¢stico. El car¨¢cter de los gastos tambi¨¦n es estable ¡ªrecogida de basura, transporte¡ª y no presiona tanto al alza como las pol¨ªticas m¨¢s enfocadas al Estado de bienestar ¡ªsanidad, educaci¨®n y servicios sociales¡ª, que son competencia de las comunidades.
El resultado de estos condicionantes est¨¢ grabado en las estad¨ªsticas: de tener cuatro veces m¨¢s deuda que ahorros, ahora las entidades locales guardan en cuentas bancarias una cantidad superior en 14.000 millones a su pasivo. La situaci¨®n qued¨® invariada cuando en 2014 se les permiti¨® destinar una cantidad de su hucha a las llamadas inversiones financieramente sostenibles, siempre y cuando respetaran determinados requisitos. ¡°Miles de Ayuntamientos estaban entre la espada y la pared: no cumpl¨ªan con los requisitos, pero tampoco ten¨ªan deuda; o el coste financiero de amortizarla anticipadamente era muy alto¡±, explica Mart¨ªnez L¨®pez.
La siguiente flexibilizaci¨®n en el uso de los super¨¢vits lleg¨® con la pandemia. Hacienda suspendi¨® la Ley de Estabilidad y, tras una dura pelea con los alcaldes ¡ªque le vali¨® al Gobierno su primera derrota parlamentaria¡ª, relaj¨® el uso de los ahorros municipales. Ahora, con las reglas fiscales a¨²n suspendidas, los ayuntamientos deben aprobar sus cuentas en equilibrio, pero a lo largo del ejercicio pueden incorporar modificaciones presupuestarias respaldadas por sus remanentes. ¡°El problema es que son operaciones complicadas, muchas no se materializan porque no da tiempo¡±, asegura el economista. Es as¨ª que el ritmo de crecimiento de la hucha de los municipios se ha mantenido constante durante la crisis sanitaria: ¡°Es como si la pandemia no hubiera supuesto ning¨²n terremoto para las corporaciones locales¡±.
Competencias
Los dep¨®sitos bancarios de los municipios volvieron a crecer entre 2021 y 2022, como en los dos a?os anteriores, aunque el conjunto de las corporaciones locales registrara al cierre del a?o pasado su primer d¨¦ficit en una d¨¦cada, del 0,12% del PIB. El desfase se debe a los ajustes del sistema de financiaci¨®n (que se liquida a dos a?os y recoge el desequilibrio contable que provoc¨® la ca¨ªda del PIB en 2020), sin los cuales las corporaciones habr¨ªan registrado un ligero super¨¢vit. Los ayuntamientos han tenido que apuntarse en 2022 toda la liquidaci¨®n negativa correspondiente al a?o de la pandemia, que Hacienda les devolver¨¢ de forma escalonada en tres a?os.
Carmen L¨®pez Herrera, socia en el ¨¢rea de Finanzas P¨²blicas de la consultora Afi (Analistas Financieros Internacionales), explica que la incorporaci¨®n del remanente a las cuentas municipales genera inestabilidad presupuestaria. ¡°Entra como activo financiero, que no computa a efectos de d¨¦ficit, mientras que el gasto que se financia con ello sale como inversi¨®n. Algunos ayuntamientos no han incorporado remanentes por esta raz¨®n, pero los a?os buenos para gastarlos eran estos. Cuando vuelvan las reglas fiscales va a ser m¨¢s dif¨ªcil¡±, a?ade.
El desfase en las cuentas auton¨®micas, al contrario, es constante. ¡°No tiene sentido que haya sectores con un desajuste estructural y otras con super¨¢vit. Quiz¨¢s habr¨ªa que repensar y redistribuir las competencias o pensar en otras f¨®rmulas. Por ejemplo, las corporaciones locales podr¨ªan prestar el dinero a otras Administraciones a un tipo de inter¨¦s ventajoso¡±, sugiere Mart¨ªnez L¨®pez.
L¨®pez Herrera coincide en la revisi¨®n de las competencias. Las mismas corporaciones locales, a trav¨¦s de la Federaci¨®n Espa?ola de Municipios y Provincias, pidieron en 2020 tener m¨¢s responsabilidades y financiarlas con los ahorros acumulados. La economista tambi¨¦n propone que el uso de los remanentes no compute para el c¨¢lculo el d¨¦ficit, siempre y cuando su uso no dispare el gasto corriente y genere un agujero en las cuentas futuras. ¡°No dejan de ser ahorros generados por las mismas corporaciones en ejercicios anteriores¡±, subraya. Adem¨¢s, recuerda que, al margen del resultado global, hay mucha disparidad entre corporaciones. ¡°Muchas corporaciones locales que est¨¢n mal ahora tambi¨¦n lo estaban antes de la crisis¡±.
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