Shawn Fain, el electricista que ha convencido a Biden para unirse a los piquetes
El presidente de Estados Unidos acude este martes a Michigan para apoyar las reivindicaciones de la huelga contra General Motors, Ford y Stellantis
Michigan espera este martes al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que anunci¨® el viernes que se unir¨ªa a los piquetes en la hist¨®rica huelga contra los Tres Grandes del autom¨®vil de Detroit. Biden acude tras la invitaci¨®n p¨²blica del presidente de la United Auto Workers (UAW), Shawn Fain, un electricista con 29 a?os de sindicalismo a sus espaldas que est¨¢ revolucionando el manual de reivindicaciones de su organizaci¨®n. Fain, de 55 a?os, es el primer l¨ªder en los 88 a?os de historia del sindicato que ha sido elegido por votaci¨®n democr¨¢tica de sus miembros.
Hasta las elecciones de marzo pasado, que se resolvieron en una segunda vuelta por menos de 500 votos entre los cerca de 140.000 afiliados que participaron, los cuadros del sindicato eran elegidos por delegados en un procedimiento de amiguismo endog¨¢mico que desemboc¨® en una etapa de corrupci¨®n generalizada. Fue precisamente un acuerdo con el Departamento de Justicia, tras la presentaci¨®n de cargos contra responsables de la organizaci¨®n, el que estableci¨® esa elecci¨®n directa. Eso daba una oportunidad a Fain, que se hab¨ªa enfrentado a la direcci¨®n.
Tres de los cuatro abuelos de Fain estaban afiliados a la UAW. Uno de ellos empez¨® a trabajar en Chrysler en 1937, a?o de eclosi¨®n del sindicato con las huelgas Si¨¦ntate (Sit Down), a las que el actual l¨ªder ha hecho un gui?o hist¨®rico llamando a la movilizaci¨®n Lev¨¢ntate (Stand Up). El sindicalista asegura que siempre lleva encima una de las n¨®minas de su abuelo para recordar de d¨®nde viene. Se afili¨® a la UAW al empezar a trabajar en 1994 como electricista en la planta de fundici¨®n de Chrysler en Kokomo, Indiana, su ciudad natal.
Enseguida destac¨® como cabecilla sindical en su planta de origen, de la que se convirti¨® en jefe del comit¨¦. En 2007, cuando las firmas del motor atravesaban una crisis y los sindicatos accedieron a hacer concesiones, Shawn se opuso a la ratificaci¨®n del convenio colectivo que estableci¨® una doble escala salarial que reduc¨ªa a la mitad los salarios de los nuevos trabajadores. ¡°La doble escala salarial no tiene cabida en este sindicato. Si votan a favor de este convenio, m¨¢s vale que cojan una pistola y se peguen un tiro en la cabeza¡±, dijo tajante. Una de las reivindicaciones clave de la actual huelga es, precisamente, acabar con esa doble escala (o como m¨ªnimo, acercar las condiciones de los nuevos contratados a las de los m¨¢s antiguos). Tambi¨¦n se opuso a la paralizaci¨®n y el cierre de f¨¢bricas, y a otros acuerdos que, en su opini¨®n, no serv¨ªan a los intereses de los afiliados.
Tambi¨¦n particip¨® en las negociaciones para sacar de la bancarrota a Chrysler, en la que el sindicato logr¨® un paquete accionarial, luego adquirido por Fiat (Stellantis es el resultado de la fusi¨®n de Fiat Chrysler con el grupo PSA-Peugeot Citro?n). Tras ocupar diversos cargos en la estructura del sindicato, desafi¨® en las elecciones al presidente en el cargo, Ray Curry, con una campa?a en la que se mostr¨® m¨¢s combativo, aunque su tono es tranquilo y su discurso, directo, pero sereno. Sus dos grandes promesas fueron mostrarse m¨¢s duro con las empresas y hacer limpieza en el sindicato, que hab¨ªa visto c¨®mo encarcelaban a dos de sus predecesores.
Tras ser elegido, lanz¨® un mensaje de unidad a trav¨¦s de Twitter. ¡°Durante demasiado tiempo, este sindicato ha estado dividido. Nos ha dividido la corrupci¨®n y el liderazgo ego¨ªsta de la c¨²pula. En su d¨ªa, la UAW fue el modelo de sindicato limpio, progresista y dirigido por sus afiliados, pero en las ¨²ltimas d¨¦cadas nos hemos desviado mucho del rumbo. Los dirigentes de la UAW, las personas elegidas para dirigir y servir a este gran sindicato, han aceptado sobornos, han robado cuotas y han traicionado la confianza de los afiliados. Esto se termina aqu¨ª¡±, dijo.
En la estrategia para movilizar a los afiliados, se?al¨® los beneficios r¨¦cord de los Tres Grandes y los sueldos multimillonarios de sus directivos. ¡°Nosotros no somos el problema. La avaricia corporativa es el problema¡±, dec¨ªa. Rompiendo con la tradici¨®n de se?alar a una de las empresas como objetivo de huelga y luego exigir a las otras dos que equiparen sus concesiones, Fain decidi¨® atacar a las tres a la vez, pero de forma selectiva y gradual. Convoc¨® huelga en solo tres plantas, una de General Motors, otra de Ford y otra de Stellantis. Amparado por una normativa que no exige preavisos, se propuso con ello mantener ¡°en vilo¡± a las empresas. Adem¨¢s, tras una semana de negociaciones, castig¨® a GM y Stellantis con la huelga en 38 centros m¨¢s, mientras que salvaba de la quema a Ford por haber mostrado una mayor voluntad negociadora.
Los trabajadores consultados la semana pasada en varias plantas apoyan esa estrategia. ¡°?l sabe lo que hace, para m¨ª es la primera huelga¡±, dec¨ªa un empleado de GM en Ypsilanti (Michigan). ¡°Es una estrategia y parece que funciona¡±, dec¨ªa otro en Toledo (Ohio). Fain no es especialmente carism¨¢tico, pero transmite seguridad y confianza. Utiliza las redes sociales para comunicarse con los afiliados. El viernes pasado vest¨ªa una camisa de camuflaje cuando invit¨® a Biden a unirse a los piquetes. El presidente acept¨® el desaf¨ªo. Hoy viaja a Michigan.
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