Yolanda D¨ªaz recupera a los sindicatos para sacar adelante sus planes para esta legislatura
La titular de Trabajo pacta la subida del salario m¨ªnimo con CC OO y UGT y negociar¨¢ la reforma del subsidio de paro en el di¨¢logo social
El idilio que vivi¨® la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda D¨ªaz, en la legislatura pasada, no solo con las centrales sindicales, sino tambi¨¦n con los empresarios ¡ªse firmaron m¨¢s de 15 acuerdos tripartitos¡ª, se ha resentido en los ¨²ltimos tiempos. Prueba de ello es que si hay alguien del panorama econ¨®mico y social cercano a D¨ªaz, ese es el secretario general del sindicato Comisiones Obreras (CC OO), Unai Sordo. Y, sin embargo, la tirantez del l¨ªder sindical con el Ejecutivo ha llegado hasta el punto de que Sordo lleg¨® a lanzar en una rueda de prensa el mi¨¦rcoles una amenaza al Gobierno: o volv¨ªan al redil del di¨¢logo social y a negociar todas las normas laborales con los agentes sociales o habr¨ªa que ¡°hablar de movilizaciones¡±.
D¨ªaz no tard¨® ni 24 horas en recoger el guante y a primera de hora del jueves, una vez ya tumbada la reforma de los subsidios de paro en el Congreso, anunciaba circunspecta y firme desde B¨¦lgica que ¡°ahora s¨ª¡± iba a convocar ¡°con car¨¢cter urgente¡± a los agentes sociales para ¡°trabajar de nuevo en el di¨¢logo social una reforma muy positiva para nuestro pa¨ªs¡±. Antes, adem¨¢s, pensaba dar, este mismo viernes, otra zanahoria a los sindicatos: una nueva subida del salario m¨ªnimo del 5%, que es lo m¨ªnimo que reclamaban CC OO y UGT si la patronal no se sumaba a la propuesta del Ejecutivo de elevar esta renta un 4%.
La vicepresidenta segunda hac¨ªa con estos anuncios una petici¨®n soterrada para la vuelta a un di¨¢logo social fruct¨ªfero que pueda servirle de muleta en las batallas que deba afrontar durante la legislatura. El respaldo de futuros acuerdos sociales podr¨ªa ser crucial en una lucha que se presenta m¨¢s complicada de lo que esperaba la ministra de Trabajo y el resto del Gobierno, tras el atrevimiento de Podemos a tumbar el pasado jueves la reforma del subsidio de desempleo que mejoraba la cuant¨ªa de esta ayuda e incrementaba los colectivos de beneficiarios.
La pandemia aup¨® la relaci¨®n entre el Gobierno y los interlocutores sociales a un estado de negociaci¨®n (y acuerdo) permanentes. Sin embargo, una vez pasada esa situaci¨®n de excepcionalidad, las cosas han vuelto a su cauce. Y este no es otro que un escenario de consenso, a veces, y de desacuerdo, en otras. Como tambi¨¦n era de esperar, los empresarios fueron los primeros en desmarcarse de pactos como los incrementos del salario m¨ªnimo o la segunda fase de la reforma de pensiones en 2021 y 2022. Pero m¨¢s inesperado ha sido ver c¨®mo tambi¨¦n se deterioraba la relaci¨®n de Trabajo con los sindicatos. Aunque los desencuentros no han sido p¨²blicamente muy sonados, era evidente que el malestar sindical, por no ser tenidos en cuenta por el Ejecutivo, iba in crescendo.
Peor desde la investidura
A finales de la legislatura anterior ya hubo algunos desencuentros, que pudieron considerarse menores, relacionados tambi¨¦n con las prisas por aprobar algunas medidas relacionadas con el cobro de fondos europeos, como la negociaci¨®n de la ley de Empleo, que no termin¨® de satisfacer a los negociadores sindicales. Y esta incomodidad empez¨® a crecer antes incluso de que arrancara la presente legislatura, cuando D¨ªaz present¨® toda una bater¨ªa de propuestas laborales incluidas en el acuerdo de investidura, que en principio deb¨ªan m¨¢s que agradar a los sindicatos, por incluir cuestiones como la reducci¨®n de la jornada, la reforma de la indemnizaci¨®n por despido o la inclusi¨®n de representantes sindicales en los consejos de administraci¨®n.
No obstante, ya entonces los l¨ªderes de CC OO y UGT se quejaron de no haber sido siquiera consultados para fijar esta hoja de ruta. Y, concretamente, criticaron abiertamente dos de las medidas recogidas en el acuerdo de investidura y pactadas con el PNV a cambio de sus votos: el compromiso de ceder al Pa¨ªs Vasco la gesti¨®n econ¨®mica de la Seguridad Social y la futura aprobaci¨®n de prevalencia de los convenios auton¨®micos. Esta ¨²ltima medida ¡ªque el Ejecutivo ha incluido en el decreto del subsidio de paro y que, por tanto, ahora mismo vuelve a estar en el aire¡ª ha levantado ampollas entre los cargos y cuadros sindicales, porque implica abrir en canal la estructura de la negociaci¨®n colectiva. En otras palabras, supone meterse con las cosas del comer de los agentes sociales. ¡°Esto no se puede hacer, de ninguna manera, sin los agentes encargados de llevarlo a cabo¡±, se quejaba Sordo esta semana.
Junto a esas cuestiones, el ¨²ltimo enfado de calado en las c¨²pulas de CC OO y UGT ha sido la ausencia de negociaci¨®n de la reforma del subsidio de paro. No obstante, m¨¢s que algo premeditado, distintas fuentes del Ejecutivo lo han atribuido a ¡°las prisas¡± por aprobar estos cambios antes del 31 de enero para cumplir con el plazo puesto por Bruselas para que Espa?a pudiera desbloquear el cobro de otros 10.000 millones de euros. Adem¨¢s, la propia D¨ªaz agot¨® ese tiempo de negociaci¨®n y probablemente tambi¨¦n parte de sus fuerzas en la lucha que tuvo con el equipo de la ya exministra de Asuntos Econ¨®micos, Nadia Calvi?o, para cerrar el redise?o sin que supusiera un recorte de derechos para los beneficiarios.
El propio Sordo sugiri¨® esta semana que, de haber recurrido a los responsables sindicales, la ministra de Trabajo podr¨ªa incluso haberse ahorrado el disgusto de ver c¨®mo sus excompa?eros de filas de Podemos echaban abajo el decreto, agarr¨¢ndose a una medida incluida en esta norma, para la que los negociadores de CC OO y UGT hab¨ªan ideado una propuesta alternativa que evitaba el recorte que sirvi¨® como argumento a la formaci¨®n morada para votar en contra de la norma. Ahora s¨ª, como dijo D¨ªaz, esta y el resto de reformas en materia laboral que quedan por venir pasar¨¢n probablemente con todas las garant¨ªas por el proceso de concertaci¨®n social. Tampoco se puede obviar que cualquier aval de patronal y sindicatos o simplemente de estos ¨²ltimos a futuras medidas har¨¢ tambi¨¦n m¨¢s dif¨ªcil posibles intentos de Podemos de derrocar los planes de Trabajo (y Sumar) en el Parlamento.
Sigue toda la informaci¨®n de Econom¨ªa y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.