Alemania y Francia, dos crisis espejo que nublan el horizonte en la UE
Los problemas estructurales de la primera econom¨ªa europea, ligadas a la falta de competitividad de su industria, m¨¢s las estrecheces fiscales francesas agravan su par¨¢lisis pol¨ªtica y amenazan con contagiarse a la Uni¨®n
Los pa¨ªses peque?os de la Uni¨®n Europea suelen mirar con recelos hacia Francia y Alemania cuando el eje se pone en marcha y act¨²a como un rodillo. Pero casi temen m¨¢s que ese motor que ha levantado el proyecto europeo se gripe, como sucede ahora, y llegue la par¨¢lisis. Esta idea la lanzaba un diplom¨¢tico de uno de esos pa¨ªses peque?os en Bruselas en una cena hace unos semanas entre m¨¢s diplom¨¢ticos y periodistas en un restaurante de Bruselas. Hablaba de las complejas escenas pol¨ªticas y tambi¨¦n econ¨®micas que se dan desde hace tiempo en Par¨ªs y Berl¨ªn y que esta semana han vivido nuevos cap¨ªtulos: el lunes, el canciller Olaf Scholz perdi¨® una moci¨®n de confianza y el calendario electoral ya ha echado a andar hacia la cita del 23 de febrero; en cambio, el nuevo primer ministro franc¨¦s, Fran?ois Bayrou, todav¨ªa no ha podido armar un Gobierno mientras la l¨ªder ultra Marine Le Pen, que se declara ¡°profundamente euroesc¨¦ptica¡±, ya le amenaza con otra moci¨®n de censura si no se pliega a sus exigencias.
Son dos crisis paralelas que convergen en Bruselas y tambi¨¦n son, en cierto modo, dos crisis espejo. A un lado, el gran gigante de la UE, Alemania, con una industria que qued¨® descolgada de la revoluci¨®n digital, mientras los antiguos importadores de alta tecnolog¨ªa alemana se convierten en exportadores con tecnolog¨ªa m¨¢s puntera a¨²n; castigada por el aumento de los precios de la energ¨ªa y el crecimiento del proteccionismo, con la amenaza de que lo haga a¨²n m¨¢s cuando Donald Trump vuelva oficialmente a la Casa Blanca; a la vez que acumula una necesidad ingente de inversi¨®n p¨²blica en un pa¨ªs que lleva a?os evit¨¢ndolo pese a tener mucho margen fiscal para hacerlo.
Al otro, Francia, con una crisis pol¨ªtica profunda, estructural -cuatro primeros ministros en un solo a?o- que bloquea los necesarios ajustes fiscales en un pa¨ªs con una deuda p¨²blica que supera una cantidad equivalente al 110% de su PIB, que ha tenido que prorrogar unos presupuestos para 2025, que este a?o acabar¨¢ con un agujero superior al 6% del PIB y que ha visto hace unos d¨ªas como Moody¡¯s, una de las grandes agencias de evaluaci¨®n de bonos, ha rebajado la calificaci¨®n de su deuda. Y, por si fuera poco, una coyuntura econ¨®mica que amenaza con una contracci¨®n en la actividad durante el cuarto trimestre del a?o ¡ªligera, eso s¨ª¡ª y un retroceso de una d¨¦cima por la resaca de los Juegos Ol¨ªmpicos, seg¨²n el servicio de estudios del banco ING.
¡°Tenemos un problema en la UE. Alemania tiene un d¨¦ficit inversor y no veo consenso pol¨ªtico y social para corregirlo. Francia necesita un ajuste cre¨ªble a medio plazo¡±, lanzaba hace unos d¨ªas el economista Daniel Fuentes, profesor de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares y buen conocedor del pa¨ªs al norte de los Pirineos. ?l es el autor de esa expresi¨®n de las ¡°crisis espejo¡± que viven los dos grandes de la Uni¨®n y que dificultan tomar decisiones cuando es necesario desplegar las recetas encargadas a los ex primeros ministros italianos, Mario Draghi y Enrico Letta, para que Europa no pierda m¨¢s competitividad frente a Estados Unidos y China.
Tampoco Marco Buti, ahora profesor del Instituto Universitario Europeo de Florencia y ex director general de Econom¨ªa y Finanzas de la Comisi¨®n, ve f¨¢cil la marcha de estos primeros meses de la legislatura europea, ahora que ya hay un nuevo Ejecutivo comunitario y que ha anunciado para los primeros d¨ªas del a?o la presentaci¨®n de un plan para recuperar competitividad. ¡°Hace veinticinco a?os, cuando se introdujo el euro, Francia y Alemania ten¨ªan par¨¢metros m¨¢s alineados. El tama?o de sus econom¨ªas era m¨¢s pr¨®ximo, aunque Alemania fuera mayor, ten¨ªan un nivel similar de deuda p¨²blica y un grado similar de apertura econ¨®mica, aunque Alemania fuera ya m¨¢s abierta. Pero eso ha cambiado¡±, apunta quien, adem¨¢s, ha sido hasta hace unos meses el jefe de gabinete de Paolo Gentiloni, anterior responsable de Finanzas. ¡°Eso ha cambiado. Las diferencias son grandes. El hecho de que los dos pa¨ªses se encuentren en situaciones pol¨ªticas complicadas, adem¨¢s de que los intereses [econ¨®micos] de los dos hayan divergido a lo largo de los a?os, hace m¨¢s dif¨ªcil dise?ar una estrategia com¨²n para el futuro¡±. O sea, que Scholz haya representado a Emmanuel Macron en el Consejo Europeo de esta semana porque el franc¨¦s hab¨ªa viajado a Mayotte, azotada por un cicl¨®n, casi puede verse como un espejismo y una cortes¨ªa. Poco m¨¢s.
Buti pone como ejemplo de esa divergencia la diferente posici¨®n hacia el acuerdo con Mercosur. Francia, siempre pendiente de sus agricultores, lo rechaza; Alemania lo abraza con entusiasmo ante la visi¨®n de un nuevo mercado para su maquinaria exportadora. Esto es clave en este momento para un pa¨ªs que tuvo que refundarse de cero tras el derrumbe pol¨ªtico, econ¨®mico y moral de 1945. El historiador Knut Borchardt hablaba del milagro econ¨®mico germano de la posguerra como una ¡°Constituci¨®n en la reserva¡±. Es decir, una especie de seguro de vida colectivo, la garant¨ªa de la convivencia y el estado de derecho. Por eso, cada vez que una crisis econ¨®mica golpea este pa¨ªs, se dispara la angustia. Y esto es lo que sucede ahora con una crisis m¨²ltiple que coincide, adem¨¢s, con una campa?a electoral en la que el rumbo econ¨®mico ser¨¢ central.
El temor de los alemanes es que el bache, a diferencia de las anteriores, fuerce a repensar el modelo de ¨¦xito basado en la exportaci¨®n de productos industriales que nadie hac¨ªa tan bien como este pa¨ªs y que todo el mundo quer¨ªa comprar. El autom¨®vil con motor de combusti¨®n es el emblema de este ¨¦xito. Y Volkswagen, que, por primera vez en su historia se plantea cerrar f¨¢bricas en Alemania, el ejemplo de esta excelencia con vocaci¨®n masiva.
Sobre este ¨²ltimo pa¨ªs, Andr¨¦ Sapir, profesor de la Universidad Libre de Bruselas, se muestra optimista. Habr¨¢ a?os de estancamiento e incluso retroceso. Por ejemplo, en el futuro m¨¢s inmediato habr¨¢ menos inversi¨®n todav¨ªa, seg¨²n la previsi¨®n del IFO, un potente estudio de an¨¢lisis econ¨®mico b¨¢varo. ¡°Alemania no tiene un problema pol¨ªtico [como el de Francia]¡±, apunta este prestigioso economista belga. ¡°De acuerdo, hay elecciones anticipadas. Pero hay mucho margen fiscal para actuar, al contrario que Francia. El nuevo gobierno y la sociedad alemana tendr¨¢n que reflexionar sobre c¨®mo resolver su problema. Pero creo que tomar¨¢n una decisi¨®n y tardar¨¢n otros cinco o diez a?os en adaptarse¡±.
M¨¢s dif¨ªcil es saber qu¨¦ pasar¨¢ en Francia, con un Gobierno ¨Cy un presidente de la Rep¨²blica- pol¨ªticamente d¨¦bil que aplica una racionalidad a corto plazo, de supervivencia. Y mientras los dos grandes est¨¢n ensimismados, la realidad avanza. El 20 de enero llega Trump a la Casa Blanca. ¡°La UE tendr¨¢ que ser creativa y sortear lo mejor posible el bloqueo pol¨ªtico de Berl¨ªn y Par¨ªs. El panorama es sombr¨ªo, pero a¨²n hay muchas cosas que la Uni¨®n puede y debe hacer¡±, pide Hans Kribbe, fundador del Instituto de Bruselas para la Geopol¨ªtica y autor de un art¨ªculo largo muy reciente sobre la pol¨ªtica econ¨®mica europea en el futuro ante este convulso contexto internacional, con dos guerras a las puertas, una pujante China y Trump (siempre e inevitable Trump). ¡°Si alguna vez hubo un momento para un liderazgo franco-alem¨¢n fuerte y unido, es ahora. Pero el vac¨ªo que dejan Berl¨ªn y Par¨ªs pueden llenarlo otros, como viene demostrando el primer ministro polaco Donald Tusk¡±.
Se suma a esta opini¨®n Daniela Schwarzer, experta en relaciones internacionales de la Fundaci¨®n Bertelsman: ¡°La actuaci¨®n inmediata y decisiva es crucial para defender los intereses y valores europeos. La agitaci¨®n pol¨ªtica en Francia y Alemania complica la capacidad de la UE para responder, subrayando la necesidad de que otros Estados miembros e instituciones de la UE den un paso al frente. Pero grupos m¨¢s peque?os de Estados miembros, incluidos los miembros europeos de la OTAN, tambi¨¦n pueden contribuir significativamente¡±.
Ambos, Schwarzer y Kribbe creen que no hay tiempo que perder. ¡°El mundo no espera a Par¨ªs, Berl¨ªn o Bruselas¡±, apunta este ¨²ltimo, que ve en Ucrania y c¨®mo acabe la guerra el asunto con m¨¢s consecuencias. ¡°Pero esto lo controlan Donald Trump y Vlad¨ªmir Putin, no Europa¡±, a?ade Kribbe, antiguo asesor de los departamentos de Competencia y Mercado Interior en la Comisi¨®n Europea, con dos comisarios holandeses.
Tambi¨¦n el sur podr¨ªa tratar de rellenar el hueco. Frente a la par¨¢lisis econ¨®mica prevista en Alemania, Italia y, sobre todo, Espa?a sorprenden por la fortaleza de su actividad. Mientras la otrora locomotora europea ve c¨®mo sus previsiones empeoran (Bruselas le calcula una contracci¨®n del 0,1% este a?o); los denostados PIIGS de la crisis financiera (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y Espa?a) ganan m¨²sculo, si bien partiendo de mucho m¨¢s atr¨¢s (la tasa de paro espa?ola sigue por encima del 11%; en cambio, en centro Europa hay algo parecido al pleno empleo).
¡°Si nos fijamos en los intereses objetivos de los pa¨ªses del sur, como Italia y Espa?a, deber¨ªan alinearse y poder aprovechar este vac¨ªo pol¨ªtico, pero eso no va a ocurrir debido al mal alineamiento pol¨ªtico¡±, se?ala Buti, buen conocedor de los pasillos y los juegos de poder en Bruselas. ¡°Dada la par¨¢lisis de Francia y Alemania, la responsabilidad de hacer propuestas valientes deben asumirla las instituciones europeas. Creo que Antonio Costa y Ursula von der Leyen pueden trabajar bien juntos, y espero que Costa pueda unir a los l¨ªderes de la UE. Y Von der Leyen tendr¨¢ que convencer al pr¨®ximo Gobierno alem¨¢n en materia de defensa, transici¨®n verde y reforma del presupuesto de la UE¡±.
Estos son los ejes a los que se apunta desde casi todas las tribunas, a?adiendo la inc¨®gnita de c¨®mo se combinar¨¢ esa transici¨®n verde y energ¨¦tica con una industria competitiva. Draghi se?alaba un gran n¨²mero de recetas en su informe para as¨ª evitar ¡°la lenta agon¨ªa europea¡±. Pero se trata de desplegarlas todas y en los Veintisiete en conjunto, porque, como ¨¦l mismo propone, hay que hacer inversiones ingentes ¨Csu informe habla de 800.000 millones de euros al a?o- y todos los Estados miembros de forma individual ¡°carecen de la capacidad fiscal necesaria¡±.
En Alemania, el debate es, por ahora, nacional. ¡°Es necesario reformar el freno de la deuda¡±, apunta Gustav A. Horn, profesor de la Universidad de Duisburg-Essen, en alusi¨®n al estricto l¨ªmite constitucional al endeudamiento, que resta margen de maniobra a Alemania para salir de esta crisis y que precipit¨® en noviembre la ruptura del Gobierno. ¡°Sin esta reforma, no lo lograremos.¡± Pero eso, siguiendo el racionamiento de Draghi, tampoco ser¨¢ suficiente.
El debate sobre m¨¢s emisiones de deuda conjunta volver¨¢ a abrirse, si es que se cerr¨® alguna vez. El aumento del gasto en Defensa ha llevado a ver con simpat¨ªa esta opci¨®n a pa¨ªses que siempre lo han rechazado de plano, como Dinamarca o Estonia. Espa?a o Italia, por supuesto, lo recibir¨ªan con los brazos abiertos, como Francia. Pero ah¨ª es donde aparece esa agenda divergente en Par¨ªs y Berl¨ªn, donde todav¨ªa se rechaza. ¡°Est¨¢ claro que ese va a ser el punto de fricci¨®n¡±, se?ala Buti. ¡°Pero dado su modelo de negocio, Alemania es m¨¢s vulnerable. En el futuro necesitar¨ªa m¨¢s solidaridad europea que otros pa¨ªses de la UE¡±. Solidaridad como la vista durante la pandemia, cuando dos Gobiernos fuertes entonces en los dos grandes pa¨ªses de la UE, con Angela Merkel y Emmanuel Macron, m¨¢s el empuje de la reci¨¦n llegada Von der Leyen, hicieron suya la idea espa?ola de lanzar una emisi¨®n masiva de deuda para financiar el plan de recuperaci¨®n.
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