Marianne Bertrand (Universidad de Chicago): ¡°La brecha salarial no se reduce con m¨¢s mujeres al mando¡±
La profesora alerta de que la crisis de la covid se ha cebado con las mujeres y que, pese a que los hombres hayan participado m¨¢s en los cuidados, ha sido temporal
Profesora en la Universidad de Chicago, Marianne Bertrand (Spa, B¨¦lgica, 51 a?os) es una de las grandes expertas en investigaci¨®n del mercado laboral, centrada especialmente en la brecha de g¨¦nero. Es optimista respecto al futuro de la igualdad en el trabajo, aunque ve que la pandemia las ha castigado m¨¢s a las mujeres. Desde marzo de 2020 estudia, con actualizaciones peri¨®dicas, los efectos econ¨®micos de la covid en el sector servicios de Estados Unidos. Recientemente viaj¨® a Barcelona para pronunciar la conferencia inaugural de los estudios de econom¨ªa de la Universidad Pompeu Fabra.
Pregunta. En sus investigaciones es optimista sobre c¨®mo el mercado laboral est¨¢ corrigiendo la brecha de g¨¦nero en un ¡°progreso estable¡±. Pero alerta de que se ha parado con la pandemia.
Respuesta. Las recesiones normalmente afectan primero a las manufacturas, con presencia de m¨¢s hombres. La de la pandemia, en cambio, ha golpeado m¨¢s al sector servicios. Tambi¨¦n muchas mujeres han dejado el empleo para dedicarse a la crianza. Las escuelas estuvieron cerradas. Esta crisis se est¨¢ llamando She-cession [mezcla de la palabra ¡°ella¡± con ¡°recesi¨®n¡± en ingl¨¦s].
P. Pero, al pasar ambos miembros m¨¢s tiempo en casa, ?no era una oportunidad para promover la igualdad desde el hogar?
R. S¨ª, y as¨ª ha sido. Hay evidencias en una investigaci¨®n en la India ¡ªuno de los pa¨ªses con m¨¢s desigualdad de g¨¦nero¡ª de que durante el confinamiento los hombres participaron m¨¢s en las tareas del hogar. No obstante, parece que no dur¨®. ?Quedar¨¢ algo de todo esto? Es una cuesti¨®n muy interesante.
P. Resalta que ser padre por primera vez no afecta a los ingresos de los hombres. Sin embargo, los de las mujeres se ven reducidos en un 61% en Alemania, un 44% en Reino Unido y un 21% en Dinamarca, este ¨²ltimo pa¨ªs pese a ser uno de los m¨¢s avanzados en igualdad.
R. Son cifras tomadas con los datos de entre 5 y 10 a?os despu¨¦s del nacimiento del beb¨¦ en comparaci¨®n con lo que hubiera ocurrido en caso de no haber tenido hijos. Una locura, ?verdad? Incluye las cifras de las mujeres que dejaron el mercado laboral y tambi¨¦n las que optaron por jornada reducida o se cambiaron a otro trabajo con un salario inferior.
P. ?Es una opci¨®n personal de ellas?
R. Estudi¨¦ para ver qu¨¦ pasaba con las mujeres con MBA, aquellas que han invertido mucho tiempo y dinero en su educaci¨®n. El patr¨®n es el mismo. He pensado mucho en esto: ?cu¨¢les son nuestras preferencias? En econom¨ªa damos por sentado que nacemos con ellas. Pero vienen de alg¨²n lugar: de la educaci¨®n y las que son end¨®genas del medio. Las mujeres sienten que tienen que quedarse en casa para cuidar a sus hijos. ?Es su opci¨®n o han internalizado presiones sociales para hacerlo?
P. Espa?a es uno de los pa¨ªses que ha equiparado los permisos de paternidad con los de maternidad a 16 semanas.
R. En el ¨¢mbito acad¨¦mico llamamos a esto ¡®cuotas de pap¨¢¡¯. Son pol¨ªticas claramente enfocadas a cambiar los estereotipos. Sirven para transformar poco a poco las normas de g¨¦nero y, en definitiva, ayudan a las mujeres en el mercado laboral.
P. Algunas asociaciones feministas defienden que se tendr¨ªa que alargar el permiso de las mujeres.
R. No est¨¢ tan claro. Los datos demuestran que las bajas de maternidad m¨¢s cortas son de ayuda. En Estados Unidos no tenemos permiso de maternidad. Est¨²pido, ?verdad? Pero tenemos evidencias de que permisos m¨¢s largos de un a?o ¡ªen Europa hay algunos ¡ªson contraproducentes, en particular para las mujeres con estudios. Si eres un empresario y contratas a una mujer que tiene estudios superiores, pero sabes que luego no la tendr¨¢s durante m¨¢s de un a?o, puede que decidas no asignarle los clientes m¨¢s importantes.
P. Usted tambi¨¦n concluye que las cuotas femeninas en los consejos de administraci¨®n de grandes empresas ¡ªsituadas en un 30% en Espa?a¡ª tienen efectos limitados.
R. Estudi¨¦ las de Noruega, del 40%. La conclusi¨®n fue que, si obligas a las compa?¨ªas a buscar mujeres cualificadas para sus consejos, las encuentran. Esto es genial. Pero estudiamos el efecto que tiene en el resto de la organizaci¨®n el hecho de que haya m¨¢s mujeres al mando y no se traduce en una reducci¨®n en la brecha global de los salarios o en m¨¢s pol¨ªticas de conciliaci¨®n. La intenci¨®n de las cuotas es buena, pero no tienen los efectos transformadores que de forma ingenua se pens¨® que tendr¨ªan.
P. ?Se promueve lo suficiente, en general, la diversidad en las empresas?
R. Veo m¨¢s dif¨ªcil la inclusi¨®n. Si promueves que entren mujeres en las compa?¨ªas, minor¨ªas ¨¦tnicas y personas con distintas orientaciones sexuales, estas voces se escuchan y dejan de estar estereotipadas. Eso conlleva mejores procesos e ideas en la empresa y al final gana todo el mundo. Esto parece obvio, es el Santo Grial para muchos de nosotros, pero cuesta demostrarlo.
P. Su estudio sobre los efectos de la covid en el mercado laboral tuvo en cuenta 5.800 peque?as empresas, que perdieron un 40% de sus empleados. Y 435 de ellas tuvieron que cerrar de forma temporal. ?C¨®mo se est¨¢n recuperando?
R. Nos estamos dando cuenta de que muchas compa?¨ªas tienen ahora problemas para contratar a gente: no quieren trabajar en tiendas ni en restaurantes¡ Hay un gran debate sobre el crecimiento del sistema de UI (seguros para el desempleo, en sus siglas en ingl¨¦s). Algunos piensan que por qu¨¦ trabajar de seg¨²n qu¨¦ cosa si ganar¨¢n m¨¢s con la prestaci¨®n. Pero en los datos no vemos esto. Pienso que la gente no quiere estos empleos hasta que sean realmente seguros. Y en algunos Estados las tasas de vacunaci¨®n siguen siendo realmente bajas.
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