Un salario m¨ªnimo justo y eficiente
Deber¨ªa mantenerse un ritmo razonable de subida del SMI mientras persista un alto nivel de desigualdad en los sueldos
![Salario m¨ªnimo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FQ2FYAQ5Q5AEXKY42QTBQQNLZA.jpg?auth=fd63eb29d66cab467fe6b42d87b609e891e68c5a91903be7203a19f0a1d5460b&width=414)
El objetivo principal del salario m¨ªnimo interprofesional (SMI) es asegurar que las remuneraciones no caigan por debajo de un nivel adecuado, evitando al mismo tiempo que su cuant¨ªa produzca distorsiones en el mercado laboral. Su negociaci¨®n suscita cada a?o intensos debates. El Gobierno es quien tiene la competencia para determinar su aumento, aunque debe hacerlo despu¨¦s de un proceso de di¨¢logo con los agentes sociales. En los ¨²ltimos a?os, el Ministerio de Trabajo y Econom¨ªa Social ha creado una comisi¨®n que asesora en esta materia. Otros pa¨ªses de la UE no cuentan con un salario m¨ªnimo legal y lo fijan a trav¨¦s de la negociaci¨®n colectiva entre empresarios y trabajadores.
La evidencia emp¨ªrica internacional muestra que el SMI puede ayudar a reducir la desigualdad salarial, desempe?ando tambi¨¦n un papel importante en la reducci¨®n de las disparidades entre categor¨ªas de trabajadores. Aunque sus efectos sobre la brecha salarial de g¨¦nero o la que hay entre trabajadores nativos e inmigrantes siguen siendo relativamente poco conocidos, algunos trabajos confirman que el SMI es un instrumento ¨²til para reducir estas brechas, dada la sobrerrepresentaci¨®n de mujeres en empleos de bajos salarios. Es dif¨ªcil rebatir que un salario m¨ªnimo adecuado resulta fundamental para mantener un nivel suficiente de remuneraciones y reducir las diferencias de salarios.
En un pa¨ªs como Espa?a, con un salario medio bajo en el contexto comparado y uno de los porcentajes m¨¢s altos de trabajadores pobres de la UE, fijar un suelo salarial suficiente deber¨ªa ser una estrategia central de la pol¨ªtica social y econ¨®mica. M¨¢xime cuando sabemos que la mayor parte de la desigualdad salarial se explica por lo que pasa en la parte baja de la distribuci¨®n, donde hay muy poca movilidad ascendente.
Los economistas se han interesado desde hace muchas d¨¦cadas en identificar no solo c¨®mo las pol¨ªticas de salario m¨ªnimo afectan a la distribuci¨®n salarial, sino tambi¨¦n otros posibles efectos positivos. Si los trabajadores peor remunerados reciben salarios mayores pasan a gastar una mayor proporci¨®n de su renta en el consumo de bienes y servicios, impulsando la demanda interna. Esa mejora puede suponer un gasto menor en prestaciones sociales complementarias de los salarios y, dependiendo del dise?o del sistema tributario, un aumento de la recaudaci¨®n. El crecimiento de los costes salariales por un SMI mayor tambi¨¦n puede incentivar la puesta en marcha de nuevas estrategias para aumentar la productividad. Debemos destacar tambi¨¦n los efectos positivos de un clima social m¨¢s favorable gracias a la estabilidad y la menor desigualdad asociadas al SMI.
Las cr¨ªticas m¨¢s repetidas ponen el foco en la posibilidad de que un mayor salario m¨ªnimo pudiera llevar a las empresas, sobre todo a las de menor tama?o, a reducir el empleo por no poder hacer frente a la subida de costes salariales. Esa misma subida podr¨ªa acelerar los procesos de sustituci¨®n de trabajadores poco cualificados por tecnolog¨ªa. Se ha subrayado tambi¨¦n su posible traslaci¨®n a los precios de los bienes y servicios y su efecto sobre la inflaci¨®n. Otros argumentos cr¨ªticos son las disfunciones de un ¨²nico SMI cuando hay diferencias territoriales muy pronunciadas, el fomento de la econom¨ªa sumergida o el posible obst¨¢culo para las carreras laborales de los j¨®venes.
Las m¨²ltiples evaluaciones realizadas en distintos pa¨ªses parecen mostrar que no hay un impacto ¨²nico del SMI sobre el empleo. Sus efectos sobre las horas trabajadas o las probabilidades de retenci¨®n del empleo son, en general, negativos, pero de reducida magnitud, mientras que su impacto sobre la desigualdad es mayor.
En el caso de Espa?a, la experiencia de subidas muy importantes del SMI en los ¨²ltimos a?os suscita muchas preguntas. Esas subidas se han ido dise?ando con el objetivo de que el SMI alcanzara el 60% del salario medio, tal como establece la Carta Social Europea, una referencia internacional reconocida para garantizar un nivel salarial justo.
Aunque nuestras estad¨ªsticas salariales no permiten tener informaci¨®n suficientemente actualizada, parece que en t¨¦rminos netos se ha conseguido alcanzar esa meta, lo que sit¨²a a Espa?a en niveles similares a los pa¨ªses del entorno. Los resultados sobre el empleo no son todav¨ªa suficientemente robustos, aunque parecen desdecir el supuesto intercambio entre eficiencia y justicia social. La OCDE estim¨® que la primera gran subida del SMI en 2019 aument¨® los ingresos mensuales de los trabajadores directamente afectados un 5,8% de media y solo redujo el empleo un 0,6%. Aunque los efectos ser¨¢n mayores a medida que el SMI crezca, las grandes subidas de los ¨²ltimos a?os se han saldado m¨¢s con mejoras de la desigualdad salarial que con grandes ca¨ªdas del empleo. Adem¨¢s, los peque?os efectos negativos encontrados han tenido mayor incidencia en los trabajadores con contratos temporales, lo que sugiere que el SMI puede rebajar la segmentaci¨®n del mercado laboral.
El n¨²mero de trabajadores con salarios iguales o inferiores al SMI ha crecido a medida que ha ido aumentando su cuant¨ªa, afectando a trabajadores de mayor edad y aumentando el porcentaje de los que trabajan en empresas grandes. Sin embargo, el crecimiento del SMI tambi¨¦n ha causado una mayor concentraci¨®n de trabajadores en una estrecha banda salarial en torno a su cuant¨ªa, con el riesgo de que personas experimentadas o con cualificaci¨®n media queden dentro de ese estrato, sin ser ese el objetivo. Por otra parte, queda la duda de si van a seguir acompas¨¢ndose las nuevas subidas del SMI con el umbral de tributaci¨®n del IRPF, como ha venido sucediendo hasta ahora. Sin ese ajuste, los trabajadores que pueden percibir el nuevo SMI perder¨ªan una parte importante de la mejora retributiva.
?Puede seguir subiendo el SMI? Se acaba de anunciar un incremento del 4,4% para 2025, m¨¢s de un punto y medio por encima de la variaci¨®n anual del IPC de 2024. La ¨²ltima EPA ha vuelto a mostrar el vigor del mercado de trabajo, con la creaci¨®n de cerca de medio mill¨®n de nuevos empleos ese mismo a?o, lo que permite anticipar que el mercado laboral podr¨ªa absorber nuevos aumentos del SMI. Deber¨ªa mantenerse un ritmo razonable de subida mientras persista un alto nivel de desigualdad salarial y una tasa elevada de pobreza laboral. El aumento del SMI es un paso correcto, si bien no podemos olvidar que no es el ¨²nico instrumento para mejorar las condiciones de trabajo ni la principal pol¨ªtica para reducir la desigualdad.
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