Manuel Fern¨¢ndez, profesor de Did¨¢ctica: ¡°Se est¨¢ extendiendo un relato antipedag¨®gico preocupante que aprovecha el malestar docente¡±
El investigador de la Universidad de M¨¢laga forma parte del reci¨¦n nacido Colectivo de Docentes por la Inclusi¨®n y la Mejora Educativa (DIME)
Quien haya seguido el debate educativo en Twitter en los ¨²ltimos meses habr¨¢ notado sin duda una mayor agresividad entre unos bandos que, en muchas ocasiones, ni siquiera est¨¢n claros. En ese contexto, un grupo de docentes de todas las etapas educativas ha decidido responder a lo que consideran unos mensajes muy nocivos que canalizan el malestar docente hacia discursos antipedag¨®gicos que reivindican ideas como la cultura del esfuerzo o la educaci¨®n concebida como una carrera de obst¨¢culos que solo culminar¨¢n los mejores, los que se lo merezcan. ¡°Muchos nos hemos sentido muy agredidos. Creo que era necesario decir basta y que se escuchen otras voces contra un relato que me preocupa mucho¡±, explica por videoconferencia Manuel Fern¨¢ndez Navas, profesor de Did¨¢ctica y Organizaci¨®n Escolar de la Universidad de M¨¢laga sobre el Colectivo de docentes por la inclusi¨®n y la mejora educativa (DIME), del que forma parte. De momento, su manifiesto y los dos art¨ªculos que han difundido en sendas publicaciones ¡ªEl discurso rojipardo en educaci¨®n y DUA: c¨®mo salir del callej¨®n de las almas perdidas¡ª han tenido un fuerte impacto en la conversaci¨®n educativa.
Pregunta. ?Cu¨¢l es ese relato que le preocupa?
Respuesta. El que cualquiera puede ver en redes, especialmente en Twitter, pero tambi¨¦n en medios que lo acogen, y que tiene que ver con una perspectiva de la educaci¨®n muy concreta, muy reduccionista del acto educativo. Creo que no recoge el sentir de la mayor¨ªa del profesorado, que vive ajeno a todo este tipo de pol¨¦micas, haciendo su trabajo como puede y de una manera excelente, pero s¨ª ha sabido catalizar, creo, ese malestar que tiene el colectivo docente y que est¨¢ absolutamente justificado.
Pregunta. Malestar, ?por qu¨¦?
Respuesta. Es un malestar que se ha cultivado desde pr¨¢cticamente siempre, pero mi impresi¨®n es que ha habido, como con todo, un antes y un despu¨¦s de la covid. Creo que muchas profesiones se sintieron abandonadas por la administraci¨®n durante la pandemia, entre ellos los docentes. Y, claro, asuntos como las ratios elevadas o la burocratizaci¨®n continua con cada nueva ley generan un malestar que entiendo, es normal.
Pregunta. ?Cree que la aprobaci¨®n de la nueva ley educativa (Lomloe) en 2020 y su aplicaci¨®n, sobre todo a partir de este curso, ha alimentado m¨¢s ese malestar?
Respuesta. Creo que hab¨ªa mucha gente muy reactiva. Primero, porque hay que entender que la llegada de cualquier ley supone un sobreesfuerzo para el profesorado; hay que adaptarse a los cambios. Y, adem¨¢s, raramente una ley se acompa?a de mejoras en todas esas cuestiones que causan malestar, con reducci¨®n de ratios, m¨¢s medios... Es decir, el profesorado en general puede estar a favor de la filosof¨ªa de la ley o en contra, pero su aplicaci¨®n siempre supone un plus. Si encima ya est¨¢bamos muy quemados¡ Por ejemplo, ahora ya se habla claramente de la inclusi¨®n, pero para que sea efectiva hace falta que la administraci¨®n dote de los recursos necesarios. Entonces ?qu¨¦ ocurre? Que con la pandemia tan reciente, con todo lo que est¨¢ ocurriendo a nivel social, la aprobaci¨®n de la Lomloe -que yo s¨ª creo que trae cosas positivas, aunque tambi¨¦n algunas negativas- quiz¨¢ s¨ª se ha profundizado ese malestar. Ahora, tambi¨¦n creo que hab¨ªa un sector del profesorado que daba igual lo que hubiera salido, se hubiera quejado igualmente.
Pregunta. ?Qu¨¦ le parece positivo y qu¨¦ le parece negativo de la reforma?
Respuesta. Me parece muy positivo que, a nivel de filosof¨ªa, apueste claramente por la inclusi¨®n. Y que se hable de situaciones de aprendizaje [las actividades y proyectos, a ser posible vinculados a la vida real, que articulan las clases]. Luego, c¨®mo eso se operativiza a nivel burocr¨¢tico en las programaciones [los documentos que gu¨ªan el trabajo en el aula] me parece m¨¢s negativo, pero la idea de poner el acento ah¨ª es bueno, porque es lo que est¨¢ acorde a lo que nos dice la ciencia que el aprendizaje es. De alguna manera, todas las leyes tienen contradicciones entre su filosof¨ªa y la operatividad. ?C¨®mo vamos a negar la inclusi¨®n? ?O a escudarnos en la falta de recursos para segregar t¨¢citamente? Es una cuesti¨®n de derechos. Ahora, podemos discutir si para llevar a cabo esa inclusi¨®n de manera efectiva necesitamos menos ratio, m¨¢s recursos...
Pregunta. Habla de lo que es m¨¢s acorde a lo que nos dice la ciencia, pero lo que se investiga en las facultades pocas veces se aplica en el aula. Y, de hecho, el discurso antipedag¨®gico rechaza abiertamente esas orientaciones.
Respuesta. Creo que eso obedece a muchos factores. Voy a empezar haciendo examen de conciencia, porque desde la pedagog¨ªa y las facultades de la Educaci¨®n es necesario que asumamos que hay cosas muy mejorables en nuestro trabajo. Yo creo que, al final, la ciencia y la investigaci¨®n no permean en la escuela por mala labor de las facultades, la formaci¨®n inicial, permanente, pero tambi¨¦n porque hay una parte del profesorado muy concreta, peque?a, que no se siente seguro con ello, que entiende que la educaci¨®n pasa por dar clase de su disciplina y punto, y solo acepta la ¡°evidencia cient¨ªfica¡± que da soporte a su pr¨¢ctica docente. Pero es que no funciona as¨ª.
Pregunta. ?Por qu¨¦ cree que se ha colocado la pedagog¨ªa en el centro de todos los odios?
Respuesta. Dec¨ªa Gil Cantero que la pedagog¨ªa es un saber inc¨®modo. Y yo creo que tiene raz¨®n. De alguna manera, t¨² en pedagog¨ªa le dices a alguien experto en qu¨ªmica que no es experto en dar clase de qu¨ªmica. Y este es un problema sobre el que a lo mejor deber¨ªamos hablar m¨¢s: a la educaci¨®n llega mucha gente de otros campos de conocimiento ¡ªde ingl¨¦s, de lengua, de matem¨¢ticas¡ª con una formaci¨®n inicial muy limitada y reproduce lo que se ha hecho con ellos. Y cuando llega un pedagogo y le dice: ¡°Oye, mira, es que esto no funciona as¨ª¡±, hay un problema de ego, si me apuras. Repito: creo que hay que hacer examen de conciencia de lo que hacemos en pedagog¨ªa, pues probablemente se han propuesto muchas pr¨¢cticas que habr¨ªa que revisar, pero igual que en ingenier¨ªa, medicina o cualquier otro ¨¢mbito.
Pregunta. En las redes sociales, especialmente en Twitter, parece haberse deteriorado la conversaci¨®n en torno a la educaci¨®n. ?Se dan las condiciones para otro tipo de debate m¨¢s calmado? Tanto en redes sociales y en otros espacios.
Respuesta. Yo creo que ese otro tipo de debate ya existe. Honestamente, y te hablo de mi experiencia, muchos compa?eros colaboramos con colegios, tenemos grupos de trabajo¡ Lo que pasa en redes sociales es un poco lo que vemos en pol¨ªtica, en la sociedad que nos ha tocado vivir. Vivimos una sociedad crispada, una pol¨ªtica crispada. Y al final eso es lo que est¨¢ pasando en la educaci¨®n. Ahora, ?hay pol¨ªticos trabajando en cosas importantes?, ?hay gente en la sociedad haciendo muchas cosas? Claro que s¨ª, la inmensa mayor¨ªa, lo que pasa es que la bronca hace mucho ruido. Es necesario, yo creo, mostrar m¨¢s esos otros espacios y esto tiene mucho que ver con el colectivo DIME, con la idea de buscar otros espacios.
Pregunta. ?Sin renunciar a Twitter?
Respuesta. Claro. Yo no voy a entrar en una guerra, porque entiendo que no tiene utilidad, pero s¨ª hay ciertos l¨ªmites que creo que no deben pasarse. Hemos aguantado cantidad de insultos, ha llegado a haber compa?eras que se han sentido acosadas. Pero esto sobre todo tiene que ver con divulgar, con ofrecer otra perspectiva. Yo encuentro mucha gente razonable, la inmensa mayor¨ªa, si te fijas, lo que sucede es que lo que hace ruido, lo hace a lo grande y machaca un mismo mensaje desde que se implant¨® la Logse [la ley educativa aprobada en 1990], el Plan Bolonia [la reforma europea de las universidades en la primera d¨¦cada del siglo XXI] y el actual m¨¢ster de formaci¨®n del profesorado. Los libros de corte antipedag¨®gico han proliferado desde esas reformas, a imagen del debate en Francia y otros pa¨ªses.
Pregunta. Ay¨²deme a explicar los bandos o corrientes educativas que asoman en las redes, que muchas veces desbordan las divisiones tradicionales.
Respuesta. F¨ªjate, aqu¨ª estamos otra vez con el relato. ?T¨² dir¨ªas que en medicina hay corrientes provacunas y antivacunas?
Pregunta. Bueno, hay opiniones distintas, independientemente de la raz¨®n que tenga cada uno¡
Respuesta. Posturas, de acuerdo, si quieres¡ As¨ª, en resumidas cuentas, est¨¢ la gente ¡ªno s¨¦ c¨®mo denominar, y que muchas veces no son pedagogos, ni han trabajado nunca en una aula¡ª que defiende una mal entendida innovaci¨®n. Luego est¨¢ esa gente que reniega de todo lo que tenga que ver con pedagog¨ªa y did¨¢ctica, que entiende que el nivel educativo lleva bajando desde que el hombre estaba en la cavernas, que habla otra vez de la cultura del esfuerzo... Y luego, en medio, est¨¢n las zonas de grises donde hay un montonazo de personas. En muchas ocasiones, estamos sustancialmente de acuerdo, pero lo que nos diferencian son los para qu¨¦. El problema es que esta nueva v¨ªa que est¨¢ empezando a escarbar se define como una pedagog¨ªa muy progresista, pero no es verdad. Adem¨¢s, en el actual panorama pol¨ªtico y social los discursos est¨¢n cada vez m¨¢s entremezclados, y en educaci¨®n pasa igual. Si hablamos de conocimiento, estamos todos de acuerdo, pero el conocimiento puede emancipar u oprimir¡
Pregunta. ?Se confunden, adem¨¢s, planos distintos de discusi¨®n: lo pedag¨®gico, lo laboral, la defensa de modelos p¨²blicos o privados?
Respuesta. Claro. No deja de ser curioso, si volvemos a lo pol¨ªtico, que mucha gente que se dice de izquierdas, progresista, coincide en ideario y discurso educativo con lo ya aplicado en otros pa¨ªses desde posiciones muy conservadoras. Adem¨¢s, si has estado maltratado a nivel de condiciones laborales ¡ªy se ha maltratado mucho a los docentes durante la covid, ha sido una verg¨¹enza¡ª, ese sentimiento se mezcla con la pedagog¨ªa, porque muchos interpretan que lo que les estamos diciendo es: haz lo mismo con los mismos recursos. Pero no es as¨ª, lo que estamos diciendo es que los recursos per se no cambian las cosas. T¨² bajas la ratio a cinco [alumnos por clase] a un mal docente y sigue siendo un mal docente. La idea es caminar hacia un ratio muy baja para un excelente docente, porque ah¨ª viene el cambio educativo. Las leyes no cambian las pr¨¢cticas educativas porque estas dependen de la mentalidad del profesorado. Y cambiar la mentalidad es un trabajo a mucho m¨¢s largo plazo, que implica entre otras cosas que la administraci¨®n genere un entorno que propicie estos cambios de mentalidad en el profesorado.
Pregunta. Pero hay leyes mejores y peores.
Respuesta. Se habla mucho de la EGB, que algunos ni vivieron, pero parece ser el mito er¨®tico para algunos. Y la de la EGB [Ley General de Educaci¨®n de 1970] fue excelente, pero para su momento. No olvidemos que es una ley franquista. La Logse, que ha sido maltratada y ha quedado en la conciencia popular como la ley que baj¨® el nivel, aument¨® el nivel de educaci¨®n de los 14 hasta los 16 a?os. Con todos sus defectos.
Pregunta. ?Cu¨¢les ser¨ªan, entre tanto ruido, los temas capitales sobre los que se deber¨ªa estar discutiendo ahora mismo en educaci¨®n?
Respuesta. Deber¨ªamos dejar de discutir de metodolog¨ªas; la educaci¨®n no es un asunto metodol¨®gico. Yo en mi clase doy clase magistral, ABP [aprendizaje basado en problemas], hago de todo. Es ineludible hablar de igualdad de oportunidades, de inclusi¨®n; este es el gran tema de debate de este siglo. La educaci¨®n debe ser un derecho para todos y adem¨¢s debe promover la igualdad de oportunidades. Debemos reconvertir la educaci¨®n en ese famoso ascensor social.
Puedes seguir EL PA?S EDUCACI?N en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.