¡°Hay zonas dominadas por grupos armados en las que somos la ¨²nica organizaci¨®n que puede operar¡±
Patricia Danzi, directora del Comit¨¦ Internacional de Cruz Roja en ?frica, cree que el desplazamiento creciente de personas debido a los conflictos y el cambio clim¨¢tico es el mayor problema del continente
Patricia Danzi (1969) se uni¨® al Comit¨¦ Internacional de Cruz Roja (CICR) en 1996. Ese mismo a?o particip¨® en los Juegos Ol¨ªmpicos de Atlanta, en Estados Unidos. Mitad suiza, mitad nigeriana, esta atleta sabe bien lo que es superar las carreras de fondo, las de velocidad y saltar obst¨¢culos, y no solo por su trayectoria deportiva al m¨¢s alto nivel. Es en el trabajo humanitario en el que, en distintas posiciones, ha tenido que afrontar las pruebas m¨¢s duras, aquellas en las que el final no es una l¨ªnea y el premio una medalla, sino salvar vidas. Primero en Los Balcanes, despu¨¦s en Per¨² y m¨¢s tarde en Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo y Angola. Tambi¨¦n trabaj¨® en la central como responsable de operaciones para el Cuerno de ?frica y asesora pol¨ªtica del director de operaciones, hasta que en noviembre de 2008 ella asumi¨® dicho cargo para Am¨¦rica Latina y el Caribe. Un puesto que dej¨® en abril de 2015 al ser nombrada directora regional para ?frica.
De visita en Espa?a, Danzi hace balance de sus dos a?os y medio al mando de las acciones humanitarias del CICR en ?frica que, con 29 delegaciones y 6.000 empleados, representa casi la mitad de las actividades de la organizaci¨®n en todo el mundo.
Pregunta. ?C¨®mo ha evolucionado la situaci¨®n humanitaria de ?frica desde que es directora regional del Comit¨¦ Internacional de Cruz Roja en el continente?
Respuesta. Hay aspectos de la vida de la gente que han mejorado, por ejemplo, en las zonas donde se produjo la crisis del ¨¦bola. Hoy, nuestro trabajo all¨ª es menor. ?frica austral tambi¨¦n va mejorando sus niveles de conflicto y violencia. Pero en los contextos del Sahel, los Grandes Lagos y del lago Chad, hemos invertido m¨¢s. Tambi¨¦n en Libia, aunque all¨ª no tenemos todav¨ªa la capacidad de hacer todo lo que querr¨ªamos.
Sud¨¢n del Sur es el ¨²nico pa¨ªs donde todav¨ªa lanzamos comida con aviones. Esto es ayuda humanitaria del siglo pasado
En cuanto a n¨²mero de desplazamientos, la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo es claramente una de las crisis m¨¢s grandes y complicadas. Tambi¨¦n la Rep¨²blica Centroafricana. Y Sud¨¢n del Sur es un conflicto en el que no hemos visto avances; no solo no para, sino que va en aumento. Los combates, a pesar de que entramos en la estaci¨®n de lluvias, no han cesado. En septiembre ha habido la misma cantidad de heridos que en todo el a?o pasado. Y la acci¨®n humanitaria es muy cara all¨ª por la cuesti¨®n log¨ªstica. Cuesta siete veces m¨¢s llevar asistencia a un pueblo en Sud¨¢n del Sur que en Somalia, donde tampoco es f¨¢cil. De hecho, es el ¨²nico contexto en el mundo donde todav¨ªa lanzamos comida desde aviones. Esto es ayuda humanitaria del siglo pasado; querr¨ªamos trabajar con las comunidades para aumentar su resiliencia y que puedan regresar lentamente y reconstruir su vida.
Por todo esto, hemos tenido que hacer llamamientos extraordinarios para pedir m¨¢s fondos para ?frica, lo que quiere decir que hay m¨¢s necesidades.
P. ?C¨®mo afecta a esos llamamientos de fondos para atender las emergencias humanitarias en ?frica que la atenci¨®n de la comunidad internacional se concentre en la crisis de refugiados en Europa?
R. Es parte de nuestro trabajo contar al mundo que hay problemas en ?frica, en pa¨ªses donde efectivamente el foco de atenci¨®n de la comunidad internacional no existe, pero el sufrimiento s¨ª. Nos consideramos la voz de la gente que no puede contar sus historias. Se habla mucho de los refugiados y migrantes, pero en ?frica la mayor¨ªa nunca sale de su pa¨ªs cuando se marcha, sino que son desplazados internos. Y los que traspasan fronteras, en realidad se quedan en ?frica. Lo que vemos en las noticias, muy tristes, sobre lo que ocurre en el Mediterr¨¢neo, representa el 20% o menos del problema. Hay que contar las historias que no son contadas, tambi¨¦n las del desierto del S¨¢hara. Afortunadamente, contamos con el apoyo de Gobiernos, como el espa?ol, que cada a?o valoran nuestra labor y nos dan fondos para el siguiente. Es importante poder hacer previsiones y saber que, si iniciamos un proyecto en un hospital, podremos concluirlo. Saber que a los seis meses no se va a agotar el dinero, lo que supondr¨ªa el cierre del programa.
P. ?Tiene alg¨²n impacto que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anuncie recortes en sus contribuciones a la ONU u otras organizaciones?
R. Nuestro trabajo no se ve afectado directamente, pero s¨ª podr¨ªa hacerlo indirectamente. Si otras organizaciones tienen menos presupuesto, acaba teniendo un impacto en nuestra labor, porque no estamos solos.
P. En las emergencias humanitarias, lo urgente es salvar vidas, pero ?c¨®mo se previene que se produzcan nuevas crisis?
R. Las organizaciones humanitarias no pueden resolver problemas pol¨ªticos, es un hecho. Pero sabemos que cuando una guerra se termina, cuando se firma un acuerdo de paz, si no hay ayudas para apoyarlo despu¨¦s, este no suele tener ¨¦xito. He visto muchos procesos de desarme que, al principio, han funcionado muy bien porque en un primer momento hay entusiasmo y fondos. Pero cuanto m¨¢s tiempo pasa, menos atenci¨®n se presta y los problemas de base no se resuelven. Ocurre sobre todo all¨ª donde no hay presencia del Estado, donde la poblaci¨®n no tiene acceso a servicios b¨¢sicos como educaci¨®n, sanidad o participaci¨®n pol¨ªtica. De tal modo que la raz¨®n principal de la guerra no desaparece y el conflicto volver¨¢ en alg¨²n momento, en meses o a?os, pero volver¨¢.
P. En este sentido, ?cu¨¢l es el encaje del trabajo humanitario con los proyectos de desarrollo?
R. Ya no se puede decir que acaba uno y empieza el otro. Es importante que ambos trabajos se hagan conjuntamente. Nosotros, que somos una organizaci¨®n humanitaria, a veces realizamos labores que son la base para una posterior intervenci¨®n de desarrollo. Por ejemplo, cuando establecemos sistemas de suministro de agua potable en ciudades como Goma o Bangui para un determinado grupo de poblaci¨®n, nuestra labor es la base sobre la que otros actores pueden seguir trabajando despu¨¦s.
P. Pese a los esfuerzos de unos y otros, ?frica es escenario de numerosas crisis humanitarias, muchas cr¨®nicas. ?Por qu¨¦ tenemos las mismas (o peores) malas noticias de hambre, violencia y migraciones a?o tras a?o?
Las noticias de ?frica son malas siempre. Cuando hay una buena, no es noticia. Esto hay que cambiarlo
R. Porque las noticias de ?frica son malas siempre. Cuando hay una buena, no es noticia. Esto debe cambiarse porque tambi¨¦n hay buenas noticias. Por ejemplo, a principios de 2017 tuvimos una en Gambia.
P. Pero 224 millones de personas pasan hambre en el ?frica subsahariana, un 12% m¨¢s que hace un a?o, seg¨²n el ¨²ltimo informe de la FAO.
R. Efectivamente, mucha gente pasa hambre. La pregunta es por qu¨¦. Una de las razones es que los agricultores y pastores disponen de menos tierras f¨¦rtiles por la sequ¨ªa y la presi¨®n demogr¨¢fica. El impacto del cambio clim¨¢tico puede ser una raz¨®n, pero en pa¨ªses como en Sud¨¢n del Sur o en el norte de Nigeria, claramente no lo es. En estos contextos, el motivo es la falta de respeto a los derechos de las personas, especialmente al derecho internacional humanitario, que se viola en situaciones de conflicto y empuja a m¨¢s gente a desplazarse, perdiendo todos sus bienes. La vulnerabilidad de estas personas es muy alta, son m¨¢s propensos a contraer enfermedades y pasan hambre. Y no solo el clima es el responsable.
P. ?C¨®mo es el trabajo en un continente con varios pa¨ªses en la lista negra de ataques a personal humanitario?
R. Tenemos que trabajar de manera constante para mantener abierto el espacio humanitario, la amenaza de que se vea reducido es fuerte. Doy un ejemplo: en Mal¨ª tuvimos dos incidentes de seguridad el a?o pasado, este 2017 llevamos 18 y a¨²n no ha acabado. Esperemos que no haya m¨¢s. As¨ª que tenemos que luchar para ser aceptados y mantener la confianza necesaria para desempe?ar nuestro trabajo. Hay bastantes zonas en las que somos la ¨²nica organizaci¨®n que puede operar, en contextos donde el Gobierno no est¨¢ y los grupos armados toman el control. Para tejer una buena red de contactos y ganarnos su confianza se requieren a?os, y se puede perder en muy poco tiempo.
P. ?Qu¨¦ lecci¨®n puede aprender la comunidad internacional, y especialmente los pa¨ªses ricos, de ?frica en cuanto a la atenci¨®n de refugiados?
R. El fen¨®meno de la migraci¨®n no es para nada reciente en ?frica. Siempre ha sido un tema problem¨¢tico, pero la pol¨ªtica migratoria europea hace que haya cada vez m¨¢s restricciones de movimiento entre pa¨ªses africanos. Europa, que tiene los derechos humanos como uno de los pilares de su existencia, deber¨ªa tenerlos siempre presentes cuando se trata de migraci¨®n. Y ver seres humanos, no problemas. Para nosotros es importante que se d¨¦ un trato digno a las personas. Los flujos migratorios son como los del agua, no van a parar, sino que encontrar¨¢n otras v¨ªas para continuar su camino. Y esas v¨ªas son cada vez son m¨¢s peligrosas.
En lo que se refiere a migraciones, Europa deber¨ªa ver seres humanos, no problemas
P. ?En qu¨¦ sentido ha influido la pol¨ªtica europea de migraciones en la africana?
R. La seguridad de las fronteras de Europa se ha movido m¨¢s al sur. Y el apoyo que obtienen los pa¨ªses africanos de la comunidad europea es para cerrar m¨¢s sus propias fronteras. As¨ª, algunos de los avances que se hab¨ªan producido en cuanto a migraciones interafricanas, est¨¢n retrocediendo. Esto tiene un impacto.
P. ?Y a nivel humanitario?
R. Que van a tomar la ruta m¨¢s peligrosa y su vida estar¨¢ m¨¢s en peligro que antes. La situaci¨®n en Libia es terrible. El trato en los centros de migraciones que hemos conocido por la televisi¨®n ¨²ltimamente no nos ha sorprendido para nada, porque nosotros escuchamos historias que son peores que esas. Son tristes e inaceptables, y esto es consecuencia de la pol¨ªtica europea tambi¨¦n.
P. De las historias que ha conocido en los dos a?os y medio que lleva en el cargo, ?hay alguna que recuerde especialmente?
R. Me impresionan las historias personales de resiliencia. Recuerdo a una viuda en Diffa, en N¨ªger, que me cont¨® que hab¨ªan matado a su esposo y que ella pudo huir con su hijo hasta un campo de desplazados. Me dijo que era afortunada y yo no ve¨ªa que su situaci¨®n fuera afortunada. Relatos como este nos dan fuerzas para continuar, porque vemos que podemos tener un impacto positivo. Las personas no son solamente v¨ªctimas, tienen much¨ªsima fuerza. Sus relatos son lecciones que nosotros, los humanitarios, podemos usar para hacer mejor nuestro trabajo, por ejemplo, cuando pedimos ayuda para las v¨ªctimas de la guerra a los Gobiernos o ante la ONU. Si tenemos estas historias en mente, lo haremos m¨¢s convencidos.
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