Ciudadan¨ªa inteligente y nuevos derechos humanos
La digitalizaci¨®n de la sociedad ha hecho emerger los Derechos Humanos incipientes o de cuarta generaci¨®n, un concepto que se est¨¢ desarrollando sobre todo en entornos urbanos
Cuando pensamos en los Derechos Humanos y en las instituciones que los promueven, lo primero que nos viene a la cabeza son las Naciones Unidas. Parece que se trata de un tema que est¨¢ expl¨ªcitamente reservado a los Estados. Pero la realidad es que hoy en d¨ªa la evoluci¨®n y la defensa de estos derechos, tanto los tradicionales como los incipientes, depende en buena medida del compromiso de las ciudades.
Hemos hablado en m¨²ltiples ocasiones de c¨®mo la nueva realidad urbana est¨¢ cambiando los equilibrios pol¨ªticos, econ¨®micos y sociales. Cada vez m¨¢s temas y m¨¢s diversos van a depender de lo que suceda en las grandes ciudades. Desde el cambio de modelo econ¨®mico, lo que llamamos transformaci¨®n digital, hasta la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Los grandes retos globales se afrontar¨¢n desde el ¨¢mbito local. Es por ello por lo que hoy podemos decir que, si perdemos la batalla por los derechos humanos en las ciudades, la perdemos en el mundo.
Un ejemplo muy claro ha sido la crisis de los refugiados. En ella se ha visto como un problema que afecta especialmente a las ciudades se gestiona desde los Estados, sin tener en cuenta sus necesidades. Lo reconoci¨® el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, que admiti¨® que las ciudades son el actor fundamental para afrontar esta crisis y que Acnur deb¨ªa encontrar los instrumentos necesarios para colaborar directamente con ellas. No se trata solamente de dar apoyo a las instituciones locales, sino tambi¨¦n de aprovechar su mayor capacidad de reacci¨®n ante este tipo de escenarios.
Desde el punto de vista de las ciudades es necesario que entiendan que la acci¨®n conjunta es imprescindible para obtener mayor relevancia. Parece que en algunos campos esta idea de colaboraci¨®n est¨¢ empezando a ponerse en la agenda de las grandes capitales. De esta forma, pueden entenderse redes de ciudades, como C40, la red global para la mejora del medioambiente, o Resilient Cities, el acuerdo entre ciudades que pretenden luchar conjuntamente para adaptarse a las amenazas que enfrentan en el futuro. Otra iniciativa relevante es la de las Human Right Cities. Se trata de un grupo de m¨¢s de 30 metr¨®polis alrededor del mundo, entre las que de momento no se encuentra ninguna espa?ola, que se han comprometido a respetar los Derechos Humanos en las pol¨ªticas que lleven a cabo, en su gesti¨®n del municipio, y en su relaci¨®n con la ciudadan¨ªa, las empresas o las entidades.
Si perdemos la batalla por los derechos humanos en las ciudades, la perdemos en el mundo
Pero m¨¢s all¨¢ de su importancia o de su capacidad de reacci¨®n, las ciudades tambi¨¦n se est¨¢n convirtiendo en el espacio d¨®nde podemos desarrollarnos como ciudadanos. Esto est¨¢ ¨ªntimamente relacionado con la puesta en pr¨¢ctica de nuevos modelos de gobernanza que est¨¢n experimentando muchos ayuntamientos. La innovaci¨®n pol¨ªtica se est¨¢ descubriendo como un fen¨®meno mayoritariamente urbano, en d¨®nde encontramos las mejores pr¨¢cticas en disciplinas como la reutilizaci¨®n de datos p¨²blicos, las plataformas de participaci¨®n ciudadana o la co-producci¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas. Se trata de nuevas formas de gobernar lo p¨²blico.
Uno de los aspectos de esta ola de innovaci¨®n pol¨ªtica es la digitalizaci¨®n que, entre otros elementos, ha provocado la aparici¨®n de la ciudadan¨ªa inteligente. Ciudadanos que demandan un mayor protagonismo en la gesti¨®n de la ciudad, que no se conforman con el desarrollo tecnol¨®gico. El mismo proceso de digitalizaci¨®n tambi¨¦n ha hecho que emerjan los conocidos como Derechos Humanos incipientes o de cuarta generaci¨®n. Son aquellos que est¨¢n relacionados con el derecho a existir digitalmente, a una reputaci¨®n digital, a la privacidad o al derecho al olvido entre otros. Algunos de estos derechos est¨¢n ¨ªntimamente relacionados con la construcci¨®n de una nueva soberan¨ªa digital. Este concepto, que se traduce a la pr¨¢ctica en medidas como el uso de tecnolog¨ªas libres o a la definici¨®n de la propiedad de los datos, se est¨¢ desarrollando especialmente en entornos urbanos.
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