Cient¨ªficos y empresas investigan c¨®mo explotar y colonizar asteroides
Los astr¨®nomos destacan la posibilidad de utilizar estos cuerpos como fuentes de materias primas
La fuerza que impulsa a cient¨ªficos y empresarios a estudiar los asteroides tiene mucho que ver con nuestro instinto de supervivencia. Y no solo por la posibilidad de que un fragmento rocoso extinga la vida en la Tierra, sino tambi¨¦n porque estos restos espaciales pueden ser una fuente de abastecimiento para cuando el planeta azul ya no sea un lugar encantador repleto de recursos. O, simplemente, para cuando sea rentable explotarlos.
Julia de Le¨®n, investigadora del Instituto de Astrof¨ªsica de Canarias (IAC) y experta en el estudio de espectros, asegura que diversas empresas han despertado recientemente cierto inter¨¦s por la astronom¨ªa y "ya est¨¢n destinando fondos para investigar los compuestos m¨¢s abundantes en los asteroides". Esto les permitir¨¢ estar preparadas cuando sea posible la extracci¨®n de materiales a niveles industriales. Juan Fabregat, catedr¨¢tico de astronom¨ªa y astrof¨ªsica de la Universitat de Val¨¨ncia y especialista en el origen y formaci¨®n de cuerpos celestes, afirma que "a¨²n no se hace porque no es rentable, pero no hay duda de que en el futuro se conseguir¨¢".
Javier Licandro, astrof¨ªsico del IAC especializado en cuerpos menores del Sistema Solar, considera m¨¢s factible aprovechar los asteroides como fuente de recursos para construir material espacial que para el consumo en la Tierra. "Lo m¨¢s costoso es ir a buscarlo y traerlo, pero puede utilizarse para construir sat¨¦lites y sentar bases en el propio asteroide", opina el experto. Se presenta as¨ª una atrevida soluci¨®n para evitar los costes estratosf¨¦ricos de poner en ¨®rbita de un sat¨¦lite, y para obtener energ¨ªa que permita realizar largos viajes. Algunos asteroides contienen hidr¨®geno y ox¨ªgeno. Estos, seg¨²n Licandro, son fundamentales para conseguir combustible en el espacio, "funcionar¨¢n como una especie de gasolinera gal¨¢ctica", vaticina el astrof¨ªsico.
Colonizaci¨®n
La vida del asteroide en pareja
En el paisaje del Universo, de vez en cuando se pueden vislumbrar parejas de asteroides que establecieron una relaci¨®n gravitacional en el momento de su formaci¨®n hace millones de a?os y que, desde entonces, permanecen unidos. Son los asteroides binarios. Ida es el primero del que se tuvo constancia, cuando la sonda espacial Galileo se top¨® con ¨¦l hace tan solo dos d¨¦cadas. Desde entonces, aportan valiosa informaci¨®n a la comunidad cient¨ªfica, ya que la interacci¨®n gravitatoria entre los objetos les permite determinar su masa con bastante precisi¨®n.
Aunque es m¨¢s inusual, existen incluso peque?as familias constituidas por tres o m¨¢s. "Reciben el nombre de m¨²ltiples, pero solo se tiene constancia de 300, respecto a los m¨¢s de 700.000 asteroides detectados hasta la fecha", asegura Amadeo Aznar. Este cient¨ªfico, adem¨¢s de astr¨®nomo aficionado, es el espa?ol que m¨¢s asteroides binarios ha detectado. "Es un campo en el que todav¨ªa queda mucho por averiguar, y es realmente novedoso", concluye el astr¨®nomo.
Los expertos apuntan, adem¨¢s, a una posibilidad que suena a ciencia ficci¨®n pero que, seg¨²n ellos, ser¨¢ una realidad en un futuro no muy lejano: la colonizaci¨®n de otros lugares dentro o, incluso, fuera del Sistema Solar. "La Tierra alg¨²n d¨ªa se convertir¨¢ inevitablemente en un paraje inhabitable", asegura Juan Fabregat. Ocurrir¨¢, como muy tarde, cuando el Sol se transforme en una gigante roja, dentro de 5.000 millones de a?os. "Puede que antes, si se da una severa degradaci¨®n de la atm¨®sfera o un brusco cambio clim¨¢tico", precisa el astr¨®nomo.
Julia de Le¨®n opina que antes de que el Sol muera, ser¨¢ la propia humanidad quien termine convirtiendo la Tierra en un lugar inhabitable: "guerras, pobreza, contaminaci¨®n¡". Espera, para que esto no ocurra, que "cambiemos el chip de una vez y trabajemos para evitar eso", sin dejar de investigar en la exploraci¨®n espacial, pero centr¨¢ndonos en proteger nuestro planeta, "que es una aut¨¦ntica joya". Aunque esto ocurra, "no hay tecnolog¨ªa posible para escapar de la gigante roja", confirma Javier Licandro. Si, cuando esto ocurra, la humanidad a¨²n no se ha extinguido por otros motivos, "mudarse a otro lugar no ser¨¢ una opci¨®n sino su ¨²nica v¨ªa de supervivencia", sostiene el astrof¨ªsico.
Tras el abandono de la Tierra, ser¨¢n imprescindibles nuevas fuentes de recursos que permitan a la humanidad subsistir durante una odisea de duraci¨®n indefinida. "Los grandes viajes que lleguen m¨¢s lejos del Sistema Solar tendr¨¢n que hacerse como hist¨®ricamente ha ocurrido", considera Licandro: "obteniendo recursos en el camino y en el destino". As¨ª como la conquista de Am¨¦rica no se consigui¨® solo con materiales ¨²nicamente provenientes de la pen¨ªnsula ib¨¦rica, el astrof¨ªsico cree en la posibilidad de completar las sondas en el propio espacio, incluso crearlas mediante el lanzamiento de impresoras 3D.
"Estamos acostumbrados a colonizar; el hombre ha expandido sus civilizaciones desde sus or¨ªgenes y ha logrado viajes que parec¨ªan impensables", enfatiza el astrof¨ªsico, poniendo el acento sobre los antiguos navegantes que surcaron vastos oc¨¦anos sobre c¨¢scaras de nuez. Seg¨²n ¨¦l, disponemos de tecnolog¨ªa suficiente para llegar a otros planetas, y "si todav¨ªa no lo hemos hecho es porque no resulta rentable ni necesario".
Julia de Le¨®n considera la posibilidad de habitar Marte, pero destaca la necesidad de ox¨ªgeno, agua y alimentos, as¨ª como de "poder protegernos de las temperaturas y otras condiciones extremas del planeta rojo". Y los asteroides podr¨ªan proveernos de algunas materias necesarias.
Misiones en marcha
Algunas misiones espaciales allanan el camino a las expediciones comerciales. Ya se han enviado naves a asteroides para recoger materiales, traerlos a la Tierra y analizarlos. La primera en conseguirlo fue la misi¨®n japonesa Hayabusa, cuya sonda aterriz¨® sobre Itokawa y pudo volver para traer muestra de ello. La Hayabusa 2, adem¨¢s, ha alcanzado estos d¨ªas al asteroide Ryugu. La pr¨®xima que se espera que lo consiga es OSIRIS-REx, una misi¨®n de la NASA que pretende alcanzar el asteroide Bennu, cuya ¨®rbita cruza las intermediaciones de la ¨®rbita terrestre.
La llegada de la sonda est¨¢ prevista para agosto de 2018 y hasta el momento "ha conseguido superar todas las metas intermedias, que no es poco", seg¨²n Julia de Le¨®n. "Fabricaci¨®n, lanzamiento, asistencia gravitacional con la Tierra, validaci¨®n de los instrumentos¡". La astr¨®noma es miembro oficial de esta misi¨®n, junto a Javier Licandro, concretamente, en el campo de procesamiento de im¨¢genes. Presenci¨® en Cabo Ca?averal, Florida, el lanzamiento de la nave y, "en palabras de Dante Lauretta, l¨ªder de la misi¨®n, fue absolutamente perfecto", se enorgullece la experta en an¨¢lisis de espectros.
Tras varios a?os analizando la superficie de Bennu, OSIRIS-REx regresar¨¢ a la Tierra y liberar¨¢ la c¨¢psula con el material importado. "Esperamos tener sorpresas agradables", asegura De Le¨®n, que a?ade que "en cualquier caso, disponer de este tipo de material para poder analizarlo con detalle en los laboratorios ser¨¢ fant¨¢stico", enfatiza la analista.
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