Por qu¨¦ nos fascinan ¡®Stranger Things¡¯ y dem¨¢s gui?os al pasado
Rodeados de incertezas, miramos obsesivamente al pasado en la cultura, pero tambi¨¦n en la pol¨ªtica
Hay unos p¨¢jaros que vuelan marcha atr¨¢s porque les interesa m¨¢s ver de d¨®nde vienen que a d¨®nde van. Los describe Jorge Luis Borges en su Libro de los seres imaginarios y son eso, imaginarios. Pero estos animales mitol¨®gicos, llamados goofus birds, bien podr¨ªan ser una met¨¢fora de nuestras sociedades, obsesionadas con rememorar el pasado en un frecuente ejercicio de nostalgia.
Se aprecia sobre todo en el campo de la cultura: la celebraci¨®n de conciertos que recuperan a los artistas de cierta d¨¦cada (como Love the 90¡¯s o Love the Tuenti¡¯s), los libros que recuerdan los tiempos escolares (Yo fui a EGB), las reuniones de viejas glorias musicales que interpretan en concierto sus viejos ¨¦xitos, la aparici¨®n de recopilatorios, reediciones, ediciones conmemorativas de discos de anta?o, el gusto por el vinilo o los videojuegos pixelados, o las series que recuperan el esp¨ªritu de otras ¨¦pocas (como Stranger Things). Lo retro y lo vintage en interiorismo o en moda: el eterno rumor sobre el retorno de las hombreras o los pantalones de campana; las bombillas de filamento. La nostalgia, como se ve, es buen negocio.
¡°La nostalgia es una emoci¨®n propia de las sociedades posmodernas¡±, explica Eduardo Bericat, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad de Sevilla. ¡°El futuro es m¨¢s incierto que nunca y el presente resulta banal y superficial. Solo queda mirar al pasado¡±. Si bien durante la modernidad el progreso generaba ilusi¨®n y se avistaban en el horizonte utop¨ªas que perseguir, ahora los a?os venideros resultan inquietantes, con un desarrollo tecnol¨®gico que no se sabe si ser¨¢ favorable o dist¨®pico, una panoplia de problemas globales a resolver y una notoria escasez de ideas pol¨ªticas para ello.
Los remolinos en el flujo de la sociedad l¨ªquida nos marean y el individualismo contempor¨¢neo nos deja sin apoyo ni red de seguridad. ¡°El mundo del pasado nos parece seguro, cohesionado, con algo de encanto, de mito o de emoci¨®n¡±, opina el soci¨®logo. En efecto, una etimolog¨ªa de la palabra nostalgia podr¨ªa ser el dolor por el anhelo del hogar perdido, como Ulises en su regreso a ?taca.
¡°El futuro es incierto, el presente es banal y superficial. Solo queda mirar al pasado¡± Eduardo Bericat, soci¨®logo
La nostalgia tambi¨¦n se detecta en el campo de la pol¨ªtica: una socialdemocracia desnortada suspira con frecuencia por los gloriosos a?os del capitalismo de posguerra, cuando se conjugaba fuerte crecimiento econ¨®mico con la construcci¨®n del Estado del bienestar. No pocos derechistas nost¨¢lgicos levantan el brazo con el recuerdo del franquismo, de su nacionalcatolicismo y su desarrollismo. Lo cierto es que el futuro no se ve demasiado n¨ªtido y existe cierta sensaci¨®n de fin del mundo.
Todo cambia tan r¨¢pido que los diferentes pasados se producen a chorro. ¡°Sorprende que gente relativamente joven, entre 30 y 35 a?os, ya est¨¦n a?orando el pasado, cuando eso era propio de edades m¨¢s maduras¡±, apunta Bericat. Y el pasado id¨ªlico, adem¨¢s, nos pisa cada vez m¨¢s los talones. En su libro Retroman¨ªa (Caja Negra), el cr¨ªtico cultural brit¨¢nico Simon Reynolds se?ala que no solo hay nostalgia, sino que esta cada vez se refiere a tiempos m¨¢s cercanos: ¡°Nunca existi¨® en la historia humana una sociedad tan obsesionada por los artefactos culturales de su propio pasado inmediato (¡) ?La nostalgia obstaculiza la capacidad de avanzar de nuestra cultura? ?O somos nost¨¢lgicos porque nuestra cultura ha dejado de avanzar?¡±. Como se?ala Reynolds, la distancia temporal entre un suceso y su revival cada vez es m¨¢s corta.
Esta obsesi¨®n por los tiempos pret¨¦ritos no es ¨²nica en la historia: el Renacimiento se caracteriz¨® por el revival (es un decir) de la cultura cl¨¢sica grecolatina, en el Romanticismo volvi¨® el gusto por lo medieval. Es un fen¨®meno que se da en ¨¦pocas de cambio, turbulencia e incertidumbre. ¡°La nostalgia y el progreso son Jekyll y Hyde: alter egos¡±, escribe la ensayista Svetlana Boym en su libro El futuro de la nostalgia (Antonio Machado Libros), ¡°los brotes de nostalgia suelen seguir a las revoluciones¡±. Y ahora vivimos en la revoluci¨®n constante. Pero en los casos citados la distancia temporal es de siglos. Hoy bastan un par de d¨¦cadas, o menos, para empezar a anhelar los good old times: los a?os ochenta ya empiezan a estar quemados y hay quien empieza a dar vueltas sobre los noventa e incluso sobre los dos mil.
¡°Hay que tener en cuenta d¨®nde est¨¢ el liderazgo social en t¨¦rminos generacionales¡±, dice Jos¨¦ Rueda Laffond, historiador y profesor de la Universidad Complutense que ha estudiado la memoria y la nostalgia, por ejemplo, a trav¨¦s de series como Cu¨¦ntame o Aquellos maravillosos a?os, ¡°suele estar en aquellos entre los 40 y los 60 a?os, los que est¨¢n al mando en la pol¨ªtica, la cultura, los medios, etc¨¦tera¡±. Eso explicar¨ªa que la nostalgia dominante hoy en d¨ªa sea la de los a?os ochenta y noventa, cuando esta generaci¨®n era joven, de igual forma que a finales del siglo XX se estilaba la nostalgia de otras ¨¦pocas. ¡°Entonces se percib¨ªa una idealizaci¨®n de la copla de los a?os cuarenta y cincuenta, con intelectuales muy sesudos que hicieron una lectura muy positiva, o tambi¨¦n una mitificaci¨®n de los a?os sesenta, que todav¨ªa pervive¡±, dice el historiador.
Seg¨²n el cr¨ªtico cultural Simon Reynolds, la distancia temporal entre un suceso y su revival cada vez es m¨¢s corta
El evento Love the Tuenti¡¯s, que tendr¨¢ lugar en junio en Ifema, Madrid, re¨²ne a algunos de los m¨²sicos de m¨¢s ¨¦xito de los a?os dos mil: ?lex Ubago, El Sue?o de Morfeo, Safri Duo o King ?frica. Hugo Albornoz tiene 40 a?os y es el CEO de Sharemusic!, la empresa que organiza este tipo de eventos. ¡°Hay gente de mi edad que no conecta con la m¨²sica de ahora y siente conexi¨®n emocional con la de los noventa o los dos mil, a veces denostada¡±, cuenta. En eso se basan estos conciertos: el de junio espera congregar a 25.000 personas, la mayor¨ªa de esa mediana edad llena de responsabilidades y preocupaciones. Este presente mostrar¨¢ en el futuro alguna particularidad: ¡°Hoy en d¨ªa es todo tan fragmentario y hay tantos estilos diferentes que dentro de unos a?os quiz¨¢s sea dif¨ªcil conceptualizar esta d¨¦cada mediante algunos artistas se?alados¡±, opina Albornoz. Puede que entonces sintamos nostalgia de la propia nostalgia y los p¨¢jaros que vuelan hacia atr¨¢s, lo que describ¨ªa Borges, no sepan a d¨®nde mirar.
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